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XXL, la hamburguesa y la publicidad (NUEVO TEXTO)

¿Que pasa con los periódicos de provincias? Pues también, todos han publicado dos historias al menos. Una la presentación de la campaña y la petición que hace la Ministra de Sanidad para que se retire la misma y dos, en menor número, la respuesta de la empresa diciendo que no la retirará.
Pero como buena información ha trascendido nuestras fronteras y en esa búsqueda que antes les comentaba pueden ustedes leer en periódicos mexicanos, colombianos o venezolanos, el problema de una hamburguesa que ofrece más y más.
Si los medios han reflejado esta información a gran escala es porque tras la Ministra cada quien se ha «despachado» a gusto. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), la Federación Española de Hostelería y Restauración (Fehr) y la Asociación Empresarial de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem), entre otras, han sido las más activas. Cada cual defendiendo su postura.
Aclaremos: El punto de partida se inicia con unas declaraciones de la Ministra. «No dice (el Ministerio) qué tipo de comida es buena, mala o regular. En el caso de un flagrante incumplimiento del compromiso nos parece que había que hacer una llamada de atención». Aprovechando que estamos en un debate interesante para el sector, aparecen informaciones acerca del sobrepeso de los españoles, la comida basura, el rieso para la salud…
Este triángulo tiene 3 vértices. 1º La responsable de Sanidad tiene que velar por la salud de los españoles. Y es normal que haga esas declaraciones y más aún que no se saquen de contexto. 2 º Los publicitarios están para trabajar. Hay leyes y las respetan a rajatabla. Ya son bastantes las ofensas que se vierten contra esta profesión. 3º Los consumidores son libres para decidir qué quieren o no comer.
La publicidad española no está en estos momentos para decir que no a ningún cliente. Además, cuando se plantearon esta campaña seguro que nadie pensó que iba a sufrir la petición de retirada. Los esfuerzos de los publicitarios por servir a la sociedad se ven en cada uno de sus trabajos. Algunos se entienden poco o no se entienden. En todo caso, la culpa no es de la publicidad, si es que existe. Dejemos que los usuarios que dicen: «está buena y es barata» decidan. Otros muchos lo hacen por falta de tiempo.
Que pena. Y nuestros cocineros triunfando en Nueva York y en Estados Unidos, cuna de las grandes cadenas de comida rápida. Pues parece que el ejemplo no es bueno.
Nuevo texto:
Todo lo que el anuncio de Burger King no tiene de polémico, según Burger King
Burger King contraataca. Y lo hace creando un blog desde su propia página web. De esta forma, quieren dar respuesta a la polémica suscitada por su último anuncio, que apela a la virilidad para comer hamburguesas y que tiene frases como «soy un hombre, rugiré. Ese doble Whooper me hace feliz».
En ese blog, que ya tiene más de 100 comentarios, hacen una lista de todo lo que el anuncio no tiene de polémico, como que no salen mujeres desnudas, ni mujeres-objeto, ni mujeres en actitudes eróticas, que no hay clasismo, que no hay racismo… Y continúa: «No hay sexo. Esto lo decimos en realidad como queja a Burger King».
Por eso, señalan en el blog que «visto todo lo anterior, parece que estamos hablando del anuncio más aburrido de todos los tiempos: de un spot de cucharas o algo así. Pero el spot no es aburrido, y si tampoco es morboso, ¡a lo mejor es que es bueno! ¿No?».
Lo cierto es que el spot ya ha sido denunciado por el Instituto de la Mujer, entre otras instituciones, por su carácter sexista.
Noticias relacionadas:
– Burger King sigue con la publicidad polémica y ahora apela a la virilidad
– Sanidad solicita a Burger King que retire la publicidad «XXL»
Fuente:
http://www.marketingdirecto.com/noticias/noticia.php?idnoticia=20942
Pues qué queréis que os diga… si se sigue permitiendo vender productos nocivos para la salud ¿por qué no nos dejamos de historias con los límites de velocidad y los quitamos? ¿y por qué no lo mismo con las drogas? ¿y con los alimentos transgénicos?… ¿por qué no permitir vender arsénico en los supermercados?
El estado es encargado de regular velando por el bienestar de los ciudadanos, de garantizar sus derechos y su calidad de vida. Para ello tiene que tener potestad para prohibir y para permitir. Se permiten hamburguesas de tamaños normales… ¿para qué más siendo nociva?
P.D.: Hay una película… "Super-size-me" Os invito a verla. Un actor se dedica a comer únicamente la dieta Mcdonalds durante un mes… ocho kilos en doce días, cambio del estado de ánimo…
Resulta un tema un poco espinoso. Por una parte, entiendo que la Ministra de Sanidad vele por los ciudadanos invitando (que NO obligando, dicho sea de paso, y me remito a sus declaraciones y a la legislación vigente) a retirar una publicidad de un producto malo para la salud.
Por otra parte, entiendo que los publicistas en ningún caso han creado una campaña que contravenga las leyes, y que sencillamente se han limitado a presentar el producto tal y cual es: una hamburguesa, digamos, bestial.
Por lo tanto el problema está servido. ¿Qué gana, el ciudadano o el publicista? Teniendo en cuenta que los niños son los que más sufren las consecuencias de esta comida, deberían hacer una campaña donde claramente se especifiquen las calorías que contiene. Y con esa información (aunque sea en letra pequeña) la gente ya sabrá a qué atenerse con claridad. Yo me quedé asombrada ante la cantidad de calorías y poliinsaturados que te dan por 4 euros. El secreto está en la grasa…
Con mucho respeto a lo que antes citáis… creo que los niños no entienden de letra pequeña, de kilocalorías ni de grasas polisaturadas. El estado debe velar por la salud de los ciudadanos incluso en el caso de que los padres no lo hagan… (como en tantos otros aspectos en los que nos parece normal la intervención del estado en una escuela)
Está claro que alimentarse a base de hamburguesas, o en general comida rápida, no es saludable. Pero esto no es nada nuevo. Creo que el consumidor está lo suficientemente informado sobre lo que se debe comer y lo que no, pero él tiene la última palabra. Él decide.
En esta sociedad también hay cantidad de cosas nocivas para nuestra salud, y siguen anunciandolo y pregonandolo. Existe el tabaco, el alcohol, componenetes de alimentos que a largo plazo y con consumo excesivo pueden causar cancer, rayos UVA, etc, etc. Entonces…¿ésto qué es? ¿otro ataque hacia nuestra profesión?.
En cuanto a los niños que están expuestos a esta publicidad, creo que les va a dar lo mismo oir que es mala, o incluso que no la anuncien, puesto que cuando vayan al establecimiento de comida rápida (Burger King, MC Donald…) si la ven, la van a probar probablemente. No solucionarían nada evitando este tipo de publicidad. La gente ya está en contacto con este tipo de comida y si se la quiere comer, se la comerá.
Eso sí, respeto que la ministra de sanidad, tiene todo el derecho y deber de quejarse si lo cree correcto. Lo respeto, pero no lo comparto totalmente.
Helena Rodríguez Alonso
OP Documentación Publicitaria
En mi opinión hay una contradicción dentro de cada uno de nosotros entre lo que queremos consumir y lo que debemos.
Por un lado, todos o casi todos hemos estado en alguna hamburqueseria en alguna ocasión o en muchas, consumiendo lo que conocemos como "comida basura". Sin embargo, nunca olvidamos los problemas que una dieta a base de estos productos no es nada bueno y crea graves problemas y enfermedades de las que todos los días hablamos.
Pero, ¿de qué nos quejamos?, ¿de verdad un anuncio como el de Burguer King afecta tanto?¿ o empalaga más de la cuenta?. Creo que es lógico que una empresa que se dedica a la venta de una hamburguesa, utilice su sabor para promocionarla, y contra más ingredientes y volumen más sabor y más atrayente es. Pero luego nos quejamos de que cada vez hay más obesidad y comemos más productos de este tipo, bien ¿seremos más sanos si en vez de comer dos hamburguesas me como todos los días un plato de pollo o unos bollos para desayunar..?. Realmente tener una dieta sana depende de cada uno y comer una hamburguesa, aunque sea XXL no va a suponer nada, el problema viene cuando no tenemos un control sobre ello.
Si de verdad queremos solucionar estos problemas y enfermedades, no tenemos que quitar un anuncio, aunque lo hagamos, siempre vamos a tener a la vuelta de la esquina una hamburguesería que nos llame la atención, todos sabemos ya lo que es la "comida basura". Si de verdad queremos solucionarlo debemos ser nosotros y no llevar, cada vez que nuestros hijos o hermanos cumplen años, a toda su pandilla a comer a un Burguer King, teniendo en cuenta que cada semana tienen uno de media.
Fuera de broma, creo que no es un problema grave el hecho de poner un anuncio de esas característica pero sí lo que cada uno entienda.
Para empezar diré que ante todo estamos hablando de la promoción de un alimento. Este alimento no es cancerigeno, ni radiactivo, etc. Y en cuanto a que ¿pueda causar problemas de salud si se abusa de él? Ese es otro tema. Todos los alimentos, o al menos la mayoría de ellos, si se abusa de ellos suelen ser perjudiciales, cada uno debe ser responsable de lo que consume y de la manera en que lo hace.
Burguer King sólo ha sacado al mercado una hamburguesa un poco más grande de lo normal, para aquellos que creían que sus hamburguesas eran ridículas o simplemente querían más. Va dirigida a un target muy específico. Si alguien cree exagerado comerse una hamburguesa así, simplemente que no la consuma, al igual que yo no me como una caja entera de bombones o un bote de helado.
Recuerdo que McDonalds tiene o tuvo otro producto (ahora mismo no recuerdo) de las mismas características: la hamburguesa “Big Tasty”. Y al menos yo no me acuerdo que hubiera tanta controversia.
¿Si con esto se fomenta el aumento de comida rápida? Bueno, ese el objetivo ¿no? Tanto de la empresa anunciadora como de la agencia de publicidad, el objetivo es maximizar beneficios. Si fuera una empresa de sillones, el objetivo sería maximizar el aumento de compra de sillones.
Si realmente se quiere retirar esta clase de spots o campañas porque son perjudiciales, ¿Por qué no quitan las campañas que promocionan bebidas alcohólicas?. O acaso ¿George Cloney no propicia el consumo de alcohol?
Esta es mi opinión, creo que lo que ahora habría que hacer es reflexionar y preguntarse si habría que establecer unas normas o unos reglamentos donde quedase vigente el qué se puede publicitar y qué no.
Jonathan Zarzalejo Martín
Cada uno come siempre lo que quiere, lo que puede, o lo que le apetece, aunque le pongan delante de los ojos toda la publicidad del mundo. Las empresas de comida rápida tienen tanto derecho a anunciar sus productos como cualquier otra empresa, y no por eso han de ser creídas o compradas por los consumidores.
Está clarísimo que de lo que no conocemos no utilizamos, pero el conocimiento no implica el consumo. Tampoco se consume aquello que no gusta. En EEUU es cierto que consumen en exceso “fast food”, pero es por decisión propia, nadie les pone un cuchillo en el cuello para que coman, le gusta, les resulta barato y cómodo.
