Premios a la Mejor Invención protegida mediante derechos de Propiedad Industrial, un reconocimiento a la innovación y la creatividad.

La actividad inventiva es crucial en cualquier economía. Los sistemas de protección de la propiedad industrial a través de patentes y modelos de utilidad incentivan la actividad creadora e inventora y promueven la difusión del conocimiento tecnológico en la sociedad.

De este modo, las patentes generan externalidades positivas que hacen que, incluso sin haber participado en la creación de la invención, haya personas que se vean beneficiadas por la misma.

Aunque nuestro país cuenta con un robusto sistema de protección de derechos de propiedad industrial y que el uso que se hace de él cada vez es más elevado, hasta el año 2022 no contábamos con un reconocimiento público de la importancia de la actividad inventiva, en un modelo económico basado en la tecnología y en el conocimiento.

 

Desde ese año, se han celebrado tres ediciones de los Premios a la Mejor Invención protegida.  

La primera edición tuvo una gran acogida presentándose más de 80 candidaturas. Un año después, los premios se consolidaron como un referente en las políticas de fomento de la innovación duplicándose las candidaturas.

Los premios cuentan con dos modalidades, una para reconocer a los mejores modelos de utilidad y la otra para reconocer a las mejores patentes. Cada una de estas modalidades está formada por 3 categorías diferenciadas, una categoría absoluta y otras dos para reconocer la labor investigadora del personal más joven y la de las mujeres inventoras.

Los galardones se conceden a través de un procedimiento en concurrencia competitiva que garantiza en todo momento los principios de transparencia, igualdad y mérito. Una vez recibidas las candidaturas, éstas son evaluadas por un jurado formado por personas expertas de reconocido prestigio en el campo de la propiedad industrial y por miembros de la OEPM, teniendo en cuenta criterios como el contenido científico y tecnológico del problema planteado y la solución aportada al mismo, la relevancia social y económica de la invención y su vinculación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la extensión de su protección al extranjero y su comercialización ya sea directamente por el propio titular o mediante acuerdos o licencias establecidas con terceros. 

De acuerdo con estos criterios, las invenciones reconocidas en las tres ediciones están muy vinculadas a la consecución de los ODS relacionados con la salud, el medio ambiente, las energías renovables y el bienestar social. Así, los ganadores de los premios en la categoría absoluta de mejor modelo de utilidad en las tres ediciones han sido un respirador artificial robusto de fabricación rápida (2022), una cámara de cultivo para evaluar los efectos compuestos volátiles en las interacciones planta-microorganismo (2023) y una ventana polivalente con una estructura para instalar en ella paneles solares (2024).

En el caso de la categoría absoluta de patentes reconocidas, se han premiado en estos tres años las siguientes invenciones: un fármaco para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas (2022), un sistema de cimentación de aerogeneradores que reduce significativamente el contenido de hormigón (2023) y un sistema para alinear las facetas de un heliostato de un campo solar de una manera sencilla, precisa y económica (2024).

Los premios a la mejor invención se configuran no sólo como un instrumento para fomentar la actividad investigadora, científica y tecnológica, sino también para dar a conocer las oportunidades que la protección de la propiedad industrial ofrece a los emprendedores y a las empresas. Así, Arantxa Esparza, inventora galardonada con el premio a la mejor patente en la segunda edición, durante la ceremonia de entrega de este año, ha reconocido la importancia de este premio para la empresa titular de la invención, Nabrawind Technologies, S.L., al reforzar su imagen de empresa que apuesta por la I+D+i facilitando la exportación de sus productos en un mercado competitivo.

En esta línea, Ana Martínez, profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ganadora de la mejor patente en la primera edición, considera fundamental que los institutos públicos de investigación sean conscientes de la importancia de proteger sus resultados para que las empresas que se interesen en participar en el desarrollo de su invención tengan garantizada la posibilidad de obtener retornos económicos y que los beneficios lleguen a la sociedad.

Para que estos premios no se queden únicamente en un reconocimiento público, la OEPM ha querido continuar apoyando a estos inventores e inventoras organizando un encuentro con actores y agentes financiadores del desarrollo tecnológico en el marco de la XIII Edición del foro Transfiere que se celebró el pasado mes de febrero.

Dado el éxito de los premios, la OEPM va a seguir convocándolos, por lo que las patentes o modelos de utilidad concedidos durante el 2023 pueden optar a los mismos una vez que se haya publicado la siguiente edición.

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