Ricardo I. Pérez Martin, del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC)  lidera el Proyecto iSeas financiado por la Unión Europea. cuyo objetivo es mejorar la gestión de los descartes «La FAO define los descartes o capturas descartadas como “es esa porción de la materia orgánica total de origen animal en la captura, la cual es desaprovechada, o vertida en el mar por cualquier razón. No incluye materiales vegetales y desechos postcosecha tales como vísceras o entrañas. Actualmente es uno de los mayores problemas de la pesca, tanto de un punto de vista socioeconómico como medioambiental.» Ya en 2016 publiqué una entrada con el mismo título. El asunto sigue siendo importante para una de las actividades con más impacto en la economía y los ecosistemas marinos. La ciencia puede ayudar a resolver el dilema.

«El tiempo en el que se arrojaban los peces no deseados por la borda ha terminado o, al menos, va a terminar. La prohibición entrará en vigor el 1 de enero de 2016 para aún más pesquerías. En los próximos años, se exigirá a los pescadores que desembarquen cada vez más de lo que capturan, hasta un día en 2019 en el que todas sus capturas deberán ser desembarcadas y contadas en las cuotas»

«Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura, cada año se descartan más de siete millones de toneladas de peces. Vivos o muertos, los peces se devuelven al mar cuando se capturan accidentalmente, bien porque son demasiado pequeños para la comercialización, bien porque se ha superado la cuota anual permitida a los pescadores. Naturalmente, está práctica tiene más de un inconveniente. Desperdiciar tiene poco sentido en un contexto de bajo rendimiento o de escasa viabilidad de las pesquerías. Además, dado que nuestras estadísticas se basan en las capturas que realmente se registran y se llevan a los puertos, los descartes distorsionan la información sobre las capturas y minan el asesoramiento científico adecuado.»

«Desembarcar todas las capturas, sin embargo, puede ser una labor complicada, especialmente en el caso de las pesquerías mixtas. Los gobiernos de la UE optaron por no imponerlo de forma repentina, sino por introducirlo de forma progresiva y pesquería por pesquería. Este proceso no se decide de forma centralizada en Bruselas, sino con el acuerdo de los propios países, que deciden cuál es la mejor forma de que cada región o cuenca marítima alcance los objetivos de sostenibilidad de la política pesquera común.»

«La transición empezó en 2014, con nuevas normas para las pesquerías pelágicas e industriales en todas las aguas de la UE, así como para la pesca del bacalao en el mar Báltico. Estas normas llevan en vigor desde el 1 de enero de 2015.»

«Actualmente, se está pasando a pescar especies que se alimentan en el fondo marino o cerca de él, conocidas como especies demersales, con nuevas obligaciones de desembarco para algunas pesquerías de demersales del océano Atlántico y el mar del Norte que entrarán en vigor el 1 de enero de 2016.»

«Por ejemplo, en las aguas noroccidentales del Atlántico, la obligación de desembarco será de aplicación para las pesquerías mixtas de bacalao, eglefino, merlán y carbonero, las pesquerías de cigala, las pesquerías de lenguado común y de platija, y las pesquerías de merluza. En el Atlántico suroccidental, la obligación de desembarco será aplicable a las pesquerías de cigala, las pesquerías de lenguado común y de platija, y las pesquerías de merluza.»

El grupo de Bioquímica de Alimentos del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC , dirigido por el Dr Ricardo I. Pérez  Martín, y dentro del proyecto iSeas está desarrollando en el Puerto de Marín, una planta piloto para el tratamiento de descartes pesqueros con la intención de demostrar que existen alternativas viables para la gestión de especies marinas actualmente no utilizadas. La iniciativa, liderada por el Instituto de Investigacións Mariñas (IIM) -situado en Bouzas- y tiene una financiación europea a través del proyecto iSEAS.

«Uno de los objetivos fundamentales de iSEAS es la creación del iObserver, un sistema capaz de realizar el trabajo de un observador humano a bordo de un barco (identificación y cuantificación de la biomasa descartada, así como de la captura objetivo), pero sin interferir con las actividades cotidianas de los pescadores. Este sistema mejorará la calidad y disponibilidad de los datos y el conocimiento sobre el estado de los recursos pesqueros.»

Los objetivos del proyecto iSEAS son:

  1. Probar la implementación y funcionamiento del iObserver a bordo de buques oceanográficos. Para ello se instalará un conjunto de tecnologías estandarizadas capaces de realizar el mismo trabajo que llevan a cabo observadores cualificados.
  2. Optimizar la actividad pesquera a través de la definición de una herramienta fiable, basada en modelos matemáticos que analizan las condiciones espacio-temporales de las áreas de pesca objeto de estudio. Esta herramienta ayudará a:

2a) Tomar decisiones en tiempo real sobre la actividad pesquera, la definición de áreas / periodos / especies más apropiadas en términos de niveles de descarte más bajos.

2b) Así mismo desarrollar políticas de corta duración y eficaces sobre los recursos marinos / áreas de pesca, que garanticen los stocks de poblaciones y aumentar al máximo el rendimiento de la pesca.

Llevar a cabo una pesca más selectiva, reduciendo el gasto de combustible y el tiempo de procesado de las capturas a bordo.

  1. Definir una instalación completamente operativa en tierra, que se emplearía par los procesos de valorización de descartes y su comercio, que en el marco del proyecto se denominará iDPV (Punto para el Procesado Integral y la Valorización de Descartes).
  2. Demostrar los impactos / beneficios medioambientales y socio-económicos que tendrán en el sector pesquero la aplicación de las soluciones innovadoras propuestas así como el nuevo modelo de gestión.

Fuentes:

Página Web Proyecto iSeas

Revista Asunto Marítimos y Pesca

 

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