La alta cocina (que está buenísima) no tiene un precio accesible, aunque sea muy sana, tenga un sabor que guste a la mayoría del público, etc. En España hay tradición de comer muy bien en cualquier sitio, ahora es cuando están entrando a competir con el cocido y la paella las hamburguesas extra grandes, y por eso los mejores (o de los mejores) cocineros del mundo son españoles. Éstos cocineros tienen que emigrar a otros países para desarrollar su trabajo, porque dentro de lo que hay, España no es un país muy rico, en EEUU hay más cantidad de gente que puede acceder frecuentemente a este tipo de servicios alimentarios (aunque la inmensa mayoría sufran de obesidad por no disponer de ingresos suficientes o de cultura para no comer tanta comida basura).
Javier Oroz Martialay OP UCM 2006
El problema que yo veo en esta campaña es que Burguer King no ha sabido disimular debidamente la campaña para que, al igual que muchas otras, salve las prohibiciones establecidas al respecto.
El problema deriva de un acuerdo que firmaron el 19 de enero de 2005, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) y la Asociación de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem) a la que pertenece Burger King. El artículo 5° de aquel convenio decía: "Raciones gigantes: las empresas Ferhcarem, con el objeto de no promover la ingesta excesiva de alimentos, se comprometen a no incentivar el consumo de raciones o porciones individuales gigantes".
Tratando literalmente este artículo, Burger King habría incumplido la normativa de no incentivar el consumo de raciones o porciones individuales gigantes, pero es que, también literalmente, esa es la misión de la publicidad de toda empresa: promocionar sus productos e incentivar su consumo, por lo que aquí habría una contradicción. Por lo que bajo mi punto de vista no se debería haber prohibido ese tipo de anuncio, ya que esa es la finalidad básica de la publicidad y es el cliente el que debe decidir si quiere consumir o no el producto.
Por parte de AESA y Fehrcarem, me parece correcto que se recomiende un tipo de alimentación y unos hábitos saludables, pero no me parece correcto que se solicite la retirada de la campaña, ya que repito que la decisión última es del consumidor.
Si se optara por la retirada de la campaña, me parecería un grave error, ya que el fin de la publicidad es promocionar productos y que sea el consumidor quien decida, ya que si nos ponemos a recortar publicidad de productos “poco saludables” desaparecería una gran cantidad de publicidad, y eso va en contra de la propia libertad de elección de los consumidores.
Javier Oroz Martialay OP UCM 2006
En el triangulo que se establece anteriormente, se asientan las posibles repuestas ante tanta “moralidad alimenticia”. Es obvio, que la publicidad no es el culpable de todos los males de la humanidad, y mucho menos si partimos desde la realidad expuesta en este caso: la publicidad ha jugado un papel completamente lícito en toda esta “película” ya que, únicamente, se ha encargado de transmitir el mensaje del anunciante. Es lógica, la preocupación aparente de la Ministra de Sanidad, es más, es positivo que las Administraciones Públicas levanten la voz ante determinadas conductas alimenticias. Pero, también, tiene que darse cuenta que la publicidad no tiene la culpa de que toda la gente coma esas hamburguesas; simplemente, su función es dártelas a conocer. Incluso, ¿no es peor el hecho de que desde hace años el consumo masivo de hamburguesas de todo tipo y en enormes cantidades es una contraproducente realidad? Por tanto, el mal lleva dentro de nuestra sociedad varios años y no es un problema exclusivo de la publicidad, es más, la gente tiene derecho a estar informada de los nuevos productos que salen al mercado. El problema reside en la educación alimenticia de los individuos, tenemos que mantener hábitos sanos a la hora de alimentarnos, es decir, es igual de malo comer tres hamburguesas a la semana que comerte una nueva XXL al mes. Es básico concienciar con campañas institucionales el buen comer de los sujetos y es aquí donde realmente hay que incidir. En definitiva, no hay que ser simplistas y acusar de generar determinados hábitos de conducta no apropiados sólo a la publicidad; hay que saber, de una vez por todas, que los auténticos formadores de conductas y valores deben residir en la familia y en su entorno, y más cuando la salud de los niños esta en juego. (Mario Ares Valdecantos_OP_2006)
La publicidad de nuevo es la mala de la película, como no, esto sucede cada vez que un anuncio daña las retinas de los consumidores viendo algo que no es de su agrado, no les gusta, les incomoda o les parece que es inmoral. Esto ya ha sucedido en varias ocasiones, el ejemplo más conocido es el desodorante AXE, cuyas quejas de “miembras” de asociaciones feministas se reivindicaron porque lo tildaban de machista, al final tuvieron que retirar el anuncio como otros muchos que se retiran cada año.
Estoy de acuerdo que la publicidad tiene que respetar las leyes que se ha establecido, entre ellas no incentivar el consumo de raciones gigantes, pero esto es un poco irónico, porque acaso no se publican spots de tabletas de chocolate, de menús que te regalan otra ración, de botellas de alcohol, y no tienes porque tomártela de una sola vez o bebértela de un trago, todo se tiene que racionalizar, esta claro que es difícil poder dividir una hamburguesa en varias partes, pero a nadie le ponen la hamburguesa en la boca para comérsela. La obesidad es un gran problema de nuestra sociedad, y sobre todo del imperio de occidente cuyo máximo exponente es Estados Unidos, no tenemos que copiar todo lo que ellos hacen, aunque siempre hay contradicción porque les criticamos y luego comemos su comida, bebemos su bebida, nos vestimos como ellos y escuchamos su música, por lo tanto lo que debemos hacer es defender nuestros valores y mantener nuestra propia identidad.
Es difícil que una empresa, en este caso Burguer King respete las condiciones establecidas de no incentivar productos de raciones gigantes, pero si lo crean y se proponen publicarlo lo consiguen y si encima crea polémica y sale publicado en todos los medios mejor para ellos, no se han gastado un duro en crear el spot, pero sin embargo la Publicity les ha servido para que otros medios hablen de ella y seguro que muchos retarán al Ministerios de Sanidad y Consumo y harán lo que ellos quieran, es decir, comer hasta hartarse, sobre todo a los jóvenes que hacemos lo que nos prohiben.
La verdad es que todo este tumulto que se ha originado en torno a la publicidad de la ya hiper famosa hamburguesa me ha dejado perpleja. Es cierto, que se trata de un tema espinoso y ante el que no sabría si posicionarme completamente en contra o a favor, puesto que ambas posturas son comprensibles.
Por un lado, la opinión de la ministra de Sanidad, que como tal, supongo que deberá sentir la obligación de defender los intereses considerados como más salubres para los españoles. A continuación a esta, aparecen los múltiples organismos defensores de la salud escandalizados y apoyando a muerte la petición de cese de la campaña. Pero ¿alguno de ellos se ha parado a pensar que norma jurídica infringe la publicidad?, y aún más, ¿habrán pensado alguno de ellos en el trabajo de la agencia de publicidad?.
De todo esto, lo que más me indigna es la facilidad que tiene la sociedad para culpar de todos los males del mundo a los publicitarios. ¿Acaso creen que únicamente nos dedicamos a pensar en como molestar?. Pues no. La campaña, era una campaña normal, donde se daba a conocer el nuevo producto de Buguer King sin más. Imagino que la agencia y la empresa ante esta reacción mediática debe estar más que alucinada, pues en ningún caso creo que la intención fuese malvada.
Desde luego lo que no considero correcto es la petición de cese y mucho menos que la empresa retirase el anuncio, puesto que no se infringe normativa alguna y porque con el fin de emisión no se va a solucionar un problema que es de educación. Si ya existen restricciones al tabaco, la velocidad, el alcohol…, ¿también las hamburguesas?. Si seguimos así, ya mismo no se podrá anunciar nada, ¿no?
Por tanto, si la ministra decide continuar con su obsesión de no obesos, ¿por qué no realiza una campaña en la que se eduque a la población en cuanto a sus actos alimenticios?. ¿Por qué no realiza un anuncio donde se diga: “se puede comer de todo, pero con moderación. Aprende a comer”?. No tengo idea alguna de si esto serviría para algo, pero al menos lo considero más adecuado que toda la polémica organizada. Lo que si está claro es que tendremos hamburguesa para rato.
Inmaculada Mairena Jurado OP UCM doc publicitaria
No es ningun misterio que las hamburguesas tienen mucha cantidad de calorias y grasas innecesarias:por eso se le llama comida basura. Todo ese tipo de comida rapida es perjudicial para la salud pero no menos que la bolleria industrial, la coca-cola, el tabaco y toda la porqueria que nos metemos en el cuerpo de conservantes y colorantes.
Creo que si es positivo que el ministerio de sanidad cuide, controle y sancione aquellos productos o actividades que sean perjudiciales para la salud. Pero lo extrano y, por lo menos en mi caso un poco molesto, es que derrepente aparecza un sentimiento adverso a la comida basura cuando jamas se ha dado ninguna muestra de ello. Claro que la hamburguesa XXL tiene muchas calorias y engorda mucho, pero dudo mucho que engorde mas de 100 o 200 respecto a la whoper XL que ya existia. Todo esto me hace pensar que debe haber alguna razon politica u economica detras de esto, lo cual para mi, pierde toda validez la recomendacion de la ministra.
Todos sabemos que el tabaco produce cancer y dependencia, que la comida basura produce obesidad (solo hay que mirar hacia EEUU para comprobarlo), el cafe crea extress y adiccion por no hablar de la coca-cola (quien no sabe la historia de lo que ocurre al dejar una moneda o un diente en un vaso de coca-cola durante toda la noche?), las patatas congeladas y la comida quemada (esto ultimo lo vi en el programa "saber vivir") tambien producen cancer. Si tomas mucha leche puedes tener el colesterol alto y las grasas utilizadas para hacer la bolleria industrial y tambien el pan de molde, son malisimas para el cuerpo (mi hermana es quimico y lo ha confirmado).
La gente no vive en una pompa donde puede refugiarse y decir "no sabia que era malo para mi". Hoy en dia todos sabemos lo danino que es este tipo de comida. Nadie se va a sorprender si le dicen que esa hamburguesa contiene como unas 1000 calorias. La cuestion es que no queremos saberlo. Y me parece bien que la ministra se preocupe por nuestra salud si nosotros somos tan incosnientes como para no preouparnos por ella pero que sea consecuente con sus palabras. Que diferencia hay entre la XL y la XXL? porque una es perjudicial y la otra no? y que pasa con las pizzas de este tipo de cadenas ( las cosas mas grasientas donde las haya) perritos calientes, cadenas de bocadillos, tacos etc… Estos si son sanos?
Para terminar un pequeno detalle curioso: Los ninos que van a comer a este tipo de restaurantes con sus padres no se comen una XXL sino un menu infantil que viene con su munequito y todo. Esta publicidad por lo tanto, va dirigida a un publico adulto, el cual deberia poder discernir por si mismo si se quiere pudrirse por dentro o no.
Las agencias de publicidad no tienen la culpa del problema, solo lo difunden. La publicidad no ha creado las hamburguesas XXL, estas van a seguir estando ahi con o sin publicidad. Claro que las agencias deberian tener un compromiso deontologico, pero muchas veces no pueden permitirse el lujo que decir que no a una cuenta tan importante como Burguer King. Si seria su culpa si hubieran realizado una campana resaltando cualidades que no estan en la hamburguesa, comentaran que es la mejor hamburguesa que ha existido o no dieran importancia al hecho de que tiene tantas calorias. En este caso el anuncio es bastante sencillo y escueto, solo presenta el producto y el nombre de este.
