EL DÍA DEL LIBRO 2018. LAS PATENTES Y LA LITERATURA: “THE CORRECTIONS”, “ORAL ARGUMENT” y “FILEK : EL ESTAFADOR QUE ENGAÑÓ A FRANCO”

Un año más y coincidiendo con el día del libro les traigo unas obras literarias en las que la patente y la invención juegan un papel, ya sea principal o secundario. Obras que se unen a las ya indicadas en años anteriores en las entradas del blog que se facilitan al final.

The Corrections

La primera de ellas es una novela, de título “The Corrections”. La trama relacionada con las patentes no es ni mucho menos protagonista, sino una de las numerosas historias paralelas que se desarrollan en esta extensa novela escrita por el norteamericano Jonathan Franzen.

La novela narra el discurrir de la vida de los integrantes de una típica familia del Medio Oeste, en los Estados Unidos, desde los años 50 hasta finales del siglo XX. El patriarca de la familia trabajaba como ingeniero en una empresa ferroviaria y, a modo de hobby, investigaba dentro del campo de la metalurgia tratando de obtener nuevas aleaciones, dos de las cuales, incluyendo el procedimiento de obtención, patentó.

La obra comienza con una exhaustiva descripción de la casa familiar, donde las dos patentes de Alfred Lambert, el padre de familia ocupan un lugar destacado en su pequeño taller metalúrgico:

“Asbestos mitts hung from a nail beneath two certificates of U.S. patents, the frames warped and sprung by dampness.”(Manoplas de amianto colgaban de un clavo debajo de dos certificados de patentes USA, los marcos deformados e hinchados por la humedad”)

Certificado de una patente de los EE. UU.

Este primer pasaje referido a las patentes lleva a pensar en cuántas de ellas habrán terminado así, en poco más que elementos de decoración, de ostentación de lo obtenido, en títulos colgados en la pared a semejanza de los diplomas universitarios que, convenientemente enmarcados, ornamentan numerosas viviendas. No son pocos los inventores que contemplan la entrega del título de patente como el final de un trayecto, cuando en realidad se trata del comienzo de un complicado camino que debería terminar con la explotación de la invención objeto de la patente. Sobre este aspecto ya reflexionaba en otra entrada del blog de hace 4 años.

Las patentes de Alfred se incorporan a la trama cuando éste recibe una carta de una compañía de nombre Axon ofreciendo 5.000 US$ por una de sus patentes, de título “therapeutic ferroacetate gel electropolymerization”. La compañía se disculpa por la escasa cantidad ofrecida, argumentando que el producto en el que interviene la tecnología patentada se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo y que no hay garantía sobre los beneficios que se obtendrán.

Estas relaciones entre grandes empresas e inventores particulares traen a la memoria numerosos casos en los que los inventores no salieron mal parados. De ello se hablaba en otra entrada anterior. De cualquier modo, la valoración económica de las patentes sigue siendo un asunto muy controvertido.

Uno de los hijos de Alfred, de nombre Gary, se teme que detrás de la oferta haya algo oscuro, dado que la patente caducaba en 6 años y lo habitual en estos casos era la infracción de la patente por la gran empresa. En una presentación organizada por Axon de su nuevo proyecto y destinada a atraer inversores, comprueba que la patente es esencial para un producto que podría proporcionar unos beneficios de más de 200 millones de dólares. A pesar de un intento de negociación, lo más que consigue es la posibilidad de que su padre, afectado de Parkinson, pueda participar en los ensayos con el producto, destinado al tratamiento de enfermedades neurológicas y es que, como le dice a Gary Lambert un representante de la empresa: “Justice is the right of the stronger, when it comes to patent law”.

En fin, otra historia de patentes en la literatura que no acaba bien para el inventor, y es que normalmente las historias sin final feliz dan más opciones de lucimiento.

Oral Argument

Para este día del libro de 2018, también traigo una reseña del relato “oral argument”, del autor Kim Stanley Robinson. Se trata de la transcripción de los supuestos argumentos de un abogado en su exposición oral ante el Tribunal Supremo de los EE. UU. en un caso sobre patentes que se desarrolla en un futuro no demasiado lejano.

El relato tiene un tono humorístico. Nada más comenzar, se hace referencia al “client-attorney privilege” o confidencialidad en las comunicaciones entre clientes y agentes de patentes, un tema muy candente al que ya se ha dedicado otra entrada en el blog.

Se hace mención a la imposibilidad de patentar las ideas, con referencias a la patentabilidad de los métodos de negocio y a la sentencia BILSKI del SCOTUS (Tribunal Supremo de los EE. UU.). La invención objeto del caso consistía en un procedimiento para inyectar en la piel humana, como si de un tatuaje se tratara, cloroplastos y fibroblastos, de modo que, mediante fotosíntesis, el cuerpo humano pudiera transformar los rayos del sol en energía para su utilización. Se patentaron tanto la “tinta” empleada como la aguja modificada. Puesto que se trata de una invención del campo de las ciencias de la vida, se menciona la sentencia Myriad del SCOTUS.

