Crónica del cambio climático.

Las calamidades que definieron 2024.

En 2024, el mundo ha sido testigo de una sucesión de desastres climáticos que no solo han roto récords históricos, sino que también han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de millones de personas frente a los impactos del cambio climático. A continuación, presentamos un análisis mes a mes de estas catástrofes.

Enero: el mes más caluroso desde 1940
El 2024 comenzó con el enero más cálido registrado desde 1940 en el conjunto de datos ERA5. La temperatura media global de la superficie fue de 13,14 °C, superando en 0,70 °C el promedio de enero entre 1991 y 2020 y en 0,12 °C el anterior récord establecido en 2020. Este incremento de temperaturas afectó el inicio de ciclos agrícolas en regiones como Europa del Este y partes de Asia Central, causando incertidumbre sobre las cosechas venideras. Este fenómeno no solo marcó un récord climático, sino que también impulsó un debate global sobre la necesidad de acelerar la transición hacia fuentes de energía renovable para frenar el calentamiento global.

Febrero: sequía extrema en el sur de África
El sur de África sufrió una sequía prolongada que provocó el colapso de los cultivos y la muerte de ganado. Las lluvias no llegaron en el momento crítico para el maíz, alimento básico de la región, dejando a 27 millones de personas al borde del hambre. Este desastre fue impulsado por un evento de El Niño, agravado por el aumento de las temperaturas. Países como Mozambique y Zimbabue enfrentaron pérdidas económicas significativas, mientras que Sudáfrica reportó un aumento del precio de alimentos básicos como el maíz en más del 40%. Esta crisis también afectó los sistemas de agua potable, forzando a millones a depender de fuentes inseguras y aumentando el riesgo de enfermedades como el cólera.

Marzo: récords climáticos y blanqueamiento de corales
Marzo marcó el décimo mes consecutivo de temperaturas récord. La temperatura media global fue 1,58 °C superior a los niveles preindustriales. En Australia, la Gran Barrera de Coral experimentó el quinto mayor evento de blanqueamiento masivo registrado, afectando a 400 especies de corales que dan cobijo a miles de especies de peces. Este evento también impactó negativamente en el turismo, con una caída del 20% en las reservas turísticas en áreas costeras de Queensland. Además, los pescadores locales reportaron una disminución significativa en las capturas, exacerbando la presión económica sobre las comunidades dependientes del mar.

Abril: calor extremo en Asia
Abril de 2024 se convirtió en el más cálido registrado globalmente, extendiendo una ola de calor sin precedentes por el sur y sudeste asiático. En Filipinas, el índice de calor alcanzó los 42 °C, lo que llevó al cierre de cientos de escuelas. En Tailandia, los récords de temperatura se rompieron durante 13 meses consecutivos, mientras que Vietnam enfrentó intensas sequías en el sur (Chen, 2024). En India, se registraron más de 2.000 hospitalizaciones relacionadas con golpes de calor durante este período. Organizaciones internacionales, como la Cruz Roja, llevaron a cabo campañas de distribución de agua potable y refugios temporales para mitigar los efectos en las comunidades más vulnerables.

Mayo: innovaciones frente al calor en India
El calor extremo en India representó riesgos muy graves para los trabajadores al aire libre. Un programa de seguros novedoso, implementado por un sindicato, proporcionó compensaciones económicas a mujeres que no pudieron trabajar debido al calor. Este programa, que benefició a más de 10.000 trabajadoras en Delhi y Uttar Pradesh, fue financiado por una combinación de organizaciones no gubernamentales y empresas privadas, marcando un precedente para otros países en desarrollo. Además, se promovieron campañas para instalar techos reflectantes y aumentar la cobertura arbórea en áreas urbanas como medida de adaptación a largo plazo.

Junio: incendios devastadores en el Pantanal (Brasil)
Los peores incendios en dos décadas arrasaron el Pantanal en Brasil, destruyendo más de un millón de hectáreas. La deforestación y la sequía, exacerbadas por el cambio climático, contribuyeron a la destrucción de este ecosistema, hogar de jaguares y loros raros. Las pérdidas económicas superaron los 500 millones de dólares, mientras que los esfuerzos de recuperación se han centrado en replantar especies nativas y establecer corredores ecológicos. Investigadores locales destacaron la importancia de reforzar las políticas de conservación y monitoreo de incendios para evitar catástrofes similares en el futuro.