El anuncio en este caso si que solo reponde a la promocion del producto. No creo que en este caso haya un conflicto moral para la agencia ya que podria darse el caso de que la agencia no supiera que estaba incumpliendo ese compromiso. El problema es del anunciante y no del publicista.
La publicidad como siempre es la culpable de todo.
Para una vez que no estamos ante un caso de publicidad engañosa nos enfrentamos ante otro problema: el incumplimiento de un acuerdo en el que la empresa se comprometía a no promover raciones grandes.
La iniciativa de prohibir la promoción de raciones grandes me parece bien por parte del Estado en su campaña contra la obesidad, porque es su deber "proteger" al ciudadano… pero que mas da si la gente que consume en este tipo de establecimiento luego repite…
Si esta hamburguesa es tan nociva para la salud, ¿ por qué no prohiben también los anuncios de bebidas alcoholicas, tabaco..?
Aunque el consumidor es consciente del alto nivel de calorías que contiene este tipo de comida deberían hacerlo explícito.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la gente acude a estos sitios atraidos por su bajo coste y esto es lo que realmente los interesa y no las calorias que tenga o deje de tener una hamburguesa, aunque tuviese el doble de calorías la gente seguiría acudiendo a estos establecimientos de comida rápida por que lo que los interesa es comer "bien" y barato.
Estas pequeñas cosas son las que crean una mala imagen de la publicidad aunque ésta no tenga la culpa.
…personalmente opino que es el producto el que se debería censurar y no la publicidad. No es ésta última la que afecta a la salud de la sociedad española.
Aunque el anuncio no existiera, la hamburguesa seguiría en las tiendas por lo que su nocividad seguiría presente en nuestros estómagos.
En algunos comentarios anteriores se hace mención a que los niños españoles no son consientes de lo perjudiciales que pueden resultar este tipo de alimentos, por lo que la frase "los consumidores comen lo que quieren" no se podría aplicar a estos últimos que precisamente son los que se ven afectados de forma mayoritaria ante está situación. Actualmente, la ya denominada "comida basura" se adentra cada vez con más fuerza en nuestro país y los índices de obesidad en menores aumentan de forma desbordada. Si realmente está demostrado que esta comida es perjudicial, es basura…¿por qué no hace aquí su intrusión la ministra de sanidad y prohibe la aparición en el mercado de este tipo de alimento?
El anuncio difunde una idea que está presente de forma ajena a él. La hamburguesa sigue siendo mala y barata independientemente del anuncio, por lo que censurar este último solo supone una evasión del problema en cuestión, de nada sirve prohibirlo si en la tienda de abajo el producto sigue ahi. Ésto nos lleva a la conclusión de que el problema no es la publicidad sino la empresa que crea el alimento que nos está perjudicando, puesto que aunque la campaña desaparezca seguiremos alimentándonos de esta basura.
La primera palabra que se me viene a la mente en cuanto a la polémica creada sobre las hamburguesas XXL es exageración. Da la sensación de que jamás ha existido otro producto con características semejantes cuando solo hace falta mirar a nuestro alrededor para ver multitud de locales en los que podemos encontrar hamburguesas, pizzas, bollos, refrescos gaseosos, etc. a muy buen precio y muy, muy cerca del consumidor.
Por alguna razón se han centrado todas las críticas en este caso concreto y casi parece preocupar más la publicidad en si que si el producto es realmente tan dañino.
Para empezar hay que pensar que somos seres racionales y como tal hemos de discernir lo que es bueno para nosotros y lo que queremos o no adquirir. No por ver una joya que nos guste la vamos a comprar si no tenemos dinero como tampoco comeremos cierto tipo de alimentos si vemos que pueden perjudicar nuestra salud. Si alguien se arriesga y no cumple este tipo de normas personales será por su propia inconsciencia y no porque los publicitarios hayan creado un spot en el que aparece la hamburguesa de la discordia como un manjar suculento (para quien lo sea, claro está).
La publicidad no obliga a comprar o consumir aquello que nos muestra. Es un mero intermediario entre las compañías y los posibles consumidores. Tan solo ha de verse obligada a acatar las leyes vigentes y cumplirlas sin ningún tipo de duda. Desde mi punto de vista simplemente nos muestra los diferentes productos o servicios que hay y su visionado o escucha no nos hará tener ganas de conseguir algo, por tanto me parece ridículo que pretendan vetar ciertos productos. Estos además van dirigidos a un target que ya los consume de antemano y lo va a seguir haciendo y lo único que consigue un anuncio es darle a conocer las nuevas posibilidades. En el caso de la hamburguesa XXL se la comerá quien ya soliese comer ese tipo de alimentos y no se conformase con una simple hamburguesa pequeña sino que habitualmente tuviese que tomar más. En cuanto a los niños hemos de darnos cuenta de que no son el público objetivo en este caso pues ellos no ingieren semejantes cantidades y buscan más el juguetito acompañante que los divierta.
Dejando claro que la publicidad es un mero transmisor de información lo que es indiscutible es que si este producto es tan nocivo (porque expertos en nutrición lo han constatado) y se sigue vendiendo puede haber dos culpables: quien lo fabrique y quien controle las leyes si es que lo sigue permitiendo. Los que lo producen lo seguirán haciendo mientras su conciencia o la legalidad se lo permita. Las autoridades correspondientes es importante que estén al tanto y, si es necesario, den la voz de alarma. Es gratificante comprobar que cumplen su cometido y que se preocupan por la salud de los consumidores. Que sigan así, pero que no recaigan las culpas sobre la publicidad. Que solucionen la situación prohibiendo la preparación de todo tipo de alimentos que contengan estas grasas que son como bombas para el cuerpo. En todo caso ese sería el verdadero mal y ya estaría arraigado entre nosotros desde hace bastantes años.
Ángela Chao Cobo
OP Documentación Publicitaria
En este tema hay varios puntos y pocos culpables. Cada uno tiene que hacer su trabajo y no por ello son responsables de lo que hacen, es decir, aquí realmente la culpa la tienen los fabricantes de este tipo de comidas, ya que deberían mejorar la calidad y, por lo menos, informar explícitamente acerca de su composición.
Por un lado, la Ministra de Sanidad tiene el deber de velar por la salud de los ciudadanos y advertir acerca de la alimentación, pero ello no significa que deba retirar un alimento del mercado y en último lugar un anuncio, ya que si no se comen esa hamburguesa grande, se comerán muchas pequeñas. Tod depende del público y de la cantidad que quiera comer.
De otro modo, los publicitarios sólo hacen la publicidad para captar a los clientes, pero no están obligando a nadie a consumir estos productos. La gente sabe perfectamente que las hamburguesas y todos los productos vendidos en sitios de este tipo, son grasos y contienen muchas calorías. A pesar de saber esto, se siguen consumiendo. Por tanto, creo que lo que habría que hacer es advertir sobre este tipo de alimentación y promover más la dieta mediterránea, olvidándonos de prohibir alimentos en el mercado.
Creo que realmente el problema de las hamburguesas XXL no es que se anunien en los medios, sino que la gente las toma muy a menudo; por lo tanto no deberían prohibir anuniciarlo porque la empresa está en todo su derecho de anunciar su producto como otro cualquiera. Lo que deberí de hacer el gobierno es tomar otras medidas: si es malo para la salud, entonces que lo prohíban o lo dejen de hacer, porque a fin de cuentas es luego el consumidor el que decide o no comprarlo, por lo que la publicidad no tiene mucha importancia en este caso.
Somos lo suficientemente libres para saber que es bueno y malo para nosotros. Creo que estan exagerando, porque como empresa, Burguer King, tiene que vender sus productos lo mejor que sepa y que lleguen al consumidor. Si son buenos o malos, para eso estamos nosotros y nuestra conciencia para determinarlo. Ya sabemos lo que es la comida basura, no por este anuncio hemos descubierto algo nuevo. Lo que ha escandalizado es lo de XXL, como dando a entender que hemos llegado al punto de comernos hamburguesas enormes con lo cual consumimos más comida basura. Esta claro que abusamos de este estilo de alimentos que hace años, pero tienes que ser tú mismo para saber comer bien.
No me parece para nada adecuada la prohibición de este anuncio ni como consumidor ni como publicitaria. Como consumidor se que productos elegir y cuales no y como publicista no tengo por qué rechazar trabajos para proteger a nadie, porque al igual que yo los consumidores de hoy en día tienen muy claro lo que quieren y lo que no.
Creo que no se puede proteger a la gente de un producto que esta a su alcance, si está ahí se puede anunciar y el hecho de que intentaran retirar este anuncio, o lo “censuraran” de alguna manera, me parecería una falta a la libertad de expresión para los anunciantes y una falta a la libertad de los consumidores de adquirir lo que quieran.
Además las prohibiciones de este tipo no sirven de nada también las drogas están prohibidas y la gente las consume, las bebidas alcohólicas y el tabaco están obligados a advertir de sus peligros en su publicidad y en su envase y aún así se siguen consumiendo.
Si la Ministra de Sanidad considera tan peligroso el consumo de este tipo de comidas no puede censurar su publicidad en todo caso lo que podría hacer es informar a la población de sus peligros.
< div align="justify" >Parece ilógico que se produzcan restricciones a la hora de dar a conocer un producto legal, y si es legal es normal que la publicidad incite a su compra. Si tan nocivos y perjudiciales son para la salud pues que se prohíban, aunque probablemente estemos ante un caso de concienciar hacia un consumo responsable. Desde mi punto de vista la publicidad no deja de ser la punta del iceberg; y ésta, es atacada porque ya existe un problema anterior, latente en la sociedad. La problemática nacida a partir de este anuncio, verdaderamente cobraría sentido y sería preocupante si la publicidad hubiese incitado a una “dieta basada en hamburguesas”, pero creo que no es el caso, ¿no? Todo el mundo sabe que consumir en exceso un producto, sea cual sea, no es saludable; por ello insisto en la idea de que es un problema de concienciación, en buscar que las personas posean una alimentación equilibrada en la que se pueda comer de todo, claro está sin exceso; aunque también sin escasez, ya que, por ejemplo hay multitud de dietas que “están últimamente de moda” entre las mujeres que producen anemia por falta de hierro.
Volviendo al problema que se plantea de que el anuncio incita y puede llevar a la obesidad, en primer lugar sería una afirmación que otorgaría a la publicidad un gran poder que en principio creo que no posee y en segundo lugar eliminar la publicidad no eliminaría el problema, este seguiría estando ahí; buen ejemplo de ello son las drogas en las que no se puede decir en ningún sentido que exista publicidad que incite a ello y en cambio todo el mundo sabe lo que mueven.
Atendiendo brevemente al anuncio es verdad que se magnifica o engrandece la imagen de la hamburguesa pero actualmente también existe un anuncio de Mc´Donalds en el que se utiliza este mismo artificio y del cual no se ha pedido la retirada de su publicidad, sin tener en cuenta que el consumidor cuando llega al restaurante aún sigue pensando que la hamburguesa es pequeña. Lo que nos lleva a pensar que lo que verdaderamente preocupa es la excesiva cantidad de calorías que pueda aportar, respecto a ello debemos decir que al igual que con el actual debate sobre las grasas “trans” que están presentes en productos precocinados, panes artificiales, etc., que se utilizan para conseguir alimentos más duraderos y mejorar el aspecto y el sabor de la comida y en los cuales no se detalla la presencia de ácidos grasos “trans” en las etiquetas (y la única manera de saber si están presentes en los alimentos es buscar la mención hidrogenado o parcialmente hidrogenado) lo que se requiere es que se legisle de tal forma que el consumidor pueda tener la suficiente información sobre el producto y decida por él mismo.
