Fecha
Autor
Xavier Pujol Gebellí

Las diez de 2001

Muy probablemente, 2001 pasará a la historia de la ciencia como el año en que se publicó el primer borrador del genoma humano y se planteó abiertamente el debate sobre el uso de células madre embrionarias y la clonación terapéutica
No obstante, al menos según el semanario científico Science, han ocurrido otras muchas cosas que, como suele suceder en investigación, suponen sólo pequeños pasos, aunque trascendentes, en la evolución de una rama de la ciencia. En este caso, nanotecnología, biomedicina, genómica, medio ambiente y física, son las ciencias en las que se han producido avances más relevantes para los editores de la revista de la AAAS (Asociación Americana para el Avance de las Ciencias).

El área que encabeza la lista está representada por la suma de la emergente química molecular, la computación cuántica y la nanotecnología, todas ellas íntimamente vinculadas con el desarrollo de una nueva generación de ordenadores que deben basar su funcionamiento en una alternativa al silicio, material para el que se prevé que alcanzará sus límites físicos a lo largo de la década acabada de estrenar. En este sentido, la AAAS admite que "pasarán años" antes de que los ordenadores basados en la química molecular alcancen la "fiabilidad, velocidad y bajo coste" que se ha logrado con el silicio, pero añade que los avances tanto en el diseño de dispositivos como en la puesta a punto de circuitos, como los publicados a lo largo de 2001, permiten mirar al futuro "con optimismo".

En una línea complementaria, aunque abierta también a otro tipo de aplicaciones, la prestigiosa publicación científica ha incluído en la lista la búsqueda de materiales superconductores que, en este año, se ha traducido en nuevos compuestos metálicos capaces de expresar superconductividad a 39 y 117 grados por encima del cero absoluto, y a los condensados de Bose-Einstein, el quinto estado de la materia, premiado este año con el Nobel de Física.

Las funciones del ARN, la cadena genética que participa, entre otras funciones, en la formación de proteínas, ha sido destacado en segundo lugar. La razón, según Science y la AAAS, es la "enorme versatilidad" que parece tener y que hasta ahora había pasado inadvertida. En especial, como han referenciado diversos artículos, por su capacidad de silenciar genes en distintos organismos, incluidos plantas, animales y, por supuesto, seres humanos.

La lista de los destacados continúa con los inevitables neutrinos, partículas elementales descritas hace ya varias décadas y de las que apenas se sabe que interactúan poco o nada con la materia. En 2001, en el Sudbury Neutrino Observatory (Canadá) se ha logrado por vez primera resolver porqué su detección había demostrado siempre un "inexplicable déficit" cuando pretende calcularse cuantos se forman en las reacciones nucleares que se dan en las estrellas. Según el citado observatorio, lo que ocurre es que los neutrinos del electrón, al que se asocian, se transforman en otros dos tipos, motivo por el cual escapaban a la detección tradicional.

Por supuesto, la lista incluye también la publicación del borrador del genoma humano, compartida en este caso por Science (que recogió la versión del sector privado liderado por la compañía Celera Genomics) y por la británica Nature (publicó la versión del sector público). Añade, en el ámbito de la biomedicina, la identificación de señales entre los axones, lo que ha permitido esclarecer aspectos del tráfico neuronal, y la aprobación por parte de la FDA (Food and Drug Administration) del que está empezando a ser considerado como la primera generación de fármacos específicos en la lucha contra el cáncer. Se trata del STI-571, comercializado por Novartis con el nombre de Gleevec, y que ha obtenido éxitos espectaculares en determinados casos de leucemia y esperanzadores, según la propia compañía, en otras formas de cáncer.

Las emisiones de gases de efecto invernadero y su influencia en el proceso de cambio climático, así como el papel limitado que juegan los sumideros de dióxido de carbono, completan, junto con los efectos de los atentados del 11 de septiembre, la lista de aspectos científicos relevantes de 2001. En este último caso, por el temor al uso de armas biológicas y las necesidades de seguridad en laboratorios, universidades e instituciones.

¿Qué pasará en 2002?
Como siempre, Science se interroga sobre lo que nos deparará el futuro, no sin antes advertir de los efectos de dos cuestiones de política científica que han marcado los últimos meses: los problemas de financiación en la Estación Espacial Internacional y el "vacío científico", como señalan en uno de los editoriales, que ha presidido hasta el momento a la Administración Bush.

Pese a ello, los expertos de la revista se atreven con previsiones, algunas de las cuales, al menos a priori, forman parte de la lógica. Este es el caso de la investigación en células madre, campo en el que más allá de los aspectos puramente científicos, verá en 2002 como se resuelven los aspectos legales que ahora mismo condicionan su avance y permitirán visualizar, muy probablemente, el entramado de relaciones establecidos entre las compañías biotecnológicas que ahora mismo dominan el sector.

Science destaca también el área de la proteómica, considera por muchos expertos como el paso siguiente a la genómica. En este campo se esperan los primeros resultados de fármacos basados en el proteoma (el conocmiento de las proteínas y sus funciones) gracias, sobre todo, a la acumulación de tiempo y dinero por parte de algunas de las "major" de la industria farmacéutica y la irrupción de las nuevas compañías biotecnológicas.

Los grandes telescopios, como el de 8 metros instalado en Chile, debería aportar a lo largo del año que empieza resultados de alto interés científico, lo mismo que la puesta a punto de "relojes ópticos" para la determinación de constantes clave para el conocimiento de los fundamentos de la naturaleza.

En otro ámbito, se esperan resultados de la genética aplicada al análisis de enfermedades crónicas en las que su origen, como ocurre en las cardíacas, cáncer o diabetes, depende de la alteración de un gen o de una familia de genes y del uso de computadores más potentes y veloces para la visualización de sistemas complejos.

Finalmente, los editores de Science destacan seis ámbitos concretos para los que también se esperan resultados como fruto de los avances que ha vivido recientemente: enfermedades infecciosas, nuevas "visiones" de los océanos, el esclarecimiento de las funciones del ARN y de la asimetría celular, la "sopa" cuántica y, finalmente, la resolución de lo que consideran un misterio sin precedentes: qué hará la Administración Bush en el próximo ejercicio en materia de política científica. Probablemente este sea uno de los pocos paralelismos que existen en España: ¿cómo se desenvolverá el Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2002?

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