La Alejandría de Cleopatra: ¿Ejemplo de mala urbanización del litoral?

Alejandría, la Ciudad de los Mil Palacios, fundada por Alejandro Magno, se hundió en el agua y el fango porque el suelo no soportó el enorme peso de los grandes templos y edificios, incluyendo el Palacio de Cleopatra.


Los palacios y templos que han encontrado Franck Goddio, que desde 1992 dirige los trabajos arqueológicos de ciudades sumergidas como Canopo, Heraclion y Alejandría, y sus submarinistas en las oscuras y contaminadas aguas de la Bahía de Abukir son los más grandes que se construyeron nunca en Egipto. «Eran obras colosales. El peso de estos edificios y el desplazamiento del agua hicieron que ciudades como Heraclion, Canopo y el Portus Magnus de Alejandría se hundieran. La monumentalidad de estas construcciones fueron la causa de su hundimiento».

Las ciudades que se localizaban en esta región africana fueron víctimas del llamado «fenómeno de licuefacción» y los enormes y pesados templos y palacios provocaron que el suelo se abriera y se los tragara literalmente.

La licuefacción (o licuación) es un fenómeno típico de suelos saturados del tipo arenas finas y flojas y limos mal graduados, que ocurre cuando estos se someten a acciones dinámicas y que consiste en una pérdida de fuerza y rigidez debido a que la presión del agua aumenta de forma rápida hasta el punto de que las partículas quedan sueltas, se mueven libremente y pierden la capacidad de transmisión de esfuerzos. Su nombre deriva del hecho de que en ese momento el suelo se comporta como si se tratara de un líquido.

En cuanto a otro de los mitos de estas ciudades, el fabuloso Faro de Alejandría, y que el equipo de Goddio ha buscado sin descanso en estos últimos 15 años, el arqueólogo francés ha llegado a la conclusión de que lo único que queda de esta construcción es el mito.

Ya se ve que el afán por cargarnos la costa nos viene desde muy antiguo.

Tal vez deberíamos aprender de las experiencias ajenas.

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