Nuevo coronavirus de Oriente Medio: actualización

Ya informamos desde este blog del descubrimiento el año pasado, en Arabia Saudí y otros países de Oriente Medio, de un nuevo coronavirus  que causaba una grave enfermedad respiratoria en humanos. Lo hicimos en dos posts (este en septiembre, y este otro en noviembre).  Desde entonces se han producido algunas novedades con respecto a este nuevo virus, que vamos a resumir a continuación:

Situación actual

Desde que se detectó el primer caso en verano pasado hasta hoy se han declarado a la OMS 13 casos, de ellos 7  mortales. Los países que los han declarado son Qatar (2 casos), Arabia Saudí (6 casos, 4 mortales), Jordania (2 casos, 2 mortales), y Reino Unido (3 casos, 1 mortal). En Jordania, Arabia Saudí y Reino Unido han ocurrido «clusters» de varios casos, en cada uno de los cuales se trataba de miembros de la misma familia, y en todos ellos ha ocurrido al menos una muerte. En el  “cluster” del Reino Unido el caso índice era importado, es decir,  una persona que adquirió la infección durante un viaje reciente a Arabia Saudí. Esta persona fue el origen de los dos casos subsiguientes, probablemente transmitidos de persona a persona, entre miembros de la misma familia. El primero de ellos, con una patología subyacente que pudo agravar su estado, finalmente murió, y el segundo, que desarrolló una infección respiratoria leve, similar a una gripe, se recuperó de la misma sin complicaciones.

Cuadro clínico

La información sobre el cuadro clínico va siendo más completa a medida que aumenta el número de casos: Se corresponde con una infección respiratoria aguda y grave (IRAG, o SARI en inglés) que se presenta en general como una neumonía aguda. Puede presentarse también con fracaso renal agudo. Menos frecuentemente  se observan pericarditis y coagulación intravascular diseminada. Uno de los casos confirmados en el Reino Unido muestra que la enfermedad también puede tener un curso leve, indicando que es probable que muchas infecciones leves por este virus podrían pasar desapercibidas, ya que únicamente se investigan los casos de enfermedad respiratoria grave.

Transmisión

En cuanto a la vía de transmisión, los primeros casos indicaban que podía tener lugar por contacto con animales que actuaran como reservorio (aunque no se conoce qué especies de animales podrían actuar como tales, sospechándose que el reservorio ancestral, como ocurre frecuentemente con los coronavirus, podría ser alguna especie de murciélago) pero casos más recientes parecen indicar que podría existir además tranmisión por contacto entre personas. Así, los clusters de casos familiares conviviendo en contacto, y en particular el cluster investigado en el Reino Unido indican que es posible la transmisión persona a persona, si bien parece que este tipo de transmisión es muy limitado y poco eficaz, a juzgar por el bajo número de casos observados hasta el momento. Se considera que las personas en contacto estrecho con una persona con infección aguda por este virus estarían en riesgo de adquirir la infección. El personal sanitario encargado de los cuidados a estos pacientes sería uno de los grupos de riesgo, según la OMS, que ha elaborado unas directrices para guiar la vigilancia y el control de la enfermedad, así como normas de bioseguridad y pruebas de laboratorio. Se pueden consultar en el siguiente enlace: http://www.who.int/csr/don/2013_02_13/en/index.html. El diagnóstico de laboratorio se ha desarrollado muy rápidamente, y ya existen pruebas diagnósticas fiables, monitorizadas por laboratorios de referencia, e implementadas en numerosos países.

