• Oda a la tipografía

    Letras largas, severas,
    verticales,
    hechas
    de línea
    pura,
    erguidas
    como el mástil
    del navío
    en medio
    de la página
    llena
    de confusión y turbulencia,
    Bodonis
    algebraicos,
    letras
    cabales,
    finas
    como lebreles,
    sometidas
    al rectángulo blanco
    de la geometría,
    vocales
    elzeviras
    acuñadas
    en el menudo acero
    del taller junto al agua,
    en Flandes, en el norte
    acanalado,
    cifras
    del ancla,
    caracteres de Aldus,
    firmes como
    la estatura
    marina
    de Venecia
    en cuyas aguas madres,
    como vela

  • Oda al libro (i)

    Libro, cuando te cierro
    abro la vida.
    Escucho
    entrecortados gritos
    en los puertos.
    Los lingotes del cobre
    cruzan los arenales,
    bajan a Tocopilla.
    Es de noche.
    Entre la islas
    nuestro océano
    palpita con sus peces.
    Toca los pies, los muslos,
    Las costillas calcáreas
    de mi patria.
    Toda la noche pega en sus orillas
    y con la luz de día
    amanece cantando
    como si despertara una guitarra.
    A mí me llama el golpe
    del océano. A mí
    me llama el viento,
    y Rodríguez me llama,
    José Antonio,
    recibí un telegrama
    del sindicato Mina

  • Cosmonauta del sueño

    Cosmonauta del sueño, velozmente
    crucé por tu deseo
    sin dejar huella, sin captar tu imagen.

    Vastedad del espacio
    para tan raudo vuelo.

    No pude retenerte. Pero te hurté un beso.
    Y cuando acariciaste mis cabellos
    llovieron tanta música tus manos,
    que te hubiera bebido
    como una hostia,
    hasta purificarme
    de todo pensamiento.

  • Thomas robert malthus

    Cuando el estómago ladra, la boca no dice nada.
    En la miseria, poca es la letra. Del hambre sólo sabemos
    lo dicho con panza llena: bien poco es en consecuencia.

    El más feliz de todos: en verano remaba un poco, en invierno
    patinaba en la charca del pueblo. Y en cincuenta años
    jamás le vi perder los estribos un solo instante
    .

    Mofletudo, comodón, negó con firme voz la felicidad.
    ¿La suya? No: la Felicidad. Una nueva idea, que ya no lo era
    entonces en Europa: ya no habrá guerra, ni crímenes,

  • Al movimiento

    A TI, donaire alado, forma en vuelo,
    Raudo volumen que la luz reanima
    y en el movible espacio determina
    la paralela sombra de su anhelo.

    A ti, persecución, múltiplo en celo,
    círculo en fuga, aljaba y jabalina;
    rebelión de lo extático y divina
    dinámica arcangélica del cielo.

    A ti, soplo contrario a lo imposible,
    perpetua agilidad, tallo flexible,
    sangre en tensión, feliz musculatura.

    La vida de la vida es promoverte.
    Tu victoria, la muerte de la muerte.
    A ti, libertador de la Pintura.

  • Canción de la rueda hidráulica

    1

    Los poemas épicos nos dan noticia
    de los grandes de este mundo:
    suben como astros,
    como astros caen.
    Resulta consolador y conviene saberlo.
    Pero para nosotros, los que tenemos que alimentarlos,
    siempre ha sido, ay, más o menos igual.
    Suben y bajan, pero ¿ a costa de quién?

  • Asi se escribe la ciencia(homenaje a kepler)

    Así soñé yo la verdad
    KEPLER

    Kepler miró llorando los cinco poliedros
    encajados uno en otro, sistemáticos, perfectos,
    en orden musical hasta la gran esfera.
    Amó al dodecaedro, lloró al icosaedro
    por sus inconsecuencias y sus complicaciones
    adorables y raras, pero, ¡ay!, tan necesarias,
    pues no cabe idear más sólidos perfectos
    que los cinco sabidos, cuando hay tres dimensiones.
    Pensó, mirando el cielo matemático, lejos,
    que quizá le faltara una lágrima al miedo.
    La lloró cristalina: depositó el silencio,

  • Palabras

       Él decía palabras.
    Quiero decir palabras, todavía palabras.
    Esperanza. El Amor. La Tristeza. Los Ojos.
    Y decía palabras,
    mientras su mano ligeramente débil sobre el lienzo aún vivía.
    Palabras que fueron alegres, que fueron tristes,que fueron soberanas.
    Decía moviendo los labios, quería decir el signo aquél,
    el olvidado, ese que saben decir mejor dos labios,
    no, dos bocas que fundidas en soledad pronuncian.
    Decía apenas un signo leve como un suspiro, decía un aliento,
    una burbuja; decía un gemido y enmudecían los labios,

  • El arquitecto

    Cuando yo vine al mundo, ya estaba todo hecho.
    Los muebles heredados no me dejaban sitio.
    Por eso, he decidido mi entusiasmo futuro
    de andar fuera de mí, recibiendo distancias.

    ¡Estar bajo la bóveda reciente de un castaño!
    ¡Qué holgura como origen de una orilla habitable!
    ¡Dadme un templo o penumbra vegetal que susurre
    confidencias de un dios que humano desfallece!

    La realidad resulta más amplia que mi ensueño
    y hay que ser imperfectos en criaturas cercanas.
    Mi rebeldía tiene medidas más humildes,
    mas a escala de un poco de ilusión hacedora.

  • Poema del cuarto elemento

    EL dios a quien un hombre de la estirpe de Atreo
    Apresó en una playa que el bochorno lacera,
    Se convirtió en león, en dragón, en pantera,
    N un árbol y en agua. Porque el agua es Proteo.

    Es la nube, la irrecordable nube, es la gloria
    Del ocaso que ahonda, rojo, los arrabales;
    Es el Maelström que tejen los vórtices glaciales,
    Y la lágrima inútil que doy a tu memoria.

    Fue, en la cosmogonías, el origen secreto
    De la tierra que nutre, del fuego que devora,
    De los dioses que rigen el poniente y la aurora.
    ( Así lo afirman Séneca y Tales de Mileto.)