Roberto Macedo Rodríguez OP UCM 2006< /div >
Tengo mucho que decir al respecto porque este tema sobre que siempre la publicidad tenga la culpa de todo me preocupa mucho desde que empecé la carrera.
Pero me quedo con una frase que nos dijo un profesor y que por educación no puedo utilizar las mismas palabras para reproducirla, así pues decía: "… al final, la publicidad es la fulana con la que todos se meten".
Y no es mentira, ya que me parece una hipocresia que la Ministra hable de retirar un anuncio cuando si ese producto tiene publicidad es porque Sanidad le ha dado su permiso para ser vendido.
Personalmente creo que la solución es la educación de los ciudadanos, el acceso a la información. Ya se trate de productos insalubres, drogas, enfermedades de transmisión sexual, etc.
Es decir, si la gente conoce y entiende la diferencia entre esa hamburguesa y la comida mediterránea, no creo que pongan como escusa la falta de tiempo, porque para hacerse un bocadillo de jamón serrano o ir a un bar cualquiera y pedir un pincho de tortilla de patatas se tarda lo mismo que esperar la cola del burguer.
Si hablamos desde el punto de vista del sectorprofesional de la Publicidad, y creo que es lo propio teniendo en cuenta de qué facultad somos alumnos y qué carrera cursamos, creo que está claro que deberíamos defender que se mantenga en emisión la campaña de las nuevas hamburguesas de Burger King.
Puede que estas nuevas XXL resulten excesivas para mantener una dieta equilibrada, pero eso no significa que deba censurarse el spot que las publicita. La susodicha pieza audiovisual no es ofensiva y respeta las leyes a las que tiene que atenerse. Que el producto en sí no sea el paradigma de la comida sana no desmerece la labor publicitaria.
Si fuese así, pocos anuncios que se emiten actualmente en televisión se salvarían de ser censurados o retirados. El alcohol, platos pre-cocinados que al igual que las hamburguesas, tampoco deberían ser el pilar básico de ninguna dieta ideal, ciertos tratamientos de cirugía estética que acaban dando más problemas que soluciones, o incluso ciertos modelos de automóvil que aún insisten en fardar de potencia en caballos.
Si se asume la capacidad del consumidor para juzgar qué le conviene o no de estos productos, el spot de las XXL no debería recibir un trato diferente. Las instituciones, más que prohibir o censurar, deberían esforzarse en informar a la población sobre lo nocivo de determinados productos.
Gonzalo Vázquez de Arce
Resulta un tema un poco espinoso. Por una parte, entiendo que la Ministra de Sanidad vele por los ciudadanos invitando (que NO obligando, dicho sea de paso, y me remito a sus declaraciones y a la legislación vigente) a retirar una publicidad de un producto malo para la salud.
Por otra parte, entiendo que los publicistas en ningún caso han creado una campaña que contravenga las leyes, y que sencillamente se han limitado a presentar el producto tal cual es: una hamburguesa, digamos, bestial.
Por lo tanto el problema está servido. ¿Qué gana, el ciudadano o el publicista? Teniendo en cuenta que los niños son los que más sufren las consecuencias de esta comida, deberían hacer una campaña donde claramente se especifiquen las calorías que contiene. Y con esa
información (aunque sea en letra pequeña) la gente ya sabrá a qué atenerse con claridad.
Yo me quedé asombrada ante la cantidad de calorías y poliinsaturados que te dan por 4 euros. De hecho, su eslogan debería ser "el secreto está en la grasa…".
Pero en este caso, que tantas ampollas y debates ha levantado, "spain is not different".
Como leemos en 20minutos.es, "el organismo regulador de los medios de comunicación británico Ofcom ha dado a conocer sus propuestas de prohibir los anuncios televisivos de la llamada comida "basura", destinados especialmente a los menores de 16 años.
El plan es impedir que la publicidad de alimentos con alto contenido en grasas, sal y azúcar sea difundida durante los programas infantilesEl plan de Ofcom es impedir que la publicidad de alimentos con alto contenido en grasas, sal y azúcar sea difundida durante los programas infantiles, los que atraen a una audiencia adolescente o los canales
dedicados exclusivamente a los más pequeños.
La medida que se quiere adoptar puede afectar a personalidades famosas, que no podrán apoyar alimentos no beneficiosos para la salud de los niños.
El organismo regulador ha abierto un periodo de consulta sobre las medidas y tomará la decisión final sobre su entrada en vigor este enero".
El resto podéis verlo en
http://www.20minutos.es/noticia/173908/0/comida/basura/anuncios/
Tremendo. Mientras en el continente africano se mueren de hambre, aquí hay que prohibir comer.
Pero lo realmente espeluznante es cómo afectará todo este paquete de medidas a la publicidad: ¿se resentirá acaso por las pérdidas millonarias de las cadenas de comida rápida, que invierten mucho dinero en anunciar sus productos? ¿Basta con prohibir los anuncios indiscriminadamente? ¿Es lícito legislar lo que se puede y lo que no se puede decir en un anuncio de un producto cuyo consumo no quede restringido por la edad (dejamos
fuera el alcohol y el tabaco)? A lo mejor es que los niños tienen que ser formados con un poco más de conciencia crítica sobre los anuncios, o sencillamente tener unos padres que los eduquen para comer bien y no recurran a la caja de Telepizza cada vez que llegan tarde del trabajo.Porque, claro está, aunque se retiren los anuncios las hamburguesas seguirán existiendo. Entonces a lo mejor las medidas deberían tomar otros caminos, como la inclusión obligatoria y visible de una advertencia sobre el número de calorías y grasas que tiene cada XXL.
A veces las cosas se sacan un poco de contexto. Tenemos un ejemplo muy similar con la denuncia de FACUA a Casa Tarradellas por su famoso anuncio de las pizzas, en el que un niño simula comerse una entera. El argumento es el siguiente: en su opinión "este spot promueve hábitos de alimentación poco saludables. Según FACUA, esta pizza tiene un peso
de 425 gramos, de los que 32 gramos son de grasas y aporta 952 kilocalorías, la mitad del aporte calórico que necesita un niño al día"
Por ello, esta federación asegura que Casa Tarradellas está vulnerando el convenio de autorregulación, el Código PAOS, que suscribió el 9 de junio del año pasado con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) del Ministerio de Sanidad y Consumo.
El artículo 23 de dicho código establece que "los mensajes publicitarios de alimentos o bebidas no deberán promover o presentar hábitos de alimentación o estilos de vida poco saludables tales como comer o beber de forma inmoderada, excesiva o compulsiva".
"A tal efecto, la publicidad de estos productos dirigida a niños no deberá mostrar el alimento o bebida promocionado en cantidades excesivas o desproporcionadas", concluye.
Entonces, echemos un vistazo a las estrategias del famoso código PAOs:
(http://www.aesa.msc.es/aesa/web/AesaPageServer?idcontent=5788&idpage=34)
"El Código se inserta en el marco de la Estrategia NAOS lanzada recientemente por el Ministerio español de Sanidad y Consumo y cuyo objetivo es "disminuir la prevalencia de obesidad y sobrepeso y sus consecuencias, tanto en el ámbito de la salud pública como en
sus repercusiones sociales". Objetivo éste, compartido por la Organización Mundial de la Salud y por las instituciones comunitarias.
La obesidad infantil es un problema multifactorial que exige una respuesta coordinada de todos los agentes implicados entre los que se incluye no sólo la industria alimentaria y el sector de la publicidad, sino también las autoridades sanitarias, padres y educadores, minoristas, así como muchos otros. Las medidas deben ir más allá del mero control de la promoción de alimentos, necesario, pero insuficiente cuando se mira aisladamente.En este contexto, es importante resaltar que el sedentarismo y el díficit de gasto energético, provocados por las nuevas pautas y hábitos de conducta de nuestra sociedad moderna, juegan un papel principal en el aumento de la obesidad y el sobrepeso, y no cabe responsabilizar de este problema a la industria española de alimentación y bebidas -ni a productos alimenticios concretos o su publicidad. Sin embargo, la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), concienciada con el problema, se ha comprometido a jugar un papel constructivo y proactivo en esta compleja tarea colectiva contra la obesidad, estableciendo altos niveles de responsabilidad social en sus actividades publicitarias, especialmente en las dirigidas a los niños, para que contribuyan a promover la adopción de dietas saludables y de hábitos de actividad física que repercutan positivamente en su salud y bienestar."
Parece que ahora tiene un poco más de sentido la polémica. Pero volvamos a nuestras maxi-hamburguesas, que en términos comparativos tienen las mismas calorías que cuatro tortillas de patatas. En 20minutos.es
(http://www.20minutos.es/noticia/173191/0/hamburguesas/tamano/xxl/) encontramos el siguiente artículo:
"Una hamburguesa "XXL" contiene unas 900 calorías, lo que equivale a cuatro platos de macarrones o de spaghettis con salsa de tomate, según indicó a 20minutos.es la nutricionista Pilar Muñoz Sánchez.
De igual modo, una única hamburguesa contiene las mismas calorías que cuatro bistecs con una guarnición de verdura, entre tres y cuatro tortillas de patatas de dos huevos, o entre ocho y nueve platos de una ensalada variada, ya que cada ración contiene 152 calorías.
Precisamente, el Ministerio de Sanidad ha solicitado a Burger King que retire la campaña publicitaria de las hamburguesas de este tamaño, ya que incumple los acuerdos de la estrategia NAOS de prevención de la obesidad de no incentivar el consumo de raciones gigantes.
Fuentes de Burger King informaron de que la campaña será retirada el próximo 19 de noviembre, pero no por la petición de Sanidad, sino porque era la fecha estipulada para que acabase.
Consumir ese producto forma parte de la libre elección del consumidor
De igual modo, indicaron que el hecho de ofrecer hamburguesas de ese tamaño se incluye en la estrategia empresarial de "poner al servicio del consumidor lo que le apetece".
Además, destacaron que el hecho de consumir ese producto "forma parte de la libre elección del consumidor", que también puede pedir una ensalada.
Precisamente por ello, confirmaron que continuarán con esta línea de productos para seguir "con una amplia gama" de platos.
El miércoles, la cadena de comida rápida afirmó que trabaja para promover una "alimentación equilibrada" y para reducir los riesgos de las enfermedades generadas por una dieta inadecuada. "
Y aunque no tenga mucho que ver con el tema, no sirve de nada que se defiendan haciendo publicidad de alimentación adecuada con el eslógan "haz lo que quieras" si después ofrecen productos malos para la salud de cualquier persona. Vamos, que tiran la piedra y esconden la mano.
En conclusión, no parece tan descabellada la llamada de atención del Ministerio si tenemos en cuenta el acuerdo que suscribieron. Ahora bien, ¿pensáis que es lícito?
¿Creéis que están coartando la libertad de expresión? Yo, sinceramente, y a la luz de los hechos, creo que a veces es necesario limitarla para informar a los ciudadanos, pero que la publicidad no es la causante de la obesidad ni de las enfermedades cardiovasculares.