Diferencias con el virus SARS

El nuevo coronavirus (nCoV) es de la misma familia que el virus SARS, pero los primeros análisis genéticos revelaron diferencias que indicaban que se trataba de virus distintos. Ambos pertenecen a la subfamilia de los betacoronavirus, pero dentro de esta subfamilia hay diversos linajes genéticos claramente distinguibles: el SARS se agrupa en un linaje conocido como 2b, mientras que el nCoV se agrupa en el linaje 2a. Las diferencias entre ambos virus no se limitan a pertenecer a distintos grupos genéticos, sino que también atañen a diversas características funcionales. Por ejemplo, se ha demostrado que el nCoV no utiliza los mismos receptores celulares que el virus SARS. Más aún, se ha podido comprobar que, a diferencia del virus SARS, que difícilmente infecta a células que no tengan origen humano, el nCoV infecta células de diversas especies de vertebrados, incluyendo células de murciélagos (algo que no hace el virus SARS), y en particular es muy eficaz infectando células humanas, lo que podría estar indicando una buena adaptación a la especie humana. A pesar de las diferencias notables entre ambos virus,  en la información relacionada con el nCoV se sigue citando al virus SARS como referente, posiblemente por ser éste un coronavirus patógeno grave para el hombre que se hizo muy conocido en 2003 al protagonizar una situación de emergencia mundial al causar una enfermedad que se expandió muy rápidamente causando 8000 casos de los que un 10% fueron mortales. Ello conlleva cierta dosis de alarmismo no bien justificado: de momento podemos decir que el nCoV ha tenido una transmisión muy limitada entre humanos, y que el riesgo de que ocurra una diseminación a mayor escala es bajo, como reconoce la OMS y la agencia de protección de la salud (HPA) del Reino Unido. No obstante, conviene  tener en cuenta el antecedente del virus SARS para estar prevenido y poner los medios para detectar tempranamente una posible emergencia a gran escala y actuar para evitar sus consecuencias, algo que por el momento se está haciendo con eficacia.

Investigación sobre tratamiento

Un estudio reciente (ver enlace) muestra como los interferones (sustancias que producen las células para defenderse de forma natural de la infección por diversos tipos de virus) actúan protegiendo a las células de la infección por el nCoV. Este estudio puede considerarse como  preliminar, y puede constituir un punto de partida para desarrollar nuevos tratamientos eficaces frente a la infección por el nCoV.

 

Más enlaces sobre este tema:

http://www.hpa.org.uk/NewsCentre/NationalPressReleases/2013PressReleases/130213statementonlatestcoronaviruspatient/

http://www.who.int/csr/disease/coronavirus_infections/en/index.html

http://mbio.asm.org/content/4/1/e00002-13.long

 

 

 

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7 comentarios

  1. Gracias por tu comentario, Sandra. Aunque entiendo tu crítica al afán «ilimitado e irracional de expansión económica» en detrimento del medio ambiente y la salud humana, no puedo estar de acuerdo en atribuirle todas y cada una de las enfermedades emergentes que afectan a nuestra salud y/o a la animales y/o plantas. Piensa, por ejemplo que la expansión de ciertos virus tiene que ver con mejoras sanitarias. Por ejemplo, la fase epidémica de la polio (una terrible enfermedad que afectó a millones de personas antes de que se desarrollaran las vacunas que combatieron eficazmente esta lacra) fue debida a un indudable avance en la higiene: la generalización del saneamiento de aguas, lo que produjo como resultado inesperado un aumento súbito de población infantil sin inmunidad al virus polio por falta de exposición. El virus empezó a adquirirse cada vez a edad más avanzada por una población altamente vulnerable, en la que la infección producía efectos mucho más graves. Con ello quiero decir que la emergencia de enfermedades es un fenómeno complejo, con causas múltiples, y aunque la economía está a menudo detrás jugando un papel importante, en realidad cualquier actividad humana, con mejor o peor intención, puede influir en la emergencia de nuevos patógenos.

  2. Dia a dia vemos como la globalización y la inmersión exagerada del hombre dentro del ecosistema animal, puede traer en el ambiente y en la salud humana consecuencias nefastas. Las epidemias y aún las pandemias se ha demostrado que aparecen por ese afán ilimitado e irracional de expansión económica, geográfica y poderío político y militar a nivel mundial, que acompañada de deterioro ambiental y alteraciones del ecosistema en algunas regiones que cuentan con los ambientes biológicos adecuados para el surgimiento de nuevos y letales virus y que probablemente ligada a la manipulación del hombre, pueden crear nuevas enfermedades que amenazan con la salud humana y que también favorecen a algunos grupos económicos relacionados con la investigación y creación de nuevos fármacos convirtiéndose en un reto y un afán por lograr reconocimientos, premios y anheladas patentes a costa de muchas vidas y aún de la bioética y el honor científico.

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