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Autor
Manuel Ruiz Rejón (Universidad de Granada) / Juan Antonio Ruiz Pérez (Arquitecto)

El ADN y la creación artística<small>*</small>

El ADN es la molécula clave de los seres vivos. La investigación en torno al ADN ha tenido amplia repercusión en diversos campos de la ciencia y de la sociedad incluidas diversas parcelas de la creación artística. En concreto el modelo de la estructura del ADN en forma de doble hélice propuesto por Watson y Crick ha sido y es utilizado en la pintura y otras artes plásticas como la escultura y la arquitectura. En la actualidad, tras la obtención de las secuencias nucleotídicas del ADN que forman los genes y los genomas de los seres vivos, estamos asistiendo a los intentos de traducir dichas secuencias al lenguaje musical. También el ADN ha incluido en el cine y la literatura, y se comienza a utilizar el ADN como soporte fiable de información literaria, musical o visual. Finalmente, se están obteniendo organismos modificados genéticamente que se pueden considerar como 'obras de arte'.
Aunque el ácido desoxirribonucléico, ADN, fue descubierto hace casi 150 años sólo desde el año 1953 ha comenzado a considerarse como la molécula clave de los seres vivos. En dicho año dos investigadores uno americano -J.D. Watson- y otro inglés -F. Crick- publicaron un artículo de apenas una página en la revista Nature que iba a cambiar el mundo de la Ciencia, que tendría amplias repercusiones en la Sociedad, incluidas las Bellas Artes, y que a ellos les reportaría el premio Nobel de Medicina en el año 1962.


Fig.1 Watson (a la izquierda) y Crick posando con su modelo de doble hélice del ADN

Basándose en datos experimentales, en cálculos teóricos e incluso en la construcción de modelos tridimensionales, Watson y Crick propusieron que el ADN tenía una estructura en forma de doble hélice retorcida una sobre otra. Sería similar a una escalera de caracol en la que los peldaños están formados por pares de uno de los elementos que integran esta macromolécula (las 4 bases nitrogenadas, Adenina, Citosina, Guanina, Timina; emparejadas en dos clases de 'peldaños': Adenina-Timina, Guanina-Citosina) y las barandillas por un esqueleto donde se unen los otros dos elementos (el ácido fosfórico y el azúcar, la desoxirribosa, que a su vez se une a las bases nitrogenadas). (Fig. 1) (Fig. 2)

Con el tiempo, el modelo de la doble hélice se impuso a otros modelos -como el de triples hélices- al confirmarse con datos experimentales y, sobre todo, propició una intensa investigación que se plasmó al final de los años 60 del siglo XX en el llamado Dogma Central de la Biología Molecular: el ADN es la molécula clave de la vida por ser portador de la información para la reproducción, herencia, funcionamiento y evolución de los seres vivos en interacción con el medio ambiente. Posteriormente todo ello ha sido el fundamento de la llamada Revolución Biotecnológica a la que asistimos en la actualidad, y que está y que está transformando diversos campos de la ciencia (Biología, Paleontología, Medicina, Farmacia, Mejora Animal y Vegetal, Informática, Nanotecnología, Computación).


Fig. 2 Esquemas de la doble hélice

También las investigaciones sobre el ADN han tenido y tienen consecuencias en otros campos de la sociedad. Así son ampliamente conocidas las implicaciones éticas, jurídicas, económicas y sociológicas de tales investigaciones (de la Ingeniería Genética, clónicos, transgénicos, células madres...). Pero en cambio no son tan conocidas las implicaciones de estas investigaciones, y concretamente del modelo de la doble hélice o de la obtención de las secuencias nucleotídicas del ADN, sobre diversas Bellas Artes y, sin embargo, existen.