Todos somos libres para elegir. Pero para poder decidir libremente es necesario que estemos informados, así que la polémica no ha venido nada mal para alertar a la población del peligro de un consumo irracional de productos que rezuman grasa y colesterol.
MERCEDES GARCIA GARCIA OP DOCUMENTACIÓN PUBLICITARIA
Pues que va a pasar…lo que ha pasado con miles de productos que se han dejado de anunciar por el echo de ser nocivos; ¿pero ciertamente consideramos "nocivo" una simple hamburguesa con un ppoco de grasa?
Se me ha ocurrido compararlo con el tabaco, es malo, lo sabemos,¿verdad? pero para eso estamos los consumidores racionales y con sentido común. la publicidad SOLO presenta, presenta unas caracteristicas que la empresa quiere que se resalten. Me parece demasiado radical quitar una campaña, sólo porque a la ministra le parezca poco saludable.
Somos los consumidores los que debemos de informarnos sobre los productos que consumimos. Pues por esa regla de tres, cuando te vas a comprar un coche exiges mucha información, porque es un producto que vas a consumir con mucha asiduidad, o no?pues nosotros (consumidores) debemos busca una información adicional, pregunta por sus calorías, seguir una investigación…
Pues la publicidad es sólo un puente entre la empresa y los consumidores.
Dejemos de culpar a la publicidad de todos los males que en la sociedad existe.
Cada consumidor es el responsable de lo que quiere y no quiere comer. Como cada empresa, Burger King, también solicita publicidad para sus productos, sean cuales sean éstos, y no porque tengan más o menos calorías deben retirar la publicidad de los mismos. Es cierto que en España mueren al año 30.000 personas a causa de la obesidad, pero de eso no tienen la culpa las campañas publicitarias, ya que éstas se limitan a informar y en cada persona, está decidir si se quiere o no consumir, además debemos ser responsables de nuestra salud, ya que si sabemos que tenemos un problema, debemos cuidarnos e intentar solucionarlo poniendo remedios, no quitando los anuncios, porque ese no es el problema.
Siempre se ha dicho que “todo” es bueno si no se consume en exceso o lo que viene a decir lo mismo: nada es malo si se consume con moderación. ¿Acaso es necesario que se nos vuelva a repetir?
La actitud de la Ministra en lo que se refiere al tema de la obesidad y lo saludable que son o dejan de ser ciertos alimentos es totalmente comprensible pero no estoy de acuerdo con la retirada del anuncio. Esa NO es la solución. En todo caso, ¿no sería más adecuada la retirada del producto? Pues de este modo no existiría el problema. Yo le preguntaría: ¿es más sano comerse tres hamburguesas pequeñas que no sacian el hambre de muchos o simplemente todo en una? ¿Acaso no viene a ser lo mismo?
Burguer King está en todo su derecho como empresa que es de anunciar y dar a conocer sus nuevos productos y promociones, pues es lo que busca toda empresa al fin y a cabo ofrecer lo máximo posible al cliente consiguiendo su satisfacción. Ahora bien, también estoy de acuerdo y hay que tener en cuenta que si ha incumplido el compromiso de no incentivar las raciones grandes debe ser sancionado. Aún así esta norma es un tanto absurda bajo mi punto de vista, pues el consumidor es el que tiene la última palabra, el cual va a hacer y a consumir lo que desee. Él es el que decide e igual se deberían de preocupar más de concienciar a la población con otras campañas publicitarias o que adopten una medida en la que el consumidor este completamente informado de los ingredientes, las calorías, grasas, aporte energético, etc. de dichos productos (aunque sea en la letra pequeña). Luego una vez esté informado, aunque no creo que hoy en día nadie este exento de saber que la comida basura no es la más adecuada para la salud, sea el consumidor quien decida. Es más la aparición en todos los medios por la polémica y la publicity le han ayudado a la empresa a que aún se conozca más su producto.
Si actúan así eliminando aquello con lo que no están de acuerdo la publicidad acabaría siendo posible en muy pocos sectores. En ese caso, deberían también eliminar los anuncios de bebidas alcohólicas, del tabaco, de los coches (pues contaminan), los productos adelgazantes (anorexia, bulimia, trastornos alimenticios) y así entraríamos en un círculo al que sería muy difícil encontrar una salida.
Ahora me hago una pregunta ¿qué van a hacer con el nuevo spot que anuncia la doble Whopper en el cual un gran número de hombres se “manifiestan” a favor de dicha comida desplegando carteles en los que se dice “toda para mi” o “yo soy un hombre”?, ¿también lo van a eliminar?
María Rodríguez del Río 3º LC UCM
Como muchas otras veces pasa, la culpa se la acaban echando a la publicidad pero en este caso no creo que sea la responsable de que exista una hamburguesa más grande o no, es decir, que la publicidad se limita a vender lo que el cliente quiere y si éste quiere que la gente consuma una nueva hamburguesa más grande lo único que está haciendo es promocionar eso para que llegue al mayor número de consumidores posibles y, en definitiva, si lo consigue se habrá hecho un buen trabajo.
El problema parece estar en la salud porque la hamburguesa tiene muchas calorías, entonces la cuestión no debería ser tanto el anuncio en sí sino el que esa hamburguesa no debería venderse en ningún burger si de verdad no es saludable.
Pienso que el "boom" que se ha producido por el spot es desproporcionado porque la gente no consume este tipo de comida todos los días por lo que no será un problema tan grande para la salud y además lo que han conseguido al final es hacer una "campaña publicitaria" paralela al anuncio propiamente dicho.
Está claro que “Burger King” con esta campaña publicitaria pretendía llamar la atención de todo aquel que viese la denominación de XXL para una hamburguesa.
Tal vez ha tenido una mayor repercusión de la esperada, pues hasta la Ministra de Sanidad ha quedado impactada, incluso un poco asustada ante tal slogan. De lo que no se ha dado cuenta la señora ministra es que con sus declaraciones de retirada de campaña debido a que incentiva el consumo de raciones gigantes, ha estado proporcionando una publicidad extra y gratuita que seguramente “Burger King” le esté agradeciendo en estos momentos.
Publicitariamente objetivo cumplido, la gran masa de la población se ha enterado de que esta cadena de comida rápida ha conseguido sacar al mercado la hamburguesa más grande hasta el momento. “Burger King” mantiene que su campaña seguirá adelante, pues se encuentra dentro de los límites legales y porque “los gustos de sus clientes priman por encima de todo”.
Personalmente creo que la Ministra se ha visto obligada a realizar estas declaraciones de buena intención (a las cuales la mayoría no vamos a hacer ni caso seguramente, ya que si podemos pagar menos y comer más lo vamos a hacer) debido a la presión de múltiples instituciones.
Cada uno se mantiene en su papel: la Ministra intenta orientarnos hacia una buena alimentación, nosotros pedimos hamburguesas más grandes por menos precio y “Burger King” nos responde sacando al mercado la nueva XXL.
Al final, es el consumidor quien acaba mandando. Muchos de nosotros cuando íbamos a estos establecimientos de comida rápida nos pedíamos dos hamburguesas porque nos quedábamos con hambre, ahora podremos acudir a la XXL “gracias a Burger King”, sin fijarnos en las 971 calorías que contiene, a pesar de que constituyan el 50% de las calorías diarias necesarias para un adolescente.
El ser humano es especialista en saberse a la perfección la teoría de lo correcto y en ser el último en llevarla a la práctica, “aunque alguna vez inconscientemente lo hacemos”. Tanto la Ministra, los publicitarios como los consumidores somos humanos (o eso creo) y por ello pienso que debemos ver lo positivo y lo negativo de cada sector de un modo comprensible recíprocamente: la Ministra ha actuado en esta ocasión correctamente, desempeñando a la perfección su papel de mantenernos informados sobre las peligros que el consumo de la XXL puede provocar en nosotros, sin embargo, ¿por qué se preocupa ahora de que nos comamos 971 calorías en una hamburguesa, si antes hacíamos lo mismo comiéndonos dos, incluso en ocasiones culminando con un delicioso helado de caramelo o chocolate?. Frente a esta postura, está el consumidor quien estará actuando teóricamente de manera correcta si vence la tentación de esa hamburguesa grasienta y opta por pedirse una ensalada; si no lo hace, como ocurrirá en numerosas ocasiones ya que somos más impulsivos que racionales, sabrá que la XXL no es saludable aunque seguramente no sea un problema que le quite el sueño. Finalmente nos encontramos con el último eslabón de la cadena, que es el publicitario que ha ideado una campaña que satisfaciera a la empresa anunciante y al consumidor mismo, pues sino no sería una campaña efectiva; llegados a este punto me pregunto, ¿qué mal ha hecho el publicitario? ¿”Tal vez no seamos tan malos como nos pintan”?
Lo cierto es que lo único que hace la publicidad es impregnar de creatividad unas rígidas peticiones empresariales, con el único objetivo de que su campaña logre persuadir al público. Es un mero instrumento, ciertamente con mucho poder, a través del cual se hace llegar un producto/idea al consumidor. Personalmente, creo que la publicidad no vende sino que el consumidor compra. Yo, como futuro publicitario considero que el momento de mayor satisfacción que podré experimentar con una campaña, será que se hable de ella en cada esquina, no el que logre la empresa anunciante vender mil o un millón de ejemplares más (aunque generalmente esté relacionado). La publicidad influye, pero no determina al consumidor, ya que es él, el único responsable de sus actos; si lo es en el resto de acciones vitales desde el plano jurídico, ¿por qué no a la hora de comprar? ¿Por qué este continuo ataque a la publicidad?
No encuentro una respuesta lógica ante tales cuestiones, lo único que sé, es que “la publicidad es horrorosa” pero está en boca de todos, fomentando de este modo la propia publicidad y asegurándonos la permanencia de la misma.
Eduardo Herráiz Seoane /3ºA/ OP/ Publicidad y RR.PP
Publicidad sobre productos nocivos se vienen emitiendo desde que yo tengo uso de razón: decolorantes para el cabello, lacas fijadoras, bollería industrial…
La comida rápida no forma parte de una dieta saludable, pero es barata y gusta, y a los niños, que tienen menor conciencia alimenticia, les encanta.
La empresa Burguer king hace bien su trabajo: ofrece un producto que gusta al cliente en su relación calidad-precio. Supongo además, que lo hace dentro de la legalidad.
La agencia responsable del anuncio también hace bien su trabajo: informa mejor o peor, de la nueva hamburguesa de Burguer King.
La Ministra hace su trabajo a medias. Esta vez se ha pronunciado, pero ¿lo seguirá haciendo? ¿lo hará con toda la comida rápida, y todo aquello que no es saludable?
Si le parece mal que se consuma ese tipo de productos debería ir más allá, y no sólo manifestarse por un anuncio de una hamburguesa talla XXL.
Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios de algunos de mis compañeros: si es un producto tan nocivo, que lo prohíban. ¿No hay acaso controles de calidad que tienen que pasar todos los productos? Si la hamburguesa ha salido al mercado supongo que será porque los ha pasado (aunque haya sido por los pelos…), por lo tanto ahora que no saboteen algo que han permitido previamente, que se atengan a las consecuencias. Además, como se dice en otro comentario, ¿es que no es igualmente perjudicial comerse dos hamburguesas de tamaño normal?
