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XXL, la hamburguesa y la publicidad (NUEVO TEXTO)

¿Que pasa con los periódicos de provincias? Pues también, todos han publicado dos historias al menos. Una la presentación de la campaña y la petición que hace la Ministra de Sanidad para que se retire la misma y dos, en menor número, la respuesta de la empresa diciendo que no la retirará.
Pero como buena información ha trascendido nuestras fronteras y en esa búsqueda que antes les comentaba pueden ustedes leer en periódicos mexicanos, colombianos o venezolanos, el problema de una hamburguesa que ofrece más y más.
Si los medios han reflejado esta información a gran escala es porque tras la Ministra cada quien se ha «despachado» a gusto. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA), la Federación Española de Hostelería y Restauración (Fehr) y la Asociación Empresarial de Cadenas de Restauración Moderna (Fehrcarem), entre otras, han sido las más activas. Cada cual defendiendo su postura.
Aclaremos: El punto de partida se inicia con unas declaraciones de la Ministra. «No dice (el Ministerio) qué tipo de comida es buena, mala o regular. En el caso de un flagrante incumplimiento del compromiso nos parece que había que hacer una llamada de atención». Aprovechando que estamos en un debate interesante para el sector, aparecen informaciones acerca del sobrepeso de los españoles, la comida basura, el rieso para la salud…
Este triángulo tiene 3 vértices. 1º La responsable de Sanidad tiene que velar por la salud de los españoles. Y es normal que haga esas declaraciones y más aún que no se saquen de contexto. 2 º Los publicitarios están para trabajar. Hay leyes y las respetan a rajatabla. Ya son bastantes las ofensas que se vierten contra esta profesión. 3º Los consumidores son libres para decidir qué quieren o no comer.
La publicidad española no está en estos momentos para decir que no a ningún cliente. Además, cuando se plantearon esta campaña seguro que nadie pensó que iba a sufrir la petición de retirada. Los esfuerzos de los publicitarios por servir a la sociedad se ven en cada uno de sus trabajos. Algunos se entienden poco o no se entienden. En todo caso, la culpa no es de la publicidad, si es que existe. Dejemos que los usuarios que dicen: «está buena y es barata» decidan. Otros muchos lo hacen por falta de tiempo.
Que pena. Y nuestros cocineros triunfando en Nueva York y en Estados Unidos, cuna de las grandes cadenas de comida rápida. Pues parece que el ejemplo no es bueno.
Nuevo texto:
Todo lo que el anuncio de Burger King no tiene de polémico, según Burger King
Burger King contraataca. Y lo hace creando un blog desde su propia página web. De esta forma, quieren dar respuesta a la polémica suscitada por su último anuncio, que apela a la virilidad para comer hamburguesas y que tiene frases como «soy un hombre, rugiré. Ese doble Whooper me hace feliz».
En ese blog, que ya tiene más de 100 comentarios, hacen una lista de todo lo que el anuncio no tiene de polémico, como que no salen mujeres desnudas, ni mujeres-objeto, ni mujeres en actitudes eróticas, que no hay clasismo, que no hay racismo… Y continúa: «No hay sexo. Esto lo decimos en realidad como queja a Burger King».
Por eso, señalan en el blog que «visto todo lo anterior, parece que estamos hablando del anuncio más aburrido de todos los tiempos: de un spot de cucharas o algo así. Pero el spot no es aburrido, y si tampoco es morboso, ¡a lo mejor es que es bueno! ¿No?».
Lo cierto es que el spot ya ha sido denunciado por el Instituto de la Mujer, entre otras instituciones, por su carácter sexista.
Noticias relacionadas:
– Burger King sigue con la publicidad polémica y ahora apela a la virilidad
– Sanidad solicita a Burger King que retire la publicidad «XXL»
Fuente:
http://www.marketingdirecto.com/noticias/noticia.php?idnoticia=20942
La cartulina parecía ahora un papel transparente lleno de grasa. ¿A qué se debía aquello? –Me preguntó mi hija de 6 años-. Le expliqué que eso sucedía debido a la cantidad de grasa que tenia la hamburguesa que se iba a tomar. También le dije que cuanto más transparente quedara la cartulina más nos iba a engordar y menos nos iba a alimentar la comida. Fue entonces cuando mi hija me dijo que no quería la hamburguesa, ella misma se había dado cuenta de que no era buena para su salud.
Muchos padres no saben que este tipo de comida rápida (sobre todo la que es especialmente grasienta, como la hamburguesa XXL) es perjudicial para su salud y la de sus hijos. En otras ocasiones, sí advierten el peligro pero es más sencillo permitir al niño hacer lo que le da la gana que escucharle protestar. Y por otra parte, se encuentran los padres que deciden no dejar comer a sus hijos ese tipo de cosas y por eso les hacen ver que no es buena para ellos, como en el caso del principio.
Ante esta diversidad de actitudes se nos plantea un dilema: ¿Hay que prohibir la publicidad de los alimentos u otros productos nocivos para la salud? Por un lado podríamos afirmar que es necesario que se retire este tipo de publicidad que fomenta la compra de productos dañinos para las personas. Pero por otro lado, hemos de darnos cuenta de que nos encontramos en un país libre y podemos anunciar todo tipo de productos, obviamente siguiendo siempre un código deontológico. Todo esto se puede solucionar permitiendo dichos anuncios, pero siempre ha de quedar claramente expresado el daño que causan a la salud. Por esta razón, en el caso de las hamburguesas XXL los anuncios que las promocionan no deben retransmitirse en horario infantil, puesto que los niños no saben todavía lo que es bueno o malo para ellos.
Si se prohibiera hacer este tipo de anuncios se estaría privando de algún modo la capacidad de elección del ser humano y, por tanto, su derecho inalienable como ser libre. Pues el hombre es libre para elegir lo que quiere hacer con su vida y lo único que puede hacer la Agencia Española de Salud Alimentaría (AESA) o la Ministra de Sanidad es advertirle de los peligros que conlleva hacer ese tipo de elecciones.
Es increíble el gran debate que ha suscitado el nuevo anuncio de Burger King con su hamburguesa XXL, sobretodo cuando la publicidad, desde sus inicios, nos ha
mostrado, de una manera u otra numerosos productos no demasiados buenos para la salud.
Está claro que la gran mayoría de nuestros comentarios van a ir a defender por encima de todo a la Publicidad; ¿Quién querría tirar piedras sobre su propio tejado? Aun así, creo que como todos, voy a intentar ser lo más objetiva posible, porque si de algo somos todos conscientes es de que en la publicidad nada es lo que parece (no, no se miente, se esconde con recelo y se maquilla un poco la verdad para mostrarla más agradable y apetecible).
Este caso es igual, o incluso peor. Me extraña enormemente que el tema principal del debate sea el tamaño de la hamburguesa, del que por supuesto voy a hablar, y no tanto el carácter notablemente sexista del que se hace gala.
¿Quién tiene la culpa de que haya salido a la luz este anuncio?
-¿Los publicistas? Que, como bien reconoce el artículo, no están precisamente para rechazar ofertas. Quizá, pensarán muchos, deberían quedarse en la calle en vez de, una vez más, "mojarse", como no se hace en ningún otro trabajo, y cumplir las expectativas de sus clientes.
-¿El vendedor/ El creador? Aquel que crea un producto nocivo que todo el mundo come y del que todo el mundo se queja..
-¿Quizá la Ministra de Salud? Porque permite la emisión de estos spots de "comida basura" y debería prohibirlos..
-¿O seremos nosotros, los consumidores? Porque jugamos a dos bandos, comemos semanalmente en establecimientos de comida rápida y aún nos queda sitio para quejarnos de ésta.
Bajo mi punto de vista, todos tenemos parte de culpa. Los publicistas y vendedores por no incluir en los anuncios el grado de nocividad del producto; la Ministra de Salud por
no alertarnos; y sobretodo los consumidores..por no ser capaces de mirar por nosotros mismos y elegir lo que más nos convenga, al fin y al cabo, tenemos la última palabra.
Muchos son los que proponen como solución a este problema que se prohíba la emisión de los anuncios que publicitan productos dañinos contra la salud, idea con la que tampoco estoy de acuerdo. Creo que en pleno siglo XXI el hombre es totalmente libre para elegir qué desea y qué no, para aceptar unos productos y desechar otros..y que con un poco de cabeza todos podrían ejercer su profesión: el creador crea su producto, el publicista nos ofrece el anuncio, la Ministra nos alerta de su grado de nocividad y/ o sus ventajas, y el consumidor se deja convencer por quien él decida. ¿Qué sería de la
publicidad si sólo se anunciasen aquellos productos que sólo nos hacen bien? Que desaparecería, que sólo veríamos anuncios de frutas y verduras..porque todo lo
demás ejerce un efecto negativo en nuestras vidas.
Sinceramente, creo que el problema está dentro de nosotros mismos, que en más de una ocasión hemos dejado que la publicidad actúe por nosotros y se haga dueña de nuestra realidad, sin pensar que nosotros somos los que elegimos. La publicidad nos enseña, y nosotros decidimos qué queremos aprender.
SILVIA SEGADE SIMÓN 1ºB PUBLICIDAD Y RRPP (UCM 2006)
En 1996 se creó la Asociación de Autocontrol de la Publicidad, para que los publicistas controlaran los anuncios polémicos para evitar denuncias. Pero a partir de ésta han surgido muchísimas más normas de regulación publicitaria.
Esto me parece bien por una parte, debido a que hay anuncios que realmente pueden herir la sensibilidad del consumidor, pero las quejas de asociaciones contra los anuncios son exageradas, buscan el “huequecillo” para intentar buscar la polémica y estropear los anuncios, pero pensemos. La polémica esta unida a la publicidad, ya que para que triunfe un anuncio: ¿no deben ser impactantes y llamar la atención del consumidor?.
Si nos ponemos en plan “inquisitorios” lo que vamos a conseguir es que los creativos publicitarios hagan anuncios sosos y simples, que no se arriesguen y que estropeen por completo el “mundo de la publicidad”.
La polémica no ha surgido ahora con las hamburguesas XXL, partiendo de que el anuncio es bastante “cutre” , viene de antaño, voy a poner varios ejemplos de anuncios que han suscitado polémica, sólo algunos porque si pusiera todos podríamos estar aquí medio siglo.
– El anuncio de Cola-Cao en el que la madre de Dani Pedrosa lo anunciaba, o el de Rafa Nadal actual son polémicos y deberían ser censurados según la legislación actual, pues un niño podría pensar que si toma Cola-Cao se convertirá en estrella del deporte.
– Actimel, producto lácteo, también es objeto de la ira de los espectadores. La protesta se produce porque se señala que el preparado contiene “más de 10 mil millones de razones que ayudan a tus defensas", señalándose también en otro momento que sus fermentos "activan las defensas naturales", "ayudan al colon en su función" y "cuidan la salud del intestino". La reclamación recuerda que la Ley señala que no se puede atribuir “a un producto alimenticio propiedades preventivas, terapéuticas o curativas de una enfermedad humana, ni mencionar dichas propiedades”. En este caso estoy de acuerdo un producto no debe atribuirse cualidades falsas.
– La multinacional Heineken tuvo que retirar un spot de la cerveza Águila Amstel en el que una charla de fútbol culminaba con una expresión que hirió a los colectivos de gays y lesbianas: ¡Pero si es un tío!, cuando se daban cuenta de que la supuesta chica del anuncio era un transexual.
El organismo que dictaminaba si esto era correcto o no falló contra el spot, lo consideró ofesivo. Heineken recurrió, pero en la espera suspendió la emisión. En mi opinión este era un anuncio gracioso, no tenía por qué sentirse nadie mal. Es sólo un anuncio.
– El anuncio de Axe, el famoso “marcales el camino”, o el llevar el recuento de a cuantas mujeres habían conquistado , también fue polémico, e incluso tuvo que suspender su emisión por ofender a un colectivo de mujeres, que decían que trataban a las mujeres como “putas”. Axe tuvo que marcar unas horas a partir de las cuales se podía emitir, e incluso otros spot los tuvo que suspender, TVE prohibió uno de ellos. Este anuncio en mi opinión era muy gracioso, ningún hombre tiene por qué ver ese anuncio y creerse “gigoló” ni ninguna mujer tiene porque sentirse ofendida con un anuncio que pretende engatusar al hombre.
– Voy a citar un caso italiano, si lo piensan es bastante gracioso, que fue denunciado por una asociación ultracatólica. El actor Rocco Siffredi (actor de películas con alto contenido sexual) anunció unas patatas. El anuncio decía: “A lo largo de mi vida he probado muchas patatas gustosas, fragantes…”, salía él en albornoz y le iba dando patatas a algunas mujeres, parece un anuncio normal pero resulta que “patata” es usado vulgarmente en Italia para decir órgano reproductor femenino, y de aquí vino la polémica. A mi me parece un anuncio atrevido que ha sabido buscar el juego de palabras y a su vez unirle un juego de imágenes.
Si todos los anuncios que resultan algo graciosos son denunciados por asociaciones de lesbianas, de gays, de madres… o por la misma ministra de sanidad como es en el caso de la XXL de Burger King, nos vamos a quedar sin anuncios divertidos o impactantes, pues ninguna empresa va a hacer campañas con anuncios de este tipo, arriesgándose a que sean censurados después de haber pagado “millonadas” por ellos.
En mi opinión el consumidor debe saber censurarse el mismo y saber que es ficción y que es la realidad, en el caso de Burger King pienso que deberían ser sinceros mostrando las calorías que lleva este producto y veo bien que si no las han puesto la ministra lo rebata y avise, y les denuncien, pero lo que no veo normal es que censuren el anuncio.
“Personas que saben lo que quieren, que buscan lo que quieren y que demandan lo que realmente buscan en la vida”. “Un himno a la libertad de expresión y tributo a todas aquellas personas que disfrutan de su capacidad de elección en la vida".
