Imagine que tuviese células flotando alrededor de su cabeza, brazos y piernas.

Y que su cuerpo las produjese para mejorar su sistema inmunológico. “Es una cosa supermarciana”, explica el biólogo Antonio Figueras.

Este es el último gran hallazgo que ha descubierto un equipo de investigación del CSIC en Galicia, en colaboración con la Universidad de Vigo: los mejillones tienen células externas a su cuerpo que conviven en el agua salada dentro de su concha. “Lo lógico es que las células estén dentro de la carne. Pero esto es una especie de alien que el mejillón coloca fuera como primera barrera inmunológica”.

Hasta entonces, los estudios habían encontrado que los hemocitos —células sanguíneas— de estos moluscos eran el actor principal del sistema inmune.

La cuestión es que ahora se han localizado estas mismas células en el agua del mar en el interior de las valvas. Son las primeras que avisan de cualquier situación anómala, como la presencia de patógenos, el aumento de la temperatura o la acidez del agua. Los resultados han sido publicados en la revista científica Fish and Shellfish Immunology.

El grupo de investigación lleva 40 años dedicándose al estudio del sistema inmune del mejillón, pero Figueras se topó con este hallazgo de casualidad. “Fue de buenas a primeras. Estaba con el microscopio mirando bivalvos expuestos a nanoplásticos y me encontré las células fuera del cuerpo.

Me pregunté que pintaban ahí, así que probamos con diferentes estímulos. Descubrimos que añadiendo bacterias al agua, salían muchas más células sanguíneas para combatirlas”.

Y poco a poco, encajan todas las piezas. “Tiene sentido. Se descubrió que había berberechos con cáncer, pero la marca molecular de la enfermedad no coincidía con la del individuo. Puede que esas células fuera del cuerpo salgan del propio molusco, se traspasen a otro individuo por el agua del mar y transmitan el cáncer”.

Esta investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto de investigación, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y por la Xunta de Galicia, Bivalvos: microbioma y enfermedades.

Resistentes a todo, menos al cambio climático

Los mejillones tienen multitud de peculiaridades. Además de tener estás células extracorpóreas, sus extraños genomas son también objeto de estudio. Profesionales del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC y de la Universidad de Vigo descubrieron en 2020 que los mejillones cuentan con 65.000 genes (el ser humano, con 20.000), y de un ejemplar a otro puede cambiar más del 20%. Esto significa que, entre dos individuos, puede haber una variación genética de hasta 5.000 genes. Es decir, que poco tienen que ver.

“El mejillón es el invertebrado acuático más resistente del planeta”, continúa Figueras. Matar a estos moluscos es casi imposible, pero siempre dentro de unos márgenes. Esa fina línea es la crisis climática. Los mariscadores de la ría de Arousa ya están empezando a ver las consecuencias. En 2022, los moluscos de las bateas tenían dificultades para engordar, pero este año muchos aparecieron sin vida. Los que sobreviven son cada vez más pequeños.

El sector bateeiro ha mostrado su preocupación al respecto por las pérdidas económicas que supondrá este fenómeno. Pero ¿por qué ocurre esto si el mejillón aguanta todo, incluso la subida de temperatura? Porque la excepción se ha convertido en una norma. “Pero que el agua en Galicia esté a más de 25 grados durante varias semanas…”, continúa el experto. «Estamos trabajando para saber si la mortalidad es consecuencia del estrés térmico, patógenos específicos del mejillón o combinación de ambos».

Las causas de este drama todavía no se han podido detallar, pero los investigadores ya han recibido muestras de los ejemplares muertos para analizarlos en el laboratorio. Pero una de la hipótesis es que este tipo de situaciones, hasta ahora anómalas (como la subida de la temperatura del agua), permanecerán una temporada. “Las olas de calor son cada vez más frecuentes”, asegura mostrando su preocupación sobre el problema. Fue precisamente este fenómeno climatológico lo que acabó con miles de ejemplares en las costas de Canadá y Estados Unidos. “Entre el calentamiento global y que nuestros moluscos están dopados por los ansiolíticos… al final todo está conectado y hay que hacer algo”.

 
 
 
 
Panebianco, A., Rey-Campos, M., Romero, A., Diz, A. P., Novoa, B., & Figueras, A. Mytilus galloprovincialis releases immunologically functional haemocytes to the intervalvar space in response to tissue injury and infection. Fish & Shellfish Immunology. DOI: 10.1016/j.fsi.2023.108806
 
 
 
 
 
 
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