LAS ARMAS QUÍMICO-BIOLÓGICAS Y LAS PATENTES: CUANDO LA DIVULGACIÓN ES PERJUDICIAL PARA LA SOCIEDAD.

Recientemente se publicó por parte de la cadena de televisión estadounidense FOX, la noticia de que “una agencia de la ONU había ayudado a Corea del Norte a presentar una solicitud de patente sobre un procedimiento de obtención de un potente veneno”. La solicitud de patente en cuestión es una solicitud internacional PCT de número WO2016199944, de título “procedimiento para la obtención de cianuro de sodio”.  El informe de búsqueda fue realizado por la Oficina China de la Propiedad Intelectual (SIPO) en cuanto que Administración de Búsqueda Internacional según el PCT (Patent Cooperation Treaty) designada por Corea del Norte.

Datos bibliográficos de la solicitud PCT WO2016/199944

Aun cuando el redactor de la noticia parece preocupado por el hecho de que la OMPI habría violado las sanciones impuestas a Corea del Norte, al “ayudar” a presentar la solicitud, a primera vista lo único que hizo es aplicar el tratado PCT (Patent Cooperation Treaty), ratificado por la República de Corea del Norte. Es cierto que el informe indica que el procedimiento no tendría actividad inventiva, pero es legítimo preguntarse si la publicación de esta solicitud no debería haberse evitado por ir contra el orden público y las buenas costumbres, si bien es cierto que se trataría de una tecnología de doble uso, pues el cianuro de sodio también se emplea en minería. En relación con la moralidad y el orden público, en el PCT el artículo 21.6   establece:

“6) Si la Oficina Internacional considera que la solicitud internacional contiene expresiones o dibujos contrarios a las buenas costumbres o al orden público, o declaraciones denigrantes tal como las define el Reglamento, podrá omitirlos de sus publicaciones, indicando el lugar y número de palabras o dibujos omitidos, y proporcionando, previa petición, copias individuales de los pasajes omitidos.”

Este artículo parecería no amparar la exclusión de la patentabilidad de una solicitud en su totalidad. De haberse presentado esta solicitud en otros estados, probablemente se habrían aplicado las disposiciones destinadas a mantener en secreto aquellas solicitudes de patente que tienen por objeto invenciones de interés para la defensa, que ya fueron objeto de una entrada anterior del blog. Pero ¿y si el interés de un estado es divulgar métodos de obtención de armas químicas?. Imaginemos un estado cuyo objetivo es dar a conocer tecnologías que en manos de grupos terroristas podrían sembrar el caos, en ese caso las solicitudes de patente internacionales podrían emplearse como herramienta para divulgar tecnologías peligrosas.

Esta introducción basada en una noticia reciente nos sirve para entrar en la historia de las armas químicas y su relación con el mundo de las patentes. Hay consenso en que el “padre” de la guerra química actual fue el científico alemán Fritz Haber, premio nobel de química en 1918 por su invención del proceso Born-Haber, que permite la fijación del nitrógeno y la producción de amoniaco. Durante el último siglo ha sido la principal forma industrial de obtención de fertilizantes y permitió la revolución agraria que el mundo ha vivido desde entonces.

Datos bibliográficos de la patente DE235421C de Fitz Haber, que tiene por objeto el procedimiento de síntesis del amoniaco

Sin embargo, también fue el “culpable” de que se empezarán a emplear productos químicos como armas de guerra, principalmente el gas cloro que utilizado por Alemania durante la batalla de Ypres causó decenas de miles de víctimas. Este gas se sigue empleando como arma química en la guerra de Siria. Asimismo, Haber estuvo involucrado en las investigaciones que dieron lugar a la invención del pesticida Zyclon, también empleado como arma química en la primera guerra mundial y que posteriormente dio lugar al Zyclon B utilizado por los nazis en los campos de concentración para asesinar a millones de personas.

Datos bibliográficos de la patente DE438818 sobre el Zyklon B

Dentro de las armas químicas son bien conocidos, por sus efectos letales, los llamados agentes nerviosos.  El primero de estos agentes, el llamado Tabun, fue obtenido por el científico alemán Gerhard Schrader en 1936 cuando investigaba sobre nuevos insectidas. Toda la investigación y la solicitud de patente correspondiente fueron declaradas secretas por el régimen nazi y aún resulta un misterio por qué el ejército alemán apenas empleó armas químicas durante la segunda guerra mundial, aunque se afirma que la principal razón fue el temor a las represalias.

Otros agentes nerviosos bien conocidos y desarrollados en Alemanía en los años 30 y 40 del siglo XX son el gas Sarín (utilizado en el ataque del metro de Tokio), el Soman y el cyclosarín.

Tras la segunda guerra mundial Gerhard Schrader trabajó para Bayer y continuó investigando en el campo de los pesticidas, figurando como inventor en numerosas patentes.

Otro agente químico muy tóxico, cuyo procedimiento de obtención fue patentado por el ejército de los EE.UU. es la llamada “Ricina Tóxica”. La solicitud de patente fue presentada en 1952 y publicada en 1962 (US3060165), lo que indica que durante unos años estuvo clasificada por ser de interés para la defensa. La lectura de la descripción no deja lugar a dudas respecto a que se trata de un poderoso veneno:

“Ricin is a protoplasmic poison prepared from castor beans after the extraction of castor oil therefrom. It is most effective as a poison when injected intravenously or inhaled.”