Una posible medida que podría resultar eficaz sería sacar alguna norma para obligar a que en el propio establecimiento aparezca el número de calorías que tienen los alimentos ya que, aunque los niños no lo entiendan, los padres sí y suya será la decisión y la responsabilidad de dejar que sus hijos lo coman o no (incluso de comerla ellos mismos). Hay que partir de la base de que, aunque el consumidor no sea tonto, hay temas en los que requiere una formación o información previa y eso sí tiene que proporcionarlo la Administración (no se podría pedir a las marcas que se perjudicasen a sí mismas). La peor medida a tomar en este tema, en mi opinión es prohibir la publicidad de la hamburguesa, ya que es lo más cómodo pero menos eficaz. Lo que habría que hacer sería educar a las personas en una alimentación sana y crear unos hábitos, de forma que lo hagan por propia elección y no por obligación, y si un día quieren tomarse una XXL conociendo los riesgos, ¡que lo hagan, que para eso son libres!
En mi opinión, la publicidad nunca debe cargar con la responsabilidad de ningún producto. Es responsable de la forma en que los anuncia, debe respetar ciertas leyes, no ofender a nadie, no manipular, etc. Pero nunca es responsable del producto en sí, simplemente lo debe dar a conocer.
Si cierto producto está a disposición del consumidor, se da por hecho que ha pasado ciertos controles de sanidad, y es el Ministerio el que permite que el producto se encuentre en el mercado. Entonces, la publicidad lo promociona.
Por ello, si un producto (sean hamburguesas, tabaco, alcohol…) es perjudicial para nuestra salud, pues que lo prohíban.
Creo que la publicidad da a conocer lo que hay, y si lo que hay son hamburguesas hipercalóricas que favorecen la obesidad, pues que no nos priven a cada uno de nuestra libertad de conocerlas y, si nos da la gana, consumirlas.
Respecto al tema del publico infantil, no creo que un niño vea este tipo de anuncios y piense…“me voy al burguer a comprarme una hamburguesa XXL”.. Quien toma ese tipo de decisiones deben ser sus padres, sus responsables. Primero, se les echa la culpa de la educación de los niños a los profesores y a la tele, y ahora, a la publicidad. Increíble. ¿No deberían ser los padres los que decidan sobre la alimentación de sus hijos? Creo que está claro..Entonces, me parece incoherente el tema del público infantil; sus padres deberían enseñarles lo que es bueno y lo que no es bueno para ellos.
Como solución a este problema, creo que la más razonable es promover la educación respecto a los hábitos alimenticios. Si desde pequeños aprendemos ciertos valores, sabremos tomar decisiones y elegir los alimentos que creamos mejores para nuestra salud.
La comida rápida es un recurso de muchos por falta de tiempo o simplemente por gusto propio, lo que está claro es que no todas las personas comen la misma cantidad, por lo que Burguer King ha tenido que atender a las demandas de aquellos consumidores que les exigían más.
Es cierto que a lo mejor no debería promoverse un consumo de un producto de casi 1000kalorías, (pero para qué nos vamos a engañar, si el que se queda con hambre en vez de comerse una hamburguesa se come dos y ya estamos otra vez en las mismas), pero por mucho que este anuncio se retirase, el producto seguiría siendo consumido. Por ello nos damos cuenta de que en realidad la publicidad lo único que hace es limitarse a su especialidad, promocionar productos, y que no por ello es ésta la culpable de provocar un problema de obesidad en la sociedad, sino que es cada individuo el que debería mirar por su propia salud, y en caso de los niños son sus padres los encargados de proporcionarles una dieta equilibrada.
Todo este revuelo es algo absurdo, ya que se promocionan muchas otras cosas nocivas en las cuáles no se ha caído en retirar sus respectivas campañas publicitarias. Con todo esto nos damos cuenta de que una vez más el blanco fácil para atacar es la publicidad; pero lo que realmente debería de cambiar y en lo que se deberían preocupar aquellas personas que tanto la critican es en los hábitos de alimentación, ya que para evitar la enfermedad de la obesidad, (que cada vez se da en edades más tempranas), hay que crear una conciencia social sobre los beneficios de una dieta equilibrada y no caer en el error de pensar que por retirar una campaña publicitaria se soluciona la lacra social que supone hoy en día la obesidad.
En este país ocurre lo siguiente, da la impresión de que son los medios de comunicación y en especial nosotros los publicitarios, los que tenemos que velar por la educación y salud de millones de personas, en concreto de los niños.
Bien, definitivamente no creo que esto tenga que ser así, precisamente esa no es la labor de un publicitario; dicha labor es menester de los padres y de las instituciones educativas. Si bien es cierto, la publicidad, como “pública” que es, debe respetar y lo hace, unos límites y reglas. En cualquier caso, de ninguna manera considero que por el mero hecho de retirar esta campaña de Burger King en cuestión, alguien deje de consumir una hamburguesa XXL si lo que le apetece en ese momento es la dichosa hamburguesa XXL, o si lo que pretende la Ministra de Sanidad es reducir los índices de obesidad infantil, algo urgente en estos momentos por cierto, le podría asegurar que eliminar esta u otras campañas similares no sería la solución.
Además, ¡ni que los consumidores no tuviésemos cerebro para discernir lo que nos conviene y lo que no! La gente parece indignarse con la publicidad porque dicen que los anuncios y campañas crean necesidades donde no las hay y tal y tal…Por favor, pero esa gente de qué se queja, a lo mejor lo que de verdad les molesta es que se ven sucumbidos ante la maravillosa estrategia de dichos anuncios y acaban consumiendo el producto anunciado en cuestión. Pues bien, eso es problema de ellos, no de los publicitarios.
Y es que siempre tendemos, tal vez porque lo necesitemos, a echar la culpa a alguien, y la publicidad es la que primero llega a las casas de los consumidores, y este factor se pone en su contra, en ese sentido, los publicitarios somos los más cercanos a la audiencia y en nosotros recaen culpas y responsabilidades que como ya he dicho antes, no son de nuestra incumbencia.
En resumen, tanto los publicitarios como los consumidores como los padres deben ser responsables de sus actos y lo más importante, saber de qué actos se han de responsabilizar.
Almudena Cano Sánchez-Barbudo,
OP Publicidad y RR.PP. 3ºA
La verdad que la primera vez que vi el anuncio creo que estuve con la boca abierta hasta que terminó. Basicamente por dos razones: por un lado casi me indignaba el anuncio con cada imagen, cada comentario que hace sobre "la mejor alimentación del mundo" junto con ese musical Disney; y por otro lado no dejaba de pensar la buena estrategia que ha hecho Burger King pues aunque lo nieguen sabían que la campaña iba a generar controversia, y, al fin y al cabo eso es lo que se busca.
Lo difícil en este punto es cuestionar si está bien o mal hacer una campaña de esta envergadura. Para ser sinceros lo que no dejo de pensar y temer de esta profesión es si debo tener o no moral al realizar una campaña. ¿Tendremos que renunciar a nuestros principios, a lo que nosotros pensamos que es correcto?.
En realidad sobre ello habrá miles de opiniones pero en el fondo creo que por muchas explicaciones que nos quieran dar es algo totalmente personal e individual, una decisión que para variar no pueden ponernos en manuales ni teorías publicitarias.
Por ello yo aún no me creo quien par decir si es una campaña inmoral o no, pero si correcta o incorrecta en ciertos contenidos.Si bien es cierto, que las distintas asociaciones que se ven afectadas están en su derecho de tomar medidas, de hecho debn hacerlo. Es una realidad el gran porcentaje de obesidad en los niños hoy en día, y lo poco coherentes que son los anuncios en la televisión: por un lado hay una campaña donde se les dice que el desayuno es la comida más imporytante del día, que hay que hacerlo de una manera sana ey equilibrada, y por otro lado se les anima a comer hamburguesas. En fin, en verdad somos la sociedad de las contradiccione, y no me refiero sólo a la publicidad.
La verdad que la primera vez que vi el anuncio creo que estuve con la boca abierta hasta que terminó. Basicamente por dos razones: por un lado casi me indignaba el anuncio con cada imagen, cada comentario que hace sobre "la mejor alimentación del mundo" junto con ese musical Disney; y por otro lado no dejaba de pensar la buena estrategia que ha hecho Burger King pues aunque lo nieguen sabían que la campaña iba a generar controversia, y, al fin y al cabo eso es lo que se busca.
Lo difícil en este punto es cuestionar si está bien o mal hacer una campaña de esta envergadura. Para ser sinceros lo que no dejo de pensar y temer de esta profesión es si debo tener o no moral al realizar una campaña. ¿Tendremos que renunciar a nuestros principios, a lo que nosotros pensamos que es correcto?.
En realidad sobre ello habrá miles de opiniones pero en el fondo creo que por muchas explicaciones que nos quieran dar es algo totalmente personal e individual, una decisión que para variar no pueden ponernos en manuales ni teorías publicitarias.
Por ello yo aún no me creo quien par decir si es una campaña inmoral o no, pero si correcta o incorrecta en ciertos contenidos.Si bien es cierto, que las distintas asociaciones que se ven afectadas están en su derecho de tomar medidas, de hecho debn hacerlo. Es una realidad el gran porcentaje de obesidad en los niños hoy en día, y lo poco coherentes que son los anuncios en la televisión: por un lado hay una campaña donde se les dice que el desayuno es la comida más imporytante del día, que hay que hacerlo de una manera sana ey equilibrada, y por otro lado se les anima a comer hamburguesas. En fin, en verdad somos la sociedad de las contradicciones, y no me refiero sólo a la publicidad.
Por otro lado, otro punto que no me parece "correcto" es insinuar, o más bien cantar literalmente lo cutre y poco sano de la comida ofrecida por otros sectores de la hostelería, no creo que para hacer buena publicida haya que vender tu producto menospreciando a la competncia, hay otras formas.
Y por último: el eslogan ¡se un hombre!, creó que eso fue lo que me remató. Vamos que si todos queréis ser unos machos ibéricos comer la humburguessa XXL o dos ….ya puestos, seguro que crece vuestra humbría.
En resumen, decir que: si es inmoral pues no lo se; si es correcta, en muchos de sus contenidos no; si es una buena campaña, lo es pues ha generado aquello que buscaba: polémica y que todos supiésemos que habían sacado una nueva hamburguesa.
En los últimos años se han producido muchos cambios en los hábitos alimentarios de la población. Las causas son diversas, tales como la introducción de la mujer en el mercado laboral, el consumismo exagerado, el abandono de costumbres tradicionales como sentarse toda la familia alrededor de la mesa, y especialente, el ritmo de vida tan acelerado que nos exige la sociedad actual. Muchas personas se ven obligadas a comer con poco tiempo y consumen alimentos calificados como “comida rápida”. En estos locales se nos ofrecen menús sencillos, baratos y lo más importante: con la posibilidad de ser consumidos en el menor tiempo posible.
La influencia de países como Estados Unidos ha desarrollado una cultura culinaria que, en ocasiones, no resulta beneficiosa para el organismo, como es el caso de Mc Donalds o Burguer King. En estos locales el tiempo que transcurre entre la selección del menú y el momento de sentarse a comer es muy reducido.
