Más sobre el papel de las madres en la ciencia

David Barrado y Navascués

Hace un par de semanas escribía sobre el papel de las mujeres en la Ciencia. Más concretamente, sobre las investigadoras como madres y las dificultades que tienen para conciliar su vida laboral y profesional.


He de confesar que esperaba iniciar cierta discusión. En cierta medida así ha sido, aunque no tanto como yo pensaba. Sobre todo, ha consistido en comentarios de colegas, casi siempre mujeres, y de algunas amigas. Casi siempre en privado. Algunas mostraban su acuerdo, otras señalaban la parcialidad de mis opiniones, referidas a investigadoras  de alto nivel.

Ciertamente el mundo es siempre mucho mas complejo. La mayor parte de las mujeres tienen trabajos más usuales. Conozco parejas en las cuales las responsabilidades familiares están verdaderamente compartidas en un plano de igualdad. Tengo muy cerca de mi compañeras que se han atrevido con tres y cuatro hijos, y aun así mantienen una actividad profesional más que digna de elogio, con un compromiso que va mucho más allá de sus deberes. Pero no dejan de ser excepciones.

Creo que estas mujeres, y sus familias, deberían ser las referencias de nuestra sociedad. Durante una reciente estancia en Finlandia, pude apreciar la gran cantidad de gente joven con hijos, veinteañeros, de ambos sexos,  acompañando a sus bebes a la escuela, jugando con ellos en el parque. Visión imposible en la actual sociedad española, donde las mujeres esperan más allá de los treinta para tener su primer hijo, donde los padres apenas tienen tiempo para jugar con ellos, o para participar en su educación. No estoy abogando por una vuelta al pasado, a la familia tradicional. Por supuesto que debe haber sitio para la diversidad. Desde familias monoparentales, pasando por parejas sin hijos, numerosas o multigeneracionales.  Aun así, creo que la solución de la supuesta dicotomía entre trabajo y familia no pasa por el heroísmo de unos pocos individuos, en su mayor parte mujeres, sino por la verdadera toma de conciencia de la sociedad en su conjunto. Empezando por  aceptar que hay un problema, la baja natalidad, y que las mujeres no deben tener que elegir entre su carrera y la posibilidad de tener hijos. Y continuando por la búsqueda de soluciones, desde horarios laborales más racionales, compatibles con los escolares, exenciones  fiscales que cubran los gastos reales, pasando por excedencias laborales de  varios años, y cursos de reintegración laboral para aquellos padres (hombres y mujeres) que opten por estas excedencias, entre otros. E incluyendo los  recursos económicos necesarios para su implementación. Los hijos no son un lujo o bien de consumo más. Las nuevas generaciones son indispensables no sólo para la continuidad de nuestra sociedad, sino para el bienestar, en el sentido mas amplio, de las actuales.


PD: Al regresar a Madrid, veo en un diario económico un anuncio sorprendente. Una línea aérea de bajo coste hace gala de no transportar gente molesta, de no llevar  niños. ¡Increíble! Para compensar, Iberia, al menos esta vez, se comporta   y da un trato adecuado a un hombre con un bebé.

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13 comentarios

  1. Buenos días chicos!

    David, he leído lo que has escrito y tienes razón en que hay que hacer "el pino" cuando se tienen críos. Afortunadamente, por lo menos es lo que veo en las familias que me rodean, cada vez se implican mas los hombres en el cuidado de los niños… y es que a la fuerza ahorcan!!!.

    Os tengo que contar una alegría y es que ME HAN CONCEDIDO EL TELETRABAJO. Es decir, trabajaré en mi casa 4 días de la semana (y uno voy a la oficina) con el mismo sueldo, por supuesto ya que el trabajo será el mismo. Me dan un portátil y móvil y me pagan el ADSL. Política de conciliación de la vida laboral con la profesional de Telefónica I+D. ESTOY EMOCIONADA. Empiezo en abril!!!. Y la requetemaravilla es que el horario lo marco yo!!!

    Ya os contaré como va el tema… Pero a ver si las empresas empiezan a tomar conciencia de que se puede rendir igual (o mas) dando un poco de libertar de horarios a los trabajadores!!!

