Entrevista a Rosendo Elvira Palacio, biólogo director del Real Jardín Botánico Juan Carlos I, Universidad de Alcalá con motivo de su participación en la 10ª Noche Europea de los Investigadores de Madrid.
¿En qué consiste la actividad que organiza y cuál es su objetivo principal, público al que se dirige, etc.?
Es un taller dirigido a todo tipo de público, que realizaremos entre los cultivos de la Huerta Ecológica del Jardín Botánico para debatir y dialogar sobre el presente desafío de asegurar suficientes alimentos, inocuos y nutritivos, a la creciente población mundial. Este taller tiene su origen en nuestro recientemente finalizado proyecto europeo nº 710780, Big Picnic. En él, reflexionaremos sobre el bajo número de especies vegetales que incluimos en nuestra dieta en relación con todas las especies comestibles existentes, sobre cómo ha variado la diversidad en nuestro plato en las últimas décadas y sobre la importancia de la biodiversidad para nuestra subsistencia. Analizaremos también el ciclo de vida de un producto para evaluar sus impactos ambientales y sociales, desde la obtención de las materias primas hasta que el producto llega al consumidor final y trataremos los hábitos de compra y su relación con los métodos de conservación en épocas pasadas y en el presente. En definitiva, trataremos de demostrar que la dieta más adecuada para el ser humano es la resultante de millones de años de evolución de nuestra especie en respuesta a distintas condiciones ambientales que se han ido sucediendo y que, apartarnos de esa dieta, es la causa de numerosos trastornos y enfermedades actuales.
¿Es la primera vez que participa en La Noche Europea de los Investigadores? No, es el noveno año en el que se realizan actividades de la Noche en el Jardín Botánico. Hemos participado, con mucha ilusión, desde su primera celebración en España, en 2010.
¿Qué es lo más enriquecedor de participar en la Noche? ¿Qué impresiones le transmiten los ciudadanos que participan? ¿Nota diferencias en el tipo de público (más jóvenes o no, más mujeres o no, más niños o no, más afluencia en general…)? Transmiten una preocupación y un interés sorprendente por los temas científicos, participando con entusiasmo en las actividades programadas, lo que compensa con creces el esfuerzo de preparación y organización. Quizás el público más abundante son familias con hijos adolescentes, pero también grupos de jóvenes de ambos sexos con ganas de participar y de preguntar.
¿Por qué decidió animarse a participar en la Noche? ¿Cree que asistir como público a estas actividades acabará revirtiendo en un incremento de las vocaciones científicas entre los estudiantes de nuestra región? Creo que no podemos dejar de participar porque tenemos la obligación de transmitir la importancia de estudiar y conservar nuestros recursos vegetales, de mantener la ilusión y preocupación por el medio ambiente y de contribuir a generar vocaciones que aseguren el relevo generacional. Y creo que estas actividades pueden influir atrayendo a jóvenes de nuestra región hacia las carreras científicas de nuestra Universidad y animando los padres a sus hijos para cursarlas.
¿Cómo nació su vocación científica? ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico? Tuve un magnífico profesor de Ciencias Naturales en Bachillerato que transmitía pasión y entusiasmo contagioso por la Biología. Más adelante, cuando estábamos acabando el Curso de Orientación Universitaria, en el colegio organizaban charlas con distintos profesionales que nos hablaban de su especialidad y su trabajo y, cuando vino un renombrado catedrático de Universidad y se presentó diciendo algo como “soy biólogo porque creo que el don más preciado que poseo es la vida, porque me siento parte de la naturaleza y porque necesito saber cómo funciona” se me puso piel de gallina y me di cuenta de que había puesto palabras a lo que yo estaba sintiendo ya entonces.
¿Qué importancia tiene para usted la divulgación en su día a día? Carl Sagan dijo que cuando estás enamorado quieres contarlo a todo el mundo, y es verdad. La vida en la tierra surgió por casualidad y no ha dejado de adquirir complejidad y diversidad desde los tiempos más remotos hasta hoy, cuando nosotros somos parte de una vasta red de seres vivos interconectados e interdependientes en continua relación vital con nuestro entorno físico y biológico. Descubrirlo y profundizar en ello genera una pasión similar al enamoramiento, así como también genera la necesidad de transmitir que el funcionamiento de este complejo sistema no solo es lo más maravilloso del mundo sino que nuestra responsabilidad es admirarlo y no entorpecerlo. Debemos inculcar a las nuevas generaciones que, si no respetamos la vida, todos salimos perjudicados, que no somos los reyes del planeta, sino uno más de sus súbditos necesitados.
