La reforma de las universidades europeas

La Comisión Europea publicaba el 20 de abril el siguiente comunicado de prensa, acerca de la necesidad de reformar las universidades en Europa. El documento señala los numerosos retos a los que se enfrentan las universidades europeas y subraya que, si no se toman medidas, seguirán acentuándose las diferencias con EE.UU., Canadá o Japón. Una de estas medidas sería el aumento de financiación de la educación superior.

 

Enseñanza superior: las universidades deben liberar todo su potencial para contribuir a la estrategia de Lisboa

La Comisión Europea ha adoptado hoy la Comunicación «Movilizar el capital intelectual de Europa: crear las condiciones necesarias para que las universidades puedan contribuir plenamente a la estrategia de Lisboa». Este documento, acompañado del documento de trabajo de los servicios de la Comisión «La enseñanza superior europea desde una perspectiva mundial», es continuación de la Comunicación «El papel de las universidades en la Europa del conocimiento» y la posterior consulta a las partes interesadas. En él se ponen de relieve los numerosos retos a los que se enfrentan las universidades europeas y se subraya que, si no se toman medidas, seguirán acentuándose las diferencias con los principales competidores de la UE en este ámbito.

En el transcurso de una conferencia de prensa celebrada hoy, Ján Figel’, Comisario responsable de enseñanza y formación, ha declarado que, «en la actualidad, el conocimiento y la innovación constituyen los motores del crecimiento sostenible en Europa, y las universidades son esenciales para lograr los objetivos establecidos en el Consejo Europeo de primavera. Sin embargo, en la Comunicación adoptada hoy se hace hincapié en la existencia de importantes deficiencias en los resultados de los centros europeos de enseñanza superior en comparación con los de nuestros principales competidores, en particular, los Estados Unidos. Pese a que la calidad media de las universidades europeas es bastante alta, éstas no están en condiciones de liberar todo su potencial para impulsar el crecimiento económico, la cohesión social y la creación de más y mejor empleo. La Comisión invita a los responsables nacionales a adoptar medidas que permitan a las universidades participar plenamente en la estrategia de Lisboa».

La UE, donde sólo el 21 % de la población en edad de trabajar realiza estudios superiores, no sale muy bien parada en la comparación con los Estados Unidos (38 %), Canadá (43 %) o Japón (36 %). Además, en Europa, con excepción de unos pocos países, el acceso a la enseñanza superior se está estabilizando en niveles comparativamente bajos. La Comisión considera que esto es reflejo de la falta de respuesta de la enseñanza superior a los cambios que se producen en la sociedad y al paradigma del aprendizaje permanente.

Por otro lado, los resultados de Europa también tienen que ver con el enorme desfase que existe en materia de financiación. El gasto medio en enseñanza superior de los países de la UE es sólo del 1,1 %, porcentaje equivalente al de Japón, pero muy inferior al de Canadá (2,5 %) y los Estados Unidos (2,7 %). Para alcanzar las cifras totales de los Estados Unidos, Europa tendría que destinar un importe adicional de 150 mil millones de euros anuales a la enseñanza superior. Esta situación ha afectado a los resultados de las universidades europeas en materia de investigación a escala mundial, ya que el porcentaje obtenido de publicaciones científicas, patentes y premios Nobel es inferior al de los Estados Unidos. Una diferencia fundamental es que mientras la enseñanza superior europea sigue dependiendo casi exclusivamente de fondos públicos (limitados), en los países competidores se ha logrado una expansión más fuerte y más duradera gracias a la mayor diversidad de las fuentes de financiación y a que las contribuciones de la industria y los hogares son muy superiores.

En la Comunicación adoptada se identifican tres prioridades para la reforma de las universidades europeas:

1) el incremento tanto de la calidad como del atractivo de las universidades europeas;

2) la mejora de la gestión y de los sistemas, y

3) el aumento y la diversificación de la financiación (con o sin una contribución sustancial de los estudiantes).

La Comisión insta a todos los Estados miembros a velar por que sus marcos reguladores permitan a los dirigentes de las universidades introducir auténticos cambios y establecer prioridades estratégicas.

Las universidades también tendrán un papel importante que desempeñar; en particular, deberán mejorar la comunicación con la sociedad en cuanto al valor que aportan e invertir más en visibilidad y en mercadotecnia a nivel local e internacional. Asimismo, deberán mejorar su potencial humano cuantitativa y cualitativamente.

La Comisión invita al Consejo a adoptar una Resolución que respalde su llamamiento para que se establezca un nuevo tipo de alianza entre las autoridades públicas y las universidades, y para que se invierta lo suficiente en enseñanza superior. Invertir más en la modernización de la enseñanza superior y la investigación europeas, así como mejorar su calidad, es invertir directamente en el futuro de Europa y los europeos.

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