Con casi toda probabilidad una solicitud de patente con este objeto sería rechazada hoy por las oficinas de patentes de los países miembros de la Convención de Armas Químicas (entró en vigor en 1997), que son 192 actualmente, por ser contraria al orden público y las buenas costumbres (asunto al que hemos dedicado ya dos entradas en este blog I, II).

Procedimiento de obtención de ricino tóxico (US3060165) 

 

En este artículo, el autor duda de que el procedimiento patentado realmente pudiera suministrar un veneno lo suficientemente potente.

Este veneno fue empleado por los servicios de inteligencia búlgaros para acabar con la vida del disidente búlgaro Georgi Markov, en el llamado “asesinato del paraguas”, en el que se utilizó una pistola de aire comprimido camuflada en un paraguas que disparó un perdigón con ricino tóxico.  También se han enviado sobres con ricina en su interior a la Casa Blanca en varias ocasiones, la última en 2013.

El paraguas búlgaro con el que se asesinó a Georgi Markov mediante un perdigón con ricina

 

El CDC (Center for disease control and prevention)  norteamericano afirma que no hay ningún antídoto contra este veneno, pero una búsqueda rápida en espacenet muestra la existencia de una patente japonesa JPH02113896 sobre un anticuerpo monoclonal dirigido a la toxina de la ricina.

También en una ocasión otra patente, la US6523478 sobre un rifle con carga no letal, presentada por el ejército de los EE.UU, puso de manifiesto que dicho ejército contemplaba la utilización de agentes biológicos en acciones de guerra, aun cuando la Convención de armas bilógicas de la que son parte los EE.UU. prohíbe el desarrollo, producción, almacenamiento y adquisición de este tipo de armas en su artículo 2.

Fragmento de la descripción de la patente US652437 donde se divulga la utilización de un arma para dispensar material biológico y figura del arma.

 

En el caso de la conocida arma biológica que constituye el Ántrax o carbunco, también se puede encontrar una relación con las patentes. Como consecuencia del envío de cartas con ántrax que se produjo en los Estados Unidos poco después del ataque a las Torres Gemelas en 2001 y que causó 5 muertes, resultó que el antibiótico ciprofloxacino objeto de una patente cuyo titular era Bayer, era el único tratamiento disponible para combatir las infecciones por Ántrax. Dado que estaba protegido mediante patente, el precio era elevado. Debido a la imperiosa necesidad de disponer de grandes reservas del medicamento en cuestión, el gobierno de los EE.UU. amenazó a Bayer con conceder una licencia obligatoria sobre su patente, lo cual hizo que Bayer redujera el precio de venta del ciprofloxacino. Canadá llegó a pasar por encima de la patente para producir el ciprofloxacino en grandes cantidades a un precio asumible. Este caso se esgrime habitualmente cuando los países más desarrollados se oponen a la concesión de licencias obligatorias, como ejemplo de que su empleo está justificado cuando se presentan situaciones de emergencia sanitaria. En la base de datos espacenet es posible encontrar dos documentos de patente de la época soviética sobre el cultivo de las bacterias ántrax con el objetivo de producir vacunas.

Bacillus anthracis

Para concluir, volvemos al tema con el que abríamos la entrada, el peligroso papel que los documentos de patente juegan en la divulgación de tecnologías que permiten la obtención de armas químicas letales. En este caso se trata del agente nervioso VX. En 1952 los químicos Ranajit Ghosh y J.F. Newman descubrieron los agentes nerviosos de la serie V mientras trabajaban en la compañía británica ICI y posteriormente llegaron a sintetizar y patentar la forma más peligrosa, el llamado agente nervioso VX. La patente permaneció clasificada y por tanto no se publicó durante muchos años, pero fue desclasificada por el departamento de defensa del Reino Unido en 1971. Asimismo, en 1973 se desclasificaron dos patentes sobre métodos de producción del agente VX. Aunque según se afirma, gracias a que aún no existía internet, supuestamente las copias de las patentes se retiraron en el plazo de 10 días, se afirma que estas publicaciones contribuyeron a que la tecnología fuera conocida por todos aquellos interesados en obtener el agente VX.

Una de las patentes divulgaba la utilización del compuesto EMPTA (O-Ethyl methylphosphonothionic acid) para la obtención del agente VX. La creencia de que este compuesto estaba siendo utilizado para la elaboración del agente VX, tras la obtención de muestras de suelo que contenían ese compuesto, llevó al bombardeo de la fábrica farmacéutica “AL Shifa” en Sudán por los Estados Unidos en 1998. Nunca llegó a confirmarse que realmente el EMPTA se estuviera utilizando para fabricar armas químicas, sino que parece que se empleaba para la elaboración de fungicidas. En este artículo se afirma que los científicos iraquíes utilizaron una patente desclasificada en 1975 (en este caso por los EE.UU.) para fabricar el agente VX a partir del EMPTA. Como curiosidad, este agente VX ha sido utilizado recientemente para asesinar al hermanastro del presidente de Corea del Norte en el aeropuerto de Kuala Lumpur el pasado 13 de febrero.

Las ruinas de la fábrica Al Shaifa tras el ataque.

Conclusión

Si bien la publicación de los documentos de patente constituye una fuente de información tecnológica que en general contribuye al progreso de la humanidad, no hay que olvidar aquellos casos en que la divulgación de tecnologías destructivas tiene un efecto contrario y por tanto la necesidad de disponer de sistemas ágiles y eficaces que impidan dichas publicaciones.

 

 

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