Tendencias en la protección de la I+D+i en Europa (segunda parte)

En dos entradas anteriores de esta serie (¿Estamos protegiendo adecuadamente la I+D+i? (primera parte) y ¿Estamos protegiendo adecuadamente la I+D+i? (segunda parte)) se han presentado datos sobre la investigación y la protección de la I+D+i en España a través de las distintas figuras de Propiedad Industrial durante los primeros años del siglo XXI. En otro artículo anterior (Tendencias en la protección de la I+D+i en Europa (primera parte)) se han tomado quince países de la Unión Europea (Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido y Suecia) y se han visto varios parámetros relacionados con la I+D de estos países (inversión por habitante, número de investigadores, así como otros indicadores). Finaliza esta serie de artículos analizando cuáles son las tasas de protección de esta investigación, en forma de solicitudes de patente, en cada uno de los países considerados en la primera parte de este estudio.

Dichos resultados se recogen en la tabla 1, para el periodo 2012 a 2016; también se han incluido los datos de personal investigador en 2015 para estos países (excepto para el caso de Francia, donde los últimos valores que se disponen son de 2014; en esta ocasión, la información procede de la tabla 2 de la primera parte de este artículo). También se ha incluido una columna (en el lado derecho) que relaciona las patentes presentadas en cada país durante 2015 por cada mil investigadores. Las figuras 1 y 2 muestran representaciones gráficas de la evolución de las solicitudes de patente en algunos de los países mostrados en la tabla 1; se aportan en gráficas diferentes pues las escalas a las que se refieren también lo son.

Tabla 1 – Datos de patentes nacionales presentadas ante las Oficinas Nacionales de Patentes de diversos países europeos en el periodo 2012 a 2016, y personal investigador de esos países en 2015; se ha obtenido el ratio de patentes solicitadas en 2015 por millar de investigadores (fuente: elaboración propia basada en datos de solicitudes de patentes dados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual –véase su página web https://www3.wipo.int/ipstats/index.htm?tab=patent– y datos estadísticos de investigadores de Eurostat –véase su página web http://ec.europa.eu/eurostat/web/science-technology-innovation/data/main-tables–). Los valores de la columna derecha son datos propios, obtenidos de dividir los datos de patentes presentadas en 2015 entre el número de investigadores en 2015, multiplicado por mil. * El valor del número de investigadores en España no es el mismo que proporciona el INE (214.227). ** Los datos de Francia sobre el número de investigadores se refieren a 2014, por no disponer de la información correspondiente a 2015.

De la tabla 1 y las figuras 1 y 2 cabe señalar el papel hegemónico que presenta Alemania en su solicitud de patentes nacionales frente a otros países de la Unión Europea. Las solicitudes de patente alemanas casi triplican las de la siguiente nación (Reino Unido), suponen alrededor de 3,7 veces las patentes solicitadas en Francia, o son del orden de seis veces las de Italia. Si no se tienen en cuenta otros factores, los valores de las patentes presentadas en España se mantienen en valores intermedios respecto otros países de la serie.

 

Figura 1 – Evolución de la presentación de solicitudes de patentes nacionales en varios países de la Unión Europea durante el periodo 2012 a 2016 (fuente: representación gráfica de ciertos datos de la tabla 1).

Figura 2 – Evolución de la presentación de solicitudes de patentes nacionales en varios países de la Unión Europea durante el periodo 2012 a 2016 (fuente: representación gráfica de ciertos datos de la tabla 1).

Sin embargo, es posible que los valores anteriormente vistos sobre inversión en I+D, número de investigadores, porcentaje del PIB dedicado a la inversión en I+D, patentes presentadas, etc., no tengan ningún valor si no puede cuantificarse lo que genera esa inversión en I+D. Un parámetro que puede dar una idea de los resultados de la investigación es el porcentaje del comercio exterior dedicado a la alta tecnología. Dichos datos aparecen en la tabla 2.

Los datos de la tabla 2 indican los porcentajes del comercio exterior relativos a la exportación de alta tecnología para diversos países de la Unión Europea en el periodo 2009 a 2015. Algunos valores de la tabla 2 han sido representados en dos figuras: la figura 3 para aquellos países con mayores porcentajes, y la figura 4 para países con menores tasas de exportación en materia de alta tecnología.

Tabla 2 – Porcentajes de exportación en alta tecnología en diversos países europeos durante el periodo 2009 a 2015 (fuente: datos tomados de la página web de Eurostat según su URL http://ec.europa.eu/eurostat/web/science-technology-innovation/data/main-tables).

Figura 3 – Evolución del porcentaje de exportación de alta tecnología en el comercio de varios países de la Unión Europea para el periodo 2009 a 2015 (fuente: representación gráfica de ciertos datos de la tabla 2).

Figura 4 – Evolución del porcentaje de exportación de alta tecnología en el comercio de varios países de la Unión Europea para el periodo 2009 a 2015 (fuente: representación gráfica de ciertos datos de la tabla 2).