En un momento dado, el abogado relata que las patentes fueron abandonadas, con lo que el procedimiento se convirtió en “genérico”. La utilización masiva de este procedimiento habría cambiado los hábitos de consumo de la humanidad, pues los que disponían de estos tatuajes tenían menos necesidades alimenticias y pasaban mayor tiempo al aire libre. Todo ello podría haber sido la causa de una disminución del consumo que, a su vez, provocó una gran crisis económica. En suma, una historia rocambolesca que emplea algunos conceptos relacionados con las patentes.

Filek: el estafador que engañó a Franco

Finalmente, he tenido la oportunidad de leer un libro publicado hace escasamente unos días, de título “Filek: el estafador que engañó a Franco”, del autor español Ignacio Martínez de Pisón.

Ignacio Martínez de Pisón ha llevado a cabo una exhaustiva investigación de las andanzas del austriaco o ¿húngaro? Albert Von Filek, desde su nacimiento, en el corazón del Imperio Austrohúngaro, a sus fechorías y tribulaciones en la España de la República, la Guerra Civil y la primera posguerra.

Tras conocer todos los datos que el autor ha recopilado sobre la vida de este peculiar personaje, se puede concluir que era la encarnación del típico estafador y embaucador, lo que le llevó a visitar la cárcel en numerosas ocasiones.

La estafa por la que “pasó a la posterioridad” tuvo por protagonista una patente española, bueno, en realidad fueron 5 patentes, ya que su modus operandi durante los años de la Segunda República consistía en conseguir “socios capitalistas” que aportarían sus buenos fondos a Filek con el fin de presentar una solicitud de patente sobre la misma invención, con ligeras variantes y luego abandonarlas,  esfumándose lo más rápidamente posible.

Patentes que a nombre de Albert Von Filek y sus sucesivos socios (presuntamente timados) figuran en el Archivo Histórico de la OEPM

La patente, con ligeras variantes, tenía como objeto un combustible “sintético” obtenido a partir de la mezcla de una composición de un 65% de agua, parece ser que preferentemente del río Jarama, y 25 a 30 % de alcohol, proveniente de fermentaciones vinícolas, o de melaza o de remolacha, de patata o de trigo, a la que se agregaba otra mezcla de acetona, naftalina y éter sulfúrico. Los ensayos técnicos que descubrieron el engaño mostraban que su capacidad energética era prácticamente nula.

1ª reivindicación de la patente española de número ES139867, presentada el 15 de octubre de 1935

Albert Von Filek no fue el único inventor extranjero que elucubró estafas basadas en patentes en aquellos años de la Segunda República española, por ejemplo, les recomiendo esta entrada del blog dedicada a la estafa conocida como del “estraperlo”.

Ya comenzada la guerra, Albert Von Filek no tuvo otra ocurrencia que intentar estafar a Francisco Largo Caballero, recién nombrado ministro de la Guerra en septiembre de 1936. Nada más presentarse en el ministerio, en la plaza de la Cibeles, sería encarcelado acusado de espionaje y no abandonaría la misma hasta el fin de la contienda. Si desean conocer algo más sobre las patentes y la Guerra Civil española, les recomiendo que lean este artículo publicado en el Nº 52  de la Revista Marchamos de la OEPM.

Su estancia en las cárceles de Madrid durante la guerra le facilitó importantes contactos entre los futuros gobernantes de España, conexiones que le permitieron su siguiente y mayor intento de estafa, nada menos que a Francisco Franco, recién terminada la Guerra Civil.

Aprovechando la confusión de los primeros gobiernos tras el fin de la guerra y sus influyentes relaciones, Albert logró que en el BOE del 05 de enero de 1940 se publicara un Decreto “disponiendo las obras de instalación de la Fábrica de Carburante Nacional, del que es inventor don Alberto Elder von Filek”.

Cuando se destapó el pastel, fue de nuevo encarcelado, sin juicio y permaneció en diversas prisiones, incluyendo el duro campo de concentración de Nanclares de Oca, desde 1941 a 1946, cuando fue expulsado a Alemania.

En fin, un libro muy recomendable, no sólo por su relación con las patentes, sino por la interesante información que sobre la situación sociopolítica de aquellos años ofrece, al mismo tiempo que se relatan las aventuras y desventuras de Albert Von Fileck.

Si con ocasión del día del libro de este año 2018, desean profundizar en la relación entre las patentes y la literatura les recomiendo otras entradas que he escrito sobre el tema:

 
– Día del libro de 2015.

– Les Souffrances de l’inventeur (Honoré de Balzac).

– Congreso en Estocolmo (José Luis Sampedro).

– A Venetian Court (Charles L. Harness).

– Les Patrons sous l’occupation (Renaud de Rochebrune).

– Patent Pending (Arthur C. Clarke)

– El Agua Prometida (Alberto Vázquez Figueroa)

– Antoine de Saint-Exupéry.

La literatura y las patentes

A patent lie

 

Leopoldo Belda

 

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