La doble hélice del ADN y las Artes Plásticas

Como el propio Crick dice en su libro Qué loco propósito (1988), el modelo de doble hélice impacta por su 'belleza intrínseca'. Por ello no extraña que casi inmediatamente después de su publicación, la belleza del modelo de Watson y Crick -simétrico, estilizado- y la forma sencilla de reproducción de la vida que sugiere -sobre cada hélice puede originarse otra complementaria- no pasó desapercibida a pintores como Salvador Dalí. (Fig. 3)


Fig. 3 S. Dalí. Paisaje con mariposas

De hecho, Dalí estaba muy interesado en el mundo de la ciencia y al tanto de los descubrimientos científicos de la época -el átomo, la relatividad, el psicoanálisis...- y cuando se propuso el modelo de doble hélice y se comenzaron a ver sus implicaciones hablaba de la molécula de la 'inmortalidad' o de 'Dios', plasmando esta visión en varias obras. Así, en 1957-58 dentro de la serie del Gran Masturbador pintó un Paisaje con mariposas donde de una doble hélice surgen mariposas, ambas -mariposas y doble hélice- llenas de colorido En 1963 da a luz a Galacidalacidesoxyribonucleicacid donde se puede ver a su mujer Gala de espaldas mirando hacia un horizonte donde se supone que está Dios, teniendo a la izquierda una doble hélice un poco difuminada, símbolo de la vida, y a la derecha una serie de figuras humanas enfrentadas y apuntándose con armas en una especie de escalera, símbolo de la muerte. Y existen referencias a otras obras de este pintor con el ADN como motivo: Árabes desoxirribonucleicos (1963), El ADN y La escalera de Jacob (1975), La estructura del ADN (1975-76).

Saltando a nuestros días, la doble hélice sigue inspirando a pintores como el canadiense Jacques Deshaies quien produce cuadros en los que se mezcla la figura con motivos sacados de pinturas rupestres o a artistas plásticos como la portuguesa Marta de Menezes que hace presentaciones basadas en el análisis del ADN en biochips. Y es algo que se ha incorporado a otras bellas artes como la fotografía (cuadros con el supuesto ADN de cada persona o con la doble hélice) y a otros campos creativos como la publicidad (coches, cremas, neones, perfumes, neumáticos, etc.).

La doble hélice aparece en forma tridimensional desde tiempos remotos en el mundo de la escultura y sobretodo de la arquitectura. Como es evidente, en muchos casos no mantenía (ni aún hoy) relación con el ADN, puesto que éste era desconocido hasta hace relativamente poco tiempo. Por tanto, la forma geométrica de la hélice se empleaba con diversas intenciones, si bien en muchos casos para transmitir la idea de movimiento continuo y de infinitud, de camino hacia lo elevado y lo divino, de enlace entre cielo y tierra...

En Mesopotamia, por ejemplo, se empleaba en algunos zigurats templos con forma de torre piramidal y escalonada formada por la superposición de cuerpos decrecientes, en cuya terraza superior se levanta un templo. En este caso el valor simbólico de conexión entre dios y los hombres es claro. Algunos autores consideran que la bíblica Torre de Babel podría estar basada en los mencionados zigurats de Babilonia. (Fig. 4)


Fig. 4 Zigurat helicoidal. Samarra (Irak)

Durante el barroco, podemos encontrar ejemplos de su uso en obras como el Baldaquino de S. Pedro (obra de Bernini), así como en las escaleras también realizadas por este creador en el Vaticano. En cada una de estas obras la idea a transmitir mediante la hélice difiere: movimiento, inestabilidad, continuidad...

La hélice, como forma geométrica, aparece también en esculturas de época manierista como el Rapto de las Sabinas de Giovanni Da Bologna. Esta obra es una composición con movimiento helicoidal que puede ser visto desde cualquier ángulo, es decir obliga al espectador a girar alrededor del grupo escultórico para conseguir una visión total de la obra.
En la actualidad son múltiples los ejemplos del uso de hélices en la arquitectura, pudiéndose citarse las rampas empleadas en el museo Guggenheim de New York (obra de Frank Lloyd Wright (Fig. 5), y que se puede considerar un zigurat invertido), la cúpula del Reichstag de Berlín (obra de Norman Foster), o en un ejemplo más cercano la escalera interior del Museo de Andalucía de Granada (de Campo Baeza). Junto con las obras anteriores, en donde la forma de la hélice no mantiene relación con el ADN- salvo la estrictamente formal-, desde la propuesta de Watson y Crick también existen representaciones tridimensionales de la doble hélice, con este modelo como referente inspirador.


