Al libro que fue (23 de abril)

Se fue pudriendo… Murió en la humedad de los olvidos y las ratas lo sepultaron en heces. Se desdibujaron las líneas, el lomo, su cuerpo inerte. La tinta negra se diluyó en aguas y el papel quedó hecho trizas. Forcé su cuerpo, reventé sus entrañas carcomidas, y al acariciar la textura de su alma escuché un crujir como suspiro. Leí. Entre mis sienes llevo aquellas palabras del olvido.   Juan Miguel Sánchez Vigil