INFORMACIÓN TECNOLÓGICA

En la planta baja de la sede de la Oficina Española de Patentes y Marcas, justo enfrente de las puertas de entrada, una vez pasado el puesto de seguridad y a la derecha del pasillo que da paso a los ascensores, hay expuesto un colosal y multicolor directorio en el que se pueden consultar los distintos departamentos en los que se divide el organismo. A uno de ellos le dieron por nombre en su día “Departamento de Patentes e Información Tecnológica”, y así figura tanto en el mencionado directorio como en la Estructura Organizativa y en el organigrama publicados en el sitio web oficial. Siendo optimistas, podríamos afirmar que cualquier interesado en la innovación, haya leído o no a Schumpeter, tendrá una idea más o menos formada de lo que es una patente. Y para rellenar las lagunas que pudieran hacerle perder el sueño por las noches, en este mismo blog encontrará numerosas entradas que le guiarán con paso firme por la reconfortante senda que conduce sin dar apenas revueltas hacia la redacción final de una solicitud de patente de la que estaría orgullosa la mismísima OMPI.

¿Pero, en qué consiste la información tecnológica? Uno de los aspectos que sorprende a quienes entran en contacto por primera vez con los derechos de protección de la propiedad industrial, es que las invenciones protegidas mediante patentes se hacen accesibles a cualquiera que sienta el prurito de conocer qué maravillas encierra una innovación en particular. Se publican, además, siguiendo una estructura determinada que no es fruto de la improvisación ni de la epifanía burocrática que un funcionario austrohúngaro pudiera haber tenido en el siglo XIX, sino que tiene como propósito divulgar de la manera más clara posible la invención que se desea proteger. Lo que en términos especializados se denomina “suficiencia descriptiva”. Que quiere decir, tal y como descubrimos si volvemos a echar mano de la terminología técnica, que “la invención debe ser descrita en la solicitud de patente de manera suficientemente clara y completa para que un experto sobre la materia pueda ejecutarla” (artículo 27.1 de la ley 24/2015 de patentes).

Así pues, todas las oficinas de patentes del mundo hacen accesible al público una ingente cantidad de información tecnológica que podrían consultar investigadores públicos o privados, empresarios y emprendedores con distintos grados de ánimo de lucro, los siempre eficaces agentes de la propiedad industrial o cualquier persona que haya sido agraciada de nacimiento con una sana curiosidad. Desde los últimos avances en computación cuántica hasta la simple rueda.

Como ya sabemos desde que empezamos a utilizar internet, tener al alcance de unos pocos clics toda esa información puede llegar a ser abrumador; para encontrar justo lo que se necesita, en la Unidad de Información Tecnológica se prestan servicios, gratuitos y de pago, que ahorrarán horas de trabajo improductivo, evitarán invertir preciados fondos públicos o capital privado en proyectos que o bien ya están siendo desarrollados en cualquier parte del planeta, incluso las más recónditas, o bien no son patentables, al mismo tiempo que iluminarán sobre nuevas líneas de investigación que pudieran haber pasado desapercibidas. Y también, por qué no decirlo, mantendrán al contribuyente a salvo de sufrir ataques de lo que podríamos llamar neurosis de búsqueda: una suerte de monomanía con unos síntomas muy parecidos a otras patologías, pero con sus características propias aún no del todo definidas por la psiquiatría moderna, cuya etiología se centra en pasar horas y horas delante de un ordenador buscando como un pollo sin cabeza una aguja en un pajar.

En resumen, entre otras cosas, los servicios proporcionados por la Unidad de Información Tecnológica de la OEPM son esenciales para el desarrollo de cualquier plan, idea, programa o planteamiento porque:

  • Proporcionan información imprescindible para priorizar de manera óptima los proyectos de I+D en los que invertir
  • Ahorran horas de revisión bibliográfica para definir el punto de partida de los proyectos de I+D
  • Reorientan proyectos hacia líneas aún no desarrolladas por la competencia
  • Ayudan a elegir la modalidad de protección más adecuada a la invención desarrollada

Veamos ahora brevemente cuáles son esos servicios, en qué consisten y cómo se solicitan.

