Se fue pudriendo…

Murió en la humedad de los olvidos

y las ratas lo sepultaron en heces.

Se desdibujaron las líneas,

el lomo, su cuerpo inerte.

La tinta negra se diluyó en aguas

y el papel quedó hecho trizas.

Forcé su cuerpo,

reventé sus entrañas carcomidas,

y al acariciar la textura de su alma

escuché un crujir como suspiro.

Leí.

Entre mis sienes llevo

aquellas palabras del olvido.

 

Juan Miguel Sánchez Vigil

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2 comentarios

  1. Hola caros documentalistas y profesores : Enhorabuena por la balada libraria, pero seguro que un día será algo más que eso, simple balada.

    El bibliotron es imparable, tanto más cuanto más se defiende el meritorio y bienadado libro; lo prenuncia su misma defensa encendida en medio de versos y proclamas. Nada se airea cuando no corre peligro, ¿no? Seguro que antes o después la "telaraña" habrá envuelto la textura y las palabras pasarán directas a la mente superando las carcomas…

  2. Querido y admirado Félix

    Estoy absolutamente de acuerdo, pero como sabes nací entre libros y es inavitable el verso.

    Por otra parte, se comete un error grave y es la comparación: el libro es… lo que viene es otra cosa y debatiremos sobre como llamarlo). Pasó con la foto y el cine, con el video y los producots multimedia, etc.

    Se trata por tanto de dos cosas.

    El poema era una simple descripción de un libro que me contré tirado en un rincón húmedo de una biblioteca (no tenía doble intención).

    Pero no dejo pasar la ocasión de enviarte un abrazo y decirte que sigo admirandote, como siempre.

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