Algo sobre los crustáceos

Los crustáceos, como los insectos y los arácnidos son artrópodos, es decir, animales con patas articuladas. Aunque no están diferenciados en tantas especies como lo están los insectos o los arácnidos, pues sólo se conocen alrededor de 26.000 especies, son muy abundantes y casi tan importantes en el mar como los insectos lo son en la tierra.

Los crustáceos constituyen un grupo muy heterogéneo, por lo que resulta difícil hacer una descripción que sirva como tipo para la gran diversidad de formas. Sin embargo tiene como características comunes poseer patas articuladas, el cuerpo segmentado y recubierto de un tegumento quitinoso, generalmente muy calcificado. Respiran por medio de branquias y tienen dos pares de antenas y un número variable de apéndices articulados. En el cuerpo se distinguen como regiones distintas: cabeza, torax y abdomen, si bien las dos primeras se pueden fusionar, resultando así el cuerpo dividido en dos: cefalotorax y abdomen. Cada segmento del cuerpo lleva un par de apéndices.

Una de las características mas llamativas de los crustáceos es que el crecimiento no es contínuo, sino que ocurre bruscamente: a saltos periódicos. El caparazón duro que les protege, les impide el crecimiento continuo, por lo que para crecer tienen que desprenderse de él. A este fenómeno se le denomina muda. Comienza con movimientos bruscos de los apéndices, con lo que consiguen abrir el caparazón en la unión del cefalotórax con el abdomen y por esta abertura el animal va saliendo lentamente. Se desprende del caparazón correspondiente a las patas y, por último, del de las piezas bucales. El animal liberado de su caparazón se embebe de agua que almacena en sus tejidos, aumentando así de volumen y talla. Después comienza la fabricación de un nuevo caparazón. Por aportes de sales minerales, el nuevo caparazón se va endureciendo. Durante este período los crustáceos son especialmente vulnerables, por lo que se retiran a lugares escondidos .

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Se subdividen en varios grupos de los cuales solo dos tienen interés comercial los cirrípedos y los decápodos, aunque no se pueda olvidar a los copépodos, muy importantes en el plancton; los eufasiáceos, en los que se incluye el krill , alimento de las ballenas y posible alternativa de alimento para la humanidad; y los misidáceos, nuestro krill local alimento de multitud de especies de peces, crustáceos y cefalópodos.

Los primeros organismos que se alimentan de las pequeñas algas del plancton son los integrantes del zooplancton. Entre éstos, además de larvas de otros animales, encontramos una multitud de crustáceos planctónicos.

Los Ostracodos son pequeños crustáceos con el cuerpo encerrado en un caparazón bivalvo, como Conchoecia curta.

Los Cladóceros son crustáceos de cuerpo aparentemente poco segmentado y con largas antenas que usan como remos para nadar, como Evadne nordmani .

Son sobre todo importantes   los Copépodos, cuyo número  en el plancton se ha dicho que supera a todos los animales que viven sobre la tierra juntos, incluyendo a los insectos. Los copépodos libres carecen de caparazón y tienen el cuerpo segmentado en cabeza, tórax y abdomen. La mayoría tienen un sólo ojo de color rojo o negro y cinco pares de patas que utilizan para nadar. Constituyen el alimento favorito de la sardina. Un copépodo ilustre es Acartia margalefi descrito por primera vez en la ría de Vigo y nombrado en honor de Ramón Margalef , uno de nuestros científicos  más destacados dedicado al estudio de la ecología marina.

Los copépodos calanoides, que son el grupo al que pertenecen las especies de Acartia son también comunes en las aguas dulces, aunque en este caso son los ciclopoides los más abundantes y diversificados. Entre los harpacticoides abundan las formas bentónicas.

Entre los copépodos hay también formas parásitas, más de un millar,  entre los que están Mytilicola intestinalis parásito intestinal del mejillón, Bopyrus squillarum parásito de los camarones y Lernaocera branquialis parásito de gran variedad de peces.  Otros crustáceos parásitos son los Isópodos o piojos de mar. Es el caso de Anilocera physodes que se encuentra fijado con frecuencia al cuerpo de los  peces lábridos.