Con esta frases, cogidas del “blog”,que Burger king ha abierto para que los consumidores opinen sobre su anuncio de la hamburguesa Doble Whopper, se demuestra claramente que la publicidad no es la culpable de anunciar determinados productos. Vivimos en una sociedad dotada de una gran información que nos permite saber de todo y mantenernos informados por lo que nuestra capacidad de elección se hace más rigurosa y cuando decidimos por ejemplo, comer una hamburguesa sabemos perfectamente lo que estamos consumiendo. Por lo que por mucho que la publicidad nos lo quiera vender de otra manera, nosotros, consumidores, somos capaces de distinguir que la publicidad está para vendérnosla,y que muchas veces se camufla y disfraza la verdad. Por lo que el papel de la publicidad está supeditada a servir al cliente, y vender lo que este le proponga. A día de hoy , todo lo que se anuncia son productos legales, si perjudican o no a la salud no es responsabilidad de la publicidad. Todos sabemos que ciertos productos no son buenos, son insanos , ya no sólo hablo del tabaco, alcohol… sino de aquellos alimentos poco nutritivos que nos vende pero que en cualquier caso son productos demandados por nosotros sabiendo en todo momento la porquería que nos comemos.La solución no está en la publicidad ya que una agencia ante todo es una empresa que no va a consentir peder dinero por un producto que perjudique o no la salud , él lo único que esta haciendo es su trabajo , vender algo que es legal en la sociedad. Si estuviese vendiendo algo ilegal sería muy cuestionable, pero no se ha dado el caso por lo que no hay ningún argumento de peso por el que la publicidad tendría que se responsable con la sociedad .
En el caso del anuncio Doble Whopper(xxl) en cuanto al anuncio en sí, no tendría que retirarse porque creo en la libertad de expresión aunque se califique de "cavernícola" por el Instituto de la Mujer, cada uno puede expresar lo que crea conveniente ya que si hemos construidos una sociedad de está manera y hacemos un llamamiento a la libertad siempre que podemos , no entiendo porqué vamos a retirar el anuncio, nos estaríamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado. Ahora bien, sí estaría conformen con retirar el anuncio, como dice Ministerio de Sanidad y Consumo, si Burger King como empresa firmó por dos veces un acuerdo comprometiéndose a no promover las raciones grandes, ya que lo que esta haciendo es un incumplimiento de contrato que no tiene nada que ver con lo saludable o no de la hamburguesa . Porque si Burger King no hubiese firmado ese acuerdo , nadie habría dicho nada y la hamburguesa hubiese continuado siendo insana para el consumidor.
La publicidad es un elemento muy eficaz en está sociedad, pero sabiendo que su único fin es vender , y ese es rol que desempeña. Y que depende de nosotros el uso que hagamos nosotros de los productos. El problema reside en la capacidad de elección del individuo y en el conocimiento de lo que se elige en cada momento.
De nuevo la publicidad vuelve a ser el centro de la polémica tras la emisión de la campaña de hamburguesas XXL de Burger King. Si ya de por sí el consumidor tiende a tener una mala imagen de la publicidad sólo faltaba la petición de la Ministra de Sanidad, Elena Salgado, para la retirada de dicho anuncio. Burger King se ha lucido con su impresionante hamburguesa XXL, aunque en mi opinión lo que realmente es XXL es la polémica que se ha formado tras la emisión de este anuncio.
Desde el punto de vista de la ministra está bien (más bien es su deber) preocuparse por la salud de todos los españoles; ya que últimamente se habla tanto de los altos índices de obesidad que se dan en nuestro país, es muy comprensible que, ante ese anuncio, se intente por todos los medios evitar este tipo de publicidad sobre todo en el sector infantil que todavía no alcanza a preocuparse por su alimentación.
Burger King parece que ha dejado bien clara su postura. No solamente por el hecho de no retirar su anuncio, sino por lanzar uno similar anunciando la “Triple Whopper”, o comentarios que aparecen en su página web (www.burgerking.es) tales como “Porque a veces se necesita mucha más fuerza, cómete dos enormes y jugosas porciones de carne hechas a fuego (…)” o “(…) te darán toda la energía que necesitas para "comerte el mundo". Y lo cierto es que con la cantidad de calorías que sus hamburguesas proporcionan te puedes comer el mundo y mucho más. A Burger King le da igual que te puedas morir por un aumento de colesterol, o en tu casa de viejecito. Ellos de lo único que se preocupan es de promocionar sus productos.
La realidad es que nos gusten o no las hamburguesas de esta cadena o nos parezcan poco saludables, el anuncio lo único que hace es eso, anunciar, su producto. Creo que los consumidores somos lo “suficientemente mayorcitos” como para decidir si la consumimos o no, y en el caso de los niños, para eso también están los padres.
Si la hamburguesa como tal y no la cantidad fuera un alimento perjudicial para la salud tampoco creo que se debería formar tanta polémica; total, se permiten anuncios de tabaco o de bebidas alcohólicas que todos sabemos que muy beneficiosos para la salud no es que sean.
También está el caso de productos como Actimel, cuyo anuncio ha sido criticado porque todos los supuestos beneficios que proporciona no están comprobados. En este caso si que me parece conveniente que las autoridades tomen partido, ya que una cosa es anunciar un producto y otra cosa es añadirle propiedades magníficas comprobadas por no sé cuántas universidades del mundo, que en realidad nadie sabe cuáles son.
Otro anuncio criticado es el famoso anuncio en el que aparecía la madre de Dani Pedrosa diciendo que su hijo de pequeño tomaba Cola-Cao y le proporcionaba la energía para ser campeón del mundo, y esto nada tienen que ver con las características nutricionales del producto.
A este paso, dentro de poco no se podrá anunciar nada porque todo podrá ser malinterpretado por niños, ancianos o estudiantes. El problema es en dónde está el límite entre la libertad de expresión y el velar por la salud pública. En mi opinión la publicidad es lo que es, publicidad. Y su objetivo no es educar a los niños sobre sus hábitos de alimentación sino promocionar sus productos. Y siempre y cuando no proporcione datos erróneos al consumidor deberían respetar la libertad de expresión. El Estado en cambio, es el que realmente debería educar en esos hábitos alimenticios a la población para que en un futuro puedan escoger por ellos mismos si consumen unos determinados productos o no.
La ética y la publicidad, tienen que ir de la mano, ya que como norma general, deberían complementarse, en vez de contradecirse. En pocas campañas publicitarias hemos visto que esto suceda. No creo que el anuncio de la campaña de la hamburguesa XXL sea un buen anuncio, ya que da a destacar las características de algo verdaderamente insano, grasa, cantidad, etc.…Pero si la empresa quiere anunciar o promocionar durante un periodo de tiempo esa campaña, es porque estadísticamente saben que la gente la comprará más y aunque sea XXL, como se dice, dará beneficios a la empresa.
Por mi parte, no creo que sea del todo ético anunciar algo malo para la salud, pero hoy en día, se anuncia cualquier tipo de cosa, ya sea alcohol, comidas insanas etc.…
Todos rechazamos los anuncios que no sean buenos para la salud, pero yo me pregunto: aun sin anunciar las hamburguesas XXL, ¿La gente dejaría de tomar hamburguesas grandes? Quizá se tome pequeñas, pero una cantidad no muy moderada…
Creo que la gente sabe lo que es beneficioso o no para su cuerpo y organismo, y aunque la publicidad influya a la hora de tomar nuestras decisiones, somos nosotros, los consumidores, los que decidimos lo que este bien o esta mal en la toma final.
Respecto al punto de vista de si las agencias deberían prohibir esto o están en manos de sus clientes…Hay que tomarlo todo con ética moral. Se sabe que el objetivo de cualquier empresas es aumentar sus beneficios en la medida de lo posible, y para eso, casi siempre se hace lo que el cliente desea, sean o no sus exigencias, causantes de determinados problemas éticos y morales. Sí, estoy de acuerdo de que la empresa tiene que ceñirse a lo que quiere su determinado cliente, en este casa la empresa Burguer King, pero sabiendo que van a realizar es una campaña publicitaria para incitar a la gente a que se adentre en el “mundo mágico de las hamburguesas XXL” deberían, pararse y reflexionar un poco. Quizá haciendo el anuncio un poco más nivelado entre lo que quiere la empresa y lo que quiere la gente, pero no dando las cantidades que se dan de calorías que tiene dicha hamburguesas e incitar al publico de que se coma dicha hamburguesas diariamente.
Si justificamos las dos preguntas anteriores desde el punto de vista de sanidad, supongo que éste echará más la culpa a las agencias publicitarias, que a la empresa en sí, ya que la finalidad la hace la agencia publicitaria que pone en los medios de comunicación dicho anuncio incitador a “la mala vida”. Por parte de sanidad, las agencias deberían tener el listón más alto en la ética del trabajo, y no solo pensar en los beneficios que puede traer dicha campaña, porque quizá se olvidan de los problemas que puede traer, como está pasando con esta.
Sin embargo por parte de la publicidad, será al contrario. La publicidad hace el trabajo que le ordenan. Que sea sano, insano, eficaz o ineficaz se verá de cara al público. Si una empresa te manda hacer una campaña, tú como agencia debes hacerla. Quizás alguien, piense un poco más en la ética del trabajo, pero muchos de las campañas publicitarias que se dan hoy en día son para anunciar productos o servicios perjudiciales para la salud y las personas. Entonces, si nos negamos a hacer la campaña publicitaria de la hamburguesa XXL, ¿Por qué no negarnos a las otras? La publicidad no es el causante de ningún mal, solo es el medio por el cual se llega ese supuesto mal, a partir de los medios de comunicación.
¿Debe el Estado protegernos de nosotros mismos prohibiéndonos opciones de consumo o comportamiento?
Está claro que una ministra de Sanidad está en su obligación cuando alerta de malas prácticas nutricionales, mercantiles o publicitarias, de acuerdo a los compromisos firmados por las cadenas de restauración y las instituciones, pero en este caso, Elena Salgado, cruza el límite al pedir que se retire el producto.
El problema no está en esta hamburguesa de 900 calorías y mucho menos en su publicidad. Si nos pusiéramos a medir las calorías de los alimentos veríamos, por ejemplo, que una porción de tarta de fruta contiene 535 calorías, imaginaos si se quiere repetir, o cuántas calorías consumimos cuando comemos en un asador, ¿se debe retirar el chuletón del menú? o¿ si pides cochinillo no te dejan tomar postre por las calorías que ingieras?
Lo que se debe cambiar son los hábitos alimenticios. Cualquier cosa en exceso se convierte en nociva pero no por ello dejamos de consumirla y mucho menos de publicitarla.
¿De qué serviría retirar una o dos hamburguesas del mercado?
¿Cómo educaría eso a la población?
Yo quiero destacar la manía sistemática que tiene la gente hacia los publicistas y hacia su trabajo. Porque su labor consiste en actuar de intermediario entre la empresa, que quiere vender un producto y los posibles compradores. Sin embargo, me propongo subrayar, la importancia de que haya un equilibrio entre la publicidad y la realidad, es decir, que el anuncio no confunda, ni encañe, para que el consumidor no termine con la sensación de haber sido estafado. Cuando esto ocurre, la marca pierde toda su fiabilidad y con ella miles de compradores. Además el consumidor termina por meter a todos los anuncios en el mismo saco, “estafa”. La polémica campaña de la hamburguesa “XXL”, si bien, para mi gusto no es de las mejores, sólo hace lo que cualquier otra, inducir al consumo.
Con respecto al cuidado de la salud de los ciudadanos, mi opinión es que la Ministra de Sanidad se equivoca al pedir que retiren la campaña publicitaria; lo que tiene que hacer es sancionar a la empresa de hamburguesas por incumplir los pactos firmados a favor de la Estrategia Naos. Como lo pactado en el artículo 5 por la Asociación Empresarial de Cadenas de Restauración Moderna (FEHRCAREM):
"Raciones gigantes: las empresas de FEHRCAREM, con el objeto de no promover la ingesta excesiva de alimentos, se comprometen a no incentivar el consumo de raciones o porciones individuales gigantes".
Lo que la Ministra, según mi punto de vista, tendría que fomentar, es una educación basada en hábitos saludables. Pero no dirigida a los niños, pues ellos no ven los problemas a largo plazo; sino dirigida a los padres, que aún sabiendo la cantidad de grasas saturadas que tienen las hamburguesas, no reparan en comprárselas a sus propios hijos sin ningún control.
Por último, opino que no debemos dejarnos llevar por estas empresas de “comida basura” americanas, pues precisamente EE.UU. no es un buen ejemplo de salud ni de comer de un modo equilibrado. Creo que es un problema ya común en España exportar buenos productos, como tantos y tantos buenos cocineros, e importar productos de baja calidad sólo porque son baratos. Esta es la mayor baza de estas compañías, lo barato, ya sea bueno o malo. Casi siempre malo.
Irene Chinchilla Molina 1ºA UCM 2006
¿Hasta qué punto debe el estado controlar a los ciudadanos?.
Está bien que se enseñe a los niños a alimentarse saludablemente y a disfrutar de la dieta mediterránea para evitar el sobrepeso y todas las enfermedades que conlleva, pero de ahí a que se controle el número de kilocalorías que pueden dar en sus raciones Burger King o McDonalds me parece que no viene a cuento.
El Gobierno puede exigir que las carnes, aceites y grasas que se usen tengan determinadas calidades y eso debe controlarlo, pero ahí termina todo, porque si no, tambien podría exigir que en los buffets libres no se pudiesen coger mas de un filete, dos croquetas o un helado, o que en los asadores los chuletones no pasasen de 300 gramos, o impedir que la gente repita el postre y así podemos seguir poniendo ejemplos hasta el infinito, en fin, absurdo.
Cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera, mientras no moleste a los demás y si quiere comerse 3.000 calorías de una sentada, lo iba a hacer igual aunque tuviese que tomar dos raciones de 1.500 y el Ministerio de Sanidad tiene otros problemas mucho más importantes a los que atender, como puede ser la salud bucodental que no la cubre la Seguridad Social, o la atención a las enfermedades psiquicas o al Altzheimer, o las listas de espera, etc.
Por otro lado con la campaña que se ha montado contra la hamburguesa triple puede ocurrir que la juventud que se caracteriza por su rebeldía acabe acudiendo a los burger aunque sólo sea por llevar la contraria y porque al no disponer de demasiado dinero la relación caloría/precio aquí es mucho mas favorable, aunque no lo sea la relación caloría/calidad o caloría/salud que, por supuesto, sería mucho más alta si Sanidad expidiese recetas de bocadillos de jabugo.
Por último, al hablar tanto del asunto en los medios de comunicación se ha conseguido que la hamburguesa triple de Burger King esté en boca de todo el mundo, con lo cual el ministerio ha potenciado la campaña publicitaria.
