Los océanos absorben gran parte del gas carbónico emitido por el hombre. Aunque esto es positivo para la atmósfera, debido a la capacidad de absorción de gases con efecto de invernadero, daña los ecosistemas marinos, cuya acidez ha aumentado considerablemente en los últimos años. Según un estudio de la Universidad de Chicago en Estados Unidos publicado recientemente en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS), la acidez de los océanos aumenta 10 veces más rápido de lo que predicen los modelos climáticos.


Los investigadores señalan que esta mayor acidez de los océanos está cambiando el equilibrio de los ecosistemas. Los autores explican que los océanos absorben aproximadamente una tercera parte del dióxido de carbono liberado a la atmósfera por las actividades humanas. Parece que esta acidificación ha tenido lugar durante décadas, y no siglos como se predijo inicialmente. En las gélidas aguas del Océano Antártico está ocurriendo aún más deprisa que en las de los trópicos.

Los océanos son naturalmente alcalinos, y se espera que permanezcan así, pero la interacción con el dióxido de carbono los está haciendo más ácidos. La capacidad de los océanos para absorber gran parte de las emisiones de gas carbónico e impedir que el CO2 aumente el contenido de la atmósfera en gases con efecto de invernadero se consideraba hasta hace poco beneficiosa. Sin embargo, este proceso afecta al medio oceánico, que cubre dos tercios de la superficie del planeta. Su acidez aumenta, en efecto, desde el inicio de la era industrial. En mayo de 2004, la UNESCO y la comunidad científica internacional alertaron a la opinión mundial sobre este peligro con motivo del coloquio organizado por la Comisión Oceanográfica Internacional (COI-UNESCO) y el Comité de Investigaciones Oceánicas del Consejo Internacional para la Ciencia (SCOR).

A menudo, el papel de los océanos se limita en los modelos climáticos en su contribución en el calentamiento del planeta en la elevación de la temperatura y el nivel del mar. Ahora bien, el equilibrio químico de la capa superficial oceánica peligra a causa de la absorción de un tercio del gas carbónico producido por las actividades humanas en los dos últimos siglos (unas 118 gigatoneladas, o sea 118.000 millones de toneladas, entre 1800 y 1994). Al calentamiento climático se añade ahora un deterioro de los ecosistemas marinos cuyas consecuencias podrían ser dramáticas.

“En solución, el gas carbónico es un elemento ácido. El aumento de la acidez del agua marina, o sea la disminución de su pH, empobrece su contenido en carbonatos. Ahora bien, los corales y algunas especies de plancton los utilizan para formar el carbonato cálcico de su esqueleto externo. Las primeras víctimas de esta situación son los arrecifes coralinos, que ya no sólo se ven amenazados por la elevación de la temperatura del océano, sino también por la alteración de su equilibrio químico. Además, cabe temer otras reacciones en cadena, como la disminución de la producción de especies planctónicas –sustento básico de algunos peces y otros organismos marinos– que puede alterar imprevisiblemente la cadena alimentaria y poner en peligro la biodiversidad y productividad de los océanos.”

Hasta la fecha, la Comisión Europea ha dado prioridad al almacenamiento geológico o en acuíferos salinos y apoya pocos proyectos de investigación sobre la inyección de gas carbónico en el océano. Esta técnica se está explorando en Noruega, Japón y los Estados Unidos, aunque los poderes públicos se muestran precavidos.

Cabe señalar que este tipo de almacenamiento debe evaluarse teniendo en cuenta las disposiciones internacionales de protección del medio oceánico como el Convenio de Londres sobre la prevención de la contaminación del mar por vertimiento de desechos y otras materias, aunque el CO2 no se considere un contaminante.  Esto también es válido para las propuestas de fertilización del medio oceánico mediante inyección de hierro, un elemento indispensable para activar la fotosíntesis. Con esa fertilización se pretende fomentar la producción de especies vegetales en el océano, a fin de capturar también una parte del dióxido de carbono de origen humano. Hace poco comentábamos esta posibilidad de utilización de hierro en los océanos.