LOS INFORMES TECNOLÓGICOS DE PATENTES

Un Informe Tecnológico de Patentes, la joya de la corona de la Unidad de Información Tecnológica, es un informe absolutamente confidencial que recoge un análisis en profundidad de las patentes y otros documentos de literatura no patente publicados a nivel mundial y que guardan relación con un proyecto de investigación o una cuestión técnica determinada. A partir de la información aportada por el cliente, que no es necesario que cumpla los requisitos formales que se exigen en el procedimiento de concesión, se localizan sus características técnicas, se realiza una búsqueda en profundidad, una búsqueda exhaustiva realizada por examinadores de patentes que hacen gala de una paciencia franciscana a la hora de bucear por las bases de datos disponibles más completas (y a veces enrevesadas), se exponen con detalles los resultados obtenidos y se redacta, según cada caso, una conclusión acerca de la patentabilidad de la invención, de las características técnicas potencialmente patentables o de los aspectos y particularidades más destacables extraídas del estado de la técnica en cuestión.

El precio del informe es de 440 euros + IVA, se puede solicitar telemáticamente y, de acuerdo con la carta de servicios, el 50% se realizará en 21 días hábiles desde la recepción de la información técnica completa que debe acompañar a la solicitud, y el 100% en 60 días hábiles.

BÚSQUEDAS RETROSPECTIVAS Y VIGILANCIAS A MEDIDA

Ambos servicios ofrecen al cliente listados de las patentes obtenidas a partir de las indicaciones aportadas por el solicitante; los informes de Vigilancia Tecnológica a Medida (38,90 euros + IVA) se entregan con la periodicidad acordada, por ejemplo trimestral o cuatrimestral, y las Búsquedas Retrospectivas nacionales (18,66 euros + IVA) o internacionales (85,86 euros + IVA) reflejan el estado de la técnica en una fecha determinada. Las dos son herramientas muy valiosas a la hora de estar al día del estado de la técnica o, si así se especifica, de las invenciones protegidas por competidores, si bien no extraen conclusiones sobre la información recopilada.

SERVICIOS GRATUITOS, BOLETINES Y ALERTAS

Los Boletines de Vigilancia Tecnológica, realizados asimismo por examinadores de patentes de la OEPM y con las herramientas de búsqueda más potentes, son publicaciones electrónicas y sectoriales que facilitan trimestralmente información puntual, gratuita, esquemática y de rápida lectura sobre los  avances y novedades en 17 sectores tecnológicos que van desde el calzado hasta el coche eléctrico y la impresión 3D, pasando por la tecnología biosanitaria o el sector agroalimentario.

Por último, pero no por ello menos útiles, las Alertas Tecnológicas proporcionan información actualizada sobre las patentes más recientes que se estén publicando en el mundo relacionadas con un tema técnico concreto. Las áreas temáticas de cada Alerta se establecen en colaboración con Plataformas Tecnológicas y otras instituciones u organismos para que respondan a las necesidades de información concretas de las empresas y los organismos públicos de investigación de distintos sectores tecnológicos.

Todos estos servicios son herramientas que desempeñan un papel fundamental para promover los avances científicos y fomentar la innovación. Suponen una labor clave del desarrollo tecnológico y, si repasáramos la historia del siglo XX y lo que va del XXI, no costaría mucho descubrir cómo ayudaron a la creación de las mayores innovaciones de aquellos años. Y no es esta una veleidad u ocurrencia de mi cosecha. Tampoco son afirmaciones literales fijadas en letra impresa por, aquí lo tenemos otra vez, Schumpeter. Pero sí es una transcripción más o menos libre de lo expuesto en la página 17 del prólogo de la edición española de su libro Capitalismo, socialismo y  democracia, y nos parece de la suficiente relevancia como para dejar constancia de ello y dar por finalizada esta exposición con un cierto toque erudito, que no pocos lectores podrían considerar, con toda la razón del mundo, en cierto modo pedante o incluso una muestra de puro exhibicionismo. Ideoque veniam peto, amen.

 

Fernando León Olalquiaga

Técnico Superior Examinador

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