Las ostras enseñan a los médicos cómo “soldar” huesos sin tornillos ni clavos

La naturaleza lleva millones de años perfeccionando adhesivos que funcionan bajo el agua. Ahora, los científicos están aplicando esos secretos en soluciones médicas.

Cuando un cirujano ortopédico se enfrenta a un hueso roto en múltiples fragmentos, dispone de dos opciones: pasar horas recomponiendo el puzzle con placas y tornillos metálicos, o recurrir a cementos sintéticos que rellenan pero no adhieren. Ambas soluciones son invasivas, requieren incisiones grandes y, en el caso del metal, una segunda cirugía para retirar el material.

Pero ¿y si existiera un adhesivo capaz de pegar huesos en minutos, incluso en presencia de sangre, y que se reabsorbiera de forma natural conforme el tejido se regenera? Esta idea, que parece ciencia ficción, está cada vez más cerca gracias a la inspiración de un organismo marino sorprendente: la ostra.

Dos estrategias adhesivas, dos aplicaciones médicas
Las ostras y los mejillones son maestros de la adhesión subacuática, pero utilizan estrategias completamente diferentes. Los mejillones secretan proteínas ricas en un aminoácido especial llamado DOPA (3,4-dihidroxifenilalanina), que forma enlaces químicos incluso bajo el agua. Esta química ha inspirado ya toda una generación de hidrogeles y adhesivos para tejidos blandos, utilizados en hemostasia, sellado de heridas y cicatrización.

Sin embargo, estos adhesivos «estilo mejillón» tienen un problema: su base proteica los hace flexibles pero mecánicamente débiles, inadecuados para soportar las cargas que debe resistir un hueso.

Las ostras, por el contrario, producen un «cemento» muy diferente: aproximadamente un 90% de carbonato cálcico cristalino (aragonito y calcita) y solo un 10% de proteínas. Este material no es flexible como el de los mejillones, sino rígido y mineralizado, capaz de resistir décadas de oleaje y corrientes. Estudios recientes han demostrado que las nanopartículas minerales se integran en una red orgánica que mantiene la cohesión incluso en ambientes húmedos y salinos.

De la concha al hueso: la conversión clave
Aquí surge una pregunta: si el cemento de ostra es carbonato cálcico y el hueso está hecho de hidroxiapatita (un fosfato cálcico), ¿cómo puede uno suplir al otro?

La respuesta está en la conversión química. Diversos métodos de síntesis permiten transformar el carbonato cálcico de las conchas de ostra en nano-hidroxiapatita, el mismo mineral que forma nuestros huesos. Este material bioactivo puede formarse y fraguar en entornos húmedos y ricos en iones, como el cuerpo humano, y posteriormente reabsorberse de forma gradual, al mismo ritmo que el hueso se regenera.

Experimentos con imitaciones microscópicas de superficies de conchas de ostra han demostrado que pueden guiar el comportamiento de células madre esqueléticas, promoviendo su adhesión y diferenciación hacia células óseas. Otros estudios han incorporado fases minerales derivadas de ostras en hidrogeles, logrando adhesivos bioactivos con fuerte adherencia en condiciones húmedas.

Bone-02: del laboratorio a la clínica
En septiembre de 2025, un equipo de investigadores del Hospital Sir Run Run Shaw de la Universidad de Zhejiang (China) presentó «Bone-02», un adhesivo óseo bioinspirado en las ostras. Según datos preliminares de ensayos con más de 150 pacientes, el material puede unir fragmentos óseos en 2-3 minutos y se reabsorbe conforme el hueso cicatriza.

En un caso reportado, un trabajador joven con fractura conminuta (cuando un hueso se rompe en más de dos fragmentos),  de muñeca fue tratado con una incisión mínimamente invasiva de apenas 2-3 centímetros. El adhesivo fijó los fragmentos en tres minutos. Tres meses después, la muñeca había recuperado su función completa, sin complicaciones ni necesidad de retirar material implantado.

Fuente. International Business Times

Aunque estos resultados aún no han sido publicados en revistas científicas revisadas por pares, un paso imprescindible para validar cualquier innovación médica, el caso ilustra el potencial traslacional de los materiales inspirados en organismos marinos.

Más allá de la medicina: adhesivos sostenibles
La lección que nos dan las ostras no se limita a la medicina. A diferencia de los adhesivos derivados del petróleo, los sistemas bioinspirados en organismos marinos se basan en minerales y proteínas renovables, generan mínimos residuos tóxicos y pueden biodegradarse. Esto los hace prometedores para aplicaciones en odontología, recubrimientos anticorrosivos, construcción sostenible e incluso reparación de infraestructuras submarinas.

Los principios moleculares que permiten a los arrecifes de ostras resistir siglos de oleaje podrían, literalmente, cambiar la forma en que reparamos huesos rotos. Y quizá, en un futuro no tan lejano, la respuesta a fracturas complejas no sea metal ni plástico, sino una lección milenaria del fondo del mar.

Referencias
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• Alberts, E. M., et al. (2015). ACS Applied Materials & Interfaces, 7(16), 8533–8538. https://doi.org/10.1021/acsami.5b00287
• Metzler, R. A., et al. (2016). Advanced Functional Materials, 26(37), 6814–6821. https://doi.org/10.1002/adfm.201602348
• Waddell, S. J., et al. (2018). Journal of Tissue Engineering, 9. https://doi.org/10.1177/2041731418794007
• Lin, Q., et al. (2007). PNAS, 104(10), 3782–3786. https://doi.org/10.1073/pnas.0607852104
• Wu, S.-C., et al. (2011). Materials Characterization, 62(12), 1180–1187. https://doi.org/10.1016/j.matchar.2011.09.009

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