El virus West Nile en Europa en 2020

El año 2020 está siendo especial en muchos aspectos, pero uno de ellos es la situación del virus West Nile (Nilo Occidental) en Europa. En este post resumimos los datos recogidos por el ECDC (Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la UE)  en torno  esta enfermedad durante este fatídico año y reproducimos un artículo reciente de divulgación de la enfermedad causada por este virus, firmado por miembros del grupo de investigación del autor de este blog en el CISA (INIA)  y que ha sido publicado en la revista Infoplagas*.
Fuente: ECDC – Desde el inicio de la temporada de transmisión de 2020 y hasta el 22 de octubre de 2020, los Estados miembros de la UE han notificado 306 casos humanos de infección por virus West Nile (WNV) y 34 muertes. La distribución por países es como sigue: Grecia (142, incluidas 20 muertes), España (76, incluidas 7 muertes) Italia (65, incluidas 5 muertes), Alemania (12), Rumania (6, incluida 1 muerte), Hungría (3), Bulgaria (1, incluida 1 muerte) y los Países Bajos (1). La provincia de Pazardzhik en Bulgaria, la provincia de Badajoz en España y cinco regiones de Alemania (regiones de Barnim, Ostprignitz-Ruppin, Saalekreis, Halle (Saale) y Meissen) informaron por primera vez de casos humanos adquiridos localmente de infección por el WNV. Todos los demás casos se notificaron en áreas que se vieron afectadas durante temporadas de transmisión anteriores. No se han notificado casos de países vecinos de la UE.                                                                                                                                                                          Desde el comienzo de la temporada de transmisión de 2020, se han reportado 173 brotes entre équidos. Estos brotes han sido notificados por España (131), Alemania (20), Italia (12), Francia (5), Portugal (2), Austria (2) y Hungría (1) a través del Sistema de Notificación de Enfermedades Animales (ADNS). Desde el comienzo de la temporada de transmisión de 2020, se han notificado dos brotes en aves a través de ADNS, ambos en Bulgaria.
West Nile virus human cases in Europe in 2020 - Updated 22 Oct
Distribución de casos humanos de infección por virus West Nile en la Unión Europea durante la temporada de transmisión de 2020 (datos recogidos hasta el 22 de octubre). En el suroeste de España (Andalucía occidental y Extremadura) se ha producido un importante brote afectando a 76 personas, de las que 7 han fallecido a consecuencia de la enfermedad.

 

 

Artículo de divulgación (Infoplagas 95/2020, pp 10-15)

*Reproducido con permiso de los editores de la revista.

(NOTA: hemos actualizado en el texto las cifras del brote ocurrido en España este año, de acuerdo con el resumen del ECDC presentado en este post. En el texto, las partes modificadas respecto al original se marcan en negrita).

La enfermedad por virus West Nile: una zoonosis emergente en España

Pilar Aguilera-Sepúlveda, Elisa Pérez-Ramírez, Francisco Llorente y
Miguel Ángel Jiménez-Clavero
Centro de Investigación en Sanidad Animal, INIA-CISA, Valdeolmos (Madrid).

 

El virus West Nile (o “Nilo Occidental”, abreviado “WNV”), causante de una grave enfermedad neuroinvasiva en équidos, aves y humanos, se ha expandido notablemente por diversas regiones del mundo, incluida España, en tiempos muy recientes, constituyendo uno de los mejores ejemplos de enfermedad emergente que se conocen actualmente.

Situación en España y en Europa

La presencia del virus West Nile (WNV) en España y en Europa se conoce desde hace décadas. Sin embargo, no es hasta el año 2000 cuando cobra mayor relevancia, ya que empieza a observarse una expansión geográfica notable. En 1999 aparece  por primera vez en Estados Unidos para, desde ahí, extenderse por todo el continente americano. Al mismo tiempo el virus re-emergía en amplias zonas de Europa meridional y oriental, así como en Oriente Medio.

En España, los primeros estudios sobre la circulación de WNV datan de los años setenta del siglo pasado, pero empieza a estudiarse más intensamente su presencia en reservorios y vectores a principios de los años 2000. En esa época se detectó una elevada seroprevalencia en aves silvestres en el área del bajo Guadalquivir y en Castilla-La Mancha. En 2007 el virus fue aislado por primera vez en España en dos águilas reales en la provincia de Toledo. Desde entonces, se ha detectado la presencia del virus (o los anticuerpos) en diversas especies de aves en muchas regiones de España, sobre todo en Andalucía, pero también en Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Cataluña.