Fig.5. F.L. Wright. Museo Guggenheim, N.Y.

Así, existen muchos modelos representando a la doble hélice en museos (como el del Príncipe Felipe de las Artes y las Ciencias de Valencia, o el de la misma Universidad de Cambridge donde hicieron sus investigaciones Watson y Crick) o en parques y jardines (de Inglaterra, USA, Alemania, Australia...). La mayoría de estos modelos no son practicables, es decir no se puede caminar por ellos. Pero existen algunas escaleras como la construida en el jardín botánico de la ciudad australiana de Perth que sí lo permite. En este caso se trata de dos dobles hélices contiguas de 15 ms. de altura cada una con 202 peldaños de piedra y barandillas de metal (Fig. 6). Y en Singapur, existe un puente -el llamado 'DNA bridge'-cuyas barandillas en vez de ser rectas están retorcidas a modo de la doble hélice.
Dentro del arte efímero, encontramos esculturas 'vivas', como la que el 9 de Mayo de 2011 alcanzó en San Francisco el record Guinness de construcción de la doble hélice al colocarse 2.640 trabajadores de la empresa Genentech en grupos y posiciones similares a los de los elementos constitutivos de dicho modelo. En este caso los trabajadores llevaban gorras de distintos colores dependiendo de los elementos y características de la doble hélice que representaban. Al final consiguieron una doble hélice de 25,66 metros que daba 8 vueltas que, para ganar el record, 'vivió' durante 10 minutos y que para apreciarla fue necesario verla desde lo alto.


Fig. 6. Escaleras constituidas por dos dobles hélices en el Jardín Botánico de Perth (Australia)

La música de los genes

Por otro lado, una vez que se ha podido tener la secuencia de nucleótidos de las moléculas de ADN que forman los genes y de los genomas de los seres vivos se ha comenzado a tratar de pasar estos 'mensajes' de la naturaleza y de la evolución al campo musical. De hecho, se han intentado diversos procedimientos para transformar la información del ADN (la secuencia de nucleótidos o de aminoácidos de las proteínas) al lenguaje musical. Pero quizás el más directo es el que asigna a cada uno de los cuatro nucleótidos que forman parte del ADN diferentes notas de la escala musical (por ejemplo, Adenina a La, Citosina a Do, Guanina a Sol, Timina a Re), y utilizando distintos compases (4X4, 3X4, 3X8…), y diferentes instrumentos surgen distintas 'melodías' de los genes y de los genomas.
Se puede citar en este sentido el trabajo realizado por Peter Gena, quien en sus obras, por ejemplo 'Glóbulos rojos' (1995) o 'Colágeno y clarinete bajo' (1997), obtiene las partituras musicales a través de secuencias de ADN sintetizadas digitalmente. La conversión de secuencias de ADN a notas musicales, se produce a través de una serie de fórmulas en las que el autor trabajó teniendo en cuenta las propiedades físicas de los parámetros de ADN y musicales. Mediante una serie de algoritmos creados por el autor, las secuencias son interpretadas y traducidas a lenguaje musical, mezclando varias secuencias simultáneamente, al igual que ocurre en nuestras células. Estos algoritmos pueden traducir secuencias de ADN a sonido digital y / o imprimirlas en la notación musical. (Fig. 7)


Fig. 7 P.Gena. Colágeno y clarinete bajo. 1997

Este intento de pasar la información contenida en el ADN al lenguaje musical entronca con la tradición inaugurada por un músico tan insigne como Bach, que compuso algunas de sus mejores obras pasando las letras de las palabras -incluyendo las de su propio apellido- a las notas musicales. Y, asimismo, algunos de los métodos matemáticos utilizados para transcribir el ADN a música, como el número de Fibonacci, se relacionan con los de otro músico tan importante como Mozart, quien también utilizo 'las matemáticas' para sus composiciones. Naturalmente, todavía hay mucha distancia entre los dos compositores mencionados y los genéticos-músicos que 'componen' sobre el ADN.