    Un beso y buen miércoles

    Carmen

  2. Eh!! a mí me dan menos porque estoy reducida, por la imposibilidad física de llegar a todo y todos con una jornada partida de 8 horas, con horario "cómodo" de 8:00 am lt a 17:15 L-J y a 15:00 los V…aún así con ése horario tan "cómodo",. no llegaba, pues pauli sale del cole a las 5 menos cuarto, mario a las cinco…¿que por qué no contrato a una para que los tenga en casa hasta que yo llegue (su padre, ni se plantea llegar), y los recoja de la ruta que también tendríamos que pagar? porque para dárselo a otros, pues dejo de ganarlo yo, y así los disfruto yo…y ésto si todo va bien y no hay virus en casa…ayer me tuve que quedar a cuidar a los dos enfermitos a la vez porque el 50% de los abuelos estaba "no disponible"…y para quedarme con uno en casa, pues ale, con los dos…sin obviar una visita a urgencias por la tarde…¿teletrabajo? bien, creo que si lo pido me lo dan, pero es un arma de doble filo…o cortas a tu hora, o te machacan, trabajo con gente de todo el mundo mundial y no creo que miren qué hora local es….aunque me lo voy a pensar….Bueno, también me he planteado las oposiciones a secundaria "sólo" por las vacaciones, aunque mi empresa y trabajo me ENCANTAN, pero ¿qué hacemos con mes y medio (ya he eliminado julio con el campamento de verano) y dos niños? ¿nos cogemos cada uno 3 semanas de nuestras vacaciones para cuidar a los peques a cambio de no coincidir en vacaciones los cuatro juntos más que los fines de semana? joer…..¿más niños? no, gracias…..

    Pero bueno, me consuela que el estado me da 100 euros hasta el próximo mes de mayo…con éso se cura todo…JA!

    Y que conste que no tengo queja de mi empresa, siempre se han portado de lujo conmigo

  3. injusto pero cierto… es grato sentir la empatia por parte de un hombre, son las cosas evidentes ante las que casi todo el mundo hace oidos sordos. Un beso fuerte.

  4. Mi justo y equilibrado hermano.

    Muchas gracias por tu reflexión que me gustaría hacer extensa no sólo al campo científico, si no al resto de la comunidad.

    ¡Sí, señores! la mujer trabaja ¡y mucho y bién! dentro y fuera de casa, con los hijos, con sus educadores, con sus jefes, con sus subordinados; esta es la situación y no parece que exista otro método en nuestra sociedad, pero ¿están los hombres, gobiernos, empresarios, padres, parejas y hasta los propios hijos a asumir este cambio?

    Gracias David por acordarte de nosotras y felicito a Mamá y a Papá por haberte hecho como eres.

  5. Yo también te agradezco mucho a tí, David, y a los ¿poquitos? (afortunadamente cada vez más) compañeros de vida que hay como tú, porque sereis los que, con nosotras, conseguireis que poco a poco esto vaya cambiando.

    Efectivamente, no sólo en Investigación, en cualquier tipo de trabajo te encuentras con las mujeres haciendo jornadas dobles y triples con su pluriempleo de trabajadora-madre-compañera-y perfecta siempre en todo.

    Muchas no encontramos la valentía o las ganas o el momento para afrontarlo, porque sabemos, por lo que vemos alrededor, lo que cuesta. Quizás, con el tiempo no sea tan dificil.

    Un beso.

  6. muy bien David,

    te has ganado unas cuantas cenas y

    unos cuantos polvos gratis,

    eres un encanto.

  7. Fenomenal artículo David, gracias por poner negro sobre blanco lo que todas las mujeres, y creo que cada vez más hombres -afortunadamente- pensamos. Desde aquí mi apoyo a todas vosotras. Todas estas iniciativas (blogs, cartas, artículos…), quizás por separado sean pequeñas, pero juntas "van haciendo granero". Espero que en un futuro no demasiado lejano podáis disfrutar de la vida laboral y familiar como merecéis.

    Tenéis mucho mérito… ¿quién inventó lo del "sexo débil"?… vaya tontería.

    Benjamín

  8. Hola a todo el mundo

    A mi gustaría saber cuál es la opinión de la gente sobre el tema de la "paridad"? A mí me parece un arma de doble filo y por lo menos en lo que se refiere a la investigación científica yo estoy en contra de que se aplique. Ojo, que no estoy diciendo que a día de hoy se esté aplicando, ni mucho menos. La aplican para lo que quieren, pero no para lo importante. Yo estoy donde estoy, no por medidas de paridad, sino porque he trabajado muy duro.

