La tía Tula (Miguel Picazo, 1964)

Análisis de Rubén Zamora:

    “No sólo no financiaremos esta película, sino que haremos todo lo posible para que no se ruede”

    Esta fue la contestación que recibió Miguel Picazo del director de la productora del Opus, Procusa, al presentarles el guión de su película La tía Tula. Sucedió tras el abandono del impulsor del proyecto, Marco Ferreri debido al éxito internacional obtenido con su película El cochecito, cerrando de golpe su etapa en España. Será de la mano de las productoras “Surco Films” (constituida para la ocasión) y “Eco Films”, que La tía Tula evitó “dormir el sueño eterno” al que estaba amenazada, suerte que no tuvieron otros guiones de Picazo como el de “Jimena” que nunca llegó a rodar.

     Cineasta de marcada personalidad, con gran inteligencia y sensibilidad, Miguel Picazo actualiza la obra homónima de Miguel de Unamuno demostrando que los valores familiares, morales y religiosos que condicionan al personaje de la novela están vigentes en la sociedad española de los años 60 del pasado siglo. Una sociedad en la que a pesar de los intentos de apertura de García Escudero, Director General de Cinematografía y Teatro desde 1962, con medidas que recogían algunas de las aspiraciones de la profesión debatidas en las conversaciones de Salamanca (1955), y la intención de sustituir las viejas estructuras del cine “de régimen”, apostando por un cine de autor, por una nueva generación de cineastas salidos de la Escuela Oficial de Cinematografía según el modelo francés de la Nouvelle Vague, el control de la censura seguía existiendo en todo su esplendor. En 1963 se elaboran las Normas de Censura Cinematográfica que si bien su objetivo es acabar con la arbitrariedad de las juntas de censura, como código, pretendía el control político, moral y religioso.

    La tía Tula sufrió ocho cortes de la censura y como reconoce Miguel Picazo “todos son esenciales, y por desgracia irrecuperables porque se destruyó el negativo…” Se cortaron escenas completas de hasta seis minutos provocando unas airadas declaraciones en las que Picazo afirmaba  que habían dejado la película en un “trailer”. Lo cual sin duda se contradice, marca del régimen franquista, con el hecho de conservar la calificación de Interés Especial concedida en el guión si bien se frenó su asistencia a festivales. Lo que no evitó fue que con una puesta en escena moderna y una gran dirección de actores, La tía Tula se convirtiera en punta de lanza de esta generación de cineastas, conocida como Nuevo Cine Español, que golpeó incesantemente el férreo escudo de una sociedad hermética hasta encontrar rendijas por las que dejar escapar la frustración que provoca la ausencia de libertad en toda formación intelectual y de la que Miguel Picazo es sin duda destacado representante.

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRÁFIA:

 

-VV.AA. Historia del cine español. Madrid. Cátedra, 1995

-Iznaola, Enrique (coord). Miguel Picazo un cineasta jienense. Jaén. Diputación Provincial de Jaén. 2004

-Picazo Dios, Miguel; López Yubero, Manuel, et al. La tía Tula. Guión cinematográfico. Jaén. Diputación Provincial de Jaén. 2005

Rubén Zamora, 2010.

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