Fukushima vive. Pescado, mariposas y el ventilador.

Fukushima sigue viva. Hace tiempo tratamos en distintos posts este tema en el blog. La Tokyo Electric Power (Tepco), operadora y propietaria de la central nuclear de Fukushima Daiichi, decidió en Febrero de este año cubrir con cemento el lecho marino en torno a la planta para prevenir la propagación de sustancias radiactivas en el mar, en un área de unos 70.000 metros cuadrados (siete hectáreas) cercanos a las tomas de agua del reactor número 6 de la planta de Fukushima. La operadora ha decidido cubrir el lecho marino al temer que las olas y el movimiento de los buques en el puerto cercano a la planta energética pudieran dispersar los materiales radiactivos cercanos a la central. Con la operación, la compañía pretende cubrir el lecho marino, que se encuentra a seis metros de profundidad, con una capa de 60 centímetros para evitar que el barro y la arena contaminada en torno a la central se expanda durante un periodo de unos 50 años.

«Recientemente TEPCO, operadora de la maltrecha central de Fukushima, epicentro de la crisis nuclear en Japón, ha detectado peces con un nivel de cesio radiactivo hasta 380 veces mayor al límite permitido para su consumo, según informa la cadena NHK. Tokyo Electric Power (TEPCO) detectó un pescado de roca con 38.000 becquereles de cesio radiactivo por kilo, el mayor índice de contaminación informado hasta la fecha, capturado el pasado 1 de agosto en aguas de Minamisoma, ciudad que se encuentra a 25 kilómetros de la central.»

 

«El problema no se queda en Japón: en el mes de Mayo un estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), revela que el atún rojo (‘Thunnus thynnus’) capturado en California (EEUU) contiene niveles relativamente altos de radiactividad procedente de la central de Fukushima (Japón). Los autores del trabajo, analizaron 15 atunes pescados en agosto de 2011 ante la costa de California y compararon sus niveles de isótopos radiactivos con otros ejemplares capturados tres años antes. El resultado, según relatan los investigadores en el artículo, refleja de «manera inequívoca» que los atunes rojos están transportando partículas radiactivas procedentes de Fukushima de un extremo a otro del océano Pacífico.

Sin embargo, los valores de radiactividad total, cercanos a los 10 bequerelios por kilogramo de pescado, están muy por debajo de los máximos permitidos para el consumo humano, que dependiendo de las normativas nacionales oscilan entre los 2.000 y los 4.000 bequerelios por kilo.  Será interesante comprobar como evoluciona la radiactividad en estos grandes depredadores marinos.»

Como se puede ver en estos dos videos, ya hace meses que la basura radiactiva llegó a la costa oeste de América del Norte…

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=7xaV–iruxM[/youtube]

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=5mXJ8Ez5jOU[/youtube]

«El 18% de los evacuados no podrá volver en 10 años. Además, según las estimaciones del Ejecutivo japonés, la radiación en las zonas colindantes a la maltrecha planta mantendrá también alejados de sus casas y municipios al 32 % de los evacuados al menos hasta 2017.

 Lo que pasa en el mar es preocupante pero no lo es menos lo que sucede en tierra. Otro estudio ha mostrado que la tasa de mutaciones y malformaciones se ha incrementado notablemente en las mariposas de Japón. A pesar de lo difícil que lo hacemos, ¿saldremos adelante?»

 

Compartir:

Un comentario

  1. Es muy lamentable el tema de las mutaciones que se producen por una catástrofe de este tipo, todas las especies terminan pagando en carne propia los desatinos de los humanos, ¿hasta cuándo tendremos que vivir al borde del peligro?

Deja un comentario