Varado en una playa interestelar: el poder de la informática

David Barrado y Navascués

Me encuentro observando en el Centro Astronómico de hispano-alemán de Calar Alto. Durante varios días dispongo de los dos telescopios más potentes de la península Ibérica. Sin embargo, estoy varado, sin posibilidad de salir a navegar por los mares siderales.

Me encuentro con Amelia, una de mis estudiantes, realizando espectroscopia de baja resolución espectral en el telescopio de tres metros y medio. Un gigantesco mastodonte de tan perfecto equilibrio que a pesar de sus cientos de toneladas de peso se podría mover con una sola mano, de poder vencer su inercia. Además, miembros del equipo de Calar Alto están realizando observaciones fotométricas para nosotros desde el telescopio de 2.2 metros. Todo un privilegio. Sin embargo…


Vista panorámica del observatorio de Calar Alto (CAHA), situado en Almería, España.

La Astronomía observacional tiene diferentes tipos de problemas. Hay que solicitar los proyectos a diversos comités que pueden aceptarlos o no. Y siempre está la duda sobre el tiempo, si habrá nubes o humedad, si el viento será demasiado fuerte o vendrá arena del Sahara, situado al otro lado del mar, a escasa distancia. Forman parte del juego y aceptamos con mejor o peor humor que una campaña de observación se pierda por factores meteorológicos. Incluso sabemos que los instrumentos también fallan. Las piezas se rompen, los motores que las mueven dejan de funcionar. No es la primera vez que me ocurre. Es bastante frustrante disponer de un gran telescopio durante unas pocas noches y perder una con el cielo despejado debido a un problema técnico. Pero es algo que se terminan aceptando.


El telescopio de CAHA de 3.5 metros. Nótese la escala al comparar su tamaño con las personas que están trabajando junto a él. 

Lo de ayer fue mucho peor. Fue un sencillo, estúpido fallo de programación en una cámara de guiado. Ni siquiera fue en el telescopio per se, sino en un ordenador auxiliar. Unas líneas de código mal escritas, una clave de acceso al mismo que nadie conocía… un pequeño problema, fácilmente resoluble con el conocimiento adecuado. Y perdimos una noche magnífica.


El telescopio de CAHA de 2.2 metros

Ahora esta nublado. Todavía quedan varias horas para que anochezca, pero las previsiones no parecen muy halagüeñas. Si permanece nublado, perderemos completamente la oportunidad de terminar con el proyecto este año. Y no solo con el 3.5 metros y la parte de caracterización espectroscópica., también las imágenes que están siendo tomadas con el 2.2 metros.

Como hemos comentado en otras ocasiones, los astrónomos aprendemos a ser pacientes . Al menos ya no necesitamos pasarnos años fuera, lejos de casa, para terminar no consiguiendo nada, como relatábamos hace una par de días al contar la historia de Le Gentil y los tránsitos de Venus .

En cualquier caso, espero que el tiempo mejore. Y siempre tendré al posibilidad de conseguir los datos que me falten mediante el excelente sistema de tiempo de servicio de CAHA, donde el personal del observatorio se encarga de realizar la toma de datos cuando el tiempo es bueno, y lo envían al astrónomo, que solo tiene que analizarlos. Aunque para eso seguimos dependiendo de los ordenadores. Confieso que, aunque me gusta mucho venir a los observatorios, este método es mucho más cómodo y garantiza que al menos parte de los datos se adquieren en un tiempo prudencial, con una calidad en general satisfactoria. El romanticismo dejó de ser parte de la vida del astrónomo hace ya mucho tiempo.

ENLACES:
Centro Astronómico hispano-alemán de Calar Alto
Los tránsitos de Venus, la distancia Tierra-Sol, y las aventuras de un desafortunado astrónomo
La paciencia de los astronomos: la confirmacion del planeta de la estrella Pollux
Página principal del “Cuaderno de Bitácora Estelar”

Compartir:

5 comentarios

  1. Hola David,

    Gracias por la crónica y suerte con las próximas noches. A mí me paso algo parecido el otro día en el INT, una noche buenísima, un seeing estupendo, unas imágenes geniales… y una caída de tensión eléctrica que hizo que se perdieran los discos duros del ordenador donde se guardan los datos y tuvimos que parar 3 horas antes de amanecer, justo en lo mejor…

    Con respecto a lo de "El romanticismo dejó de ser parte de la vida del astrónomo hace ya mucho tiempo", bueno, desde mi punto de vista personal siempre intento que haya algo de romanticismo, pase lo que pase… aunque a veces mis compañeros me dicen que soy un bicho raro y demasiado nostalgicón… A ver, si es que me gusta ir a observar…

    ¡Y qué ganas de volver a Calar Alto! Da recuerdos por allí 😉

    Un saludo y suerte de nuevo

  2. Gracias por los ánimos. Pero ya es de noche y se nos ha echado encima la niebla, con humedad del 100%. No hay posibilidad de abrir el telescopio.

    Espero que no perdieras los datos del disco.

    Desde luego, si de romanticismo se trata, yo no hecho de menos los tiempos de seguimiento visual, sin ayudas informáticas (he hecho una cuantas en foco Coudé, con temperaturas bajo cero) ni observaciones visuales como las de Hubble. En casos como estos, sí que sé apreciar lo que la tecnolog´´ia nos proporciona.

Deja un comentario