¿Qué le diría a los jóvenes para animarles a seguir una carrera científica? Si la entrevistada es mujer además ¿Qué le diría a esas niñas y jóvenes que creen que la Ciencia no es para ellas? Para sobrevivir hay que trabajar y el trabajo ocupa entre un tercio y la mitad de nuestro tiempo. Tenemos la opción de que ese tiempo dé sentido a nuestra vida, de que nuestro trabajo no sea tedio sino disfrute, escogiendo una especialidad apasionante que nos motive y nos haga sentir vivos y útiles. El estudio y la investigación científica satisfacen la curiosidad humana y la necesidad de aprender y comprender latente en el ser humano pensante, de encontrar respuestas, de profundizar en lo aparentemente evidente. A las niñas les diría lo mismo que a los niños: que se dediquen a lo que más les motive sin hacer caso a prejuicios trasnochados de género y que vuelquen todo su interés y esfuerzo en ese objetivo, que no pierdan las ganas de aprender más y que duden siempre de todo y de todos.
¿Cuál cree que es la opinión de los ciudadanos acerca de los científicos? ¿Siente que se trata de una profesión reconocida y valorada? En caso de que no: ¿Qué cree que se podría hacer para intentar cambiar esta situación? Creo que la inmensa mayoría de los ciudadanos reconocen y valoran la profesión científica, que la admiran, pero no exigen lo suficiente a sus gobernantes para que la reconozcan y la impulsen, para que inviertan a largo plazo en ella. Y desgraciadamente los gobernantes suelen tener la vista puesta en el corto plazo. Necesitamos cambiar y apoyar programas políticos que hayamos leído y comprendido, no votar con la emoción sino con la razón. Y también creo que nuestras empresas no están a la altura de lo que se les debería exigir: invierten en I+D+i la mitad que las europeas o hasta cuatro veces menos que las empresas alemanas. Creo que es necesario dar a conocer continuamente los casos de grandes investigadores “exiliados” en otros países que hacen grandes a aquellos mientras nosotros nos convertimos en un país de servicios, unos servicios principalmente apoyados sobre el turismo, que es un recurso ahora seriamente amenazado por el cambio climático.
¿Se ha beneficiado de ayudas europeas en su carrera científica?. ¿Cree que Europa apoya suficientemente la investigación? En los últimos nueve años hemos podido participar en dos importantes proyectos europeos que nos han permitido no solo trabajar y alcanzar los objetivos sino mantener una relación estrecha y enriquecedora con colegas de numerosos países europeos. Creo que Europa está haciendo un gran esfuerzo por apoyar la investigación, pero también creo que nosotros no nos implicamos lo suficiente, seguimos prefiriendo importar ciencia y tecnología, por lo que creo que eventos como “La Noche de los Investigadores”, la “Semana de la Ciencia” y otros similares son especialmente necesarios en este momento.
Para terminar, vamos con un par de preguntas cortas:
¿Cuáles son sus hobbies? La montaña, la fotografía de naturaleza y la jardinería.
Si pudiera viajar en el tiempo, ¿a qué momento histórico se trasladaría? Aunque no sé si podría considerarse histórico me gustaría viajar al año 3020 o quizás al 5020. Si hubiese que retroceder me gustaría echar un ojo al Antiguo Egipto, año 2.100 a.C.
Recomiéndeme un libro. El reino ignorado de David G. Jara, un libro sorprendente, extraordinariamente ameno, de divulgación científica sobre las plantas, muy recomendable para despertar vocaciones en los jóvenes o para saciar la curiosidad de los adultos más inquietos.
¿Cuál es la última película que ha visto? ¿Y el último concierto al que ha asistido? La última de Julio Médem, El arbol de la sangre. Y el último de Ian Anderson, el líder de Jethro Tull.
