LAS PATENTES QUE NO VEN LA LUZ

El origen etimológico del término “patente” deriva del latín patents, -entis, y a su vez de “patere” (estar expuesto”, “ser evidente”) (ver pág. 28 del nº 42 de la revista “marchamos”) ya que la publicación de la solicitud de patente a los 18 meses desde la fecha de presentación o de prioridad es uno de los fundamentos del sistema de patentes. A pesar de ello, es común que la gente sin conocimientos sobre patentes las asocie con la idea de secreto…. Nada más lejos de la realidad.

Ello no es óbice para que haya ciertas solicitudes de patentes y patentes que permanecen sin publicarse durante décadas y la experiencia es que esas patentes suelen ser muy atractivas desde el punto de vista periodístico. Por ejemplo, recientemente la revista norteamericana de tendencia izquierdista “Slate” ha publicado un artículo sobre la cuestión. Asimismo, suelen ser fuente de “teorías conspirativas” sobre la supuesta ocultación de tecnologías que resolverían numerosos problemas de la humanidad, como el energético o la cura de determinadas enfermedades. La organización “freethetech” ofrece los datos de que en el año fiscal 2017, 5784 patentes se encontraban “clasificadas” y que, mientras que 28 fueron desclasificadas, otras 132 se incorporaron a la relación. Esta organización solicita la creación de un “panel ciudadano” al que se le permita revisar el contenido de dichos documentos de patentes y divulgar los resúmenes de 50 de ellas.

En la mayoría de los estados, las correspondientes leyes de patentes prevén que las solicitudes de patentes sobre invenciones de interés para la defensa nacional no se publiquen y que sean tramitadas en “secreto”. España es uno de esos estados donde dicha situación se encuentra perfectamente regulada. Asimismo, todos los estados miembros de la OTAN se encuentran vinculados por el Acuerdo de la OTAN para la salvaguardia mutua del secreto de invenciones relativas a la defensa respecto de las cuales se hayan presentado solicitudes de patentes, hecho en París el 21 de septiembre de 1960. Sin embargo, hace un par de años se publicaron una serie de noticias (patente sobre un tanque ucraniano, Rusia anuncia que va a establecer un registro de PI relacionada con la defensa)  que parecían indicar que los países del antiguo bloque soviético, y que no se habían incorporado a la OTAN, no poseían dicha regulación aunque estaban a punto de elaborarla.

La declaración de patentes como de interés para la defensa tiene una larga tradición. En esta entrada anterior del blog sobre las patentes durante la ocupación alemana de Francia, se hace referencia a un decreto francés de 29 de noviembre de 1939 que, con el fin de evitar que Alemania se apropiara de invenciones militares francesas, creaba un período de 8 meses durante el cual los funcionarios especializados debían analizar todas las invenciones antes de que fueran divulgadas o explotadas, con el fin de comprobar si tenían un interés militar. Se cree que durante la ocupación alemana se siguió aplicando de forma “disimulada”. En la historia española es posible encontrar un ejemplo de acceso limitado a las patentes de interés para la defensa durante la guerra civil española (ver nº 52 de la revista marchamos, página 10), en la nota que se publicó en el BOPI del primero de octubre de 1936:

Pero si hay un estado con una profunda tradición en la vigilancia de aquellas invenciones de interés para la seguridad nacional, ese es el de los EE. UU. Su “invention secrecy act” se aprobó en 1951. El “proyecto Manhattan” destinado a la elaboración de la primera arma atómica supuso la generación de numerosas patentes que fueron mantenidas en secreto (hasta 2100 solicitudes). A continuación, se reproducen algunas de las patentes del proyecto Manhattan, declaradas secretas inicialmente y que tras su desclasificación se publicaron:

La primera figura de estas cuatro representadas (arriba a la izda)  corresponde a la patente US2708656, relativa a un reactor neutrónico, presentada en 1944 y publicada en 1955 tras su desclasificación. El primer inventor es el físico nuclear y premio nobel italiano Enrico Fermi. A su derecha se encuentra la figura de la patente US2709222 sobre un método de separación electromagnética de uranio 235 a partir de uranio natural, también se publicó en 1955, 10 años después de su presentación.

De las figuras inferiores, la  izquierda  corresponde a la patente US3358605 que tiene por objeto un interruptor sensible a la presión. Presentada en 1945 se publicó 22 años después tras ser desclasificada. Parece que se trata del sistema de detonación empleado en las bombas de Nagashaki e Hiroshima. A su derecha la figura de la patente US6761862 que tiene por objeto un proceso químico empleado en el enriquecimiento de uranio y que representa un caso extremo en el mantenimiento en secreto de una patente; presentada en 1945 no se publicó hasta el año 2004, tras su desclasificación. Quizás aún se mantengan clasificadas patentes de aquella época.