En lo que respecta a caballos, en 2005 se detectaron anticuerpos neutralizantes frente al WNV en el Parque Nacional de Doñana. En septiembre de 2010 se declararon los primeros focos de enfermedad equina en la provincia de Cádiz [1]. Desde entonces, todos los años se declaran brotes de esta enfermedad en las provincias occidentales de Andalucía. Si bien entre 2017 y 2019 sólo se notificaron 28 focos, la temporada de transmisión en 2020 ha resultado ser especialmente intensa, con 131 focos equinos declarados hasta el 22 de octubre, siendo Cádiz, Huelva y Sevilla las provincias más afectadas. Badajoz, Tarragona, Cáceres, Lleida y Jaén también han reportado casos en 2020 [2]. Con respecto a la situación en Extremadura, merece la pena destacar un estudio reciente en el que se ha detectado casi un 20% de seroprevalencia en caballos entre los años 2018 y 2019, lo que indica una intensa circulación del virus en esta región [3].

En humanos, el primer caso en nuestro país fue detectado en la provincia de Badajoz en 2004. Desde entonces, solo se habían confirmado 6 casos más, todos en Andalucía occidental. Sin embargo, en 2020 se ha producido el brote más importante hasta la fecha con  76 casos declarados, de ellos 71 en Andalucía (14 en Cádiz y 57 en Sevilla) y 5 en Extremadura (Badajoz), de los que hay que lamentar 7 fallecidos (3 en Cádiz y 4 en Sevilla) (Datos actualizados a 22 de octubre de 2020), lo que hace de España el segundo país europeo más afectado esta temporada [4]. Dado que los casos que presentan sintomatología clínica grave son un pequeño porcentaje del total de las infecciones, que en su mayoría se desarrollan de manera asintomática, estos datos reflejan una circulación muy intensa del virus en el suroeste de España. Además hay que señalar que, desde 2017, el virus circula también en Cataluña, donde se han identificado varios azores y caballos infectados entre 2017 y 2020, si bien no se ha detectado ningún caso humano todavía. Genéticamente, el virus detectado en Cataluña pertenece al linaje 2, mientras que los que circulan en el resto de España son de linaje 1.

Con respecto a la situación en Europa, durante las últimas dos décadas el virus no ha dejado de aumentar su incidencia y expansión territorial, encontrándose en latitudes cada vez más septentrionales y provocando brotes en animales y humanos. En 2018 el virus alcanzó Alemania por primera vez y desde entonces el país ha sufrido varios brotes en aves, caballos y humanos. Holanda ha notificado este año la primera detección del virus en un ave migratoria. Además, los brotes que se han ido produciendo en el continente europeo son cada vez de mayor intensidad. De hecho, la temporada 2018 fue la más dramática hasta la fecha, con 2083 casos clínicos y 181 personas fallecidas [5]. Hasta mediados de septiembre de 2020 se han reportado 209 casos humanos y 21 muertes, siendo Grecia el país con más incidencia, seguido por España e Italia.

Transmisión, vectores y hospedadores

El WNV se mantiene en un ciclo rural entre los mosquitos, que son los vectores transmisores del virus, y las aves silvestres. Una gran variedad de especies de aves pueden actuar como como reservorio del virus, mientras que las especies de mosquitos que juegan un papel predominante en su transmisión son las pertenecientes al género Culex, que presentan una amplia distribución en nuestro país.

El ciclo rural (o “enzoótico”) del virus ocurre en zonas húmedas, donde coexisten aves silvestres y mosquitos ornitofílicos (que se alimentan de aves). Este ciclo rural es el que mantiene al virus en circulación, a menudo de forma silenciosa. Sin embargo, cuando se producen determinadas alteraciones climáticas (temperatura, humedad) o ambientales (variaciones en la vegetación), las poblaciones de mosquitos pueden verse favorecidas produciéndose un aumento de la circulación del virus. En estos casos es muy probable que el ciclo del virus se acabe “desbordando” dando lugar a brotes epidémicos periurbanos o urbanos. En estas situaciones los mosquitos que portan el virus se alimentan de otros vertebrados además de las aves, como caballos o humanos, pudiendo causarles enfermedad. Sin embargo, los mamíferos son hospedadores finales o “fondo de saco”, debido a que la cantidad de virus que desarrollan en sangre no es suficiente para que un mosquito se infecte. Por tanto, una persona o un caballo no pueden transmitir la enfermedad.