    En mi opinión, en vez de paridad forzada, creo que se deberían aumentar las medidas sociales: guarderías gratis para todo el mundo, con horarios amplios, aumento a al menos 6 meses de la baja maternal, excedencias a elección del padre o de la madre, etc

    En fin, que yo también le agradezco a David muchísimo sus reflexiones… Ojalá todos los hombres pensaran y actuaran en este tema de esta manera.

    Almudena

  9. He venido de otro país, menos desarrollado en sentido general, pero muy avanzado en este tema específico y aunque llevo ya 8 años vivendo y trabajando aquí, no olvido las cosas que mas me chocaron a mi llegada, una de ellas fueron los horarios de los colegios, que donde vivo comenzaban a las 9.30 o 10 de la mañana y la salida a las 4.30 o 5 de la tarde, ¿donde puede trabajar una madre si sus hijos tiene esos horarios?, sin contar con que muchos colegios no tienen comedor, cuando le pregunté a la directora por el comedor, para que mi hija pudiera asistir, me contestó que "ellos" preferian que los niños comieran en sus casas, porque así estaban mejor atendidos, honestamente en ese momento, me pregunté si realmente habia venido a un pais desarrollado. Creo que hay que empezar por los horarios y nosotras mismas somos quienes debemos educar e ilustrar a nuestros hijos, para que no piensen igual que nuestras abuelas o mas atrás todavía, no son solo los hombres, por supuesto no todos, los que piensan así, muchas mujeres lo justifican, somos nosotras mismas tan machistas o en ocasiones mas que cualquier hombre. También que las mujeres tengan hijos cada vez mas tarde, es lógico con el modo de vida, si cuando tienes hijos para atenderlos tienes que dejar de trabajar o estudiar, porque no tienes apoyo, ni familiar, ni social y quieres llegar a ser alguien, tienes que priorizar tu carrera para luego formar familia y eso lleva su tiempo y esfuerzo. Cada vez hay mas mujeres en la universidad, en la ciencia, y cada vez seremos mas, porque si algo tenemos es capacidad e inteligencia

  10. Me desvío algo del tema, y enlazo otro poco: más o menos como habéis hecho casi todas antes.

    Yo me dediqué en su día a la investigación y mi pareja sigue haciéndolo. He tenido que reciclarme en eso tan divertido que llaman "innovación" o gestión de la i+d+i (lo que daría para otras largas conversaciones que ahora no vienen directamente al caso). Y además, viví en Finlandia 3 años, durante mi postdoc.

    Hay demasiadas cosas que me gustaría decir, y que lamentablemente me salen a borbotones, así que disculpad si lo que digo no está demasiado articulado. Pero es que he visto que se pueden hacer las cosas de otra manera (y no, no se trata de que los finalndeses sean más listos que nosotros, os lo aseguro), a todos los niveles.

    En Finlandia tienes un año de baja maternal. Yo no quiero un año de baja. Si eres investigador en un año te quedas más que fuera de onda. Pero allí nadie se plantea que si haces una pausa en tu trayectoria laboral automáticamente te quedas fuera del mundo. ¿Alguna mujer ha intentado en España dejar de trabajar para criar a sus hijos y luego regresar al trabajo? Primero, si estás más de tres meses en casa, te conviertes en un ente invisible y socialmente despreciado, y segundo, todo lo que hayas podido hacer hasta entonces a nivel profesional queda invalidado porque de repente has perdido todo tu cv y solo eres una maruja. Cuéntale eso a una finlandesa, por favor.

    Los niños en otras parte del mundo, y perdonad la obviedad, no son un problema de mujeres, como siguen siendo en este país (y más increíble todavía, ni siquiera son un problema).

    Aquí, por muy repartidas que estén las tareas, los hombres siguen cobrando mucho más, por lo que al final, tiene sentido que sea la mujer quien reduzca horas, quien se dedique a ello perdiendo tanto a nivel laboral. Además, los horarios de este país siguen siendo de pandereta. Mi jefe en Finlandia (hombre) se iba a su casa a las 5 de la tarde.