Como suele ser habitual, la publicidad de nuevo, es uno de los principales problemas, tras el anuncio de la nueva hamburguesa XXL de Burguer King.
En mi opinión, la Ministra de Sanidad, está en su obligación de alertar a la sociedad de todas las sustancias nocivas para su salud, (en este caso alimentos); pero creo que lo ha exagerado queriendo prohibir la campaña.
Es muy fácil decir que la publicidad es la culpable porque incita a las personas a consumir un alimento que supera las 900 calorías, lo que supone una excesiva cantidad de grasa para nuestro organismo, un gran peligro. Y esque, la obesidad, es uno de los grandes problemas de la sociedad de hoy en día; que supone un gran número de muertes al año y graves problemas de salud que se muestran visibles desde la infancia (el número de niños obesos ha aumentado también considerablemente).
La Ministra de Sanidad tiene la responsabilidad de informarnos acerca del producto y de las consecuencias tan peligrosas que puede traer su consumo, porque esta información muchas veces se nos oculta o en el caso de los niños; no entienden el peligro que puede producir una hamburguesa tan bien presentada.
Pero de todas formas, la culpa en ningún caso es de la publicidad, porque los publicistas simplemente hacen su trabajo; nos presentan el producto con el fin de llamar la atención del consumidor, pero para nada te obliga a comprarlo.
La publicidad simplemente te ofrece y muestra el producto y como es lógico tendrán que hacer una buena presentación de éste (que para eso les pagan), que llame la atención del consumidor y le atraiga; pero el que tiene la última palabra es el consumidor, y él decide si lo compra o no.
Además la sociedad actual, está bastante informada y capacitada para eligir (a pesar de las consecuencias que pueda traerle), aunque en el caso de los niños, son los padres los que deben actuar ya que ellos no saben de que va todo eso de las calorías…, ellos no se fijan en eso, no le dan importancia, por lo que esto si sería una razón de apoyo para la Ministra de Sanidad (no prohibiendo solo la campaña, sino la propia hamburguesa). Pero yo creo que lo que de verdad es malo es el exceso del consumo de tantas calorías
porque no solo una hamburguesa puede contener ese nivel excesivo de grasa, sino que estamos rodeados de una gran cantidad de alimentos grasientos y con altas calorias pero la decisión final está en el consumidor; él es el que debe controlarse y cuidar su salud.
Si tuviesemos que encontrar un culpable, no sería en ningún caso la publicidad, sino la proipia empresa por vender ese tipo de productos.
Almudena Martín Guerrero 1ºB- Publicidad UCM 2006
Llevamos muchos años viendo como la publicidad influye en nuestras vidas, mejor dicho en nuestras decisiones, pero tan solo influye, no obliga. Yo por ver un anuncio de una prestigiosa modelo , que por supuesto sale perfecta gracias a ese producto , no lo compro, quizá me pueda llevar a buscarlo en la tienda pero allí también puedo ver otros productos similares y es mi bolsillo quien me ayuda a decidir. En el caso de la hamburguesa… quizá el producto que nos quieren vender es nocivo para la salud…pero, ¿acaso no lo es el tabaco?. Además los anuncios de estas cadenas de comida rápida siempre juegan con la imágen de sus hamburguesas.. o quién no se ha recriminado, con esas hamburguesas y sobre todo con las típicas hamburguesas de un euro, que eso te deja igual que estabas y sin embargo viendola en los carteles parece que te va a saciar para todo el día. Pero es lo normal, yo si quiero vender algo resaltare todo lo que pueda atraer al público. Sin llegar al punto de la publicidad engañosa.
Además los publicistas como ya casi todos hemos comentado , solo ofrecen un producto… cada cual es libre de elegir si lo quiere o no. A nadie le gustará vestir una XXL, ¿no? pues no te compres una hamburguesa de esa talla, tan simple como eso. Pero también vemos que hay muchas personas que no se quedan satisfechos con una hamburguesa de un tamaño normal y saludable, sino que necesitan 2, quiza esto sea peor.
Respecto a un comentario que hace referencia al documental Super size me. Como bien ha dicho su autor trata de un chico que se pasa un mes comiendo en estos restaurantes y lógicamente engorda una barbaridad, le cambia el estado de ánimo y muchas cosas más. Pero es que ¿ a qué persona "normal" se le ocurre llevar esa dieta? Sin mostrar este estudio todos sabemos que es una bomba para el estómago. Pero ¿y si me paso un mes ingiriendo unicamente zumo? o ¿ lechuga ? o ¿ queso y leche ? (y asi podria seguir escribiendo alimentos sanos y buenos para el organismo..), pues lo mismo, que tendría carencias de todo tipo. Vale que es más peligroso la dieta de las hamburguesas, pero todos los extremos y excesos no son buenos. Ya es sabido por todos que lo bueno para la salud es una dieta equilibrada, rica en alimentos de todo tipo y en cantidades adecuadas a la persona.
Además este anuncio ya deja bien claro con XXL, a que público quiere captar. Dejemonos de tonterias a un niño le atraen los muñecos y los juguetes en general, no una super-mega hamburguesa 100% vacuno. El famoso Happy meal o en Burger King el área kids o junior con el menú monster o cosas así es lo que esta dirigido a los niños, estos menús traen además de una hamburguesita, unos yogueres aompañando (danap, danao petit suisse, etc) y por supuesto un JUGUETE. No soy madre…pero he sido niña y sinceramente, dirigiendome a todos los padres preocupados, eso atrae muchos mas a un niño.
Para darle más bombo a esta polémica he leído por internet que también quieren prohibir el anuncio de Casa Tarradellas porque un niño se come una pizza entera y en tan poco tiempo que a la abuelita no le da tiempo ni a verle ( http://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/104962/11/06/Economia-Empresas-FACUA-pide-la-retirada-del-anuncio-de-Casa-Tarradellas-en-el-que-un-nino-se-come-una-pizza-entera.html ) . Sinceramente… al ver ese anuncio en qué momento te paras a pensar " ¡ Dios mio ! A ese niño le va a dar algo, una pizza en 1 segundo, que le lleven al hospital! " o peor aún .. " ¡Quiero ser como el niño de Casa Tarradellas que es capaz de comerse él solo una pizza entera y en un tiempo record! " . Por favor, pongamonos serios y ante todo situandonos en la realidad que nos rodea. Estamos ya en el siglo XXI y todos sabemos, aunque sea lo mínimo, sobre lo que nos hace bien o mal al organismo. La pena es que haya gente sin personalidad.
Y para ir terminando simplemente decir que es nomal que la ministra de sanidad se queje, al menos así vemos que hace su trabajo pero quizá si lo que es perjudicial para la salud es el producto, lo que tienen que retirar es este y logicamente el anuncio desaparecerá. Si esta permitida su venta será por algo, aunque para nada soy partidaria de alimentos como este. Tan sólo pedir a la ministra que procure que la dieta americana no se establezca en España porque la obesidad aumentará mucho más que las hamburguesas del Burger King ( y aviso que ya tienen hasta tres filetes de carne). Respecto a los publicistas, ellos tan sólo hacen su trabajo y ponen todas las ganas o "toda la carne en el asador" para atraer al consumidor ,ya que para eso les pagan. Asi que siento deciros, consumidores del mundo, que la decisión la tenemos nosotros. Somos libres y ante todo inteligentes, tampoco permitais que pongan esta segunda característica en duda.
Raquel García Onrubia 1ºB UCM 2oo6
RUPTURA DEL PACTO
La gran espectación mediática que se ha creado con la campaña del Burger king radica en la ruptura del pacto, del acuerdo con el Ministerio de Sanidad en el que la publicidad se compromete a no incitar a comer raciones XXL o gigantes, inadecuadas para una dieta sana y equilibrada. Con este anuncio queda roto el compromiso que mantenían y si no se llevan a cabo medidas otras muchas empresas pueden comenzar a saltar las barreras marcadas y perder toda moralidad.(En este caso los publicitarios no tienen la culpa, son las empresas y grandes multinacionales en su afán de enriquecerse sin escrupulos)
Es necesario recordar que si se come una hamburguesa XXL de manera esporádica no se engora, siempre y cuando se lleve una dieta equilibrada que consiste en comer de una manera compensada y propocionada, esto es muy difícil hacerselo entender a un niño encandilado con el producto que acaba de ver, sea una hamburguesa, bollo,gominola… es por ello el momento adecuado en el que los padres deben intervenir orientando y educando a sus hijos, algo tan sencillo y a la vez tan difícil, por ello creo que si la publicidad es capaz de vender millones de productos y servicios, no estaría de más que ayudase a los padres en esta dura tarea y juntos guiar a los niños hacia habitos más saludables, afortunadamente el Ministerio de Sanidad casa vez fomenta más los spot dirigidos hacia los niños como el de "Despierta, desayuna" u otros dirigidos hacia los adolecentes y jóvenes que advierten sobre los peligros de las drogas, el tabaco… ya que estos son otros de los factores que perjudican a la salud y al desarrollo de los niños.
¡VIVAN LAS HAMBURGUESAS! Parece que siempre están en boca de todos.
Ya no sólo con el anuncio de la XXL, sino que además, hace unos cuantos días apareció en los periódicos una noticia en la cuál el ministerio de Sanidad quiere que se quite el spot de la doble whopper (porque según ellos incumple la estrategia para la nutrición, la actividad física y la prevención de la obesidad, “NAOS”).
Y yo me pregunto: ¿Desde cuándo los ministros se preocupan por nosotros?
Visto lo visto, mejor que ni se preocupen, porque para una vez que lo hacen somos los publicistas los que tenemos la culpa de todo. Nosotros hacemos los anuncios, pero son las compañías las que aceptan ese tipo de publicidad para la venta de sus productos, ¿Por qué no las atacan a ellas?
Con esto no me estoy poniendo de parte de los publicistas, ellos tienen parte de culpa, pero que pueden hacer, es su trabajo. Si les encargan una campaña la tienen que hacer, si no la hacen se la pasaran a otra agencia y se quedarán sin trabajo.
Desde luego tampoco le voy a quitar importancia al hecho de que cada día aparecen nuevos alimentos que contienen una enorme cantidad de calorías, y aunque en los telediarios y en la prensa suele aparecer noticias relativas a la obesidad que se sufre en los países desarrollados, no es suficiente. ¿Por qué el ministerio de sanidad en lugar de quitar toda esa publicidad que es perjudicial para nuestra salud, no intenta (por ejemplo mediante anuncios) fomentar la comida sana? ¿Por qué no facilitan mas ayuda para aquellas personas que sufren de obesidad y tienen que esperar 6 meses o más para ser operadas?
Es muy sencillo quitar un anuncio, pero con eso no están solucionando el problema del que supuestamente se están preocupando: la obesidad.
Sinceramente, creo que no va a servir de nada quitar todos los anuncios que salgan en televisión de estas características. La gente optará por consumir o no este tipo de productos estén o no anunciados en televisión; que se dejen de tonterías y de culparse los unos a los otros y que intenten hacer algo, como por ejemplo: fomentar la práctica de ejercicio o enseñar a comer bien.
El trabajo de un publicista no es hacerse responsable de la educación y salud de la sociedad , sino promocionar un producto para obtener un resultado económico. Por ello, la responsabilidad y la libre elección del consumidor es lo primero; los publicistas pueden inducir pero no son quienes poseen la última palabra, ya que es el consumidor quien al final ha de debe dar supremacía a sus intereses y a su salud frente a apetitosos anuncios consumisatas.
La cantidad de calorías que tiene un hamburguesa, así como que el tabaco puede matar y que el alcohol es perjudicial, es evidente y y no algo nuevo;ninguna campaña publicitaria debería afectar nuestra forma de pensar. Por ello defiendo que la publciadad tenga libertad de expesión y el consumidor debe ser responsable y mantener su forma de pensar independiente frente a los anuncios ya que si somos vulnerables y nos afecta de forma tan directa uan campaña publicitaria sobre algo como comer una hamburguesa XXL, el futuro de nuestra sociedad ¿donde va a llegar?
El sobrepeso de los españoles, la comida rápida y otros aspectos que aquí no se mencionan, como la elevada consumición de alcohol son factores que van a seguir igual independientemente se anuncien en campañas publicitarias o no, ya que hoy en día se tiene más en cuenta lo que se puede que lo que se debe de hacer y esto viene en parte dado porque aquello que crea polémica y que se nos prohibe o se nos desaconseja hacer es lo que más nos suscita interésy ganas de probarlo, ya que al parecer lo que le gusta a esta sociedad son los retos.
Por otra parte, es ciertamente lamentable que nuestros mejores cocineros triunfen en New York, pero no es menos cierto que lo que lo que denominamos comida rápida está al alcance de todas las economías, mientras que a los mejores restaurantes solo puede acceder una selecta minoría. Especialmente, es la juventud la que accede a la consumición de estos productos y se debe principalmente a su falta de recursos, aunque pese también la moda por consumir este tipo de alimentos.
Cabe destacar, que suena muy bien decir que la sociedad debe ser responsable y no dejarse influenciar por campañas publicitarias. pero ciertamente no es así ya que los consumidores son propensos a dejarse engatusar por los anuncios, por lo que los publicistas deben también ser responsable y evitar publicar anuncios perjudiciales.
Finalmente, es dificil conocer que es lo más correcto para todos,ya que existe una clara contradicción entre la vulnerabilidad de los consumidores y la libertad de expesión de los publicistas.
Amanda Garcia de Nicolás ( 1º Publicidad y RR.PP.)
En mi opinión, el ministerio se equivoca a la hora de señalar a la publicidad como única culpable de que los consumidores prefieran una serie de productos alimenticios a otros, más sanos. Por otra parte, defiendo su papel sancionador frente a la empresa Burguer King por incumplir un pacto que intenta regular las calorías y grasas de la alimentación.