La aparición de una hamburguesa tamaño XXL ha causado un gran revuelo general, levantando ampollas entre las Instituciones públicas dirigidas al ámbito de la salud. Todo esto puede resultar muy irónico si tenemos en cuenta que el objetivo esencial de la publicidad es justamente calar entre la población, por lo que el equipo encargado de la realización de esta campaña debería ser aplaudido por todos, al haber conseguido exactamente lo que se les pedía: impacto y repercusión.
Es cierto que la publicidad en los medios de comunicación tiene un gran impacto en los niños, hoy absolutamente entregados a los dulces, chucherías y otras golosinas. Por no hablar de verdadera pasión por las hamburguesas y similares. El concepto de mala alimentación y su contradicción "la obsesión por adelgazar", caminan paralelos. De aquí que surjan otros problemas entre los jóvenes y adolescentes, más obsesionados con adelgazar que en corregir sus malos hábitos de alimentación.
La anorexia y la bulimia están a la orden del día, precisamente por la obsesión enfermiza de intentar imitar un modelo que se alza como referente de éxito en la sociedad. Pero el problema de la obesidad no tiene su origen en una hamburguesa XXL de 900 calorías por unidad, ni la anorexia procede del éxito de las ensaladas o de la expansión de los productos light. El problema es mucho más complejo y contradictorio. Todo esto sin olvidar que es un hecho que los anuncios afectan a las preferencias que los niños tienen sobre el tipo de comida que eligen, lo que compran o lo que les piden a sus padres.
Quizás, la industria que fabrica alimentos sanos necesita aprender de las compañías de comida basura la forma de promocionar sus productos,ya que alimentos como la coliflor, las coles de Bruselas o el brécol no son anunciados lo suficiente. Actualmente debería crearse una legislación clara que regule los actos de la comida basura, pero de la misma forma debería aplicarse el mismo criterio a todos aquellos productos aparentemente sanos que derivan en graves problemas alimenticios relacionados con la extrema delgadez.
En mi opinión, todos los extremos son malos, y el consumo abusivo de cualquier producto puede desembocar en graves problemas de salud. El consumidor debe ser consciente de ello, y ser capaz de llevar una dieta equilibrada en la que incluya tanto ensaladas, verduras y frutas como, porque no, una de estas hamburguesas de vez en cuando para quien disfrute con ello (siendo conscientes de su aporte calórico) .
La moda, los medios y la sociedad en general son los encargados de establecer aquello que los demás consideran como referentes sociales,y no debemos culpar a la publicidad, puesto que sólo es el detonante y la encargada de comunicar aquello que les pide su cliente. Y su cliente toma como referencia el propio mercado, asique indirectamente somos nosotros mismos quiénes fomentamos y azuzamos la aparición de todos estos productos. Pero bueno…siempre resulta mucho más sencillo encontrar un culpable o a quién responsabilizar de nuestras propias acciones, y una vez más, la publicidad ha sido la elegida para ser el blanco fácil de todas las críticas
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Leyendo los comentarios, me he acordado del libro de Savater ,"Política para Amador" ,en el que se planteaba esta cuestión de Estado. En el libro ponía el ejemplo: Una señora es adicta al juego de las " maquinas tragaperras" ¿Debería el Estado prohíbirlas puesto que son adictivas y tienen demás efectos nocivos? La conclusión a la que llegaba más o menos venía a ser que aunque el Estado debe velar por la salud de los individuos no es nuestro "padre" para andar permitiendonos y prohibiendonos sobre todo lo que nos pueda perjudicar. Es la gente misma la que conforma el Estado y la que debe ser responsable de sus acciones sin extrapolar las consecuencias de estas. Por eso, prohíbir las hamburguesas porque puedan ser nocivas no es una solución. Sin embargo, como el Estado debe velar por la salud de los ciudadanos , promueve ciertas medidas como vigilar el menú de los colegios o pedir que se retire esta campaña. Ocurre lo mismo , por ejemplo, con el tema del tabaco, los ciudadanos debemos ser libres para decidir si fumamos o no, siendo consecuentes con nuestras decisiones , pero tampoco se debe hacer gala del tabaquismo , puesto que es perjudicial , y , por consiguiente , es ilegal que las marcas de tabaco se anuncien en televisión. En el caso de las hamburguesas no se ha llegado a este extremo de prohibir que se anuncien en televisión pero si se ha pedido que se retire esta campaña, y , a mi , me parece de lo más lógico. Una cosa es que anuncies las nuevas ofertas , o las nuevas hamburguesas, y otra que se haga alarde de la comida basura.
Almudena Romero Alfonso
publicidad y RR.PP OP 3
Tener libertad para realizar cualquier acción es lo más hermoso que puede existir pero siempre va a tener un precio. En el caso alimenticio, uno de esos precios puede ser este abuso de comida basura que lleve a la obesidad debido a tener la opción de poder elegir libremente la cantidad que te vayas a comer. Y no solo hablo de comida basura del Burguer King, me refiero también a cualquier abuso excesivo, en este caso, de la comida. ¿O acaso cinco filetes de solomillo de primera clase son saludables? (o como decían varios compañeros en los comentarios anteriores; es lo mismo comerse una hamburguesa XXL que dos medianas). Todos estamos informados, por no decir saturados, de cómo llevar una vida sana, de que las frutas y las verduras son mejores que otros alimentos pero también necesitamos cierta cantidad de los demás (carne, pescado, lácteos, algún dulce…), sabemos lo bueno y lo sano que es el realizar deporte… Quizás el problema está en el publico más infantil que no tienen esta conciencia alimenticia pero sus padres sí que la tienen. Aquí está la libertad, esos avisos que nos dicen lo que es bueno o es malo, lo que está bien o está mal pero cada uno tiene esa opción personal de decidir, "a gusto del consumidor".
La campaña de la hamburguesa XXL del Burguer King es únicamente un anuncio de un producto de la empresa que tiene como característica ser más grande que las demás. No veo nada dañino en esta publicidad que sólo pretende exaltar la cualidad más única de su producto, como hacen la mayoría de las campañas publicitarias.
Mucho más criticable es el tema del tabaco. Aunque hayan reducido la publicidad de la industria tabacalera y los espacios para los fumadores cada vez sean más limitados, sigue habiendo tabaco y es una utopía pensar que no lo habrá en el futuro, cuando todo el mundo se muere de cáncer. Es obvio que un cigarro no te va matar pero sólo fumándote uno ya es perjudicial para tus pulmones. Sin embargo, el hecho de comerte una hamburguesa no es inapropiada para tu salud. En EE.UU la mayoría de la población tiene obesidad pero no creo que ésto sea por comerse una hamburguesa XXL. El problema pueder ser más de base, por llevar una vida sedentaria.
Respecto al publicitario no es verdad eso de que se nos criminaliza por todos los males, pero si se nos hace responsables , y es lógico, porque aunque los padres y la escuela forman una parte fundamental en la educación nosotros como comunicadores de masas también contamos. Si no hubiese nadie que escuchase nuestros mensajes , no estaríamos comunicando, no seríamos publicitarios, y , por tanto , somos responsables de lo que comunicamos. A mi me parece estupendo que se anuncien las hamburguesas, pero no me parece tan estupendo que en el anuncio la gente rechace otra comida para comer esa, y , en general , se vea la comida basura como la mejor opción, es decir , que se haga gala de ello. Es como si sacas una chica anorexica anunciando unos pantalones de una talla 34 (no quiero decir que la gente que use esta talla padezca está enfermedad) , a todos nos parece muy bien que anuncies los vaqueros , pero no de esa manera , no alardeando sobre un tema que es un problema social.
No creo que el tema de la prohibición del anuncio de la hamburguesa XXL vaya dirigido en contra de la campaña publicitaria o de la agencia que la ha creado. Según lo que he podido leer existe un acuerdo los compromisos adquiridos con la Agencia Española de Seguridad Alimentaría (AESA) por la Asociación de Cadenas de Restauración Moderna y la Federación Española de Hostelería, de las que la empresa de comida rápida forma parte. En estos acuerdos se contenía el compromiso expreso de no incentivar el consumo de raciones gigantes como una de las medidas para luchar contra la obesidad, especialmente entre niños y jóvenes. Por lo que existe un incumplimiento de dicho acuerdo por parte de Burger King a quien no se la niega la publicidad de otros productos pero si de aquellos que en forma individual incentiven el consumo de raciones gigantes. El motivo de dicha prohibición es que tras el estudio de la hamburguesa de Burger King de la gama XXL alcanza un peso neto de 328,9 gramos aporta un valor calórico medio de 971 kilocalorías por unidad, casi el 50% de los requerimientos calóricos diarios de un adolescente activo. « Múltiples estudios han demostrado la relación directa e inequívoca del tamaño de la ración con la obesidad, fundamentalmente entre niños y jóvenes» y añade que «todas las guías de tratamiento de obesidad recomiendan como aspecto fundamental y preferencial, tanto en la prevención como en el tratamiento de la obesidad y la educación nutricional, reducir y controlar el tamaño de la ración».«Casi una cuarta parte es grasa (19,70%) y de esta cantidad, un elevado porcentaje es grasa saturada (38,7%). En números absolutos, equivale a una ingesta de 25 gramos de grasa saturada por hamburguesa, dato que supera las recomendaciones internacionales de grasa saturada permitida que no debe representar mas del 10% de la grasa total, rebajándose al 7% en personas con obesidad o enfermedad cardiovascular o metabólica. A ello hay que añadir un pequeño pero significativo aporte de grasas«trans» (1,31 g.), o grasas hidrogenadas, que son las más tóxicas y peligrosas para la salud. Las grasas trans, obtenidas a partir del proceso de hidrogenación de algunas grasas vegetales, eran más baratas, funcionaban mejor a altas temperaturas y alargaban la vida de los productos. Además, se creía, eran un sustituto saludable para las grasas saturadas. Sabemos que estos ácidos grasos elevan el colesterol LDL, el malo, y disminuyen el HDL, bueno, y esto tiene importantes consecuencias sobre los parámetros que favorecen los ataques al corazón o las enfermedades coronarias.
Dicha acción publicitaria incumple los compromisos adquiridos con la Agencia Española de Seguridad Alimentaría (AESA) por parte de la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) y la Asociación Empresarial de Cadenas de Restauración Moderna (FEHRCAREM). En estos acuerdos se contenía el compromiso expreso de no incentivar el consumo de raciones gigantes como una de las medidas para luchar contra la obesidad, especialmente entre niños y jóvenes. Por estos motivos y razones se ha ido en contra de la campaña por la existencia previa de un acuerdo preexistente del cual Burger King a incumplido.
No creo, por lo tanto, que sea la publicidad en este caso la perjudicada ya que el anuncio no crea ningún tipo de polémica por herir la sensibilidad del espectador o sea dicho anuncio per se el que ha sido atacado y prohibido.