Teniendo en cuenta las hipótesis sobre el volumen de las emisiones de gas carbónico en los años venideros, es necesario prever todo. Los científicos estiman que hacia 2100 se acelerará la disminución del pH (incremento de la acidez del agua) en la superficie del océano y este podría triplicarse con respecto a la que ya se ha producido desde el inicio de la era industrial.

Sin embargo, los peces podrían contribuir al equilibrio químico de los océanos , algo que hasta el momento, según un estudio de la Universidad de Exeter en Reino Unido que se publica en la revista “Science”, se ha subestimado. Según los investigadores, muchos peces producen y excretan grandes  cantidades de carbonato cálcico a su entorno y esta contribución revela una fuente antes pasada por alto de producción de carbonato en los océanos. El descubrimiento podría ayudar a comprender la distribución de carbonato en los 1.000 metros superiores de los océanos, cuyos datos han supuesto un misterio para los investigadores hasta el momento. Los autores, utilizaron estimaciones previas sobre la biomasa de peces global para estimar que los peces marinos podrían en realidad contribuir entre un 3 y un 15% a la producción de carbonatos total en los océanos.  

Cuando los niveles de CO2 en la atmósfera alcancen aproximadamente 500 partes por millón, el proceso de calcificación en los océanos dejará de ser viable. Actualmente, los niveles de CO2 atmosféricos en la zona investigada ya están en las 385 partes por millón (ppm), mucho más de las 305 ppm registradas en el año 1960. No son sólo los arrecifes coralinos los que resultan perjudicados. También lo es una gran parte del plancton en el Océano Antártico. Estos organismos controlan la productividad del océano y son la base de la red alimenticia que nutre al krill, a las ballenas, y también al atún y otras especies explotadas como recursos pesqueros. También desempeñan un papel vital en la eliminación del dióxido de carbono de la atmósfera, un proceso que podría verse comprometido o incluso interrumpido. Un experimento en la Isla de Heron, en el que se aumentaron los niveles de CO2 en el aire de tanques albergando corales, mostró que esa acumulación de CO2 hizo que algunos corales dejaran de formar sus esqueletos. Más alarmantemente, las algas calcáreas rojas, el «pegamento» que mantiene unidos los bordes de los arrecifes coralinos en aguas turbulentas, empezaron a disolverse. El riesgo es que esto puede empezar a causar una erosión a gran escala de la Gran Barrera de Coral.

Aquí al lado, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha informado de que el mar ha sufrido en los últimos quince años un calentamiento local «muy acentuado» en las costas de Galicia y el Cantábrico, que ha elevado 0,3 grados la temperatura de los 1.000 primeros metros de la columna de agua.  Este organismo público del Ministerio de Ciencia subraya que los programas de monitorización a medio y largo plazo a escala de cuenca oceánica ofrecen la «única herramienta para poder decir cuál es la situación y la variabilidad normal del océano-clima y poder saber si algo cambia de manera anormal y si tales cambios podrían estar debidos a la propia acción del hombre».

Algo está pasando, ¿o no?

El informe, «Impacts of Ocean Acidification on Coral Reefs and Other Marine Calcifiers,» se encuentra en línea (en inglés y en formato pdf)  y se puede descargar aquí.

Una interesante explicación sobre como el CO2  acidifica el agua se encuentra en este enlace en inglés pero con muchas imágenes.

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5 comentarios

  1. Quiero felicitarle por su blog. Soy periodista y recientemente he acudido a un Seminario en la UCM sobre Regiones Polares y Cambio Climático. Estoy indagando y puesto que no soy científica, me cuesta algo más divulgar sobre este tema, pero gente como usted, nos facilita mucho la tarea.

    Gracias

  2. Cordial saludo apreciado investigador.
    Gracias por sus valiosos aportes a la ciencia y el conocimiento.
    Atte.,
    Álvaro.

  3. Interesante lo que escribe..tengo una duda y las emisiones de S02 contribuyen a la acidez? asi como el DMS?
    Saludos Lety

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