Creo que el papel del ministerio de salud debería aconsejar o recomendar una serie de alimentos y desaconsejar aquellos que crea necesario. Pero siempre desde un punto de vista que no intente imponer ninguna dieta específica a nadie, ya que cada uno está en su libre derecho de comer lo que quiera; al igual que la publicidad tiene una libertad de expresión. En parte, opino que se culpa a la publicidad por el simple hecho de tener un culpable que a nivel social y en el ambito de las comunicaciones produce un gran revuelo. La ministra de sanidad debería dejar claro que Burgen King, lo que debería de hacer, no es censurar la campaña publicitaria, ya que de este modo empezariamos un bucle en el que la libertad de expresión, por la que se ha luchado ferozmente en el pasado quede totalmente controlada por el estado, al igual que ocurre actualmente en EEUU. Si los consumidores quieren consumir un número determinado de grasas lo van a seguir haciendo, en vez de comprarse esa hamburguesa lo que harán es comprarse tres pequeñas. El ministerio de sanidad debe informar de las negativas del producto y concienciar a los ciudadanos.
Ja, ja, ja. ¡Bravo por los publicitarios de Burger King! No sólo han conseguido un incremento del consumo de la hamburguesa XXL, sino que encima han conseguido más publicidad (y gratuita) en todos los periódicos gracias a las declaraciones de la Ministra de Sanidad.
¿Qué la publicidad es culpable de la obesidad española? ¿Que el otro eslogan, el de “come como un hombre” es machista? Vamos a dejar ya de una vez de inventarnos excusas para parecer ante el mundo como los más éticos. Y a ver si nos aclaramos, porque entre tanta declaración de anorexia y cánones de belleza “imposibles” por aquí, obesidad por allá, machismo…etc. Nos tienen con la cabeza como un bombo.
Que yo sepa a nadie le apuntan con una pistola en la sien para que se coma una hamburguesa, el consumidor es libre de elegir entre comida basura, comida Light (muy de moda por cierto) y un sinfín de variedades más. ¿Qué luego encima, después de consumirla, te quejas de que engorda y que no es sana? Pues vaya novedad, ni que el consumidor fuera tonto, todo el mundo sabe que, como todo en exceso, es perjudicial para la salud. Quejarse por quejarse; que si engorda porque puede derivar en obesidad, que si por el contrario adelgazas, porque te influyen para usar no se qué talla y que puede derivar en anorexia… ¡Por Dios! No estoy diciendo que no existan esos problemas, pero gracias a Dios son minoritarios.
En el caso infantil son los padres los que deberían controlar el consumo de este tipo de comidas a sus hijos, pero vamos, que un capricho casual (o semanal) no le hace mal a nadie, entre un plato de verduritas sin aceite ni vinagre (porque engordan) y una XXL yo creo que está claro…
Por otra parte lo de que el otro eslogan es machista… Que queréis que os diga a mí me parece muy gracioso cómo lo han presentado…Y no sé vosotras pero yo no soy capaz de comerme entera ni la XXL, ni la Doble Whopper ni ninguna monstruosidad semejante. Ya sé que algunas diréis que sí, pues os doy la enhorabuena, pero yo no sería capaz de comérmela ni aunque de ello dependiera mi vida. Así que de machismo nada, que, y suponiendo que la mayoría de las mujeres fueran como yo, es lógico que esta campaña se centre en los hombres, que son los que acabarán consumiendo este producto.
La reacción del Ministerio, por otra parte, me parece un poco exagerada pero está bien que nos recuerden que no es muy sano y toda la historia. Pero vamos, Burger King, como otras empresas del sector, tienen a disposición del cliente los datos del número de calorías, grasas… etc. El publicitario yo creo que se limita a hacer su trabajo (muy bien hecho en este caso), no creo que se trate de un problema de ética, como han sugerido varios compañeros, ni de moral, no se están anunciando armas ni incitando a la violencia, sólo es una súper hamburguesa, es de conocimiento común lo que engorda, y ya hay documentales, informativos y libros que informan de los riesgos de un consumo irresponsable.
¿Es que una hamburguesa se puede comparar con el tabaco, drogas o alcohol? Yo creo que no. En todos los casos todos sabemos los riesgos que implica un consumo asiduo. Basta ya de tanta tontería.
He leído la mayoría de los comentarios de mis compañeros y hay una idea fundamental que queda repetida ; ¿porque no puede elegir el consumidor comprar lo que quiera y lo que no? ¿acaso no tiene criterio propio para saber lo que es bueno y lo que es malo?.
Eso es incuestionable y algo más que evidente en una sociedad que se define como democrática.Claro que nuestra decisión forma parte de toda una lucha que hemos estado protagonizando para conseguir alzar nuestra propia voz e intentar que a cada uno se nos escuche.Pero no creo que este tema sobre el spot publicitario que se ha lanzado atente sobre ello.
Es cierto que los publicistas y en concreto los que han trabajado con Burguer King para lanzar la nueva hamburquesa "XXL" están cumpliendo con su trabajo,es decir,plasman una idea creativa en un anuncio e intentan vender el producto,sin más miramientos… ¿de eso se trata,no?
Pues yo creo que va más allá.La publicidad es una profesión como otra cualquiera,pero eso no quiere decir que no se haya de tener un poquito de ética y una diferenciación entre vender un producto y fomentar el consumo de algo que realmente es nocivo y que es peligroso para la gente a la que influya.
Dicho esto,y como han explicado varios compañeros,creo que el problema ha derivado finalmente en la publicidad,porque es el último factor de todo el proceso,pero ello no quiere decir que tenga toda la culpa.
Sí que opino que la publicidad deberia frenar en estos casos y negarse a publicitar algunos productos en los que realmente no se ha llegado a informar claramente sobre ellos ( como en el caso de la hamburguesa XXL,en la que no informan en el anuncio sobre las calorías),pero sobretodo, tienen que reaccionar los que velan por la salud pública y no dejar directamente que LLEGUE AL MERCADO ni tampoco fomentar el consumo de alcohol,tabaco,comida basura….y tantas otras cosas que plasman la hipocresía de este sistema.
Por todo esto,creo que la publicidad debería tener un código ético al que atenerse,para que los anuncios tengan un poco más de sentido en cuanto al intento de la igualdad y el bienestar de los consumidores.
Según el Ministerio de Sanidad, esta campaña, "incumple" el compromiso de no incentivar el consumo de raciones gigantes. Personalmente opino, como muchos otros compañeros, que el consumir o no un producto está a la libre elección de cada uno. En lugar de comprar una hamburguesa XXL, el consumidor puede ingerir dos de tamaño inferior que vendría a ser lo mismo.
En lo referente a la respuesta de Burger King ante las críticas, se hace referencia en el diario ADN en una publicación hecha el 16 de noviembre, que "la multinacional defiende su derecho a promocionar un producto que vende desde hace años". Está claro que como empresa tiene total derecho de promocionarse siempre y cuando lo que venda no constituya un peligro para la sociedad, y comer hamburguesas no produce ningun daño siempre que se haga con moderación.
Está bien que las autoridades sanitarias hagan recomendaciones a los ciudadanos sobre hábitos saludables de alimentación, pero no por eso tienen derecho a prohibir que las empresas se publiciten, y mucho menos de culpar a las empreseas publicitarias por promocionar estos productos pues, simplemente buscan el agrado de su cliente, en este caso Burger King.
Marta Cano de Santayana García 1A UCM 2006
Pero por que retirar solo el anuncio de Burger King cuando si pensamos de qué tratan la mitad de los anuncios la respueta seria:de comida.Y no de comida sana sino de la que tiene muchas grasas y calorias.Sin embrago el Ministerio de Salud no los prohibio y es que las comidas que aparecen tambien pueden perjudicar la salud!
Creo que es un error prohibir el anuncio porque no tendria el resultado que la Ministra quiere.Lo que es mas incluso la consumacion de hamburguesas puede aumentar por la publicidad gratis de Burger King que se hace con la polemica.
Yo como consumidora no voy a dejar de comer hamburguesas solo porque ya han quitado un anuncio de Burger King¿Y acaso no es igual comer una hamburguesa XXL que dos que son mas pequeñas?Nadie puede controlar lo que comemos porque es nuestra propia eleccion y es responsabilidad de los padres y no de los publicitarios educar a los niños.Como futura publicitaria tambien creo que los que han hecho el anuncio simplemente han cumplido con su trabajo que consiste en hacer anuncios y no educar.
Anastacia Ivanova Janeva 1B UCM
Estamos en un mundo globalizado lleno de productos que cada día salen al mercado, y que cruzan innumerables fronteras. Y es por este motivo por lo que cada día es más difícil llegar hasta el consumidor, captarle y convencerle. Por eso, se invento la publicidad, como medio para anunciarse como producto potencial entre muchos similares. Es por ese motivo por lo que todo aquel que cree un producto, tenga derecho a anunciarlo, y poder darlo a conocer. Este es el objetivo de la publicidad ofrecerlo e informar para que el consumidor sea quien elij: si lo toma o lo deja. De este modo, la publicidad sólo esta cumpliendo con su función; si se trata de un producto nocivo para la salud el consumidor debe ser quien decide si lo quiere o no, no las agencias o los publicitarios. Las agencias muestran lo que otro ha creado, por lo tanto no se les puede hacer responsables de los daños que el producto pueda producir. Además, al informar ponen de manifiesto tanto lo bueno, como lo malo; así que es el consumidor el que decide si le interesa o no ese producto.
Con esta campaña de Burger King no se ha hecho otra cosa que ofrecer un producto como tantos otros. Un producto que por sus características es nocivo para la salud, pero que tiene el mismo derecho que cualquier otro de darse a conocer. Porque no nos olvidemos que es el consumidor quién debe elegir si esta dispuesto a consumir a no esta hamburguesa, cada uno elige lo que come y nadie puede restringir esto. Por otro lado, la Administración debe velar por la salud de las personas, y es prudente que informe detalladamente de los riesgos de este alimento y tantos otros que actualmente existen, e impulse campañas de concienciación de la población. Pero no quede prohibir, más que nada porque lo prohibido se vuelve más atractivo.
Sí, soy mujer, ¿y qué? Ya sé que cuado empiece a trabajar cobraré menos que un hombre, alcanzaré puestos de trabajo más bajos que él, trabajaré el doble si cabe, tanto en casa como en el trabajo, porque, lo queramos o no, es la sociedad en la que vivimos. Pero aún así estoy orgullosa. Asumo estas cosas aunque no las comparta. Y entonces, ¿por qué me siento infravalorada? Ya tengo bastante con saber todo lo que ya he dicho que ahora me tachan, en una campaña publicitaria, de no ser capaz de comerme una hamburguesa, ¿en qué mundo vivimos?
Cuando veo el anuncio pienso que si fuera hombre también me sentiría avergonzado, ¡qué deprimente tener que demostrar su superioridad con una simple hamburguesa! Perdón pero creo que me he equivocado de siglo, ¿estoy en la Prehistoria?, ¿el hombre sigue mostrando su valía cual animal salvaje?, ¿nos estamos volviendo locos?
Y es que además los hombres también salen perjudicados en el anuncio, ya que si no eres capaz de comerte una hamburguesa te conviertes en un “pringao” ¡si es que no dejan títere con cabeza!
Pero creo que el problema que se plantea es la forma en la que el anuncio está expresado, al fin y al cabo en televisión aparecen anuncios peores de bebidas alcohólicas como Martini, Cacique, Licor 43 y una larga lista de elementos nocivos con peores condiciones sanitarias que la hamburguesa y que no son censurados dado que su mensaje no ridiculiza a ningún sector. Entonces, ¿por qué tanto revuelo por este anuncio si no es por la ridiculización a la que el género masculino se ve sometido?
Opino, finalmente, que en cuanto a objetivos publicitarios se refiere, el spot consigue el objetivo de que se hable de él, de algún modo, quedará grabado en nuestra memoria, pero también pienso que en la conciencia de cada uno está el consumir este producto. Ahora, sólo me queda recordarles a esos hombres a los que el anuncio se dirige que la obesidad produce disfunción eréctil. Vosotros decidís.
¿Por qué siempre se arremete contra la publicidad? Es un asunto que va a persistir siempre y, creo, irá en aumento con el paso del tiempo. Esta actividad no intenta otra cosa más que vender. ¿Rechaza un dependiente la compra de un consumidor? No. Pues lo mismo una agencia de publicidad. Cuando hay dinero y prestigio de por medio, nadie dice que no a nada. El papel que debe desempeñar la publicidad es el de persuadir, intentar convencer al comprador de que consuma el producto. Las agencias acatan las órdenes de los anunciantes, preparan campañas siguiendo el modelo que ellos presentan, intentando adaptarse al producto que desean vender. Por tanto, la publicidad no tiene culpa alguna de los resultados o repercusiones que pueda obtener una determinada empresa que pretende incrementar sus ventas ya sea con una hamburguesa XXL o con el último modelo de Porche. Entiendo que la ministra se interese por este tipo de aspectos, entiendo que la obesidad es un problema grave que está afectando a la población española y que crece a pasos agigantados, pero si tanto le importa el tema, ¿por qué no pelea por la retirada de esa dichosa hamburguesa? Pretende tachar una campaña publicitaria por intentar vender alimentos que sobrepasan las calorías de una dieta sana, en resumen, de alimentos nocivos para la población, pero entonces ¿debemos censurar toda (o casi toda) la publicidad? Alcohol, tabaco, productos que rejuvenecen 20 años…dónde vamos a parar, ¡todo es engañoso y perjudicial! Pero todo se sigue anunciando. Es el propio consumidor quien tiene la espada por el mango. Por mucho que disminuya este tipo de publicidad (supuestamente perjudicial) va a consumir la hamburguesa si se le antoja.
Atendiendo a las razones formuladas por el Ministerio de Sanidad y, como ya he mencionado anteriormente, me parece perfecto que se interesen por este tipo de aspectos, pero creo que más que intentar censurar deberían limitarse a informar a la población de lo que se les pone al alcance de las manos. El resto, corre a cargo de su cuenta, es un problema que va a repercutir sobre ellos y, como personas libres que son, tienen el derecho a decidir qué quieren hacer.
El tema de si los niños saben o no lo que comen…está claro que no. Se dejan llevar por los anuncios impactantes que se diseñan precisamente con el objeto de vender. No entienden de dietas, comidas sanas u obesidad, pero sí sus padres, responsables de inculcarles una serie de valores. Estos establecimientos están abiertos a todo el público, por lo que, como ya se ha dicho, si quieres vas y si no todos tan contentos.
