Claves para captar inversión de un Business Angel o Venture Capital  — Tercera Parte (3/3)

En la primera entrega de esta serie aprendimos las claves y herramientas para afrontar un proceso de inversión con un Business Angel o Venture Capital; en la segunda profundizábamos en los materiales que debemos preparar con antelación para estar listos y tener éxito en el proceso. En esta tercera entrega nos queremos centrar en la última fase del proceso: las claves para superar con éxito la due diligence y el cierre de la operación de inversión.

Pues bien, si no te resulta familiar el término Due Diligence, se trata de un ejercicio de verificación que hace el inversor para comprobar que todo lo que le hemos comunicado hasta ahora es cierto y que la compañía no tiene cargas o gravámenes que puedan afectar a su intención de inversión.

Esta etapa de Due Diligence puede ser muy exigente en tiempo y esfuerzo para ambas partes. Por este motivo, os recomendamos que iniciéis esta etapa cuando hayáis firmado el Term Sheet o Carta de Intenciones, que explicábamos en el post anterior, para aseguraros que ambas partes estáis de acuerdo en las principales variables del acuerdo de inversión antes de seguir avanzando.

Si aún no ha quedado muy claro que es realmente una Due Diligence, pensemos en un ejemplo concreto. El inversor querrá comprobar antes de invertir si realmente la propiedad intelectual del proyecto está a nombre de la sociedad en la que estamos buscando captar inversión, y que no está realmente a nombre de otra sociedad distinta. Pues bien, como tal ejercicio de verificación, suele abarcar todas las áreas de la empresa: Legal, Mercantil, Fiscal, Contable, Laboral, Negocio, Propiedad Intelectual y Técnica.

Cuando la ronda de inversión que se busca supera los EUR200k ya es más habitual que se contrate a una firma especializada para realizar esta Due Diligence, ya que os adelanto tendrá un coste que suele estar alrededor de EUR5–15k. Normalmente, el inversor tratará de que este coste se repercuta a la ronda, es decir que al final lo paga la compañía con la inversión captada.

Si alguno está pensando, que ocurre si se tuerce y finalmente no se recibe la inversión, pues en este caso, es habitual firmar con el inversor que si supera la Due Diligence con éxito y toda la información sea veraz y no se detecten cargas en la empresa, y sin embargo, el inversor finalmente no completa la inversión, el coste de dicha Due Diligence sea asumido por el inversor exclusivamente.

Hay que tener en cuenta que si la ronda es más pequeña, en ocasiones la suele hacer el propio inversor para evitar nuevos costes de la operación y que todo el dinero se destine al negocio. Como esto, al final, es muy habitual, os recomendamos que vosotros, como emprendedores, hagáis una recopilación de todos los materiales relevantes para cada una de estas áreas de la empresa. Por ello, ahora os voy a listar los que pensamos que son los materiales mínimos que deberéis recopilar. Vamos a dejar aparte la Due Diligence Técnica ya que suele realizarse por un CTO con experiencia de otra empresa, deberemos ajustarnos a sus demandas y éstas pueden variar mucho según el proyecto. Así que realizaremos otro post de bonus de esta serie relacionado con la Due Diligence técnica para que podáis prepararla también .

Mientras tanto, pasamos a la documentación que es habitual que os pidan durante la Due Diligence. Vamos a listar la documentación para cada área. Mi recomendación es que vayáis creando carpetas donde tengáis bien localizada esta información para adelantaros a la petición.

  1. Legal: Revisar los contratos vigentes de la empresa con terceros y la correcta constitución de la Sociedad y todo lo que se conoce como la historia jurídica (Constitución, Objeto social, Domicilio Social, Capital Social, Órgano de administración, Estatutos sociales, Apoderados, Pactos de Socios, Actas de Juntas Generales)
  2. Mercantil: Revisar la estructura societaria, shareholders agreements o pactos de socios de cada sociedad, y préstamos concedidos. Todas las actas de las Juntas hasta la fecha incluyendo la de la aprobación de esta nueva ronda de financiación en cuestión donde figure cómo queda el cap table tras la ronda. Revisar el Libro de Socios.
  3. Laboral: Revisión de contratos de empleados, acuerdos vigentes de stock options o phantom shares con empleados y presentar el certificado de la Seguridad Social de estar al corriente de las obligaciones.
  4. Fiscal: Situación censal (Modelo 036). Modelos de IVA presentados (303 y 390) y retenciones de IRPF (Modelos 111 y 190) presentadas en el último ejercicio fiscal. Pedir el certificado de Hacienda de estar al corriente de todas las obligaciones tributarias. Modelos fiscales 347, 190, 180 y 390 desde la Constitución de la Sociedad, incluyendo listado de principales proveedores y el Impuesto de Sociedades. Informes motivados sobre deducciones I+D, en su caso.
  5. Propiedad Intelectual: Registro de la marca, licencias, bases de datos, propiedad intelectual y dominios.
  6. Contable: Los libros contables oficiales (Diario y Mayor y Cuentas Anuales presentadas en el Registro Mercantil), muestreo de facturas, estado de la caja y listado de últimos movimientos. Revisión de activos y pasivos de la compañia, y subvenciones.
  7. Negocio: Fuentes de obtención de métricas, dashboard de la empresa y mediciones más recientes realizadas. Revisión de las previsiones de negocio sobre el plan financiero (incluyendo uso y aplicación de fondos)

Una vez que se revise toda esta información y se verifique que toda la información aportada era veraz y que no existían cargas se da por superada así con éxito la Due Diligence.

Tened en cuenta que el inversor, además, suele pedir que se incluya una cláusula de manifestaciones y garantías en el Pacto de Socios, que precisamente es una manera de cubrir todos los riesgos que no hayan sido detectados en la Due Diligence, es decir, el inversor pide de esta manera al emprendedor que manifieste por escrito y garantice que la compañía se encuentra sin cargas y que toda la información compartida hasta la fecha es veraz, aunque se haya realizado una Due Diligence.

A partir de aquí, quedaría volver al Pacto de Socios y negociar los últimos detalles del documento, respetando el marco firmado ya en el TermSheet. A esto le llamamos la fase de cierre.

Durante esta fase de cierre, es importante fijar un plazo: pensad que el incentivo del inversor está desalineado con el emprendedor, ya que retrasar la inversión le genera mayor valor pues la empresa sigue avanzando aunque el precio de entrada, la valoración, ya se haya fijado en el Term Sheet. Por eso, tal como hablamos en la primera entrega de esta serie, la gestión de los plazos durante todo el proceso es clave: el emprendedor debe mantener el papel de Project Manager de la ronda en todo momento y asegurarse de que se cumplan diligentemente los plazos y así evitar la pérdida de foco por la ronda durante demasiado tiempo. En este sentido, recordad que es clave la planificación de la ronda con respecto a la situación de la tesorería y es que el emprendedor, igual que el inversor, debe estar en todo momento preparado para abandonar la mesa de negociación si no se respetan los términos acordados. Esto permite controlar que el comportamiento sea diligente y profesional por ambas partes.

Como este post se ha hecho un poco largo, dedicaremos otro post bonus de esta serie al cierre, y lo que debemos tener en cuenta en el Pacto de Socios, incluyendo además el tema de los Pactos de Sindicación que también es muy habitual.

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