Niveles de maduración de las tecnologías (TRLs)

Los niveles de maduración de las tecnologías, más conocidos en inglés como Technology Readiness Levels (TRLs) surgen como concepto en la NASA para delimitar el grado de madurez de una tecnología. Actualmente se utilizan tanto en el sector industrial como en el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, donde el concepto aparece habitualmente en las convocatorias del programa.

¿Qué tiene que ver la escala TRL con las propuestas de proyectos Horizonte 2020?

Horizonte 2020 ha seleccionado la escala del nivel de preparación tecnológica (TRL) como indicador para posicionar mejor los proyectos solicitados en el programa. Esta escala permite a los solicitantes y revisores alienarse con las expectativas de la CE en este contexto. Por ejemplo, un TRL más alto indicado en la convocatoria implica que la CE está buscando una solución más aplicativa en el ámbito del proyecto, mientras que más bajo se referirá a la investigación básica.

Otro uso del TRL se refiere al nivel de madurez de la tecnología dado al comienzo del proyecto. En este caso, una determinada TRL sirve de «límite inferior».

Cuando la descripción de un topic en una convocatoria del programa H2020 hace referencia a un nivel de maduración de tecnología (TRL) se aplican las siguientes definiciones:

 

TRL 1. Referido a la investigación básica, es decir a los principios básicos observados. Es el nivel más bajo de madurez tecnológica donde la investigación científica comienza la transición a la investigación aplicada y de desarrollo. En esta fase de desarrollo no existe todavía ningún grado de aplicación comercial.

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TRL 2. Una vez que se han observado los principios básicos viene el concepto de tecnología formulado, es decir, se enuncian las aplicaciones prácticas mediante estudios analíticos y experimentación.

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TRL 3. Se inicia la prueba experimental de concepto. Se busca validar la investigación activa y el desarrollo (posible producto y posible mercado). Se pasa de un artículo científico a trabajo experimental. Los ejemplos incluyen componentes que no han sido aún integrados o no son representativos.

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TRL 4. Se valida la tecnología en el laboratorio. Se lleva a cabo el diseño, el desarrollo y el análisis de laboratorio de los componentes tecnológicos para que funcionen en conjunto. Es un prototipo de “baja fidelidad” en comparación con el sistema final.

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TRL 5. Se valida la tecnología en un entorno pertinente (entorno industrialmente pertinente en el caso de las tecnologías facilitadoras clave). El sistema probado es casi un prototipo pero su operatividad ocurre todavía a nivel de laboratorio.

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TRL 6. La demostración del sistema o proceso se lleva a cabo en un entorno operacional.

En esta fase es posible contar con prototipos piloto capaces de desarrollar todas las funciones necesarias dentro de un sistema determinado habiendo superado pruebas de factibilidad en condiciones de operación/funcionamiento real.  Es posible que los componentes y los procesos se hayan ampliado para demostrar su potencial industrial en sistemas reales.

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TRL 7. Demostración de un prototipo de sistema en un entorno operativo.  El sistema se encuentra o está próximo a operar en escala pre-comercial. Es posible llevar a cabo la fase de identificación de aspectos relacionados con la fabricación, la evaluación del ciclo de vida, y la evaluación económica de las tecnologías, contando con la mayor parte de funciones disponibles y probadas.

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TRL 8. Sistema completo y cualificado a través de pruebas y demostraciones en ambientes operacionales. Las tecnologías han sido probadas en su forma final y  bajo condiciones supuestas, habiendo alcanzado en muchos casos, el final del desarrollo del sistema.

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TRL 9. Sistema real comprobado en un entorno operativo (fabricación competitiva en el caso de las tecnologías facilitadoras clave; o en el espacio). La tecnología está lista para su despliegue comercial.

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Como hemos visto, los TRL son una herramienta clave para diagnosticar en qué estado se encuentra nuestra tecnología y hacia dónde queremos llevarla. Como se ha explicado, sirven para identificar la correspondencia de las actividades de I+D+i con las diferentes etapas del desarrollo tecnológico y puede ser aplicado también a las ciencias sociales, economía, artes  y humanidades.

 

Sonia Basulto Pardo

Technology Transfer Technician and EEN Project Manager

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