El tratado sobre los océanos de la ONU es una oportunidad «única en la vida» para proteger la alta mar.

El mundo tiene esta semana una oportunidad «excepcional» para proteger la alta mar de la explotación incontrolada que se está llevando a cabo desde hace décadas. Esta semana representantes de los países se reúnen en la sede de la ONU en Nueva York para elaborar un nuevo tratado sobre los océanos.

Un científico describió el tratado, que establecerá un marco legal para proteger la biodiversidad y gobernar la alta mar, como el acuerdo de protección de los océanos más importante en cuatro décadas.

Una gran parte del océano, el 64 % de la superficie, se encuentra fuera de las zonas económicas exclusivas (ZEE) que cubren aproximadamente 200 millas náuticas desde las costas de los estados individuales. Esa zona es conocida como alta mar y en ella se localizan una amplia variedad de ecosistemas y especies, muchos de ellos insuficientemente estudiados y evaluados. El alcance cada vez mayor de los buques de transporte, la minería de los fondos marinos y las nuevas actividades, como la “bioprospección” de especies marinas, han puesto la alta mar y su biodiversidad en un riesgo cada vez mayor de explotación.

Un grupo de 50 países se unió a la coalición 30×30, que se lanzó en enero de 2021 y tiene como objetivo proteger el 30% de la tierra y el mar del planeta para 2030. Pero sin un acuerdo, estas promesas no tendrán base legal en el alta mar.

Actualmente, todos los países tienen derecho a navegar, pescar y realizar investigaciones científicas en alta mar con pocas restricciones. Solo el 1,2% de esta área marina está protegida.

En las últimas dos o tres décadas se está produciendo una «aceleración azul», o carrera por los recursos. Una carrera por la explotación de los océanos en sectores muy diferentes, pero sin una una visión general.

Una de las grandes mentiras sobre la alta mar es que es un gran espacio vacío. La otra es que es un espacio tranquilo. Ambos son totalmente falsas. Según todos los indicadores, está más ocupado que nunca. El transporte marítimo ha aumentado un 1.600 % desde 1982, cuando se firmó la Unclos [la ley del mar de la ONU]. La pesca industrial se lleva a cabo cada vez más lejos de la costa y se pesca en más del 55% del océano. Hay un nuevo interés en el petróleo y el gas en alta mar. Y existe la amenaza de la minería en las profundidades del mar.

Si bien existen organismos y tratados internacionales que administran los recursos y la actividad humana en áreas más allá de la jurisdicción nacional, incluida la pesca, la caza de ballenas, el transporte marítimo y la minería de los fondos marinos, sus mandatos varían mucho y sus jurisdicciones a menudo se superponen. Este enfoque fragmentario conduce a una degradación del medio ambiente y sus recursos. También hace que la creación de áreas marinas protegidas sea un desafío legal.

En la situación actual, Covid, guerra en Ucrania, guerra en Siria, guerra en Etiopia, guerra en Yemen, guerras en tantos otros lugares del planeta, persecución y genocidio de tantas etnias, precios insostenibles para una gran cantidad de personas en todos los países, es difícil comprender lo cruciales que son estas conversaciones para la economía oceánica global multimillonaria, una fuente de alimento vital para miles de millones de personas y quizás la mejor protección que tiene el planeta contra el cambio climático y por tanto para nuestro bienestar y supervivencia a medio largo plazo.

La asamblea general de la ONU votó el 24 de diciembre de 2017 para convocar un proceso de varios años para desarrollar un tratado sobre “la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de áreas fuera de la jurisdicción nacional”.

Tres de las negociaciones programadas han tenido lugar. El cuarto y último set, previamente programado para marzo de 2020 pero pospuesto debido a Covid, se lleva a cabo entre el 7 al 18 de marzo en la sede de la ONU en Nueva York.

El proyecto de tratado aborda cuatro áreas clave: recursos genéticos marinos; herramientas de gestión basadas en áreas, incluidas las áreas marinas protegidas; evaluaciones de impacto ambiental y desarrollo de capacidades; y la transferencia de tecnología marina.

El mes pasado, en la cumbre One Ocean en Brest, Francia, más de 100 países, incluido el Reino Unido y 27 miembros de la UE, acordaron lograr un tratado de alta mar de la ONU fuerte y robusto, dando a las conversaciones un poderoso impulso político. No se permitió el acceso a las ONG debido a los problemas de aforo relacionados con Covid. Un control menos.

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