Según Busquin, la gobernanza científica europea debe mejorarse

El servicio de información de la Comisión Europea CORDIS ha publicado esta semana la siguiente noticia, acerca de unas declaraciones realizadas por Philippe Busquin, anterior Comisario europeo de Investigación y actual Presidente de la Oficina de Evaluación de las Opciones Científicas y Tecnológicas del Parlamento Europeo (STOA), con relación al futuro de la gobernanza científica en Europa:

En su intervención en la conferencia celebrada el 14 de abril sobre «Las previsiones de futuro de los europeos en la sociedad global del conocimiento», el Sr. Busquin se refirió también a la paradoja que existe entre el hecho de que es inimaginable en estos días celebrar una reunión del Consejo Europeo sin que la investigación forme parte del orden del día, aunque es evidente que los ciudadanos de los países industrializados se están cansando de la ciencia y la tecnología.

«Nos enfrentamos a un grave problema a la hora de lograr el objetivo de Lisboa porque no hay suficientes medios humanos que produzcan conocimientos», señaló el Sr. Busquin. «Hay demasiados científicos en puestos relevantes con más de 50 años sin embargo sabemos que el pico de productividad se sitúa entre los 20 y los 30 años. También hay muy pocos jóvenes interesados en una carrera científica».

«Cada país y cada región debe animar el debate. Europa necesita reconciliarse consigo misma a través del conocimiento», instó el Sr. Busquin.

A continuación explicó que el proyecto del reactor termonuclear experimental internacional (ITER) ya había puesto en evidencia el problema de la gobernanza científica en Europa y el mundo.

«Tardamos muchísimo en decidirnos por un emplazamiento para el ITER», comentó. «No nos poníamos de acuerdo entre si debería ser Francia o España. Una vez que conseguimos tomar la decisión a nivel europeo nos enfrentamos al mismo problema a escala mundial. Con lo único que contamos es con la cumbre del G8 en la que participan solamente los países desarrollados con lo cual es insuficiente.

Según el Sr. Busquin, Europa debería trabajar en el desarrollo de una gobernanza científica a nivel europeo y convertirse en un interlocutor clave en la elaboración de gobernanza a escala mundial.

Como los fondos son limitados y el número de científicos también, deberíamos dar prioridad a algunos ámbitos y sectores ¿Cómo deberíamos hacerlo? A través de pronósticos e intercambiando la información, ambas esenciales para gobernar juntas. Sin embargo, también es necesaria la subsidiaridad para la gobernanza científica ya que la investigación se gestiona de forma diferente en los distintos países.

Por ejemplo, en el Reino Unido y Bélgica, la investigación se realiza en las universidades, en Francia, se realiza mayoritariamente en grandes centros como CEA (Centro de la Energía Atómica) y el CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica), y en Alemania, el sistema utilizado es una mezcla de los dos anteriores.

A juicio del Sr. Busquin, el sistema comunitario de gobernanza científica debería desarrollarse teniendo en cuenta el aspecto positivo de la dimensión regional y reconocer que a veces es mejor financiar la investigación a escala regional que europea.

«Sin embargo, la investigación se ha convertido en una industria de servicios que ya no se limita a una única región o país». Esta dimensión internacional entraña un fenómeno nuevo que es el de destino común. Es importante que Europa se pregunte qué tipo de programas necesita y a que nivel debería desarrollarse la gobernanza si la ciencia es universal», señaló.

Además, añadió, la UE ha dejado pasar de largo muchas innovaciones porque las relaciones entre las empresas y los centros de investigación y las universidades varían de un país a otro. En la UE, explicó, sólo una media del diez por ciento de las pequeñas y medianas empresas mantienen un contacto regular con los centros de creación de conocimiento. Por su parte, en Finlandia, este porcentaje alcanza el 55 por ciento, lo que significa que para algunos países la media no llega más allá del dos o el tres por ciento.

«Incluso si el 95 por ciento de los fondos destinados a la investigación en la UE provienen de Estados miembros individuales, la financiación europea sigue siendo esencial. Los proyectos europeos llevan consigo la creación de nuevas sinergias, tienden puentes entre las universidades y las PYME y permiten la creación de una infraestructura básica», añadió.

Europa debe seguir en esta dirección y concentrarse también en la cuestión de la propiedad intelectual que está sufriendo una transformación completa. «Con la internacionalización de la ciencia es importante definir unas reglas. Necesitamos considerar más profundamente este tema para conseguir que la investigación europea se trasforme más rápidamente en innovación. Europa debe igualmente prestar más atención a las universidades porque constituyen un factor clave en la economía del conocimiento», concluyó.

 

 

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