Por mi parte y si ese acuerdo no se hubiese firmado no creo que sea una buena medida. El Ministerio de Sanidad debería más que prohibir crear políticas sociales de educación y prevención ya que, siguiendo la línea de la Ministra pronto se verán afectados otros sectores como el de la automoción ya que son una de las principales causa de mortandad, por detrás de las enfermedades coronarias causando un coste, según datos del Ministerio y del año 2001 de unos 4.620 millones de Euros en España y más de 1,2 millones de personas murieron como consecuencia de accidentes de tráfico en el mundo, lo que hace de ésta la novena causa más importante de muerte en el mundo. Se prevé que en el año 2020 esta cifra prácticamente se haya duplicado. Además de las sorprendentes tasas de mortalidad, los traumatismos por accidentes de tráfico constituyen una de las principales causas de pérdida de salud y una verdadera sangría para el sistema de salud. Según datos disponibles, en algunos países una de cada 10 camas de hospital está ocupada por víctimas de accidentes de tráfico. Asimismo, aunque en los países industrializados el número de personas propietarias de automóviles es mayor que en los países en desarrollo, Los accidentes que se tienen en cuenta en este documento son exclusivamente los accidentes mortales que tienen lugar en la carretera (no se incluyen por tanto los de la zona urbana), considerándose víctima mortal aquella que fallece durante las 24 horas siguientes al accidente.
Por ello creo que no es una buena medida. ¿Acaso eliminando la publicidad de los coches terminaremos con los accidentes de tráfico? Creo, como ya he dicho que es más bien un problema de educación, de saber inculcar una base de educación alimentaría que debería empezar en los colegios y también de educación vial y así extrapolándolo a otros temas que afectan a la sociedad.
El tema de la Hamburguesa no es que únicamente comiendo esta comida te mueras, pero unido al sedentarismo más algún factor de riesgo como algún problema de salud hacen que se convierta en una de las principales causa de muerte, pero estas grasa también se encuentran en otro productos pre-cocinados que encontramos todos los días en nuestros supermercados y que también anuncian en televisión y el consumo reiterado produce los mismos efectos que el consumo de la hamburguesa. Añado a esto que en España hay un vacío legal con respecto a la información nutricional que aparece en los productos pudiéndose omitir la información de estas grasas
Si no es veneno, ni es ninguna droga ilegal y como lo que no mata engorda, pues normal que lo publiciten y más aún si es un producto de una gran cadena. ¿Acaso no sabíamos ya que las hamburguesas tienen muchas calorías, que engordan mucho y todo eso? ¿Nadie ha visto la peli "Supersize me"? A mi si que me impresiona ver un anuncio de una whopper XXL, o una triple whopper, y cuando vaya al Burguer King ya se que me voy tomar. Pero claro, voy a ir al Burguer King como mucho una vez cada tres meses, y entonces no creo que note los efectos nocivos para mi salud, sólo saborearé la enorme hamburguesa. Si fuese padre y mis hijos fuesen al cine y luego a cenar comida rápida, ya se que también se pedirían la whopper XXL, pero claro, no les dejaría cenar ahí siempre que saliesen por ahí. Ya somos todos mayorcitos, y sabemos muy bien lo que comemos, el que quiera que se la coma, el que no quiera que no se la coma, pero que nadie se queje de la publicidad que se hace del producto.
Ante una campaña o un anuncio que despierta polémica, siempre tendemos a canalizar los problemas del mismo en torno al publicista o su agencia.
En el caso del anuncio de la hamburguesa XXL, esto vuelve a ocurrir, el Ministerio de Sanidad media en el asunto y punto final. Creo que no se consigue nada con la retirada del anuncio, debemos hacer un análisis más profundo de la Sociedad del s. XXI en que vivimos, debemos hacer campaña sobre hábitos alimenticios, la tan sana dieta mediterránea, y dirigirnos especialmente a los niños y a sus padres, esa es la postura que debe tomar el Ministerio.
Con prohibir anuncios de hamburguesas no conseguimos nada, todos sabemos de la existencia de la “comida basura” y en menor o mayor medida hacemos uso de ella pero necesitamos una conciencia responsable. Para evitar la obesidad infantil debemos concienciar a los más pequeños, que sean ellos los que digan “No quiero ir al Burguer King”
Una vez mas, todo lo que ha originado la polémica de la hamburguesa ha sido desproporcionado. La publicidad solo intenta reflejar las características del producto. Emitir un juicio de valor acerca de lo bueno o malo que el mismo representa para nuestra salud no nos atañe.
Cada uno de nosotros somos libres y conscientes para saber que alimentos perjudican a nuestro organismo, y sobretodo lo que puede provocar el exceso de los mismos.
Me parece absurdo el decir que los niños no saben lo que comen. Esos niños acuden a los establecimientos de comida rápida gracias al dinero de sus padres, quienes deben conocer con anterioridad lo que sus hijos van a hacer y asesorarles sobre lo perjudicial que puede resultar el exceso de estos alimentos en el organismo.
Las cosas existen, y nosotros tenemos la decisión final de consumirlo o no. Lo que yo veo es que la publicidad no tiene culpa en este sentido, y no la defiendo solo porque sea estudiente de Publicidad y vea mi futuro enfocado a esta profesión, sino tambien porque vivimos en una sociedad de consumo en la que todos participamos y aunque nos quejemos se nos ve satisfechos. Nos quejamos de la sociedad, de la cantidad de centros comerciales, de como nos dirijen en nuestro tiempo libre para al final acabar consumiendo y creando necesidades como un movil con MP3, camara de fotos, internet a una velocidad relápago, …¿todo eso es necesario? ¿y una hamburguesa de medio Kilo? Pues no lo sé, pero ahí está, que sea ética la publicidad de esta hamburguesa, pues no creo que no lo sea, pero si que consumierlo o no está en nuestras manos si somos responsables y de nuestros mayores si no lo somos…
En estos casos suele pagar el publicista al ser su anuncio retirado de los medios, pero creo que la culpa es del Burguer King al elegir estas campañas para exponer sus productos. El Ministerio de sanidad está haciendo su trabajo que es informar de lo que esos productos suponen para la salud pública y luego que cada cual haga con su cuerpo lo que quiera. Pero también hay que pensar en los niños que se les presentan estos productos como maravillosos, luego son muy perjudiciales para su salud y ellos no entienden de dietas sanas y de los productos que les afectan para su organismo y de una forma u otra hay que intentar acabar con la obesidad infantil que hoy es un problema bastante grave en nuestra sociedad.
Ante una campaña o un anuncio que despierta polémica, siempre tendemos a canalizar los problemas del mismo en torno al publicista o su agencia, pero ellos no son los responsables directos.
En el caso del anuncio de la hamburguesa XXL, esto vuelve a ocurrir, el Ministerio de Sanidad media en el asunto y punto final. Creo que no se consigue nada con la retirada del anuncio, debemos hacer un análisis más profundo de la Sociedad del s. XXI en que vivimos, debemos hacer campaña sobre hábitos alimenticios, la tan sana dieta mediterránea, y dirigirnos especialmente a los niños y a sus padres, esa es la postura que debe tomar el Ministerio.
Con prohibir anuncios de hamburguesas no conseguimos nada, todos sabemos de la existencia de la “comida basura” y en menor o mayor medida hacemos uso de ella pero necesitamos una conciencia responsable. Para evitar la obesidad infantil debemos concienciar a los más pequeños, que sean ellos los que digan “No quiero ir al Burguer King”
Una vez leídas las noticias de diferentes periódicos sobre el tema, está bastante claro que esas hamburguesas son literalmente un atentado contra nuestra salud.
¿Qué cuerpo soporta casi 1000 calorías y más de 30 gramos de grasas saturadas de una sola ingestión?
Así, parece absolutamente adecuado que la ministra de sanidad Elena Salgado, haciendo su trabajo, lleve a cabo una sanción contra esta cadena de comida rápida; Burguer King.
Lo que debemos parar a pensar es si el Ministerio de Sanidad debe atacar a la publicidad del producto o al producto directamente. Mirándolo desde este punto de vista, los publicistas han hecho su trabajo, sin incumplir ningún tipo de norma, a lo mejor no informar sobre la composición del producto, pero dejando esto a un lado, es el producto y otros muchos que aún no se han analizado, pero que deberían serlo, los que deben ser retirados de los consumidores más inocentes.
Estos consumidores que ven con ojos golosos ese “manjar” y que todavía no tienen noción de lo que es bueno y malo para su salud, son los que deben ser protegidos por el Estado o sus padres( que en esta sociedad dejan un poco al lado el tema de la alimentación), ya que los que realmente tienen capacidad para decidir si quieren “autodestruirse”, pueden hacerlo o no.
Como conclusión, debemos saber que en la actualidad la obesidad ya no es un problema sino una enfermedad, no tanto a nivel español, pero si en general, que está llegando a alcanzar dimensiones escandalosas.
No podemos considerar la publicidad de estos productos el único culpable de este mal, pero tenemos y debemos reconocer que la publicidad está para engañar y hacernos consumir el producto, engancharnos a él, y esto tiene tal peso dentro de una sociedad de consumo masivo que hay que andar con los ojos bien abiertos.
No quiero decir que en este caso, sea la campaña la que tiene que ser retirada, pero tenemos que tener un poco de capacidad de análisis y crítica a la hora de adentrarnos en el ámbito de la publicidad.
No estoy para nada de acuerdo con la prohibición a este anuncio. En mi opinión este producto tiene el derecho de anunciarse al igual que otro cualquiera, a nos ser que la propia publicidad pudiera ser hiriente en alguno de sus aspectos para alguien de la sociedad, y no creo que sea este el caso.
De todas maneras, aparte que no creo que la hamburguesa sea tan insana (igual no es como una ensalada, pero comer una hamburguesa al mes no opino que vaya a hacer nada malo, salvo raras excepciones) como para tener que prohibir esta publicidad. Mas insanos son el tabaco y el alcohol, que a propósito expongo mi desacuerdo con que no se puedan emitir anuncios de tabaco.
Asimismo, considero hasta hiriente para la sociedad que se tenga que quitar un anuncio, porque la gente tiene, casi siempre, un cerebrito muy bien colocado en su cabeza como para elegir lo que come o no, y si de niños se trata, que no saben si lo que quieren es bueno o malo, para eso tienen unos padres que, si hacen su trabajo como debe ser, le inculcarán lo que debe hace o no.
Además, pienso que esto es una tontería, ¿¿una inofensiva hamburguesa tiene que estar prohibida?? Pues que quiten todas del mercado porque yo puedo ir a cualquier hamburguesería y en vez de comerme ésta enorme con mil calorías, me comeré dos pequeñas con las mismas calorías que la grande, que si tengo hambre tendré que matarla con algo ¿No?.
Desde el punto de vista de la publicidad, estimo que este veto del anuncio es un atentado contra la libertad de expresión, y una acción de muy mal gusto. Mucho tiempo les habrá costado a los publicistas hacer ese anuncio de una inocente hamburguesa como para que llegue ahora una ministra y sólo con ánimo de molestar al prójimo lo prohíba, por una hamburguesa, lo que hay que ver.
Que en el tiempo que nos ha tocado vivir los niños y adolescentes no han sido educados a comer debidamente no es culpa de la publicidad: no se puede poner la salud de los pequeños en manos de la televisión. Es más cómodo, y muy propio de nuestra sociedad, echar la culpa (y a ser posible demandar) a terceros, y aquí tocó a la publicidad. Este empecinamiento en que la publicidad sea una escuela es para ponerse a reflexionar. ¿En que momento tornaron los anuncios a ser didácticos? ¿No es su función embellecer la realidad para ser atractiva? Sigo pensando que por mucho que me repitan “come sano con Coca-Cola” o “ponte el cinturón con Roland McDonald´s” no van a ser menos nocivos, aunque si que suenan muy bonitos, solidarios y concienciado. Le pese a quien le pese, la educación radica en los padres y se pule en el colegio, no en los publicistas.