75 años y 67 ediciones debido al paréntesis de la Guerra Civil

 

“La verdad es que valorar un libro es lo más difícil del mundo”. Estas palabras de Benjamín Jarnés, escritas para el libro titulado Feria del Libro, que publicó Espasa-Calpe en 1935, explicaban el difícil papel del crítico para enjuiciar la labor de un autor. Más allá de los contenidos, la Feria es un escaparate donde el autor se encuentra con el lector, y donde decenas de pecunias editoriales tiene la oportunidad de mostrar sus trabajos.

España tiene una larga tradición en edición de calidad y en los mostradores de las casetas está el ejemplo. Detrás de la producción editorial están los equipos que transforman los fiches digitales, o las cuartillas, que todavía quedan autores que escriben con pluma, en un objeto de deseo. 

 

 

De aquellas 20 empresas que expusieron las novedades en 1933 se ha pasado a 364 entre libreros, editoriales e instituciones públicas. Un paseo por el Parque del Retiro en los primeros días de junio permite introducirse en el laberinto de papel con espacios para niños y mayores.

Entre 1933 y 2008 se han celebrado 67 ediciones porque la Guerra impidió organizar las correspondientes a los años 1937-1943. En estos 75 años de historia cientos de miles de personas se detuvieron ante un libro, lo hojearon, lo acariciaron, se lo llevaron a casa, o lo volvieron a dejar con cuidado junto a sus compañeros de tirada. Decía Jarnés en la obra citada más arriba: “Hay unos hombres que frente a un libro recuerdan a otros muchos, hay quien frente a un libro funciona como acomodador, lo sitúa en primera, en  segunda fila… Otros nos informan sobre la vida externa del autor en vez de informarnos sobre la intimidad del libro… ¿Es esto la crítica?”

 

 

Jarnés paseó por la Feria los diez días que duró en 1934 y describió todas las actividades, comentando los libros que le parecieron más interesantes. Si tuviera que hacerlo hoy necesitaría de un equipo especializado y del inevitable apoyo técnico. Aún así no creo que fuera capaz de asimilar lo que ofrece la Feria.

Para las editoriales es señal de buena salud, aunque se empeñen en repetir una y mil veces que el negocio se hunde y que el libro tiene los días contados. Compruébenlo ustedes mismos, pero antes del último fin de semana, porque entonces no podrán ni siquiera caminar por la masiva afluencia de lectores (la mayoría compradores).

La información oficial AQUÍ

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5 comentarios

  1. Ha sido un placer conocer más datos de la Feria del Libro. Normalmente, es difícil encontrar este tipo de historias en los periódicos. Por eso acudo a los blogs. Que bueno que pude leer algo de historia, aunque los libros de historia no sean los que más me interesan.

  2. Sin ánimo de crear polémicas, considero que las editoriales son poderosas y han diversificado su negocio hacia otros campos. Gracias al libro, la lectura, hay cinco grandes grupos editoriales (ahora tres) que han conquistado otros mercados. Al libro le deben mucho, aunque ahora piensen en otros temas. Bajen el precio y se leerá más. Por cierto, no soy ninguna resentida. Sólo quiero que podamos leer más a mejores precios.

  3. 75 años dan para mucho

    Eso es lo que pensamos ahora, pero no siempre el mundo de las editoriales ha tenido tanta fortuna (ventas). Muchas pequeñas editoriales sobreviven o recogen las migajas que dejan otras. No nos engañemos, somos una industria potente en edición, pero si rascamos descubrimos cosas que a nadie gustarían.

  4. Y si no que se lo digan a Planeta que acaba de comprar la segunda editorial más grande Francia. El negocio es el negocio,

  5. Después de leer esta historia breve de la feria del libro sigo pensando lo mismo que antes. Que unos pocos editores, metidos luego en medios de comunicación son los que tienen el control de la política. Cuan delgada es la línea entre dueño de una editorial y de un medio de comunicación. Desde luego los libros dan para mucho.

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