La política de ciencia y tecnología en tiempos de crisis: Perspectivas para una economía basada en el conocimiento

El grupo de expertos sobre “Conocimiento al Servicio del Crecimiento” (Knowledge for Growth – “K4G”) celebró su última reunión el pasado 25 de junio en Bruselas

El grupo de expertos sobre “Conocimiento al Servicio del Crecimiento” se creó en 2005, por iniciativa del Comisario europeo de investigación Janez Potocnik. Desde entonces, el grupo ha asesorado al Comisario en temas como: la contribución del conocimiento al crecimiento sostenible y la prosperidad; qué combinación de políticas son capaces de impulsar la creación, la difusión y el empleo de conocimientos; y la función que pueden desempeñar distintos agentes en la creación de la sociedad del conocimiento. Entre otros temas, sus recomendaciones han influido en avances recientes realizados en la creación del Espacio Europeo de Investigación (EEI). A finales de 2008, el grupo publicó un documento resumiendo los trabajos realizados: “Knowledge for Growth – European Issues and Policy Challenges”.

El seminario de clausura del grupo se celebró en un momento especialmente interesante, debido a la situación de crisis económica que se atraviesa. Varios oradores citaron el dicho anglosajón de que no se debe perder la oportunidad de una crisis. No obstante, según indicaron algunos, es más fácil decirlo que cumplirlo. La demanda disminuye, el acceso al capital es cada vez más complicado, los trabajadores cualificados están siendo despedidos y las empresas tienen dificultades para sobrevivir. En este entorno, las políticas tienden a centrarse en el corto plazo y se cuenta con pocos incentivos para innovar.

No obstante, tal y como indicó el Comisario Potocnik, “la historia nos enseña que las inversiones realizadas en investigación e innovación han sido de la mayor utilidad, cuando la idea general es que eran un lujo”. Tanto el iPod como los motores más eficientes se desarrollaron durante la última crisis económica, indicó.

En general, los participantes señalaron la necesidad de aumentar la financiación dedicada a la investigación, tanto del sector público como del privado. Asimismo, se considera muy poco probable que la UE logre el objetivo de destinar el 3% del PIB a investigación para el 2010. También se hizo hincapié en la importancia de mejorar la difusión del conocimiento así como en la necesidad de emplear los recursos de forma más eficiente, por ejemplo, mediante la programación conjunta, que permite a los Estados miembros aunar recursos y cumplir una agenda de investigación común sobre un tema determinado.