Con respecto a la publicidad, no tiene por qué censurarse, me parece una auténtica atrocidad ya que simplemente se limita a vender. Ése es el trabajo de muchas personas y entraríamos entonces en un debate algo más complicado, pues si comenzamos censurando unos cuantos anuncios se acabará diciendo adiós a cualquier tipo de publicidad, lo cual desembocaría en el desempleo de miles de profesionales dedicados a este sector. ¿Qué hacen los publicistas más que seguir las directrices de una entidad? Sus neuronas crean, diseñan y con esfuerzo (como todo en esta vida) obtienen un resultado final, una campaña, buena o mala.
Por último, felicitar a los publicistas que diseñaron la campaña de Burger King, ya que, gracias a la polémica, han conseguido que muchos soportes informativos hablen de su campaña, lo que, en consecuencia, ha beneficiado también a la conocida multinacional de comida rápida.
Sonia Escalada Suárez 1ºA UCM 2006
¿Es culpa de la publicidad anunciar determinados productos?
Parecemos olvidar que la publicidad es una actividad comercial más, que trabaja para quien paga, por su poder manipulador sobre la sociedad, le exigimos una moralidad. Esta manipulación, en todo caso, no supera la de cualquier otro medio de comunicación de masas.
Es por esa razón que se culpa a la publicidad cuando un producto con algún aspecto negativo llega bien al público. Se teme mucho la publicidad subliminal y se deduce que en estos casos ha manipulado la mente colectiva. ¿Pero pueden acaso las agencias de publicidad elegir los productos que anunciar, positivos o negativos? Difícilmente. Trabajan con la misma eficacia para el Burger King que anuncia una hamburguesa XXL, que para el ministerio de Sanidad con una campaña antidrogas (o una hipotética campaña por la buena alimentación).
Las agencias están para servir a sus clientes. Si las agencias pudieran elegir, preferirían siempre clientes que paguen bien, con prestigio y cuyo producto sea el preferido por los consumidores. La realidad no es tan halagüeña.
Aun en el supuesto de que la agencia tenga tanto prestigio y tan buenas perspectivas de trabajos futuros como para rechazar a un cliente, ¿Por qué rechazar a Burger King? Después de todo, es una buena campaña con una idea muy clara: hamburguesas de tamaño gigante. Si una comida que no es sana se ofrece en mayor cantidad, menos sana será. No están engañando a nadie, no están ocultando nada, no están incentivando ninguna conducta. Como consumidora, a pesar de que reconozco todas las faltas de la comida basura, no me he sentido ofendida.
Con todo, no creo que debamos justificar en absoluto a las agencias publicitarias de sus actuaciones. Como cualquier medio de comunicación, tiene la oportunidad de llegar a todo el mundo, de influir en las personas, puede inculcar valores positivos. Tenemos ejemplos como la nueva campaña de Dove “Por la belleza real” o el de Coca Cola “Un fuerte aplauso para el que…”. Igual que esos mensajes positivos pueden transmitir otros negativos. Y por esos mensajes velan el ministerio de Sanidad, y demás organismos públicos, porque no se fomente el racismo, la anorexia, el machismo, la obesidad, la violencia, etc. El problema es que suelen ser demasiado precavidos… y se consideran malas influencias campañas muchas veces, casi inocentes.
Lorena Rodríguez Gutiérrez 1B UCM 2006
Ante todo, la polémica que ha suscitado, tanto la campaña, como la hamburguesa en si, a mi parecer, está mal entendida.
No sólo han hecho eco de la noticia periódicos, sino también la televisión. En el puente de diciembre tuve oportunidad de ver en un programa matinal, en TeleMadrid si no me equivoco, una especie de debate acerca del “peliagudo” tema de la hamburguesa XXL.
Se discutía, que la Ministra, más que quejarse por la cantidad de calorías que proporciona la hamburguesa de Burger King (numerosas calorías, que también suministran hamburguesas de la competencia, como las de Mac Donalds) defendia, que se debia retirar el anuncio, no por la nocividad de la hamburguesa, si no porque con él, Burger King estaba rompiendo, o contradiciendo, por asi decirlo, un acuerdo que habia firmado por sumarse a una iniciativa luchar contra la obesidad, la Estrategia Naos.
No se sabe entonces si la ministra critica a la multinacional por haberse saltado el acuerdo, a la hamburguesa por su cantidad de calorías o ambas por igual.
Si toda la polemica viene por la grasienta hamburguesa, ¿es que otros establecimientos de comida rapida, o el mismo Burguer King, no han ofrecido en otras ocasiones comida igual de nociva? ¿Dónde esta el limite de las calorías que se pueden vender y las que no?
Sinceramente, toda esta discusión me parece ridícula. Y mucho más me lo parece el hecho de inculpar, a los pobre publicistas. Es como si le echásemos la culpa a los actores que protagonizan el anuncio. Los publicistas no son más que unos “empleados” al servicio de Burger King, que elaboran un anuncio para su hamburguesa. No les compete a ellos decidir si la hamburguesa es buena o no, si deben rechazar el trabajo por que es una hamburguesa con muchas calorías, o si deben hacerlo y aguantar los ataques. Es irrisorio. Ellos solo están anunciando un producto.
¿Qué la ministra se queja de que la hamburguesa es mala? Que no la coma. ¿Qué ella es la que debe mirar por la salud de los españoles?. Pues a esto yo respondo que cada, cual hace lo que quiere. El consumidor es quien decide si comer la hamburguesa o no. La prohíba la ministra, o el mismísimo Papa. Es similar a las drogas, están prohibidas, y por eso acaso la gente que las quiere tomar, deja de hacerlo? No. por lo tanto que cada uno decida si prefiere o no ingestar grasa pura. Respecto al tema de los niños, ahí los que son los responsables son los padres, que deben decidir por ellos, ya que ellos no tienen noción de lo que supone.
Yo misma, fui el otro día a uno de estos restaurantes de comida rápida, Burger King, y la persona que me acompañaba pidió alegremente “una hamburguesa de esas que dicen que matan”. Creo que con eso, digo bastante. No cabe duda de que toda esta cuestión esta haciendo que la hamburguesa este en boca de todos. Esta suponiendo una gran publicidad para la multinacional. Y da igual que sea bueno o malo… lo importante es que hablen de ella.
Todo hay que decirlo, la hamburguesa, aparte de ser enorme, saciaba sin duda el apetito.
Y preparémonos, que aun hay más, porque Burger King piensa lanzar en poco tiempo una hamburguesa aun más calorífica, una triple Whoper…
Sonia Quiñones Martinez 1ºB Publicidad y R.R.P.P. UCM
¿Por qué culpar siempre a la publicidad? En mi opinión, ésta es solo un intermediario entre una empresa que desea vender un producto y el consumidor, que es el que verdaderamente decide si lo compra o no. Es cierto que el objetivo de la publicidad es persuadir al consumidor y aumentar la venta del producto que anuncia omitiendo en algunos casos información sobre el mismo o quizás adornando esta información, pero también es cierto que nadie obliga a ningún consumidor a comprarlo o a hacer uso de él. Por ese motivo, en este caso en concreto de las hamburguesas XXL de Burger King, pienso que la culpa no es de la publicidad, ya que ésta sólo se ha dedicado a hacer su trabajo correctamente, sino que el verdadero culpable es Burger King al incumplir los acuerdos de la estrategia NAOS de prevención de la obesidad, en los que se incluyen no incentivar el consumo de raciones grandes.
A pesar de que la decisión final, como he mencionado antes, la tiene el propio consumidor, también hay que tener en cuenta que todo el mundo que ve el anuncio
no tiene la misma madurez mental y por lo tanto, si se trata de un niño no lo verá de la misma manera que lo hará un adulto. En el caso del niño, la publicidad causa mucho más efecto debido a que éstos se encuentran en una edad en la que es muy fácil dejarse influir por
cualquier cosa que aparece en la televisión o cualquier otro medio de comunicación y tampoco son lo suficientemente conscientes para saber si algo es bueno o malo. Sin embargo, una persona adulta al ver el anuncio puede pensar en la repercusión que tendrá en su organismo una hamburguesa de tal tamaño y con esas calorías y a partir de ahí decidirá si comerla o no.
Aún así, en parte, entiendo la postura que ha tomado la ministra de Sanidad, Elena Salgado, de retirar las campañas publicitarias sobre este producto y reducir el tamaño de las comidas que se sirven en cada menú de dicha cadena de restaurantes, ya que como bien indica su cargo, ella es una de las encargadas de evitar que las cifras de obesidad entre la población española aumenten, aunque yo personalmente no comparto la manera que ha utilizado para hacerlo porque opino que retirando la publicidad sobre esta hamburguesa no conseguirá el objetivo que se propone, ya que ese producto seguirá existiendo y el consumidor podrá conocerlo y probarlo en cualquier restaurante de Burger King.
Finalmente, me gustaría resaltar, ¿son realmente tan perjudiciales las hamburguesas o el problema aparece cuando se consumen con frecuencia? En mi opinión unos alimentos no son más o menos saludables que otros, lo que los hace ser de una manera u otra es la cantidad que ingerimos de cada uno de ellos. Dicho esto, no culpemos a la publicidad de algo que sólo es responsabilidad nuestra y en parte también de las empresas que, como Burger King, ofrecen ese tipo de productos con un número tan elevado de calorías.
La publicidad parece que otra vez se convierte en la mala de la película. La ministra de Sanidad pide la retirada de la campaña publicitaria de las hamburguesas XXL, pero Burger King no sólo hace caso omiso a todas las críticas, sino que lanza otra nueva hamburguesa con un alto aporte calórico. Esto sí que es tener las ideas claras.¿Parece el cuento de nunca acabar?
Para mí,la publicidad no tiene la culpa de todo este revuelo que se ha causado (aunque tengamos que llevar la contraria a la pobre ministra). Si a una agencia de publicidad le llega que tiene que hacer tal anuncio ¿Por qué lo va a tener que rechazar?¿Acaso se piensa la ministra que estas agencias viven de la renta? Además no creo que los directivos sean tan tontos de rechazar una oferta por el simple hecho de que un consumo elevado de hamburguesas pueda ser perjudicial para la salud. Es como si te mandan hacer un anuncio de coches y dices que no porque hay mucha gente que se mata en la carretera.
Las agencias están para servir a sus clientes; es decir, oír, ver y callar. No deben meterse en ninguna polémica de este tipo aunque si surge, ¡publicidad gratuita!
Pero vamos a intentar entender a la ministra ya que es lógico que por parte de sanidad se ponga freno a este tipo de comida que resulta perjudicial. Pero para mí, yo creo que la ministra da más importancia al anuncio que al producto pero hay que recordarla que lo que es malo es el producto y no el anuncio. Si es perjudicial ¿Por qué no intenta prohibirlo o sacar una ley antihamburguesas como han hecho con el tabaco? ¿Llegará el día que para comer una hamburguesa habrá que ser mayor de cierta edad como ocurre con el alcohol? Por supuesto que comer una burguer XXL es malo, si se hace a menudo, pero también si te comes macarrones con chorizo grasiento, después un chuletón, el cigarro después de comer, el chupito…todo es malo si se abusa. El cliente es el que tiene la opción de elegir,y deberíamos dejar de agobiarle con que si tal anuncio fomenta la violencia, la velocidad y vivir la vida que son dos días y uno se pasa lloviendo.
En resumen, la publicidad debe ser libre. Está para vender y no para educar(la ministra se podría preocupar de enseñar hábitos alimenticios en las escuelas y no preocuparse tanto de los anuncios).
Laura Morcillo Jiménez 1º A UCM 2006
¿Culpa de la publicidad? La verdad es que no creo que la publicidad tenga ninguna culpa. La comida basura es un fenomeno que apareció en la sociedad hace relativamente poco y que se va expandiendo cada vez más por la población. Al expandirse a tal velocidad nuevos modelos de, como en este caso, hamburguesa van apareciendo y ahora hablamos de la famosa "XXL".Todos sabemos que este tipo de alimentación no es recomendable para la salud pero el hecho de hacer o no publicidad sobre ella no mejora ni empeora las cosas.
Si el gobierno español quiere frenar este fenomeno no debe hacerlo a traves de la publicidad, pues el producto en sí seguirá existiendo. Creo que lo que se debe hacer es actuar directamente con la empresa responsable de esta cadena de alimentación. Si hay algo que censurar es la productora de hamburguesas en nuestro caso, y controlar la producción de esta. Y otra cosa que hacer frente a esto es concienciar a la población sobre la nocividad de estos alimentos en lugar de censurar los anuncios de estos.
Esto lo vemos claramente en el caso del alcohol o del tabaco, otros productos si no igual, más nocivos para la salud. Frecuentemente encontramos advertencias tanto por medios audiovisuales como escritos para concienciar a la sociedad sobre el peligro que estos productos acarrean.
En mi opinión no hay que confundir el medio con el "emisor", es decir, la publicidad con la empresa de comida rápida.
En esta trama, si hay alguien que lo está haciendo mal, o simplemente que aunque este obrando dentro de la legalidad no lo esta haciendo éticamente lanzando hamburguesas de un tamaño cada vez mayor (sabiendo el problema cada vez mas grave del sobrepeso), es la empresa que distribuye ese tipo de comida rápida. Que investiguen las autoridades sanitarias competentes si contienen agentes nocivos, que hagan estudios sobre en que medida afectan a la salud, que analicen todo lo que quieran acerca del producto, pero sobre todo, ¡¡¡que no se metan con la publicidad!!!, puesto que a la hora de difundir sus resultados, cuando quieran crear campañas en contra de la obesidad y otros problemas que puedan ser causados por esto, para alertar a los consumidores, ¿a que medio creen que van a acudir?
La publicidad es un SERVICIO, un vehiculo que utiliza tanto un lado como el otro. Actuando dentro de la legalidad, la publicidad lleva a cabo todos sus esfuerzos creativos para satisfacer lo que le pide un cliente (ya sea el restaurante de comida rápida Mc Donald o la consejería de salud del estado).
David Navarro Bravo
Ronald McDonalds se debe estar frotando las manos con toda esta publicidad negativa que se vierte sobre su principal competidor, Burger King. Aunque realmente se debería preocupar más de sus futuras campañas, porque el tema de la obesidad (sobre todo infantil) está empezando a calar muy hondo en la sociedad.
