La producción de ostra en Galicia es muy limitada llegando escasamente a las 400 toneladas por año. En esta cantidad no se incluyen las importaciones de ostra (Grecia, Turquía, Chile) para cubrir las demandas del mercado. Los bancos naturales están completamente agotados aunque existen pequeñas poblaciones naturales en algunas zonas de las rías de Arosa, Vigo, Pontevedra y Ortigueira.


Al igual que el mejillón, las evidencias más antiguas del consumo de ostra datan del siglo IV a. de c.; los nativos de las costas de Galicia dejaron en sus poblaciones grandes depósitos de conchas de almejas, ostras y mejillones que se han denominado «concheiros». Se han encontrado depósitos similares en las cercanías de las villas romanas del siglo I d. de c. Existe también constancia documental de que en el siglo X una familia donó propiedades a la Iglesia incluyendo «ostrarias» (nombre de los lugares donde se recogían ostras).

En el siglo XIII, se consumían ostras frescas tanto en las ciudades como en los monasterios y se denominaba «ostreiros» a los pescadores de ostras. En el siglo XVI se consumían ostras empleando distintas salsas. También en el siglo XVI, la mitra de Compostela, regulaba la cosecha de ostras con el fin de conseguir un suministro continuo.

En ese momento algunas poblaciones de las rías gallegas ya exportaban ostras al Reino de Castilla y a Asturias. Durante el siglo XVIII, la explotación para suministrar a la monarquía casi condujo a la total desaparición de las poblaciones naturales de ostra en la Ría de Vigo. En 1706, se fletaban barcos desde Carril, en la Ría de Arosa, para enviar ostras a otras zonas de España. En 1768 las ordenanzas de la provincia de Pontevedra recogen la existencia de abundantes poblaciones naturales de ostra en las rías de Pontevedra y Vigo.

Ya en aquellos tiempos, Coornide de Saavedra (1778) advirtió que la extracción incontrolada de ostras podía ocasionar la desaparición de las mismas. Sin embargo, la explotación continuó sin que setomaran medidas reguladoras. En su descripción económica del Reino de Galicia, Labrada (1804) menciona que las mujeres de Carril vendían ostras y otros moluscos recogidos por los hombres en la ciudad de Santiago y la villa de Padrón.

La extracción de ostras se hizo más intensa en el siglo XIX. En 1870, Paz Graells describió la gran caída en el número de ostras presentes en las poblaciones naturales, asociando este fenómeno fundamentalmente a la exportación de ostras hacia Francia con el fin de repoblar las poblaciones naturales de aquel país. Esta advertencia provocó que la Comisión Central de la Pesca estableciese dos parques de ostra en 1874 y que se importase ostra y tecnología de Francia para recuperar la pesquería. Los resultados fueron negativos en parte porque las localidades elegidas para realizar el cultivo no fueron adecuadas y como resultado los parques fueron clausurados en 1874.

El éxito del cultivo de la ostra en Francia y las adecuadas condiciones para el mismo que reunía Galicia animó a la iniciativa privada española. En 1893 Dean, describía el cultivo de la ostra en Santander que consistía en el uso de cajas dispuestas en hileras en zonas protegidas de la bahía. Estas cajas estaban un metro sobre el fondo y raramente quedaban fuera del agua. Estos intentos fueron abandonados porque en aquella zona la salinidad era muy alta.

La explotación incontrolada de los bancos naturales continuó y su producción fue decayendo. Por ejemplo la cosecha de ostra en San Simón (Ría de Vigo) fue de 30 millones de ostras en 1935, mientras que diez años más tarde solamente se recogieron 7 millones y en 1952 el banco estaba casi agotado.

En 1922 se importaron casi 3,5 millones de semilla (juveniles) de ostra desde Francia para su engorde y crecimiento en Galicia. Sin embargo, la Guerra Civil y la prohibición de importar semilla desde ese país influyeron negativamente en el éxito del cultivo. Entre 1953 y 1959 investigadores del entonces Instituto de Investigaciones Pesqueras de Vigo (CSIC) realizaron experiencias con el fin de obtener semilla de los bancos naturales con el fin de conseguir la recuperación de la ostra gallega. Sin embargo la baja fijación de semilla y los múltiples problemas con los mariscadores condujeron al fracaso de este intento.

En los años sesenta las poblaciones naturales de ostra eran tan pequeñas que su explotación no era rentable económicamente. En ese momento se realizaron distintos intentos de recuperar los bancos de ostra. Se emplearon colectores similares a los empleados en la Bretaña francesa en un parque experimental cerca de Villajuan en la Ría de Arosa.

En los años setenta se estableció otro parque de cultivo en la ría de Ortigueira. Se mantenía a las ostras en cajas y se empleaban colectores de teja para que los juveniles de ostra se fijaran. En 1980 el parque tenía unas 20 toneladas de ostras en edad de reproducirse pero poco después tan solo sobrevivían unas 8 toneladas. La reducción fue debida a las mortalidades ocasionadas por el parásito Bonamia ostreae.

En 1979 comenzaron los trabajos del primer criadero artificial de ostra que también producía juveniles de almeja.

