La granza, pellets o nurdles son “gránulos de plástico de preproducción”.

Fuente. Chamila Karunarathne/EPA.

Los ladrillos con los que se fabrican la mayoría de los productos plásticos, desde botellas de agua hasta televisores. Se producen 390 millones de toneladas de plástico al año. Se estima que en 2060 se produzcan 1000 millones de toneladas al año. Cada año terminan en el mar unas 500.000 toneladas de plástico.

Los pellets, suelen tener un tamaño de entre 1 y 5 milímetros y están fabricados así a propósito. Son diferentes de los microplásticos que se generan a partir de la degradación de plásticos de mayor tamaño. Su tamaño permite transportarlos fácilmente. Se funde y se transforma en diversos productos plásticos en las fábricas. Desafortunadamente, miles de millones de partículas se vierten inadvertidamente a ríos y océanos.

Su pequeño tamaño, forma redonda y variedad de colores los convierten en un alimento atractivo para mamíferos marinos, aves y peces que pueden confundirlos  con presas pequeñas. Este «alimento» tiene un problema adicional. Son “esponjas tóxicas”. Su composición y forma permiten que en su superficie se concentren contaminantes. También pueden ser colonizados por microorganismos nocivos para los seres vivos, esto se conoce como “rafting plástico”.

Por peso, después del polvo de neumáticos, son la segunda fuente de micro contaminantes en el océano. Cada año llegan a los océanos 230.000 toneladas de pellets plásticos. Son contaminantes de larga duración. Transportados por las corrientes marinas llegarán a las costas durante décadas. Sin embargo, los pellets, a diferencia de sustancias como el queroseno, el diésel y la gasolina, no se consideran peligrosos según el código de mercancías peligrosas de la Organización Marítima Internacional (OMI) para su manipulación y almacenamiento seguros.

Hasta la “perdida” de las 26 toneladas de pellets frente a Portugal y Galicia los antecedentes  conocidos de pellets vertidos en el mar son, Sri Lanka, 2021, 1.680 toneladas de pellets; 2020 mar del Norte, 10 toneladas de pellets; Nueva Orleans, EE.UU., 2020: 25 toneladas de pellets perdidos;  Noruega, 2020, 13 toneladas de pellets; Durban, Sudáfrica, 2017, 49 toneladas de pellets; Hong Kong, 2012, 150 toneladas de pellets, Islas Wadden, Holanda, 2012: 11 toneladas de pellets; Nueva Zelanda, 2011: 150 toneladas de pellets.

Una marea inagotable de pellets de plástico.

Hay bastantes ejemplos de los daños que estos pellets pueden causar en los ecosistemas marinos.

Las ballenas barbadas (azules, de aleta y jorobadas), utilizan las barbas de su maxilar superior para filtrar los alimentos del agua. Así consumen millones de partículas de microplásticos al día, lo que las convierte en los mayores consumidores de desechos plásticos del planeta.

La estimación para las ballenas azules es de 10 millones de microplásticos por día, lo que significa que podrían ingerir más de mil millones en tres o cuatro meses. El peso del plástico consumido en este tiempo se estimó entre 230 kg y 4 toneladas.

Leyenda. a Plástico ingerido por ballenas día-1, modelado como la suma de (i) plástico filtrado del agua por día y (ii) plástico consumido por las presas por día. Creamos tres escenarios para capturar el rango de posible riesgo de exposición a la ingestión de plástico, bajo, medio y alto, ya que algunas de las variables carecen de datos completos; b Las profundidades de las estocadas de los despliegues en la Bahía de Monterey están alineadas con el perfil de profundidad de la concentración de plástico en la Bahía de Monterey. Alex Boersma ilustró las ballenas y sus presas y Scott Landry, del Centro de Estudios Costeros, ilustró el diagrama de filtración.

Fuente: Kahane-Rapport, S.R., Czapanskiy, M.F., Fahlbusch, J.A. et al. Field measurements reveal exposure risk to microplastic ingestion by filter-feeding megafauna. Nat Commun 13, 6327 (2022). https://doi.org/10.1038/s41467-022-33334-5

Recientemente se describió una nueva enfermedad causada por la ingesta de plásticos en aves marinas. Esta enfermedad se conoce como “plasticosis”. Las aves que la padecen tienen cicatrices en el tracto digestivo por la ingestión de desechos plásticos. Cuanto más plástico había ingerido un ave, más cicatrices tenía. Las aves son más vulnerables a infecciones y parásitos y su capacidad para digerir alimentos y absorber algunas vitaminas se ve disminuida.

 

Fuente: Hayley S. Charlton-Howard, Alexander L. Bond, Jack Rivers-Auty, Jennifer L. Lavers, ‘Plasticosis’: Characterising macro- and microplastic-associated fibrosis in seabird tissues, Journal of Hazardous Materials, Volume 450, 2023, 131090, ISSN 0304-3894, https://doi.org/10.1016/j.jhazmat.2023.131090.

Los pellets no solo se originan por vertidos accidentales en su transporte por mar.

En la playa de La Pineda, Tarragona, cerca del polígono industrial petroquímico Francolí, en el que hay fábricas de plástico, cada año hay episodios de contaminación por  pellets de plástico. Hace unos de años se recogieron en dos horas  800.000 pellets casi 16 quilos. Según algunos estos microplásticos se han detectado desde hace al menos 50 años.

Estos pellets llegan a lugares relativamente lejanas y de gran interés ecológico como la playa de Cavalleria, en la Reserva de la Biosfera de Menorca, alcanzando densidades de más de seis mil pellets por metro cuadrado.

En la playa de Rodas de las islas Cíes, el 93,8 % de los objetos que se encuentran en la arena son de plástico. Los “más populares” son bolsas de patatas fritas y chucherías; tapas, tapones y corchos; bastoncillos de algodón o envases de yogures y mantequilla.

A raíz del vertido de pelets, fuentes del Parque Nacional declararon que las bolitas de plástico, “no son una novedad en Cíes”.

Situaciones como las que vivimos con el vertido de pellets nos deberían hacer reflexionar sobre que podemos hacer al respecto. Individual y colectivamente.

Las políticas internacionales sobre el plástico no son específicas y no tiene objetivos medible y realista. Es necesario exigir responsabilidad corporativa en la producción de plástico a nivel mundial, con una legislación jurídicamente vinculante que aborde el ciclo de vida completo del plástico, desde la extracción y la fabricación hasta el final de su vida.

Estamos enganchados al plástico. Vestimos plástico. Usamos plástico para todo, hasta cogemos los excrementos de los perros con plástico.  Acabaremos siendo de plástico.

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