El ornitorrinco, su genoma y la salud.
Mi último encuentro con un ornitorrinco fue en la sala de espera de un Hospital en Boston. Una niña autista que esperaba como yo para hacerse unos análisis repetía una y otra vez “platypus, platypus” (en inglés: ornitorrinco, ornitorrinco). Su madre, agotada, intentaba distraerla pero no podía.