Medicando el mar, los ríos y los embalses con antidepresivos

Los productos farmacéuticos psiquiátricos son un grupo de compuestos orgánicos que se utilizan para tratar enfermedades mentales

Recientemente, varios investigadores han detectado su presencia en diferentes países en un amplio rango de concentraciones (orden de magnitud de nanogramos por litro a miligramos por litro).

Todo lo que entra en el cuerpo tiene que salir. Las alcantarillas recogen los medicamentos que excretamos, junto con los componentes químicos degradados que muy a menudo tienen efectos similares a los de los medicamentos originales.

Las plantas de tratamiento de aguas residuales no filtran estas cosas, nunca fueron diseñadas para eso. Una gran cantidad de aguas residuales también llega a los ríos y las aguas costeras sin tratar. Una vez en el medio ambiente, los medicamentos y sus derivados pueden afectar a los diversos seres vivos.

Los medicamentos antidepresivos, una categoría de fármacos psiquiátricos, pueden clasificarse como inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), antidepresivos tricíclicos (TCA) e inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO); según su mecanismo de acción farmacológico.

Según datos de 2020 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los países europeos son los mayores consumidores de antidepresivos a nivel mundial.

Se han detectado en todo el mundo fármacos antidepresivos en muchas masas de agua, tanto urbanas como naturales. Estos estudios señalan la importancia de controlar la presencia de estos medicamentos, prestando mucha atención a las áreas con poblaciones en crecimiento y a los sistemas de tratamiento de aguas residuales deficientes. Es importante señalar que los reservorios de agua naturales pueden recibir agua que contiene estos fármacos antidepresivos, lo que lleva a su exposición aguda y crónica en la vida acuática nativa, así como en los humanos.

En un experimento, en el que se expuso a cangrejos de río a niveles bajos de antidepresivos, los tratados eran más extrovertidos: salían de su escondite relativamente más rápido y pasaban más tiempo buscando alimento, comportamientos que los hacen más susceptibles a los depredadores. Las concentraciones empleadas no se consideran dañinos porque eran lo suficientemente bajas como para no matar, pero se observaron cambios en la agresión, la capacidad de oler y el cortejo en los animales expuestos a estas bajas concentraciones de estos medicamentos.

Diferentes publicaciones científicas confirman la presencia de fármacos antidepresivos en embalses de agua a nivel mundial, así como su potencial bioacumulación en organismos acuáticos. Por ejemplo, en un análisis de los fármacos psiquiátricos presentes en los ríos Duero y Leçs de Portugal, los fármacos psiquiátricos encontrados con mayor frecuencia fueron antidepresivos como fluoxetina, carbamazepina, citalopram, sertralina y trazodona en concentraciones de hasta 2,0 ngL−1. En el Reino Unido, se han detectado citalopram y fluoxetina en el agua potable en concentraciones de 2,26–2,80 ngL−1 y 0,27ngL−1, respectivamente.

Apenas hay información sobre la presencia de antidepresivos en aguas urbanas y no urbanas en América Latina, aunque algunos estudios han demostrado la presencia de antidepresivos en ciertas áreas del continente.

Los trastornos depresivos están clasificados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la principal causa de discapacidad en los países desarrollados y en vías de desarrollo. Hay muchas causas de depresión. La reciente pandemia de COVID-19 ha afectado la salud mental de la población mundial, provocando un aumento del número de personas con episodios depresivos en China, Reino Unido, EE. UU. y España. Los medicamentos antidepresivos son la terapia de primera línea para tratar el estrés, la ansiedad y los episodios depresivos resultantes del confinamiento. Es probable que su prescripción y consumo aumente en los próximos años. En consecuencia, se necesita un seguimiento preciso de estos fármacos que abarque todo el ciclo del agua.

Este monitoreo podría ser el primer paso en la formulación de mejoras que puedan lograr la degradación o inmovilización de los medicamentos antidepresivos en las plantas de tratamiento de aguas residuales.

El peor escenario posible es cuando estos medicamentos se encuentran en organismos acuáticos en ríos u océanos de todo el mundo. El efecto toxicológico de los antidepresivos en animales depende del estado de desarrollo del animal, la dosis y el tiempo de exposición. Sin embargo, los efectos más comunes incluyen 1) cambios en el peso, 2) alteraciones de la natación, 3) supresión del reflejo de escape y 4) disminución de la ingesta de alimentos. Existe una necesidad urgente de desarrollar mejores técnicas para detectar y cuantificar bajas concentraciones de antidepresivos y sus metabolitos en la biota acuática en diferentes niveles tróficos.

Toda esta información y una mejor comprensión de los cambios químicos que experimentan estos medicamentos en el medio ambiente deberían emplearse para rediseñar y actualizar las plantas de tratamiento de aguas residuales para poder degradar los compuestos antidepresivos de manera eficiente.

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