Los bio-combustibles también tienen sus inconvenientes

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Como todo en esta vida nada es del todo perfecto…. Los bio-combustibles, por ejemplo, no son la panacea que todo el mundo suponía, y así nos lo ha hecho ver un informe de Naciones Unidas que afirma que sin una buena planificación, estos nuevos recursos energéticos pueden llegar a causar tantos problemas como los que intentan solucionar.

Con el aumento de la preocupación por el medio ambiente y la búsqueda de nuevas fuentes de energía, en los últimos años, ha aumentado exponencialmente la producción de biocombustibles. Países como Argentina, Malasia, pasando por la India o Zambia, han promulgado nuevas políticas a favor de los biocombustibles durante los últimos años, y la política energética de la UE dicta que antes de 2020 al menos un 10% de todos los combustibles deberán ser biocombustibles.

 

Estas nuevas fuentes de energía presentan varias ventajas: por un lado, ofrecen un suministro de energía limpia a millones de personas que actualmente carecen de tal suministro, y, por otro, ofrecen un potencial importante de creación de empleo y generación de ingresos, especialmente en zonas rurales de algunas de las regiones más pobres del mundo, dado que la gran mayoría del empleo relacionado con la bioenergía se produce en la agricultura, el transporte y el procesamiento.

 

Sin embargo, “no es oro todo lo que reluce”…, y esta prosperidad también puede acarrear problemas, sobre todo si no se planifica de antemano. El informe señala los siguientes escenarios a tener en cuenta:

 

         La demanda de terreno para cultivos bioenergéticos podría ejercer presión sobre otros usos, principalmente en los cultivos de alimentos, lo que probablemente comportaría un aumento de los precios de alimentos básicos como los cereales.

        Dado que la producción de materias primas para biocombustibles también requiere un importante abastecimiento de agua, esto puede disminuir la disponibilidad de ésta para el uso doméstico, lo que amenazaría la salud y la seguridad de gran parte de la población.

         Dado que los biocombustibles se producen y se tratan a gran escala es posible que se acabe desplazando de sus tierras a los agricultores más pobres del mundo y se agudice su pobreza.

         Los cultivos que tienen finalidades energéticas, generalmente, suelen presentarse en forma de monocultivos de gran escala, lo que podría llevar a una pérdida importante de biodiversidad, una erosión del suelo y la lixiviación de nutrientes. Incluso cultivos más variados y sostenibles que tengan finalidades energéticas podrían perjudicar al medio ambiente si sustituyen a las selvas y las praderas, se señala en este informe.

 

Resumiendo, que antes de usar a diestro y siniestro este tipo de energía, es conveniente establecer un buen programa de trabajo y analizar todos las ventajas y los inconvenientes, si no queremos empeorar una situación ya de por si precaria, ya se sabe, “más vale prevenir que curar”….

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2 comentarios

  1. Hola Mónica y Arturo.

    la ONU y la UE que ha avisado hace poco del problema andan un poco retrasados a la hora de recibir información.

    Todos esos escenarios ya se están dando, por ejemplo en Latinoamérica y ninguno de los buenos (crear empleo y eiqueza a los campesinoes del tercer mundo). Un nuevo tipo de explotación hacia los más deseredados; en eso se ha convertido ese tipo de agroenergética.

    Resulta un poco lamentable que cuando en nuestra bitácora (y alguna más) hemos introducido más de diez post sobre lo que está ocurriendo, otros bloggers de mi+d no lean las noticias que conciernen a la acción de la UE en el tercer mundo.

    Cada uno tiene su estrategia pero (….)

    Cordiales saludos

    Juanjo Ibáñez

  2. Precisamente, la I+D constituirá un importante instrumento de las políticas para promover el desarrollo de las tecnologías de biocombustibles existentes y de segunda generación. En la actualidad los tipos que protagonizan el mercado son el bioetanol y el biodiésel, que están hechos con cereales, soja, aceite de colza, caña de azúcar y aceite de palma.

    Los biocombustibles de segunda generación se basan en cultivos no alimentarios, como la paja y la madera de desecho, que son más eficientes desde el punto de vista energético e implican un menor uso de suelo. Además, llevan aparejada una reducción aún mayor de CO2, son más económicos y ofrecen más seguridad energética.

    Podéis consultar más información en http://ec.europa.eu/energy/energy_policy/documents_en.htm.

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