Como otros sectores,  el cultivo del mejillón sufre los efectos de la crisis, aunque  sigue siendo uno de los motores económicos de Galicia. «Con unos ingresos anuales de entre 90 y 120 millones de euros -prácticamente lo mismo que facturan todas las cofradías de mariscadores de la provincia de Pontevedra juntas en un año. En 2012, a causa de la crisis, el consumo de mejillón en Galicia descendió un 14%, para situarse en 4.600 toneladas -de un total de 279.000 toneladas producidas.»

Foto A. Figueras

«La mitilicultura en Galicia representa el 80% de toda la producción acuícola de España. Las 3.337 bateas gallegas, pertenecientes a 2.400 propietarios, generan alrededor de 11.500 empleos directos, cuya repercusión es vital en los municipios más vinculados a esta actividad. En algunas de esas localidades, donde el mejillón es el producto estrella de sus puertos, el volumen de empleo representa al 40% de la población activa.»

 

Polígono de bateas. (Foto Marimar Costa).

«El desarrollo de esta actividad produce un enorme efecto arrastre en la economía, en el fomento de inversiones en activos de empresas transformadoras, como la conserva, congelado y pasteurizados; en las comercializadoras -ya sean depuradoras o centros expedición-; en empresas auxiliares, desde astilleros a construcción de ribera, cordelerías y calderería; en el sector servicios, con actividades financieras y de asesoramiento legal y laboral; y en el desarrollo de centros de creación de conocimiento.»

Foto A. Figueras

«En esta época del año el sector «descansa«, al menos desde el punto de vista comercial. En el primer semestre de cada ejercicio el poco molusco que aún queda en las cuerdas de las bateas -la mayor parte se vende en la segunda mitad del ejercicio precedente- desova y está delgado, por lo que carece de calidad para salir al mercado y se interrumpen las ventas, limitándose a algunas operaciones puntuales.»

«Además, en la primera mitad del año suelen producirse los conocidos como afloramientos de primavera, que suponen un incremento de nutrientes en las rías, pero también un aumento de fitoplancton con  biotoxinas y, en consecuencia, el cierre de bateas y polígonos. Es lo que popularmente se conoce como marea roja. Esta es la causa del episodio de marzo  en  Francia, cuando este país vetó la entrada de mejillón gallego por supuestas intoxicaciones achacadas a un mal control de las biotoxinas, aunque después se comprobó que el problema se había generado en depuradoras francesas. Esto quiere decir que ahora mismo, con una veintena de polígonos disponibles y alrededor de treinta cerrados por biotoxinas del género diarreico (DSP), apenas se vende mejillón.»

Encordando el mejillón. (Foto Antonio Figueras)

«Hay un total de 3.337 viveros flotantes distribuidos en medio centenar de polígonos que, a su vez, se reparten en cinco rías -incluidas Baiona y Corme-. La de Arousa, considerada por la FAO como la más rica del mundo por sus reservas de fitoplancton, posee el mayor número de bateas (2.292), lo que representa prácticamente el 70% del total de parques. La arousana se sitúa por delante de la de Vigo (478), la ría de Pontevedra (346), Muros-Noia (118) y la ría de Ares-Betanzos (103).»

Entramado de una batea (Foto Antonio Figueras).

Elaborado con información propia y artículos de Manuel Méndez del Faro de Vigo.

 

 

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