    Cuéntale tú eso a cualquiera aquí a ver qué cara ponen. ¿Alguien en este país sabe vivir sin reuniones a las 7 de la tarde, para algo tan urgente que al final se retrasa semanas sin que pase nada?

    Pero es que el problema de base es el que apuntas al final de tu post: los niños no pueden seguir siendo percibidos socialmente como un problema. La maternidad se ha convertido en un estorbo en un país en que los jefes se precian de huir de su casa a las 8 de la mañana y regresar a las 10 de la noche, cargados de comidas, cenas de trabajo y copas de representación con otros hombres que siguen ese ritmo dejando que sus parejas vayan a recoger a los niños a la guardería (cuando la guardería o el cole deciden, que los horarios los ponen ellos) y demás, para seguir en una espiral de descontento permanente. ¿O es que alguien cree que encima nos gusta vivir así?

    Y sí, habéis acertado, me estoy planteando emigrar definitivamente.

    Un saludo a todos.

  11. Hola a todos,

    Antes de nada, David, felicitarte por el "blog" y agradecerte tus opiniones, con las que estoy plenamente de acuerdo. Únicamente me gustaría invitar a reflexionar sobre un punto, que creo importante, y es el profundo cambio social que debería darse para que realmente se pudiera conciliar la vida laboral y familiar, especialmente en el caso de las mujeres¡¡ Vivimos en una sociedad que en cierto modo nos ha engañado, porque lo que se espera que la mujer sea fantástica tanto dentro como fuera de casa, que cumpla en el trabajo y demuestre que vale tanto como un hombre, eduque a los hijos, cuide de su pareja y que además durante el proceso esté estupenda. Y aunque hay muchos hombres que son conscientes de esta problemática, creo que desgraciadamente son una minoría. Cuando toda la sociedad en bloque reclame todas esas mejoras que propones, cuando los hombres estén dispuestos a asumir su responsabilidad plena en el modelo social que planteamos, entonces todo irá a mejor.

    En resumen, que muchas gracias. Un abrazo.

  12. Hola, David y compañía

    Lo prometido es deuda y por fin tengo tiempo (aunque con retraso) de responder

    a los dos artículos.

    Yo ahora mismo estoy viviendo el problema en primera persona. Hace menos de

    cuatro meses me convertí en la madre de una personita maravillosa y este corto

    espacio de tiempo ya me ha hecho darme cuenta del reto que supone compaginar mi

    nuevo estatus con mi trabajo como investigadora. No es que antes no fuera

    consciente de que iba a ser complicado… pero las mujeres de hoy solemos

    pensar que podremos con todo e infravaloramos lo difícil que puede llegar a ser

    compaginar trabajo y familia.

    Y eso que tengo motivos para ser optimista. Para empezar, tengo un marido que

    acepta con naturalidad su corresponsabilidad en el cuidado y la educación de

    nuestro niño (no, no "me ayuda", ni "colabora"; el bebé es responsabilidad de

    ambos, no de la mujer, a quien eventualmente se le puede echar una mano). De

    hecho, le he cedido unas semanas del permiso por maternidad y ahora es él quien

    está en casa con el peque. Y aquí viene la primera pega: Le he tenido que ceder

    tiempo de MI permiso. Como padre, él sólo tenía derecho a dos días de permiso

    en exclusiva (desde principios de año, gracias al ministro Caldera, se ha

    ampliado a diez). Es decir: Para que él pueda disfrutar de su derecho a estar

    con el bebé, yo he tenido que renunciar parcialmente a ese derecho. Y eso en

    una época en que el bebé depende todavía mucho de la madre, en especial en lo

    tocante al tema de la alimentación. Y luego se sorprenden de que tan pocos

    hombres se tomen un permiso por paternidad…

    Porque ahí viene la segunda parte: El "maravilloso" permiso de 16 semanas (ni

    siquiera cuatro meses) de que disfrutamos en España. Con el bebé todavía

    lactante, ya nos toca volver al trabajo. Hay todo un movimiento social para

    pedir al gobierno que prolongue el permiso de maternidad hasta los seis meses,

    pero, según parece, las arcas del Estado no se lo pueden permitir, en palabras

    del ministro (la misma razón por la que las dos semanas de los padres se

    quedaron en diez días).

