Mes agosto 2011

Las bacterias modifican la composición de su pared para adaptarse a cambios ambientales

En un trabajo anterior publicado en la prestigiosa revista Science, el Dr. Felipe Cava y colaboradores en el laboratorio de Matthew K. Waldor (Universidad de Harvard) mostraban por primera vez que muchas bacterias eran capaces de producir y liberar D-amino ácidos al ambiente extracelular en altas concentraciones (milimolares). Estos D-amino ácidos no canónicos (NCDAAs, llamados así para distinguirlos de la D-Ala y D-Glu que habitualmente forman parte de la composición de la pared bacteriana), hasta ahora ampliamente ninguneados por la comunidad científica, son capaces de regular la síntesis del peptidoglicano, principal ingrediente de pared bacteriana. Esta regulación a través de NCDAAs sincroniza el metabolismo de la pared celular en toda la población bacteriana y con ello favorece la adaptación del organismo a condiciones ambientales adversas.

Pinsapar histórico de Grazalema

La sensación de perdido en el tiempo y en el espacio que te recorre la médula espinal -líquido cefalorraquídeo incluido- cuando se disfruta de una marcha programada por el Pinsapar de Grazalema, no se puede resumir en un Post. No obstante, y aprovechando los calores estivales, no querría dejar pasar esta ocasión, en este contexto de “biocosas”, para dar visibilidad al relato que me ha enviado un ya buen amigo grazalemeño, Francisco Jarillo, apasionado “guardián” de aquella magnífica mancha verde norgaditana...

Las dos caras de la plasticidad celular: Stem Cells en desarrollo y cáncer

Cada vez parece que estemos más cerca de poder controlar, y curar, ciertas patologías degenerativas, e incluso hereditarias, mediante la regeneración o génesis “de novo” de los tejidos u órganos afectados. Actualmente, muchos ensayos científicos se están llevando a cabo en este ámbito; esto es, la obtención de tejidos y órganos funcionales sin necesidad de donantes vivos; únicamente a partir del cultivo de células –del propio paciente-, que se estimulan exógenamente para que den lugar, en un ambiente de laboratorio controlado, a nuevos tejidos y órganos sanos. De esta forma, este órgano o tejido sintetizado “in vitro” –fuera del paciente-, se utilizaría para reemplazar el antiguo y disfuncional del individuo afectado –autotrasplante-. Al proceder el nuevo órgano de células del propio paciente, se evitaría el rechazo de trasplante; así como el severo régimen de tratamiento inmunosupresor a que actualmente han de someterse las personas tratadas por el método tradicional: la donación y el alotrasplante.