El marisco y el hombre «primitivo»

Hace ya unos meses me llamó la atención la noticia sobre el hallazgo de evidencias de que hubo poblaciones humanas que habitaron en la costa de Sudáfrica marisqueando hace 165.000 años. A tenor de los hallazgos en el Cabo de Sudáfrica, aquellos seres humanos utilizaban unos complejos utensilios con filo, que podían ser utilizados como puntas de lanzas o de dardos, e incluso usaban un pigmento rojo, lo que para los investigadores sería una señal de comportamiento simbólico. Hasta ahora se pensaba que ambas características habían sido muy posteriores en nuestra lenta evolución.


En el trabajo publicado se describe que durante millones de años los homínidos fueron recolectores y cazadores de especies terrestres. Su explicación de por qué comenzaron a interesarse por los crustáceos marinos está en el cambio del clima: en aquella época del Paleolítico prácticamente todo el continente africano era un desierto en el que resultaba muy difícil conseguir alimento, mientras que en hemisferio norte se vivían intensas glaciaciones.

Los utensilios que han localizado en la cueva también son más sofisticados de lo que se suponía para unos ‘Homo sapiens’ tan primitivos: se trata de pequeñas láminas de menos de 10 milímetros de anchura y del tamaño de un dedo que podían ser la punta de un arma muy precisa.

El hecho de que comieran marisco significa que pudieron moverse siguiendo la línea de la costa africana a grandes distancias, un dato especialmente interesante para quienes estudian las migraciones hacia fuera de este continente y para los genetistas que buscan esas rutas en el ADN.

También en España, por ejemplo en Galicia, la actividad extractiva del mar está documentada desde la industria paleolítica camposaquense, de la que se han encontrado piedras hechas para que sirvieran de peso a grandes redes.

Castro Monte Tecla.

En las excavaciones realizadas en los castros gallegos aparecen útiles para la pesca como anzuelos , que podemos considerar una evolución del arpón del paleolítico. Tal evolución se acentúa hacia la forma curvada, en el neolítico, aunque muy toscamente y siempre de hueso o de colmillos de animales. En Egipto ya se utilizaban a partir de la primera dinastía.

Castro de Baroña

También aparecen los “concheiros” formados por valvas de moluscos mezclados con restos de cocina. Por esta clase de detritus o residuos sabemos con certeza cuales fueron los alimentos del hombre antiguo. Cuando se trata de basureros de población marítima, suelen ser abundantes en conchas de diversos moluscos, tal como: mejillones, escaramujos y lapas. 

Castro de Baroña

En el petroglifo de la ensenada de Borna (Meira) en la ría de Vigo aparecen representadas varias embarcaciones prehistóricas. Constituye el testimonio más importante de la existencia de embarcaciones de la época megalítica en el noroeste de la Península Ibérica.

Se encuentra en una piedra de granito de casi doce metros de largo por cuatro de ancho. El tema principal de este grupo de insculturas son las embarcaciones. En total hay trece. El perfil de diez de ellas está trazado por un arco cóncavo más o menos regular con sus extremos curvados hacia el exterior en estilizado «cuello de cisne». Tres de éstas difieren de las diez anteriores en que el fondo está marcado por un tramo recto en lugar de curvo. Una de ellas, la mayor de todo el grupo, parece tener la proa y la popa rematadas por la cabeza de un animal semejante a un pájaro, además de un pequeño trazo recto sobre la popa como si fuera un pequeño mástil o gallardete. Algunas tienen en su interior un signo cruciforme  y una de ellas un círculo.

Petroglifo de Borna

Parece que estas embarcaciones  eran de mimbre y cuero y tenían entre siete y diez metros de eslora. Un tipo de embarcación que los constructores de megalitos de la Edad de Bronce utilizarían para la pesca, el transporte y además, probablemente, para navegar desde Galicia hasta las Islas Británicas usando el remo y la vela.

En definitiva cuando en estas días festivos le demos al marisco no hacemos nada más que repetir un comportamiento antiguo que por lo que se ve sigue teniendo éxito entre los humanos que lo pueden pagar. Un consuelo ante la flaqueza humana…

Compartir:

Deja un comentario