En 1981 se distribuyeron ostras procedentes de este criadero con el fin de conocer cual era su tasa de crecimiento en distintas zonas de Galicia.

Esta empresa continua su actividad en la actualidad pero la presencia de los virulentos parásitos de la ostra (Marteilia refringens y Bonamia ostreae) limita su éxito.


Las flechas muestran células del parásito Bonamia ostreae causante de importantes mortalidades en las ostras cultivadas.

A finales de los años setenta y principios de los ochenta, se empleaban unas 300 bateas para el cultivo de la ostra, en las que se mantenía de 70 a 100 millones de ostra que eran importadas como semilla desde Francia, infectadas con el parásito Bonamia ostreae, para su engorde en nuestras rías. Como consecuencia se produjeron elevadísimas mortalidades, se perdió el 70% de las ostras gallegas, y se prohibió la importación de semilla de Francia.

En 1987, el número de bateas destinadas al cultivo de la ostra había decrecido hasta 137. En la actualidad la actividades de cultivo se limitan a engordar ostras importadas de mediano tamaño o a almacenar temporalmente ostras de tamaño comercial para su comercialización inmediata.

Muchos han elucubrado sobre las posibles causas del fracaso o de la falta de interés sobre el cultivo de la ostra. Algunos han apuntado hacia el hecho de que las ostras nunca fueron un manjar muy popular en España y la producción natural aunque baja era suficiente para abastecer las demandas de las clases poderosas. De hecho en el Louvre hay tan solo un cuadro español, con moluscos como tema, denominado «Los comedores de mejillón» (Nuñez de Villavicencio, finales del siglo XVII) y ninguno sobre ostras.

Sin embargo, existen numerosos cuadros de la escuela francesa en la que aparecen seres humanos y ostras en distintas circunstancias.

Los problemas de la ostra en Galicia son fundamentalmente los debidos a las enfermedades y al hecho de que importar ostras, incluso de lugares lejanos a Galicia, es mas barato que cultivarlas en nuestro país.

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9 comentarios

  1. Me gusta mucho como llevas el blog paaaaa.Me alegra que estés tan entregado. Y de parte del abuelo y mía que lo de la bañera-ostra está

    muy bien.(RECHULI del abuelo).

    CARMEN y Super ABUX.

  2. Hola, me gustaría si fuera posible conocer la bibliografía y fuentes de información, en las que está basado este trabajo, que por cierto, está muy bien y me ha sido muy útil encontrarlo. Gracias

  3. Compre ostras en Arcade (Pontevedra) para la cena de fin de año

    y mi suegra encontró una perla (diminuta) de color grisaceo.

    Quiero que me informen si esto es normal y a quien o donde tengo que dirigirme. Por cierto estaban riquisimas.

  4. Compre ostras en Arcade (Pontevedra) para la cena de fin de año y mi suegra encontró una perla (diminuta) de color grisaceo.

    Pregunto: esto es normal.

    Con quien o como tengo que informarme.

    Por cierta estaban riquisimas.

  5. Hola:

    Es absolutamente normal encontrar perlas en los moluscos bivalvos.

    Muchas son muy pequeñas y casi no nos damos cuenta al comerlos.

    Es una manera que tienen los moluscos bivalvos de aislar un cuerpo extraño.

    Los mejillones suelen generalrlas como defensa frente a unos parásitos, inofensivos para el hombre, conocidos como trematodos. Estas perlas suelen medir alrededor de 1 mm de diametro.

    Saludos

  6. Muy buen trabajo en este post, los problemas de enfermedades son ciertos, pero actualmente empieza a haber interés por el cultivo de ostra en Galicia por los avances en especies resistentes y el aumento de precios por la bajada de producción francesa. El cultivo se realiza en cajas apilables perforadas, suspendidas de bateas. Tenéis más detalles de estas cajas de plastico perforadas aquí: http://cajasdeplastico.gisevi.com

  7. […] Las investigaciones realizadas nos muestran que ya en la prehistoria se consumían ostras, y buen ejemplo de ello son los rastros arqueológicos en los antiguos “concheiros” de los castros celtas gallegos. Posteriormente en la época romana, entre los mariscos más apreciados se encontraban las ostras, y concretamente las procedentes de Galicia eran muy apreciadas por su gran calidad. Cabe destacar que si bien los griegos parece que no desarrollaron el cultivo de ostras, los romanos si que desarrollaron la ostricultura en bahías y ensenadas. En las épocas posteriores prosiguió el consumo de ostras, y éstas se encontraban en grandes cantidades en el litoral gallego, denominándose ostreiros a los que las recogían de las costas. En el siglo XVIII existen referencias de exportación de ostras desde Galicia a otras zonas tales como Asturias y Castilla, y es en ese mismo siglo cuando se alzan las primeras voces advirtiendo que la extracción incontrolada de ostras conduciría a su desaparición. La verdad es que ya en esta ocasión aparece algunas llamadas de atención al cuidado del recurso pesquero y de su sostenibilidad, ¡en pleno siglo XVIII! […]

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