Y no es broma, porque McDonalds ya está tomando medidas para favorecer una imagen de comida sana, y ya de paso mejorar su propia marca. La primera medida que ha tomado, y que traerá cola seguro, es la instalación de gimnasios en las propias hamburgueserías. Con esto, se pretende acabar con los kilos de más de después de las comidas y de paso, animar a los consumidores a comer otra hamburguesa después del ejercicio. En fin, que McDonalds nunca nos dejará de sorprender con sus ideas innovadoras
De todas maneras, lo importante aquí no es el problema de la obesidad (para eso estarían los foros de la facultad de medicina) sino hasta que punto se puede prohibir este tipo de publicidad. No puedo decir que me posicione a favor de los restaurantes de comida rápida, aunque el veto me parece desproporcionado. Lo que se ha conseguido a través del ministerio es precisamente todo lo contrario a lo que pretendían: la XXL es ahora conocida en infinidad de lugares, y no precisamente por una buena campaña publicitaria. Esperemos que no se cumplan las expectativas de la ministra de convertirnos en el próximo EE.UU; mientras tanto…que viva la dieta mediterránea.
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No creo que la culpa sea de la publicidad, ya que, esas hamburguesas han existido siempre, por lo que la persona que ha querido comerlas lo ha podido hacer cuando haya querido, con esto quiero decir que el consumidor es el que decide si quiere comprar o no, es cierto que la publicidad intenta persuadirnos para que compremos pero siempre somos nosotros los que decidimos, nosotros somos los responsables de nuestras vidas por ello debemos ser nosotros mismos los que cuidemos nuestra alimentación.
En contraposición a esto, podemos entender que ese tipo de comida, abundante en calorías, no es saludable para nosotros por lo que Sanidad debe llamar la atención a este tipo de empresas que desafían los acuerdos.
A pesar de que la última decisión es del consumidor, podemos decir que hay ciertos consumidores, como por ejemplo los niños, que no tienen todavía la madurez para afrontar esta persuasiva, por eso creo que lo que habría que hacer realmente es educarnos en los hábitos alimenticios, y así poder decidir por nosotros mismos lo que nos puede beneficiar o no
Sin lugar a dudas creo que la culpa no la tiene la agencia o la publicidad en sí, sino las grandes empresas que deciden crear este tipo de anuncios y desafiando todo lo acordado con la NAOS y la prevención de la obesidad, la agencia encargada de hacer el anuncio trata de exponer lo acordado con la empresa que le ha solicitado sus servicios, como cualquier trabajador se dedica a obedecer a su jefe, la agencia hace lo mismo con sus clientes.
Para terminar quiero decir que entiendo y mucho la postura de Sanidad porque en eso consiste su trabajo pero no creo que la culpa sea de la publicidad sino de las empresas que organizan estas campañas y también por supuesto en los consumidores puesto que parece que no sabemos distinguir entre si comer una hamburguesa con 971 calorías y 25 grasas saturadas es bueno o malo para nuestra alimentación.
Curioso tema este. Realmente no encuentro donde reside el problema respecto a la publicidad. A simple vista creo que esos publicistas hicieron su trabajo, un ejercicio de profesionalidad, dándole a un cliente lo que ha pedido, un anuncio acerca de su nuevo producto y llevando acabo su trabajo. Por tanto, de culpar a alguien, debería ser a BurgerKing y no a la publicidad, pero claro, es más fácil echarle la culpa al anuncio… y lavarse así las manos.
Toda esta polémica que se ha creado conforme al anuncio está haciendo que se hable más de lo esperado de la hamburguesa en cuestión, y el número de ventas de esta aumente considerablemente. Para que el Ministerio se queje de la publicidad, cuando el primero que esta haciendo publicidad (seguramente muy a su pesar) es el propio Ministerio, empezando por la mismísima ministra.
Por otro lado, da la sensación que ha sido la hamburguesa como podía haber sido cualquier otro tema, porque anda que no hay productos que pueden ser perfectamente tan nocivos para la salud como esta hamburguesa, véase el alcohol, coches de alta velocidad, etc.
Creo que se ha aprovechado una oportunidad más para darle un “palo” a la publicidad, y tener a alguien al que echarle la culpa.
Pero respecto a lo que se refiere a la hamburguesa en cuestión, no entiendo donde reside el problema, porque aquí un servidor siempre se queja de los ridículos tamaños de estos productos, quedándose siempre con hambre y queriendo más y más. Es por ello que veo bien este producto, permitiendo que cada uno escoja el tamaño de hamburguesa que desee y punto, y eso no creo que repercuta en mi salud, porque la salud no es cuestión de comer cierto producto alimenticio una vez al mes, sino un cuidado diario a nivel de comida, ejercicio físico, etc.
En conclusión, no veo justificable culpar a la publicidad de nada respecto a este tema, para empezar porque yo no veo donde está el problema, y segundo porque si el producto es sano o no, es completamente ajeno a la publicidad y al anuncio en cuestión.
Ya que estamos en documentación informativa, en el primer momento en el que leí el artículo pensé y creí necesario no ponerme ha escribir nada antes de documentarme bien y cual pensé que iba a ser la mejor documentación? Puede que parezca excesivo pero me dispuse a ir al Buger King, lugar donde suelo ir de vez en cuando ya que, el estar fuera de tu casa, sin comida de tu madre y sin ganas de cocinar…es el último recurso. Me fui con mi hermano que dos veces más grandes físicamente que yo y que me pedí? por supuesto un menú XXL.Qué pasó? Algo que realmente esperaba después de haber leído algunos de los compañeros. Aquella hamburguesa de dos pisos, imposible de agarrar, era impensable acabársela, yo comía y comía pero no tenía fin.
La publicidad tiene como fin último vender el producto satisfaciendo así a la empresa cuyo fin es acercarse al consumidor y maximizar beneficios independientemente de las condiciones, como es el caso de Burger King y su hamburguesa XXL. Me parece excesiva la cantidad de calorías que puede tener , 971 y 25 gramos de grasa saturada, que aunque parezca imposible me la tomé, pero al acabármela, creí no volver a comer en cinco días y me suele pasar bastante, que digo esta vez la última …pero siempre acabo volviendo, y porque? la verdad es que no lo se pero de vez en cuando, no me importa comer algo que se que no es sano, que tiene calorías, grasas saturadas pero pienso que soy libre de elegir o no. Pienso que al igual que un día elijo una hamburguesa XXL, otro día un chuletón y porqué no hay tanto revuelo por comerse un chuletón. Pienso que ahí está un grave error de Sanidad que quiere sancionar a unos y porqué a otros no.
Aparte de esto, la publicidad me parece que no tiene ninguna culpa, es más pienso que todo este boom puede incluso haber conseguido más publicidad que la que hubiese tenido solamente con la campaña, han conseguido que todo el mundo hable de ella y que incluso la pruebe.
Cuando vi que habían prohibido la campaña publicitaria de las hamburguesas XXL me pareció una atrocidad, lo primero como consumidora, y es que me da la sensación de que la señora ministra, que tanto ha protestado, me está tomando por tonta. Pues me considero bastante capaz para decidir si me como una hamburguesa gigante o normal, igual que si me bebo una copa de wisky o cinco, y no por eso prohíben los anuncios de bebidas alcohólicas, aunque con su consumo pueda perjudicar a los demás y no sólo a mi misma. Y yo me pregunto: ¿no dará lo mismo comerme una hamburguesa XXL que dos normales? Cual será el siguiente paso, ¿Qué me pidan el DNI cuando vaya a comprarla y lo registren para que solamente pueda consumir una al día, o a la semana…? Quien sabe, este mundo está loco. Que los políticos se dediquen a otra cosa que sobre lo que debo o no debo comer ya me enseño mi madre.
Como futura publicitaria, la verdad creo que en cierto modo les han hecho un favor, y es que ni en sus mejores sueños iba a tener su campaña tal repercusión mediática. No hay español que no se haya enterado del asunto, y hasta mi abuela que no pisa un Mac Donall’ s ni que la paguen sabe lo que es una XXL.
En definitiva, que se pregunten los responsables de todo este lío por qué se ha generado este debate en torno a su decisión, y es que ya estamos hartos de que se nos manipule como si de juguetes se tratase, y no me refiero a la publicidad precisamente.
¡¡¡¡MADRE MÍA!!!!! :S
Sí, como el resto de seres humanos de nuestra sociedad yo también me he enterado de la gran polémica que ha suscitado el anuncio de la hamburguesa XXL de Burger King, ¿como no iba ha hacerlo?, si ha sido uno de los “escándalos” más sonados de estas últimas semanas.
Al principio, cuando pocos días después de ver el anuncio llegaban las primeras informaciones en contra de la campaña y ya la ministra de sanidad ponía el grito en el cielo por las ingentes cantidades de calorías que poseía el sabroso, por que negarlo, producto, yo también me vi un poco escandalizada por tal alarde de carne a la parrilla y grasas saturadas; no obstante me volví de repente una persona concienciada por su salud y preocupada por las calorías que consumía, así como si éstas sobrepasaban lo recomendado … me duró muy poco la verdad, pronto comprendí que son miles los productos que consumimos normalmente que bajo su apariencia inocente son un veneno para nuestra salud.
Así, mientras me desengañaba cada vez más de lo cruel de la industria alimenticia (puesto que lo que más nos gusta, más engorda o más perjudicial es) y la batalla entre la lucha contra la obesidad y las kilocalorías seguía su camino, salió un nuevo anuncio de Burger King, peor que el anterior, puesto que ya no sólo era una oda a las maxihamburgesas y las grasas polisaturadas, ahora se exaltaba la hombría al grito de “Yo soy un hombre y por eso elijo la hamburguesa más grande, más grasienta y más masculina” , la que me ofrece casualmente Burger King, ¡no otra eh!; debía ser que no contentos con no haber retirado la anterior campaña querían dar más que hablar, pues lo han hecho y la respuesta de Salud no se hizo esperar, quiere prohibir también este anuncio.
En fin, después de mis pequeños descubrimientos y avances en el campo personal sobre lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira (muy duros por cierto), me he dado cuenta de que el intento de prohibición de esta campaña sólo ha servido para avivarla más, probablemente si la ministra no se hubiera fijado en ella, nadie lo habría hecho y hubiéramos evitado que muchas personas la hayan probado por la simple curiosidad.
Ahora, si buscamos un culpable… todos lo somos un poco, la empresa nos tiende el producto, la agencia de publicidad nos lo da a conocer, para cuestionar si es bueno o malo ya estamos nosotros, los consumidores, y junto a nuestra elección va el consumirlo, porque tontos no somos (si nos lo hacemos es cosa nuestra), ¿y dónde queda tanta institución pro-salud-y-bienestar-ciudadano? Pues en la delimitación de las fronteras de lo que es admisible y lo que no, dentro de las cuales nosotros mejor o peor escogeremos. Pero en este caso concreto quizás la administración ha metido la pata, porque no puede retirar las campañas de un producto ni el propio producto cuando ya está en la calle, puesto que esto implica, por lo menos supuestamente, que ha pasado unos controles de calidad y lo ha hecho favorablemente, por lo que si lo han dejado salir y no debía haberlo hecho la culpa, el error, la negligencia, es sólo suya, puesto que el consumidor consume lo que le ponen al alcance, ¿cómo pretenden dejar producir una hamburguesa tan nociva para la salud y luego escandalizarse porque se vende y consume?,
En mi humilde opinión, la afrenta está mal enfocada, y están echando la culpa al que menos la tiene, los publicistas hacen lo que les encargan y las empresas dan salida a sus productos (los cuales no debemos olvidar responden a las demandas y necesidades de los consumidores) y el ministerio de la Salud… bueno, hace lo que puede, en fin, que más valdría que tanto esfuerzo por parte del Estado se dedicara a campañas más fructíferas (como las de concienciación) en vez de luchar contra unas cuantas libras de carne.
María López Martín-Sanz 1ºB RR.PP
Pobrecilla la ministra, la critican por todos lados, pero sinceramente, creo que metió la pata hasta el fondo pidiendo que retiraran la campaña publicitaria de la nueva hamburguesa XXL. Parece ser que no tenia mucho trabajo en esos momentos y tuvo que dedicar su tiempo a fastidiar un poco y francamente, a quedar un poco en ridículo. Eso si, ella creerá que ha quedado estupendamente dando un visión de real preocupación por la salud de los españoles.
Para empezar, estaba claro que no iban a retirar la campaña los publicistas ¿qué culpa tienen los pobres!? Ellos solo han hecho su trabajo para un cliente que muchos querrían. Lo han hecho con toda su ilusión y todo su esfuerzo para que luego venga la ministra y se lo quiera arruinar porque dice que es malo para la salud. ¿Pero vamos a verrrr?? ¿A quien quieren engañar!?? Entonces….que pasa con la publicidad del tabaco o del alcohol??? ¿eso no es malo para la salud?? Yo creo que nadie se ha muerto por comerse una hamburguesa…pero ¿cuantas personas mueren por culpa del tabaco y del alcohol?? Por eso me parece todo esto algo un poco ridículo.
Han hecho una hamburguesa un poco mas grande se lo normal, si ¿y que? Anda que no hay gente que se come 2 hamburguesas para comer, así que incluso la nueva hamburguesa mejora las cosas y todo. La gente solo se tomara la hamburguesa XXL en vez de dos de tamaño normal, que es igual o incluso pero q una XXL. Así que ministra tranquila, estaremos a salvo. No hace falta que vaya retirando cartelitos de las paredes para que no nos pase nada, creo que cada uno sabe muy bien lo que hace, y sabe que es bueno o malo para su salud.
¿Una hamburguesa tamaño XXL o tres normales? Eso, a elección del consumidor. Nadie le dice a uno la cantidad de comida que le apetece comer en un determinado momento, el restaurante pone a disposición del cliente una variedad determinada de producto, en nuestro caso de hamburguesas y este elige el tamaño, la cantidad, etc etc. La publicidad sólo se dedica a mostrar al público lo que la empresa quiere que muestre. ¿Que Burguer King quiere lanzar al mercado una hamburguesa de grandes proporciones? son tan libres de hacerlo como el consumidor de probarlas, y de mediador para darla a conocer: la publicidad. Esta sólo se dedica a satisfacer las necesidades y peticiones de sus clientes, porque en el fondo lo que quieren, como todos, es el mayor beneficio.