Para poder determinar qué invenciones son de interés para la defensa es preciso contar con una detallada relación de los sectores en los que se pueden clasificar dichas invenciones. En ese enlace pueden encontrar cuáles son los sectores de interés en Francia. En este documento, anteriormente clasificado, pueden conocer los sectores de interés para la defensa estadounidense en 1971. Sorprende ver que la energía fotovoltaica era uno de ellos.

No es infrecuente tener noticias de conflictos entre inventores y el gobierno de los EE.UU. a causa de solicitudes de patentes “clasificadas”, debido a  que los afectados por esta medida tienen derecho a una compensación por parte del Estado. En este documento pueden observar que el inventor de la solicitud de patente US8925438, presentada en 2007, clasificada de acuerdo a la “invention secrecy act” y concedida en 2014, obtuvo una compensación de 63.000 US$.

A pesar del protagonismo de los EE. UU., este artículo de hace ya unos años llamaba la atención sobre el papel especialmente activo que el Reino Unido desempeña en el campo de las patentes “clasificadas”.

Si se habla de invenciones que se clasifican por ser de interés para la defensa de los Estados, es de suponer que muchas de ellas tendrán su origen en organizaciones muy vinculadas con la misma. Es por ello por lo que, entre la documentación desclasificada por la CIA, se hace referencia a patentes que fueron tramitadas en secreto. También la NSA (National Security Agency) de los EE. UU. genera sus patentes y aunque es de suponer que muchas de ellas permanecen “clasificadas” y por tanto no se han publicado, una búsqueda en la base de datos de la Oficina Europea de Patentes ofrece 293 familias de patentes con la NSA como titular. La última solicitud de la NSA se publicó el pasado mes de agosto y se refiere a un algoritmo de búsqueda que permite generar declaraciones y razonamientos lógicos. Una rápida ojeada permite ver un par de patentes relacionadas con la protección de los puertos USB y con la detección de su utilización no autorizada. Este artículo pone de manifiesto otras solicitudes algo más extrañas para la NSA, como las siguientes:

USD637658

US5224756

Entre 1994 y 2015, la USPTO mantuvo un programa llamado “Sensitive Application Warning System” mediante el cual los examinadores de patentes avisaban a la dirección de la entrada de solicitudes de patente que se referían a temática “delicada”. En esta ocasión el objetivo era que no se publicaran solicitudes que tenían por objetivo invenciones consideradas como “frívolas”, que podrían causar alarma entre la población, como invenciones relacionadas con los móviles perpetuos, curas para el SIDA, toxinas, clonación humana, dispositivos anti-gravedad y otros temas considerados como polémicos o peligrosos. Este documento muestra que todavía permanecen muchas incógnitas en relación con este programa.

A pesar de las protestas que el mantenimiento de patentes en secreto genera e incluso de la creación de organizaciones que tienen como fin revisar qué patentes han sido clasificadas, la historia está llena de ejemplos de lo negativo que puede llegar a ser la publicación de patentes sobre invenciones “peligrosas”. Se puede comenzar por citar a la patente US3060165 sobre la llamada “ricina tóxica”, patentada por los EE. UU., presentada en 1952 y publicada en 1962 (lo que indica que en algún momento se encontró clasificada). La lectura de la descripción no deja lugar a dudas respecto a que se trata de un poderoso veneno:

“Ricin is a protoplasmic poison prepared from castor beans after the extraction of castor oil therefrom. It is most effective as a poison when injected intravenously or inhaled.”

En 1952 los químicos Ranajit Ghosh y J.F. Newman descubrieron los agentes nerviosos de la serie V mientras trabajaban en la compañía británica ICI y posteriormente llegaron a sintetizar y patentar la forma más peligrosa, el llamado agente nervioso VX. La patente permaneció clasificada y por tanto no se publicó durante muchos años, pero fue desclasificada por el departamento de defensa del Reino Unido en 1971. Asimismo, en 1973 se desclasificaron dos patentes sobre métodos de producción del agente VX. Aunque según se afirma, gracias a que aún no existía internet, supuestamente las copias de las patentes se retiraron en el plazo de 10 días, se afirma que estas publicaciones contribuyeron a que la tecnología fuera conocida por todos aquellos interesados en obtener el agente VX.