Sin embargo, el virus sí puede transmitirse a través de transfusiones de sangre o trasplantes de órganos, y por tanto, en caso de brotes hay que tomar medidas sanitarias para controlar las donaciones de sangre y órganos.

Enfermedad en humanos, caballos, aves y otros vertebrados

Aproximadamente un 80% de las infecciones causadas por WNV en humanos son asintomáticas. El 20% restante desarrolla la denominada “fiebre por WNV”, caracterizada por fiebre, fatiga, nauseas, cefalea, dolor muscular y debilidad. En algunos casos pueden aparecer también erupciones cutáneas y ganglios linfáticos aumentados de tamaño. En 1 de cada 150 casos clínicos se desarrolla la forma neuroinvasiva de la enfermedad que provoca meningitis y/o encefalitis. Los síntomas en este caso pueden ir desde desorientación leve hasta ataxia (dificultad para coordinar movimientos), temblores, rigidez de cuello, convulsiones y parálisis. Entre un 4 y un 14% de los casos de encefalitis pueden desembocar en coma o incluso la muerte. Tras la recuperación, algunos casos graves pueden presentar secuelas a largo plazo como depresión, pérdida de memoria o disfunción motora. El riesgo de padecer esta forma grave de la enfermedad aumenta en pacientes de mayor edad y en aquellos con problemas de salud preexistentes como inmunodeficiencias.

En el caso de los caballos, la mayoría no muestran signos clínicos evidentes. Aproximadamente en un 20% se observan síntomas leves, principalmente ataxia. Entre el 1 y el 10% desarrolla una enfermedad neuroinvasiva grave con síntomas como letargia, parálisis parcial, fasciculaciones musculares, dificultad para deglutir, trastornos de la visión y convulsiones. En estos casos, la tasa de mortalidad es de alrededor de un 33%. De los caballos que se recuperan un 40% puede sufrir secuelas como alteraciones de la marcha y del comportamiento hasta 6 meses después del diagnóstico.

En las aves el cuadro clínico es muy variable dependiendo principalmente de la especie de ave, pero también del linaje y la cepa del virus implicado. Muchas especies son resistentes a la enfermedad (como por ejemplo pollos y pavos), mientras que otras como gansos, córvidos y algunas rapaces, son altamente susceptibles y sufren tasas de mortalidad elevadas. En estas especies puede producirse una muerte muy rápida sin que se desarrollen signos clínicos. En algunos casos la enfermedad aparece de forma más progresiva y las aves sufren depresión, ataxia, temblores y movimientos en círculos. En general, la gravedad del cuadro clínico está relacionada con la viremia (nivel de virus en sangre). Aquellas aves que desarrollan una viremia más alta tienen más probabilidades de sucumbir a la infección.

El virus se ha detectado en otras especies de vertebrados como mamíferos, reptiles y anfibios, pero la mayoría (excepto humanos y caballos) son resistentes y no desarrollan la enfermedad.