    Pero decía que, a pesar de todo, no estoy tan mal. Además de mi joya de marido,

    tengo la suerte de contar con un horario de trabajo flexible que me permitirá,

    espero, poder acompañar y recoger a mi hijo en la guardería todos los días y

    trabajar desde casa si fuera necesario. Prerrogativas del investigador. Eso sí,

    se acabaron las jornadas de trabajo inacabables, analizando datos hasta las

    tantas. A partir de cierta hora, mi hijo me reclama. Como es lógico, en estas

    condiciones no puedo tener un nivel de productividad comparable a un/una colega

    soltero/a y sin familia; pero el ser capaz de compaginar familia e

    investigación no cuenta en el curriculum (y eso que desarrolla como mínimo una

    excelente capacidad de organización).

    Y bueno, este panorama se presenta moderadamente optimista siempre que consiga

    matricular a mi hijo en una guardería, que no es que abunden. Quizá, si tengo

    suerte, encuentre una cerca del trabajo y pueda verlo a la hora del almuerzo.

    Sigamos soñando… Lo que aquí son sueños, en otros países son realidades:

    Guarderías en los centros de trabajo, por ejemplo. En mi universidad el año

    pasado tuvimos elecciones a rector. De los cuatro candidatos (todos hombres)

    sólo uno recogía en su programa la promesa de crear una red de guarderías. Y

    no, no fue el que ganó.

    Pero no lo veamos todo negro. Al fin y al cabo, mis jefes (de ambos sexos)

    tienen también familia y entienden que una tenga que dedicarle parte de mi

    tiempo. Lástima que mi contrato no dependa de ellos, sino de un programa

    estatal. En el texto de la convocatoria se tiene en cuenta, formalmente, la

    posibilidad de que alguien haya realizado un parón en su carrera por causa de

    maternidad. Pero, ¿lo tiene también en cuenta el comité de expertos que

    realizan la evaluación y la selección (en su mayoría, hombres)? ¿O se limitan a

    contar artículos y ponerte una nota, como dicen las malas lenguas?

    La precariedad laboral también es un problema. Con contratos de pocos años sin

    ningún viso de estabilidad, a ver quién es el valiente (hombre o mujer) que se

    atreve a tener familia. Por no hablar de la movilidad. Pocas ganas dan de traer

    hijos al mundo si te vas a pasar tres años de postdoc en EEUU, luego otros dos

    en Australia y después, si tienes suerte, vuelta a casa con algún contratito y

    a esperar, a ver si sale algo más estable o llega "tu turno" para una

    oposición. Aparte de que apenas ganas para mantenerte tú, tampoco es justo que

    los niños tengan que andar zigzagueando por el mundo detrás de tu carrera… Ya

    es mucho si tienes la suerte de que tu pareja te secunde. ¿Quién es capaz de

    renunciar a un puesto en un centro de prestigio internacional porque su mujer,

    o su marido, no puede acompañarle?

    Personalmente, me decidí a ser madre porque: 1) Quería tener al menos un niño

    en algún momento de mi vida; 2) La estabilidad laboral la veía muy lejana y no

    quería que se me pasara el arroz esperando; 3) Tanto mi marido (también

    investigador) como yo teníamos un contrato por varios años que nos

    proporcionaba una relativa tranquilidad. Pero no tenemos ni piso, ni domicilio

    fijo, ni perspectivas de estabilización a corto/medio plazo. Por no tener,

    ahora mismo ni tenemos trabajo en la misma ciudad. Cuando retome su actividad

    normal, mi marido sólo podrá ver a nuestro hijo los fines de semana. Tal vez no

    os sorprenda saber que también nosotros nos estamos planteando volver a salir

    al extranjero…

    En resumidas cuentas: Estoy de acuerdo con David en que quizá cambie algo la

    situación cuando dejemos de pensar que la maternidad es un asunto "de mujeres".

    Empecemos a reivindicar el derecho de las personas (de cualquier persona, con

    independencia de su sexo) a ocuparse y disfrutar de sus hijos y, lo que es más

    importante, el derecho de los niños a disfrutar de las atenciones y la compañía

    de sus dos progenitores. Y sí, en unos tiempos en que la baja tasa de natalidad

    se ha convertido en motivo de preocupación social, tener hijos y ocuparse de

    ellos con responsabilidad debería ser un mérito añadido. Para mujeres y

    hombres.

    Perdón por el rollo, pero como véis el tema me afecta de lleno…

    Un saludo

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