El ADN en el cine y la literatura

También la investigación sobre el ADN ha tenido y tiene influencia en el campo de la literatura y de las artes escénicas. Además de toda la literatura científica relacionada con el ADN y la doble hélice, uno de los proponentes del modelo, Watson, publicó en 1968 un libro titulado, cómo no, La Doble Hélice, donde relataba su versión de cómo se 'descubrió' tal estructura. Este libro se convirtió desde entonces en un best-seller y originó -aunque no fue la única fuente- en 1987 una película (del mismo título que el libro en América, y titulada Life Story en Inglaterra) donde actores tan famosos como Je# Goldblum encarnaba a Watson (posteriormente también sería protagonista de Parque Jurásico, aunque esta vez en contra de la clonación de los dinosaurios) o T. Piggot-Smith a Crick. En relación con este texto de Watson y volviendo a Dalí, es significativo que el pintor catalán leyera con mucho interés tal obra. De hecho, el ejemplar que se conserva en su museo de Figueras está lleno de anotaciones y dibujos, entre los que destaca uno en el que se funde la doble hélice con el Discóbolo. El ADN y todo lo relacionado, ha invadido el lenguaje y la literatura periodística, deportiva, política, etc. existiendo muchas películas (Los niños del Brasil, 1978; Parque Jurásico, 1993; GATTACA, 1997 (Fig. 8)Avatar, 2000; Prometheus, 2012; entre otras), novelas, algunas que han dado lugar a las películas mencionadas, y otras no como Los haploides de J. Sohl (1956), y cómics que, de una forma u otra, tratan con estas investigaciones y sus consecuencias. Así, personajes míticos como Spiderman fueron 'creados' mediante la mezcla de ADN humano y de araña. Y en títulos como X-men -la Patrulla X- los protagonistas presentan poderes sobrenaturales por ser portadores en su ADN de una mutación: el factor X.


Fig. 8 Poster de la película Gattaca. 1997

Finalmente, en la actualidad se está hablando de una aplicación más radical del ADN a la literatura: que pueda utilizarse para almacenar textos literarios. En este sentido, el año pasado un genético de Harvard, G. Church (el mismo que más recientemente ha propuesto 'resucitar' al hombre de Neandertal), 'reescribió' su libro Regenesis en una molécula de ADN, de forma que si el texto en el formato papel tiene 284 páginas en el formato del ADN no ocupa más de una mota de polvo. En este caso, lo que se hizo fue convertir las letras de las palabras del texto -tiene 53.426 palabras- en información binaria, en unos y ceros. A continuación, se pasó dicha información al 'lenguaje' del ADN (los ceros a Adenina o Citosina; y los unos a Guanina o Timina). Por último, sintetizó in vitro la molécula de ADN con la información en nucleótidos del texto y, finalmente, la leyeron (la secuenciaron) .
El ADN se convierte así en un soporte para almacenar información literaria con una densidad superior a la computación clásica e incluso la cuántica. Además su almacenaje sería muy estable y susceptible de ser leído en el futuro sin problemas. El inconveniente más grande es que, aunque las técnicas para sintetizar y secuenciar el ADN cada vez son más baratas, aún no sale rentable económicamente escribir -o almacenar libros en el ADN en comparación con los formatos libro o e-book. Será por eso por lo que en un intento posterior (mejorando la técnica) llevado a cabo por un equipo de investigadores del Laboratorio Europeo de Biología Molecular liderado por N. Goldman han partido sólo de literatura escogida y excepcional: los 154 sonetos de Shakespeare y el histórico artículo de Watson y Crick. Y además han sido capaces de almacenar en el ADN información fotográfica o de audio. El ADN se convertiría así en un soporte fiable y fidedigno para almacenar los diversos productos culturales.