En este artículo se afirma que los científicos iraquíes utilizaron una patente desclasificada en 1975 (en este caso por los EE.UU.) para fabricar el agente VX a partir del EMPTA (O-Ethyl methylphosphonothionic acid) . Como curiosidad, este agente VX fue utilizado para asesinar al hermanastro del presidente de Corea del Norte en el aeropuerto de Kuala Lumpur el 13 de febrero de 2017. Otro agente nervioso que ha saltado a los medios de comunicación debido a su utilización en el intento de asesinato de un desertor ruso es el llamado “Novichok”. Cuando todo apuntaba a una acción por parte de los servicios secretos rusos, los medios de comunicación de la Federación Rusa intentaron desviar la atención señalando que ya se habían presentado numerosas patentes sobre este agente en los EE. UU., pero lo que parece ser cierto, al efectuar una búsqueda en las bases de datos disponibles en internet es que se han presentado solicitudes sobre antídotos y métodos para combatir este tipo de venenos y con el ejército de los EE. UU. como titular. Es de suponer que si se hubiera presentado una solicitud sobre el agente propiamente dicho, la misma estaría convenientemente clasificada y no habría sido divulgada.

Un problema distinto se plantea cuando se patenta la llamada tecnología de doble uso. En esos casos puede ser más complicado el detectar si la solicitud de patente debe ser clasificada o no. Por ejemplo, una pequeña avioneta destinada a rociar un campo de cultivo con pesticidas podría utilizarse para lanzar un arma biológica…. Pero ¿justifica ello que la patente sobre algún aspecto de esa avioneta sea mantenida secreta? La Unión Europea publicó un detallado informe sobre estas tecnologías en 2017. Entre las conclusiones, el informe destaca aquellos sectores en los que son más comunes las tecnologías de doble uso civil y militar:

–        Energía para la movilidad.

–        Materiales.

–        Protección sanitaria.

–        Sistemas de comunicación, navegación y vigilancia.

–        Sistemas de seguridad y ciberseguridad.

–        Soluciones para la producción y cadenas de suministro.

Un conocido caso de tecnología de doble uso patentada saltó en 2017 a los medios de comunicación. La cadena de televisión estadounidense FOX divulgó que “una agencia de las Naciones Unidades había ayudado a Corea del Norte a presentar una solicitud de patente sobre un procedimiento de obtención de un potente veneno”. La solicitud de patente en cuestión era la solicitud internacional PCT de número WO2016199944 y de título “procedimiento para la obtención de cianuro de sodio”. El informe de búsqueda internacional (IBI) fue realizado por la Oficina China de la Propiedad Intelectual (CNIPA), en cuanto que Administración de Búsqueda Internacional según el PCT designada por Corea del Norte.  En ningún momento se hace referencia en la solicitud a la utilización del compuesto como un veneno y como bien nos dice “Wikipedia” se emplea también en minería para extraer oro y plata de la roca madre.

CONCLUSION

La no publicación de ciertos documentos de patentes es un tema polémico, como se ha mostrado, pero asimismo creo haber proporcionado suficientes ejemplos de la necesidad de que las Oficinas de Patentes sean capaces de detectar aquellas solicitudes de patentes cuya publicación podría ser perjudicial para la sociedad y que por tanto deben ser tramitadas bajo régimen de “secreto”.

 

Leopoldo Belda

 

 

Compartir:

4 comentarios

  1. Muchas Gracias José Antonio. Se trata de una interesante reflexión. Es cierto que, aunque la experiencia nos dice que es poco probable, podría ocurrir que una invención destinada a solucionar alguno de los problemas de la humanidad permaneciera en algún archivo en papel o electrónico durante largos años y posteriormente fuera destruida sin que la sociedad se beneficiara de ella. Pero como dices, no soy consciente de que esas solicitudes que no prosperan por motivos de diverso tipo (tasas, defectos formales) sean revisadas en alguna oficina de patentes.

    De cualquier modo, si el objetivo de un inventor es beneficiar a la sociedad, no tiene más que publicarla en una revista científica o en algunas de las plataformas disponibles como la recientemente publicitada «prior art archive»:

    https://medium.com/mit-media-lab/prior-art-archive-aims-to-improve-the-patent-process-58d1aff747d0

  2. Quizá es más importante cualquier tipo de prevención sobre cualquier tema, ya que hay «malos» empeñados en dar una vuelta de tuerca sobre cualquier cosa, que las hipotéticas ventajas que se crean conseguir. Y lo mismo aplica a las patentes no publicadas por suspenso. Si no interesan a su dueño, mejor dejarlas dormir…

  3. A los casos anteriores habría que añadir las solicitudes que quedaron suspendidas (por incumplir algún requisito o por no pagar alguna tasa) y que se quedaron sin publicar. Probablemente la documentación presentada estará custodiada durante largos años por la OEPM y podría contener información y conocimientos de interés para la sociedad.

    Aunque no me consta que estas solicitudes se publiquen por ninguna otra oficina de propiedad industrial, no estaría mal que la legislación contemplara publicar estas solicitudes o, al menos las que fueran de interés, pasado algún tiempo, por ejemplo, a los 20 años de la solicitud.

Deja un comentario