Vigilancia, prevención y control de la enfermedad

La enfermedad causada por el WNV es una zoonosis de declaración obligatoria tanto en el ámbito de la sanidad animal [6] como en el de la salud pública [7]. Para lograr un control efectivo de la enfermedad, que permita la detección temprana de casos y la implementación de medidas de control, es necesario establecer una vigilancia sanitaria en aquellas zonas que presenten riesgo para la circulación del virus. Existen herramientas específicas para establecer cuáles son estas zonas: el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) ha elaborado una “Herramienta de análisis de riesgo para el virus West Nile” [8] que es de gran utilidad en este sentido y está siendo utilizada por un número creciente de países. En ella se establecen una serie de condiciones (antecedentes de circulación del virus en la zona, condiciones ecológicas y climáticas favorables para la presencia de vectores y reservorios, etc.) que determinan las actividades de vigilancia y acciones de salud pública que son aconsejables en cada caso. En España, los Ministerios competentes (Agricultura y Sanidad) coordinan las actividades de vigilancia que deben ser implementadas por las Comunidades Autónomas en función de los riesgos estimados en sus territorios. Esencialmente, estas tareas van dirigidas a detectar la circulación del virus tanto en los hospedadores vertebrados (aves y équidos) como en los insectos vectores (mosquitos) en aquellas zonas de riesgo tales como las áreas cercanas a humedales, estuarios, marismas, lagunas, embalses, regadíos, etc., donde la abundancia de mosquitos y de aves aconseja esta vigilancia. En función de la situación epidemiológica puede ser aconsejable ampliarla a otros entornos más antropizados.

La vigilancia en animales (équidos, aves) y parte de la vigilancia entomológica es coordinada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Red de Alerta Sanitaria Veterinaria, RASVE) [9]. La vigilancia en humanos, y, en parte, la vigilancia entomológica, se coordina desde el Ministerio de Sanidad a través del Instituto de Salud Carlos III [10]. El control sobre esta enfermedad se complementa con una serie de medidas recogidas en el “Manual práctico de operaciones en la lucha frente a la fiebre del Nilo Occidental en explotaciones equinas” del Ministerio de Agricultura [11] y en el documento citado anteriormente del Ministerio de Sanidad [10]. Desde el punto de vista de salud pública se establece “la exclusión de sangre de donantes que hayan estado en zonas con casos humanos, hasta 28 días después de abandonar la zona”, o medidas para el control de las poblaciones de vectores “localizando los criaderos de  mosquitos y/o los mosquitos adultos, según indique la evaluación de riesgo”.

REFERENCIAS

[1] Sotelo E., Fernández-Pinero  J., Jiménez-Clavero M.A. La fiebre/encefalitis por virus West Nile: reemergencia en Europa y situación en España. Infecc Microbiol Clin. 2012. 30(2):75-83. DOI: 10.1016/j.eimc.2011.09.002

[2] RASVE: Consulta de notificación de enfermedades de los animales de declaración obligatoria. Fiebre del Nilo Occidental (West Nile). https://servicio.magrama.gob.es/rasve/Publico/Publico/BuscadorFocos.aspx

[3] Guerrero-Carvajal F., Bravo-Barriga D., Martín-Cuervo M., Aguilera-Sepúlveda P., Ferraguti M., Jiménez-Clavero M.A., Llorente F., Alonso J.M., Frontera E. Serological evidence of co-circulation of West Nile and Usutu viruses in equids from western Spain. Transbound Emerg Dis. 2020. doi:10.1111/tbed.13810

[4] ECDC: Weekly updates: 2020 West Nile virus transmission season, https://www.ecdc.europa.eu/en/west-nile-fever/surveillance-and-disease-data/disease-data-ecdc.

[5] ECDC: Epidemiological update: West Nile virus transmission season in Europe, 2018.

[6] OIE: Código Sanitario para los Animales Terrestres, http://web.oie.int/boutique/index.php?page=ficprod&id_produit=1789&lang=esp

[7] OMS: Reglamento Sanitario Internacional, https://www.who.int/ihr/publications/9789241580496/es/

[8] ECDC: West Nile virus Risk Assessment Tool, https://www.ecdc.europa.eu/sites/portal/files/media/en/publications/Publications/west-nile-virus-risk-assessment-tool.pdf

[9] MAPA: Red de Alerta Sanitaria Veterinaria, RASVE, https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/programafiebredelnilooccidental202110092020_tcm30-437515.pdf

[10] Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, CCAES: Protocolo de vigilancia de la fiebre del Nilo Occidental,   https://www.isciii.es/QueHacemos/Servicios/VigilanciaSaludPublicaRENAVE/EnfermedadesTransmisibles/Documents/PROTOCOLOS/Protocolo%20de%20Vigilancia%20de%20Fiebre%20del%20Nilo%20Occidental.pdf

[11] MAPA: Manual práctico de operaciones en la lucha frente a la fiebre del Nilo Occidental en explotaciones equinas (https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/manualwnoctubre2019_tcm30-111128.pdf

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