Nos estamos superando día a día

La prensa de este nuestro país ha dedicado, y dedica, multitud de artículos a exponer y opinar sobre las ofertas de compra que una empresa, de hasta hace poco titularidad pública, ha recibido en los últimos tiempos. Dicha situación ha puesto de manifiesto, de nuevo, la catadura intelectual y el nivel de nuestra clase política.

Repasando los acontecimientos, una oferta de una empresa nacional sobre la citada companía provocó la más intestina de las reacciones posible por parte de los que se denominan, así mismos,  únicos defensores de la unidad nacional. El ataque fue furibundo contra, entre otros muchos, la administración del estado, la propia Comisión Europea, incluyendo su presidente, y en definitiva a quien se pusiera en el camino, que la defensa de la patria no escatima esfuerzos…

Tras numerosas negociaciones en la sombra, otra empresa, esta vez  extranjera, pero perteneciente, recordemos, al mercado único en el que hace veinte años nos movemos, presenta su oferta de adquisición por misma entidad. En ese momento, los defensores de la España plural ponen el grito en el cielo reclamando la supuesta defensa de intereses nacionales, y articulando medidas de defensa  contra el hereje invasor, y contra quien se ponga por delante, que la defensa de la patria no escatima esfuerzos.

No vamos a entrar en los intereses que mueven a nuestros representantes inmersos en esta contienda empresarial, por otro lado tan común en cualquier otra area de negocio, pero nos los podemos imaginar; lo que también podemos imaginarnos es como desde la propia Comisión Europea, desde las instituciones económicas comunitarias, y desde el resto de europa se esta observando como nos las gastamos en este nuestro país. El próximo que quiera venir a invertir se lo pensará mucho.

Un último dato ilustrativo. La mayoría de las acciones que forman el  capital de las citadas empresas (no nos engañemos) es propiedad de inversores norteamericanos, (principalmente fondos de inversión), que son los propietarios reales de las compañías, y que se estan frotando las manos viendo como suben el precio de sus valores, y que venderán sus participaciones a la mejor plusvalía, sin que les importe la unidad nacional, el mercado único europeo, o siquiera el estatut, sino como habrán quedado los Angeles Lakers, o los CowBoys de Dallas.

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