 

Vista aérea de parte del Pantanal afectada por un incendio forestal en Mato Grosso do Sul, Brasil, el 5 de julio de 2024. Crédito: Xinhua / Alamy Fotostock

Julio: el huracán Beryl devasta el Caribe
El huracán Beryl, con vientos de 240 km/h, causó estragos en el Caribe. En Jamaica, cientos de miles de hogares quedaron sin electricidad. Siete personas murieron en Granada y San Vicente, dejando a miles sin hogar. Beryl también marcó un precedente al activar una innovadora solución financiera en Granada: la suspensión de pagos de deuda para países afectados por tormentas. Este mecanismo, desarrollado por el Banco Mundial, permitió liberar recursos para la reconstrucción inmediata. En Haití, que también sufrió daños importantes, se destacaron las limitaciones de infraestructura, lo que subrayó la necesidad de inversiones sostenidas en preparación ante desastres.

Agosto: incendios en Europa
Agosto de 2024 fue el segundo más caluroso registrado en Europa, con temperaturas 1,57 °C por encima del promedio de 1991-2020. En Grecia, incendios en Ática alcanzaron 23,9 km de frentes de fuego y penetraron en el centro residencial de Atenas, algo sin precedentes. En Italia, las olivas se marchitaron debido al calor extremo, lo que provocó una caída del 30% en la producción de aceite de oliva y un aumento significativo en los precios. En España, hubo grandes pérdidas en cultivos de trigo y cebada.

 

Fuente. ESA. El color negro es la zona quemada.

Septiembre: inundaciones y huracanes
Las inundaciones en África occidental y central afectaron a más de 4,4 millones de personas. Chad fue el país más golpeado, con 1,5 millones de damnificados. Además, en países como Nigeria y Níger, se reportaron pérdidas agrícolas que amenazan con una crisis alimentaria.

En paralelo, el huracán Helene causó estragos en el sur de Estados Unidos, causando 230 fallecimientos, convirtiéndose en el más mortal desde el Katrina en 2005. En Luisiana, los daños superaron los 10.000 millones de dólares. En Asia, tormentas monzónicas intensificadas por el cambio climático desplazaron a más de 300.000 personas en Pakistán, exacerbando una crisis humanitaria preexistente.

Octubre: lluvias torrenciales en España
En Valencia, un diluvio extraordinario (depresión aislada en níveles altos, DANA o gota fría)  dejó el equivalente a un año de precipitaciones en solo ocho horas en Chiva. Hasta este momento el número de fallecidos en la Comunidad Autónoma de Valencia es de 222.

La Cámara de Comercio estima un impacto económico de 21.819 millones de euros, lo que supone el 32% del PIB de la provincia de Valencia. Hay que tener en cuenta que los 68 municipios afectados representan prácticamente el 25% del empleo de la región, lo que antes de las lluvias torrenciales de principios de mes se traducía en 264.883 empleos.

Estudios previos ya habían alertado sobre el aumento de lluvias extremas en la vertiente mediterránea de España debido al cambio climático. Algo también publicado anteriormente por científicos franceses. Las pérdidas materiales se estimaron en 1.200 millones de euros, y el gobierno español anunció un fondo de emergencia para los afectados. Además, científicos han propuesto mejorar los sistemas de alerta temprana y la infraestructura de drenaje en áreas propensas a inundaciones.

NASA. La albufera de Valencia antes (izquierda) y después (derecha) de la DANA.

Noviembre: sequía en Nueva York
La ciudad de Nueva York emitió una alerta por sequía, algo inusual, mientras los incendios forestales se extendían por el noreste de Estados Unidos, alimentados por un otoño excepcionalmente seco. Más de 5.000 hectáreas fueron consumidas por el fuego, afectando zonas protegidas y causando una pérdida estimada en 400 millones de dólares en infraestructura y agricultura. En Nueva Jersey, las restricciones de agua llevaron a un incremento en el uso de aguas recicladas en industrias clave, marcando un cambio significativo en la gestión de recursos hídricos.

Diciembre: ciclón Chido en Mayotte
El ciclón Chido golpeó Mayotte con vientos de más de 200 km/h, destruyendo viviendas, edificios gubernamentales y un hospital. Fue la tormenta más fuerte en 90 años, dejando cientos, posiblemente miles, de muertos. Hay daños estructurales en el 70% de las viviendas, y las operaciones de ayuda humanitaria se retrasaron debido a la falta de infraestructura. Expertos locales han pedido mejoras urgentes en las políticas de planificación urbana para reducir la vulnerabilidad de la población ante futuros desastres.

Las temperaturas siguen subiendo. Cada año suceden más fenómenos climatológicos extremos. Daños amteriales y fallecimientos. Independientemente de las causas, es necesario prevenir. Una vida vale más que las obras necesarias para evitarla.

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