Ahora llega la polémica de que la hamburguesa en cuestión es nociva para la salud por su alto contenido calórico y en grasas; me parece bien que el Ministerio de Sanidad vele por la salud de los ciudadanos y que advierta de que ciertos alimentos consumidos en exceso pueden acarrearnos problemas, pero eso ya lo sabemos, y cuando vamos a un restaurante de "comida rápida" o "comida basura" sabemos a lo que nos exponemos. Quizá los niños no, ellos no entienden de calorías, sólo de que está buena o no, pero para eso están los padres, los que los tienen que educarlos en unos buenos hábitos de vida y por supuesto de consumo. Es cierto que la comida basura es uno de los factores que inducen a la obesidad, pero no es el único, así que si quieren retirar el anuncio de una hamburguesa maxi grande tendrían también que empezar a meterse con muchas otras cosas, como por ejemplo las videoconsolas y los videojuegos, que tanto "enganchan" a los niños y se llevan las horas delante de ellos por lo que terminan teniendo hábitos sedentarios, que también llevan a la obesidad infantil.
Como ya he dicho veo acertada la opción de que Sanidad intente reducir mediante diversos métodos la obesidad y los malos hábitos alimenticios incitándonos a comer de una forma sana y equilibrada, pero eso únicamente deberían llegar a ser consejos, puesto que cada cual tiene el derecho de comer lo que quiera y de la forma que quiera; y la publicidad que a veces les ayuda a ellos a difundir por ejemplo en este caso las pautas para la alimentación sana, también le sirve a otros para anunciar sus productos y todos son libres de dar a conocer lo que desean vender.
Bueno, mi aportación tras 200 comentarios hablando de lo mismo va a ser un poco limitada, pero haré un esfuerzo…
Antes de dar mi opinión (que no os penséis que va a ser la más fascinante e innovadora de las que hay, porque no) tengo que confesar una cosilla: no he leído todos vuestros comentarios porque me resulta imposible; pero por lo que he visto ya nos estamos impregnando todos con el sentimiento de compañerismo y defendemos con uñas y dientes a nuestros futuros compañeros de fatigas…y me parece lógico, normal y maravilloso: yo también opino lo mismo (eeeh! os he sorprendido eh???). De hecho pienso que nuestros coleguillas lo han hecho genial, porque más presencia mediática que esta publicidad de las XXL no la ha habido en mucho tiempo: oye, y lo que importa es que hablen, bien o mal, pero que hablen (o eso dicen ¿no?). Si no fuera por la polémica que ha suscitado la campaña, personas que viven en la parra (como servidora) no se habrían enterado de que ahora pueden meterse entre pecho y espalda el doble de porquería de una sola sentada: ¡¡¡viva los triglicéridos y las grasas y los “trans” y los tomates transgénicos!!! ( por qué ya nadie hablará de esas horribles hortalizas mutantes???)…Ves, yo como consumidora opto por pisar esos sitios sólo por cuestiones de fuerza mayor (obligada por mis amigos):yo como consumidora… ee-eelijo. Y eso…que ya somos mayorcitos para decidir qué nos metemos en la boca; y los papis que se pongan las pilas y hagan algo porque sus retoños se conviertan en algo decente: bastante tienen los publicistas con lo suyo como para que ahora también tengan que darle la teta a millones de pequeños angelitos en plena edad de formación…si es así, me quito de la carrera y me meto en un jardín de infancia.
Almudena Pano Villalba. 1ºB /publicidad y RRPP
Mucho tiempo se estaba haciendo esperar la polémica de la denominada “comida rápida”, siempre había estado ahí ese tema pero nunca se había tenido la oportunidad de atacar sobre ella.
Todos sabemos que la comida basura nos perjudica a nuestro organismo, siempre a estado presente y se ha visto como una alternativa a largas horas en la cocina, un recurso que para muchos se convierte en una “necesidad” diaria y en cambios para otros se ve como un último recurso muy lejano de sus expectativas, pero seamos sinceros ¿quién no ha comido una hamburguesa en su vida?,¿quién nunca a pisado un burguer?, y todos “hemos sabido” lo que comíamos, sabíamos perfectamente que estábamos ingiriendo una gran cantidad de calorías, grasas…y otros ingredientes que quizá nunca sepamos qué son y mucho peor de donde vienen.
Respecto a la solicitud de retirada de la campaña publicitaria me parece absurdo, creo que el público es lo suficientemente coherente y sensato para determinar si se toman una hamburguesa o cuatro, todos sabemos a lo que nos estamos sometiendo, todos sabemos la “calidad” de comida a la que nos estamos enfrentando.
Mucho mas indignante me parece, ya no como consumidor, si no como “futuro” publicista, ya que bastante son las trabas que este sector se está encontrando, para que ahora llegue la ministra y pida la retirada del spot,¿ por qué no se dirige directamente con la empresa “burguer king”?, no sé si el gobierno habrá visto en la publicidad un enemigo puntual, ya prohibieron los spot de tabacaleras, los spots de bebidas alcohólicas…y ahora esto, de verdad no lo entiendo, es un trabajo tan digno como otro cualquiera, no matamos, ni agredimos a nadie solo hacemos nuestro trabajo, lo que las empresas nos piden…
Una vergüenza en conclusión, no se quién volverá a lavar la cara a esta profesión que se está viendo perjudicada por unos individuos que se enorgullecen y parecen que realizan su trabajo mejor que nadie.
En primer lugar, considero que se ha creado una polémica muy grande sin tener porqué, y además esto ha servido para publicitar al producto más que el propio trabajo de la agencia (que se hable bien o mal no importa, lo importante es que se hable), no sé si éste era el objetivo de los creativos, pero desde luego han conseguido que su campaña sea relevante.
Entiendo la postura del Ministerio de Sanidad, que tiene que velar por nuestra salud, ya que la hamburguesa no es muy saludable, pero considero desmedido tener que retirar la campaña. Es un producto más, como otros tantos que no aportan nada (bueno) a nuestra salud, y la empresa lo único que quiere es dar a conocer su nuevo producto e intentar aumentar las ventas.
Parece que desde hace un tiempo hemos tomado conciencia de lo que es perjudicial para nuestra salud (antes sucedía lo mismo pero vivíamos felices sin saber que el tabaco mata…ahora, aunque lo sabemos, seguimos fumando) y ante anuncios como éste nos rasgamos las vestiduras.
En cuanto al tema de la obesidad infantil, no encuentro la relación con esta hamburguesa. ¿De verdad creen que un niño va a querer comerla en lugar de un menú infantil con muñeco y actimel incluido? yo sinceramente no.
El eslogan "Come como un hombre, hombre" es adecuado, ya que son los potenciales clientes.
Allá cada uno si quiere consumirlo o no, somos libres para elegir. Al igual que no compramos toda la ropa que se anuncia, no tenemos porque comer esta hamburguesa.
En definitiva me parece una buena campaña que, gracias al revuelo montado, recordaremos.
La publicidad en busca y captura a nivel XXL.
Parece ser que los establecimientos de comida rápida están suministrando “veneno” entre dos piezas de carne, lechuga, tomate y condimentado con algo de ketchup y, evidentemente, de quién es la culpa de semejante despropósito, de la publicidad. Esta rama de Ciencias de la Información se ha convertido- o más bien ha sido convertida no nos vamos a culpar a nosotros mismos- en cabeza de turco válida para toda polémica social.
Si la gente fuma, ¿De quién es la culpa? De la publicidad; si la gente bebe alcohol, ¿de quién es la culpa? De la publicidad; si la gente conduce temerosamente, ¿de quién es la culpa? De la publicidad. Y así un sin fin de aspectos de la vida social que últimamente parecen haber sido inventados por publicitarios con mucha imaginación. Sinceramente tenemos imaginación pero no tanta.
Tal vez tengan aún más imaginación y deberían plantearse dejar sus profesiones e incorporarse a nuestras aulas todos aquellos que culpan de la nocividad de los productos a los publicitarios que se limitan a realizar su trabajo, dicho sea de paso, siempre dentro de la legalidad. Burger King encarga un anuncio para promocionar su nueva hamburguesa de proporciones descomunales. Los creativos ante tan colosal pieza de carne grasienta podrían haber pensado destacar del producto que llevaba lechuga, o que las semillas de sésamo que adornan el pan estaban ligeramente tostadas pero vaya, inexplicablemente lo que les llamó la atención es que era grande, muy grande. Tomada esta decisión pensaron que era lo que querían comunicar al público objetivo: si usted quiere comer una gran, una enorme hamburguesa deliciosamente grasienta, la encontrará en este establecimiento. Los hay que han escuchado atentísimamente y han entendido: Vayan ustedes a este establecimiento a tomar esta bomba de relojería calorífica y ¡engorden! Que falta les hace.
Pues bien, dejando atrás el sarcasmo hay que entender que la publicidad se ha limitado a vender un producto que no está penado por la ley, no está prohibida su compraventa y de hecho ha sido bien aceptada incluso llegándose a hablar de progreso con la llegada e instauración de estas franquicias de famosas cadenas de comida rápida. Punto uno.
Punto dos, el anuncio de esta campaña no atribuía cualidades beneficiosas para la salud a esta hamburguesa icono del culto a la obesidad, tampoco ha negado que sea bastante nociva, simplemente ha dicho que es grande, y señores es verdad, es grande.
Y para terminar hay que pensar en qué concepto se tiene de los ciudadanos, del público, de la sociedad. El anuncio nos informaba de todo lo ya relatado y, como toda publicidad, nos daba una doble alternativa: cómasela usted o no se la coma, eso ya es decisión suya. Y así es, aquella persona que quiera irá al establecimiento por las razones que tenga y en las que no nos metemos y llenará su estómago con tan polémico alimento a sabiendas, que ya bastante trillado está el tema de lo mala que es la comida basura, de que ingerirá, además de una brutalidad de calorías y grasas saturadas, un par de filetes de carne mecánicamente recuperada y unas patatas fritas que minutos antes nadaban felices en una piscina olímpica de aceite.
Así pues y en conclusión no vamos a negar que la hamburguesa XXL es mala para la salud, igual que la bollería industrial, el tabaco, el alcohol, la cafeína… pero si la Ministra quiere protegernos que prohíba la venta de estos productos, que por su parte aportan importantes beneficios al Estado, sobretodo la tabacalera. Que los retire y no los publicitaremos, pero que no retire el anuncio y, si tan desinformados cree que estamos, que acuda a una agencia de publicidad y pida que se haga una campaña publicitaria informativa sobre lo que consumimos y por qué no debemos hacerlo y tal vez entonces muchos despertarán de su letargo y asombrados comprobaran que, por una vez, la publicidad no será la causante de todo, sino más bien la solución. En tal caso tal vez se acabe la busca y captura de la publicidad XXL o S (me da igual.)
En mi opinión, la promoción y publicidad de un alimento, por poco sano que sea, no es ningún delito; no infringe ninguna ley, ni vulnera ningún derecho.
Los consumidores son libres de elegir qué, cuánto, cuándo, cómo y dónde comen, y por muchas campañas anti-comida basura que se lleven a cabo, este tipo de comida, como la hamburguesa XXL, se va a seguir consumiendo. Sea por comodidad o por lo económico que resulta, he de decir que yo misma también soy consumidora ocasional de este tipo de restaurantes.
Eso sí, tampoco conviene abusar de la comida basura por su alto contenido calórico y de grasas, pero como tampoco se debe abusar de ningún alimento. Lo ideal sería una comida equilibrada, sin abusos ni prohibiciones.
Por lo que he visto, la publicidad de Burguer King sobre la hamburguesa XXL es bastante agresiva y también puede resultar ofensiva para determinados sectores de la sociedad, tomando por ejemplo aquel anuncio que dice “Come como un hombre”. Personalmente no encuentro ningún sentido apelar a la hombría para promocionar una hamburguesa.
En cuanto al tamaño ¿XXL?, no creo que sea el verdadero problema ya que, por ejemplo, tengo un amigo que es aficionado al “euro ahorro” del McDonald’s y, en vez de comprarse una única hamburguesa extragrande, se compra siete u ocho pequeñas a un euro la unidad.
Bien es cierto que la Ministra de Sanidad ha de velar por la salud de los ciudadanos informando sobre el problema del sobrepeso y demás riesgos para la salud que conllevan el abuso de la comida basura, pero no es de su competencia prohibir la publicidad de las empresas que venden estos productos. En vez de una petición de retirada de la publicidad de la comida basura, el Ministerio de Sanidad y las administraciones sanitarias deberían contraatacar con una publicidad que abogue por el consumo de comida sana y equilibrada.
Es evidente, por todo lo que se ha estado publicando en los medios en los últimos días, que la campaña de las hamburguesas “XXL” de Burger King ha causado una gran controversia.
El problema radica, desde el punto de vista del Ministerio de Sanidad, en que el producto publicitado infringe un pacto realizado por las cadenas de comida rápida para no anunciar productos que sean “perjudiciales” (no debemos olvidar que pese al alto contenido en grasas, etc. que contienen, en este caso, las hamburguesas, su consumo esporádico no produce mayor mal que una digestión pesada) para la salud de los consumidores.
En mi opinión la acción llevada a cabo por dicho ministerio es correcta, pues nos recuerda que todavía hay organismos que se preocupan por los ciudadanos, pero ¿era necesario tanto revuelo? Con esto, han conseguido que la importancia mediática de la campaña haya sido mayor, pues prácticamente todos los medios se han hecho eco de la polémica.
Por otro lado, no me parece ético que la empresa anunciante, Burger King, en primer lugar rompa de esta manera un pacto en el que se comprometió a seguir una serie de criterios a la hora de anunciar sus productos y en segundo lugar, que se aproveche de esta “publicidad gratuita” para sacar otra campaña no menos controvertida (esta vez del conocido Doble Whopper) con el fin de mantenerse en los medios, porque, ¿Qué mejor momento que este para lanzar otra campaña del mismo tipo? La pregunta se responde por si sola…
En ultimo lugar, parece que ambas partes se han olvidado de lo que parece el objetivo fundamental de ambos, los consumidores, ya que son (somos) lo suficientemente inteligentes/responsables para determinar que es bueno y que no es bueno para nuestra propia salud, y mas en los tiempos que corren, en los que la información llega a la practica totalidad de la población.