Organismos modificados genéticamente y otros avances

En la actualidad asistimos a la producción de organismos modificados genéticamente por la introducción de fragmentos de ADN-genes-de otros organismos. Muchos de estos organismos se pueden observar con una óptica artística 'bosquiana', es decir del insigne Bosco, autor de seres artísticos y fantásticos. Así se pueden considerar seres fantásticos-artísticos las bacterias con genes humanos (como las que producen insulina o hormona del crecimiento), las bacterias que llevan genes de ranas (aunque no croan), o los ratones o peces gigantes (por llevar los genes de crecimiento de la rata en el primer caso o el propio gen en el segundo, pero sobreexpresándolo) o las vacas sin cuernos o… tantos organismos modificados genéticamente. Desde el punto de vista artístico-funcional, son de destacar las plantas y animales que por llevar un gen que les confiere la propiedad de ser fluorescentes se pueden utilizar además de para la investigación básica como 'lámparas' y 'adornos vivientes'. En todos estos casos los organismos modificados se han obtenido con un objetivo aplicado en principio alejado del artístico. Pero también existen intentos por introducir en bacterias secuencias de ADN que llevan información poética-con el método indicado en el apartado anterior-. Estas bacterias se han obtenido directamente con un objetivo artístico aunque, naturalmente, no 'recitan poesía' sino que expresan esta información artística en el lenguaje final de la vida, es decir en proteínas.

Finalmente, y muy recientemente, una artista radicada en Nueva York, Heather Dewey-Hagborg, ha realizado su obra, Stranger Vision, aprovechándose de los avances en las técnicas de extracción y caracterización del ADN. En concreto en su obra reconstruye en 3D los supuestos rostros de personas a partir del ADN obtenido en restos anónimos de la actividad humana: colillas, chicles, vasos de plástico, pelos etc. Para ello determinó en las diferentes muestras de ADN las características genéticas que controlan ciertos rasgos físicos de las personas: sexo, ascendencia, color del pelo y de los ojos, tonalidades de piel y pecas etc. A partir de estos datos genéticos y utilizando un software personalizado escrito por ella misma reconstruyó los supuestos rostros de las personas que dejaron los restos. Y para poner a prueba el proceso la artista ha realizado su propio 'autorretrato', con un parecido razonable con la realidad.

Tras todo lo expuesto, queda claro que el modelo de Watson y Crick de la doble hélice del ADN constituye uno de los iconos científicos-artísticos más importantes de nuestros tiempos, habiendo autores que lo consideran como la Mona Lisa del final del siglo XX y principios del XXI. De hecho, este modelo se ha utilizado profusamente en diversos campos de la creación artística como la pintura, la escultura y la arquitectura. Y avances posteriores en torno al ADN como la obtención de la secuencia de nucleótidos de los genes y genomas, o como la obtención de organismos modificados genéticamente, permiten diversas aplicaciones artísticas en campos como la música o la literatura.
Por todo ello se puede decir que el ADN es uno de los campos de la ciencia donde mejor se puede interaccionar con la creación artística. Es decir que la investigación relacionada con el ADN constituye un campo en donde pueden confluir la primera cultura-la literaria, artística-con la segunda-la científica, técnica.

Bibliografía
Church, G.M.; Gao, Y. y Kosuri, S. (2012). Next-generation digital information storage in DNA. Science, 337 (6102), pp. 1628.
Crick, F. (1989). Qué loco propósito. Tusquets.
Goldman, N. y cols. (2013). Towards practical, high capacity, low maintenance information storage in synthesized DNA. Nature, 494 (7435), pp. 77-80.
Kemp, M. (2003). The Mona Lisa of modern science. Nature, 42 (6921), pp. 416-420. Sánchez Sousa, A.; Baquero, F. y Nombela, C. (2005). The Making of The Genome Music. Revista Iberoamericana de Micología, 22 (4), pp. 242-248.

Páginas webs
www.jacquesdeshaies.com/peintures/odyssee/dnacavepainting/grandeimage/cave026.html

martademenezes.com

learn.genetics.utah.edu/content/begin/dna/dnaday

www.petergena.com/DNAmus.html#Anchor-49575

*Ruiz-Rejón, M. y Ruiz-Pérez, J.A. (2013). El ADN y la creación artística. Artículo publicado en la Revista Electrónica de Investigación, Docencia y Creatividad, 2. pp. 71-81 y cedido para su reproducción a madri+d.

juanruiz.p@hotmail.com
mrejon@ugr.es

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