De la tabla 2 y las figuras 3 y 4 se aprecia cuáles son los países que lideran las mayores tasas de exportación de alta tecnología en sus relaciones comerciales (Irlanda, Francia, Países Bajos, Reino Unido y Alemania); cabe pensar que esta exportación de alta tecnología es debida en buena parte a los resultados obtenidos por la inversión previa en investigación. El caso de Irlanda puede resultar paradójico a la vista de datos anteriores, y quizá también pueda explicarse por la decisión de aquel país por fomentar la ubicación de empresas extranjeras de alta capacidad tecnológica. En cualquier caso, los países que se reflejan en la figura 3 tienen valores de exportación en alta tecnología entre (aproximadamente) un 15% y un 24%. Estos valores contrastan con los que se ven en la figura 4, donde (en el mejor de los casos) apenas se supera el 8% (Polonia en 2015); España se encuentra en este último grupo, con valores medios de exportación en alta tecnología del orden del 5 por ciento, inferior a la media de los países de la Unión Europea que es ligeramente mayor al 15%.

¿Qué conclusiones pueden obtenerse de los datos presentados? Los valores españoles de inversión monetaria en I+D por habitante, o de personal investigador por número de habitantes, se encuentran muy alejados de los países que lideran la investigación en Europa (bien sea ésta medida por los anteriores parámetros u otros, como el número de patentes solicitadas). Será decisión de España, como nación, determinar la posición que deseamos desempeñar en el entorno de la investigación continental y global. Y ello es algo que nos afecta a todos los que tenemos alguna relación con la I+D+i; nuestra postura personal, aunque sea pequeña, ejerce algún tipo de influencia, y la suma de muchos pocos puede dar una resultante de consideración. ¿Está todo perdido, son acaso todos nuestros esfuerzos vanos? Probablemente no, o eso podría pensarse de los datos que figuran en la tabla 3, que aglutina algunos de los valores presentados en este artículo.

Tabla 3 – Datos de patentes nacionales presentadas ante las Oficinas Nacionales de Patentes de diversos países europeos en 2015, inversión en I+D por habitante, cociente entre ambas magnitudes para varios países de la UE, número de patentes nacionales solicitadas por cada mil investigadores, y porcentaje de exportaciones en alta tecnología (fuente: elaboración propia basada en datos de la tabla 3 de la primera parte de este artículo, y tablas 1 y 2 de esta segunda parte). * Todos los datos de Francia se refieren a 2014, por no disponer información sobre el número de investigadores en 2015.

La tabla 3 presenta varios datos agrupados (relativos a 2015) que ya se han comentado en este artículo; la columna (A) presenta las solicitudes nacionales de patentes presentadas en 2015 (véase la tabla 1). La columna (B) refleja la inversión anual en I+D por habitante (véase la tabla 3 de la primera parte de este artículo). La columna (C) se obtiene de dividir los datos de la columna (A) de la propia tabla 3 con los datos de la columna (B), dando un resultado que cuantifica el número de patentes que se presentan por cada euro que se invierte en I+D por habitante. La columna (D) resulta de dividir los datos de la columna (A) de la propia tabla 3 con los datos de personal investigador en 2015 obtenidos de la tabla 2 de la primera parte de este artículo. La columna (E) repite los datos de porcentaje de exportación de alta tecnología según los valores de la tabla 2.

¿Resultan válidas estas consideraciones estadísticas? Proporcionar respuesta a esta pregunta puede ser difícil, pues quizá los mismos datos puedan interpretarse de forma diferente haciendo diversas lecturas. Lo que sí parece claro es que hay muchos países en los que el número de patentes debería ser más alto, bien porque la inversión que se hace en ellos en I+D por habitante es elevada comparada con las patentes que solicitan (como es el caso de Finlandia, Dinamarca y Suecia), o bien porque el número de patentes por investigadores sea relativamente bajo (como el caso de Bélgica, España, Grecia o Irlanda).

El análisis de los datos estadísticos presentados puede ser perverso. Al estudiar los valores de la tabla 1 de la primera parte de este artículo (Tendencias en la protección de la I+D+i en Europa (primera parte)), se comprueba que en 2015 la inversión en I+D+i por habitante en Suecia fue alrededor de un 40% superior a la de Alemania; pero sin embargo (véase la tabla 1 en esta segunda parte del artículo), el número de patentes presentadas en Alemania fue 25 veces el número de patentes presentadas en Suecia en el mismo año. Se deja para los lectores más interesados la comparación de datos entre otros países. La supremacía alemana en la solicitud de patentes nacionales no deja ninguna duda de la importancia que se da en ese país a la protección de la I+D+i mediante figuras de Propiedad Industrial. En España todavía estamos lejos de esa cultura, y actividades formativas y de sensibilización en materia de Propiedad Industrial, especialmente en el ámbito académico universitario, podrían revertir esta situación a medio y largo plazo.

A la vista de la revisión estadística hecha en estos artículos sobre la protección de la I+D+i en España y Europa, cabe reflexionar sobre la cita atribuida al célebre físico de origen neozelandés Lord Ernest Rutherford (1871-1937), «If your experiment needs statistics, you ought to have done a better experiment”. ¿Estaba Churchill en lo cierto al decir I only believe in statistics that I doctored myself? Que cada uno de nosotros saque sus propias conclusiones.

 

R. Rubén Amengual Matas

 

 

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