Mario Cid Montes 1ºB UCM 2006
En primer lugar, echar la culpa a la publicidad me parece absurdo. Se limita a lo suyo. Por otro lado, creo excesiva la prohibición del producto: que la comida basura no es saludable, ya lo sabemos todos; sin embargo, no es la única ni principal causa de la obesidad. El consumidor tiene la suficiente capacidad para elegir lo que debe o no comer: ni Burguer King ni el publicista obliga a ello.
Con la censura sólo nos estan limitando la libertad de elegir, pero para elegir hay que tener información y aquí es donde entra la educación. Las quejas sobre la obesidad infantil son hipócritas: son los padres (no la publicidad ni la televisión) los que deben enseñar a sus hijos desde pequeños la importancia de una buena alimentación, una dieta sana y ejercicio regular; también son los padres los que llevan a los pequeños a los restaurantes de comida rápida y esto hay que tenerlo muy en cuenta. No podemos prohibir todo lo que consideramos malo o perjudicial, cada cual debe ser libre de escoger si tomar una hamburguesa gigante o bebe alcohol, lo correcto sería hacerlo con responsabilidad ya que el tema es mucho más profundo que una simple cuestión de comida rápida. Sería preferible fomentar las buenas costumbres a prohibir las dudosas.
Por último, quería resaltar la enorme y efectiva campaña gratuita que se le ha hecho a Burguer King con toda esta polémica: les ha venido muy bien para que se hable de ellos y aumentar las ventas, que al final es lo que buscan.
La publicidad es un servicio que contrata una empresa para dar a conocer sus productos. La agencia publicitaria tiene el deber de hacer una buena campaña publicitaria del producto y/ó la empresa que les ha contartado y no que las hambuerguesas sean buenas para la salud.
Por desgracia en este país,como siempre, se pasan el muerto unos a otros. La culpa no la tienen los publicistas, que culpa tienen ellos, sino sanidad que tendrian que hacer un esfuerzo por intentar presionar a estas empresas de comida rapida para que aumente la calidad de sus productos. También pienso que cada persona es libre de elegir lo que quiere, porque que yo sepa no se le pone a nadie una pistola en la cabeza para que consuma estos productos.
Es más felicito a la agencia que ha hecho esta campaña porque han logrado que se hable de este producto que es para lo que se les ha contartado.
La publicidad en este caso no tiene la culpa de nada, solo hace su trabajo. Si a una agencia de publicidad le piden que haga una campaña publicitaria, la hace sin miramientos, aunque el producto sea nocivo. Realmente los responsables del producto son las empresas que lo comercializan. Además ¿Por qué se monta tanto revuelo con una hamburguesa y sin embargo el tabaco y el alcohol son anunciados sin ninguna dificultad?
Entiendo que Sanidad advierta, sobre todo con el grave y creciente problema de la obesidad infantil. Además “Burguer King” se salta un acuerdo establecido con la AESA por el cual no “pueden” incentivar el consumo de raciones gigantes, y la campaña publicitaria anunciaba una hamburguesa de casi 1000 calorías. Y si encima esta hamburguesa XXL puede satisfacer tus necesidades alimenticias y es barata, la gente la va a comprar y por tanto Sanidad ha decidido informar a la ciudadanía de lo perjudicial que es la hamburguesa XXL, ya que “Burguer King” no informa sobre el contenido nutritivo (si es que lo tiene) de sus productos.
Pero desde el punto de vista de la Multinacional, también entiendo que la gente es responsable de lo que consume y además saben de sobra que la comida rápida es nociva para la salud si se ingiere frecuentemente (se demostró a través de un documental-película de cine), pero no saben el índice de las grasas saturadas, ni las calorías, etc. que posee cada hamburguesa. Pienso que si hay advertencias en bebidas alcohólicas y en el tabaco, deberían también llevarlas este tipo de productos alimenticios. Aunque dudo mucho que “Burguer King” y todo tipo de empresas similares lo acepten. Y si no, que se ponga drástica la Sanidad y que obliguen a pedir el DNI a los menores de 16 o 14 años para consumir este tipo de hamburguesas XXL, ya que a dicha edad todavía no se es lo suficientemente “consciente” de lo perjudicial que puede llegar a ser para la salud. Aunque esto último me parece excesivo.
Javier Ramos Gama 1ºB UCM 2006
Tras leer el artículo y muchos de los comentarios expresados por compañeros de carrera y demás, comparto muchas de las opiniones que coinciden en casi todos: la publicidad no es la responsable.
Como primera parte contratante: estudiante de Publicidad y RRPP y como segunda parte contratante (¿de la primera parte?): consumidor… [¡Me siento en una película de los Hermanos Marx!]; reconozco que existe un conflicto de intereses.
Por un lado el publicitario se centra exclusivamente en lo que consiste su trabajo: vender. No es labor de este oficio el hecho de decidir qué es lo que éticamente es correcto anunciar y qué no; en todo caso se trataría de una elección personal, no laboral. Ante todo se basa y se rige en la máxima del ‘libre albedrío’, ninguna publicidad obliga al consumo, puede que la incite pero es decisión última del propio consumidor el hecho de hacerlo o no. Un médico cura sea cual sea la enfermedad y el enfermo, un profesor enseña sea cual sea la materia y el alumnado; entonces… ¿por qué criticar el oficio del publicitario si simplemente se limita a intentar vender?.
Por otro lado desde mi punto de vista como consumidor, obviamente no estoy a favor de productos que son perjudiciales para la salud. Pero no culpo a la publicidad de dicho producto por su promoción, sino a los fabricantes del mismo por su producción. Se trata del mismo tema que podríamos tratar con otros consumibles como el alcohol y el tabaco, pero siempre es el propio consumidor quien acaba decidiendo por sí mismo.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo evitar que sigan existiendo productos perjudiciales?. La respuesta está en el propio consumidor, no se trata de prohibir a la sociedad el consumo de tabaco, alcohol o productos alimenticios insanos como esta hamburguesa (repleta de calorías, grasas, conservantes, colorantes y demás sustancias no identificadas). Sino de concienciarla a la propia sociedad que no debe consumirlo por mucha publicidad que se haga del mismo; el propio consumidor tiene que rechazarlo y si se llega a rechazar por la gran mayoría ese producto esta destinado a la desaparición. ¿Por qué no ocurre esto? Sencillo, porque sigue habiendo gente que lo consume.
No creo que prohibiendo la publicidad del producto se llegue a erradicar su consumo. Y ya no por esta hamburguesa, porque publicidad ha tenido, buena o mala pero ha tenido. Da igual que no se exista una hamburguesa más grande y perjudicial, te tomas dos normales o menos nocivas y el resultado es el mismo. Y sin embargo contra eso nadie dice nada, ¿por qué?, porque sigue existiendo la libertad del consumidor para hacer lo que quiera, y por muchas campañas de publicidad que se intenten o se consigan prohibir. Somos nosotros mismos quienes acabamos fumando, consumiendo alcohol y comiendo ‘alimentos’ (si es que a eso se le puede denominar así) que todos sabemos que es malo. ¿Quién no entiende hoy día el concepto ‘comida basura’? Y sin embargo nos da igual. ¿De qué nos quejamos entonces?. No tratemos de cargar el muerto a la publicidad.
¡Señores bienvenidos a la democracia!
“La publicidad es una forma de arte, y el arte no tiene dimensión moral”, según Robert Belt, prestigioso escritor inglés.
Y como tal debería ser entendida, no como un medio que nos deba enseñar cómo debemos comportarnos o qué debemos comer, por lo tanto no es comprensible la polémica petición de retirada de la campaña “XXL” de Burger King por “incitarnos a comer raciones gigantes”. ¿Acaso no es cada uno lo suficientemente responsable para decidir cuánto o qué come?
Y en relación a esto surgiría la cuestión de por qué está permitido vender lo que está prohibido publicitar.
Esta pregunta puede trasladarse al también polémico caso del alcohol y el tabaco. No pueden anunciarse en televisión, pero sí en una moto que ocupará una elevada cuota de pantalla. Paradojas publicitarias.
La libertad de los publicitarios para dar rienda suelta a su creatividad está reduciéndose cada vez más, cada vez aumenta el número de campañas que son retiradas, y aunque una queja infundada y sin razón devolverá al anunciante la posibilidad de emitir su anuncio, la dinámica de los mercados va a otra velocidad que la jurídica, así que no hay tiempo para tales debates. El daño se produce en cuanto salta la noticia, y aún más, las marcas no pueden permitirse estar sin publicidad hasta que se dilucida el asunto. Por tanto los fabricantes no pueden correr riesgos y, ante la duda, acabarán aceptando campañas más seguras aunque puedan resultar más insulsas.
Sólo queda esperar que, pese a todo, los publicitarios sigan apostando por arriesgar.
COMER HAMBURGUESAS XXL NO ES OBLIGATORIO!!!!
Ahora que ya he captado vuestra atención, me gustaría añadir que la publicidad no es la culpable de que esta hamburguesa tenga 900 kilocalorías y sea muy barata, lo es burguer king.
Y por mucho que la ministra de sanidad y las demás personas y asociaciones indignadas con este anuncio quieran eliminarlo, no evitaran el problema de la creciente obesidad en la sociedad, porque la hamburguesa se sigue vendiendo y la gente la sigue comprando.
Los publicistas lo único que hicieron fue hacer su trabajo (que es vender un producto) y bastante bien dada la polémica que ha levantado. Pero es que, burger king tampoco es el problema, puesto que no obliga a comer sus hamburguesas, simplemente las hace más accesibles al consumidor, es decir, las hace más competitiva frente a sus rivales en definitiva, hace su trabajo.
Si la sociedad es cada vez más obesa no es porque estos productos existan, es por que se educa peor a los niños.Y es que como decía anteriormente un compañero hoy en día puedes encontrarte facilmente a niños de 12 años fumando y bebiendo alcohol, sin importarle en absoluto lo que digan los demás. Luego el problema está en la educación.
La conclusión que deberían sacar todas las personas preocupadas por la obesidad no es prohibir la publicidad del producto sino el producto en sí.
Pero eso no es una solución, creo yo, así que mi conclusión personal es que hay que educar a la gente desde pequeña a comer de forma equilibrada, porque ni es bueno comer solo hambuerguesas (SUPER-SIZE-ME), ni tampoco es bueno comer solo lechuga (DOWN-SIZE-ME) y si no que se lo digan a las modelos que mueren por anorexia.cada año.
LAS HAMBURGUESAS Y LAS HAMBURGUESAS
En primer lugar quiero decir que al ser estudiante de publicidad y relaciones públicas voy a defender el anuncio tan criticado por la Ministra de Sanidad (que no Ministerio).
La publicidad está al servicio de la información, de esta manera, contratada por determinadas empresas, la publicidad ofrece información a cerca de un nuevo producto sin obligar a nadie a su consumición. Bien es cierto que los anuncios inducen al consumo, esto es algo ya sabido por todos, y que sucede tanto en la publicidad de la cosmética que tanto nos promete y luego no cumple, como en el de una simple hamburguesa. Al decir simple no me refiero a su simplicidad ya que está recubierta de toda clase de ingredientes que satisfacen nuestro apetito, sino que es un simple producto que la publicidad oferta. De esta manera si nos ponemos a restringir anuncios publicitarios, nos daríamos cuenta de que muchos de éstos nos sobran en nuestra lista de anuncios correctos. De esta manera no me estoy tirando piedras a mi propio tejado, sino que quiero defender que dentro de las leyes publicitarias, si éstas se cumplen, todo vale.
Las agencias no entran en el juego de qué es lo sano, porque no solo ésta hamburguesa sobrepasa los límites de la sanidad, y qué es lo éticamente correcto, puesto que somos engañados por una gran cantidad de anuncios publicitarios. Por tanto, quiero proponer que si hay a algo que se deba suspender es la propia hamburguesa y no el anuncio, es decir, si ésta hamburguesa atenta contra la sanidad de los españoles que los pone en riesgo de obesidad así como de otras tantas enfermedades, que prohíban su venta y así no se crearán anuncios en torno a ésta.
¿Alguien ha dicho a partir de cuántas calorías se puede vender o no? En cualquier caso la publicidad no es la empresa que vende, sino que anuncia e induce a la venta de algo creado por otros.
Es fácil culpar a la publicidad y a los anuncios de todo lo malo que aparece en nuestras pantallas y de hecho, personas que no quieren enfrentarse con ciertas entidades arremeten contra la publicidad para hacernos ver que se preocupan por el bienestar social.
Creo que sobre este tema habría que matizar dos elementos fundamentales relacionados. Por una parte nos encontramos con un producto altamente calórico y con demasiadas grasas nocivas para nuestra salud, base de la polémica que está causando tantos debates en nuestro país; y por otra parte, aparece una publicidad original que, como otra cualquiera, intenta persuadir a los consumidores de la idoneidad de sus productos. El problema está cuando ambos elementos se unen en uno solo, dando lugar a una importante polémica, pues se pone en juego en cierto grado la salud del consumidor y la originalidad y libertad de las campañas publicitarias.
En este sentido, la publicidad ofrece un producto cuyo consumo puede perjudicar nuestra salud debido a sus componentes, pero es sólo una forma más de hacer publicidad, una forma más de llamar nuestra atención. En ningún momento nadie nos está obligando a nada, pues los consumidores somos totalmente libres de comprar o no dicha hamburguesa. Los publicistas sólo hacen su trabajo.
Sin embargo esta publicidad puede costar caro y más en una sociedad en la que la obesidad es uno de los principales problemas de salud y motivos de muerte de la población, y en la que ésta sufre cada vez más trastornos alimenticios.
En mi opinión estas empresas de “fast food” (comidas rápidas) y alimentos con alto nivel de calorías deberían informar mucho más sobre de los componentes y valores nutricionales de sus productos, ya que si no es por el Ministerio de Sanidad nosotros no sabríamos exactamente a qué nos exponemos cuando consumimos estas hamburguesas XXL, es decir, a ingerir una media de 900 calorías aproximadamente. Pero el vendedor nos muestra lo que quiere, pues si informara de la realidad del producto quizá nadie lo consumiría. Sin embargo no apuesto por la retirada del anuncio, pues la culpa no es de aquellos que han hecho su trabajo, sino por una mayor información al consumidor por parte de empresas como Burguer King, pues estamos en nuestro derecho de saber lo que comemos y lo que compramos para nuestra familia.