La Ley de Herodes (Luis Estrada, 1999)

Reseña de Carla de la Parra:

La ley de Herodes es una película de 1999, dirigida y escrita por el mexicano Luis Estrada. La trama ocurre en el año de 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán. El escenario es un pueblo del desierto mexicano, que en la ficción se llama “San Pedro de los Saguaros”, una metáfora de lo que es México en toda su extensión. En este pequeño pueblo recóndito, el corrupto presidente municipal es linchado y decapitado por los indígenas del lugar.

Están corriendo tiempos electores y el gobernador Sánchez no quiere que su puesto peligre por un escándalo político producido por un grupo de indígenas,  por lo que el gobernador encarga llevar un nuevo alcalde al pueblo. El secretario de gobierno decide que Juan Vargas sea nombrado presidente municipal de “San Pedro de los Saguaros”.

Juan Vargas toma posesión del cargo con el lema de su partido político (PRI) “modernidad, paz, progreso y justicia social”, consigna que como dice Santiago Moreno “es una consigna, cínica, mentirosa y hueca, […] propia del lenguaje político populista del PRI” [1]

Vargas tiene la convicción para trabajar realmente por el lema del entonces presidente Miguel Alemán. Al poco tiempo se dará cuenta que no puede hacer nada contra la corrupción de los principales poderes del pueblo, como lo son la iglesia y el burdel. Juan Vargas termina transformándose en un tirano más del gobierno corrupto. Haciendo uso de la pistola y la Constitución, será capaz de realizar cualquier atrocidad con tal de alcanzar sus ambiciones políticas.

El periodista José María Leiva lo traduce así; “Es interesantes resaltar el simbolismo de las dos cosas que le entregan para llevar a cabo su trabajo; la pistola y la Constitución, o sea, la capacidad de ejercer violencia y la de administrar la Ley. El estado es así reducido a una herramienta de coacción al servicio de unos pocos frente a la gran mayoría.” [2]

El final es tan predecible, como la situación real del gobierno mexicano; Vargas sube de puesto hasta llegar al Congreso de la Unión y es recibido como un héroe que defendió la patria.

 

 

Luis Estrada logra en esta cinta, en un tono humorístico  e irónico realizar una crítica directa al gobierno que llevaba en el poder más de 70 años. Era impensable que en una película mexicana se retratara de forma tan explícita, una realidad  tan cruel.

Santiago Moreno comenta; “Con esta película de 1999, el PRI, todavía en el poder desde hacía más de 70 años, se sintió ofendido e intentó vetarla. Este hecho provocó la renuncia de Eduardo Amerena, director del Instituto Mexicano de Cinematografía, la gran repercusión de este hecho le dio una gran publicidad al film, convirtiéndola en una de las más taquilleras de principios del año 2000.” [3]

 

Por otra parte, podemos analizar que el título de la película hace referencia tanto al libro del mexicano Jorge Ibargüengoitia, y a la leyenda de Herodes, la cuál se refiere a que Herodes, “el rey de los judíos, se ve obligado a establecer un régimen basado en el terror […] haciendo una persecución sangrienta de la antigua familia reinante para así consolidar su posición el trono y seguir siendo único gobernante de los judíos”. [4] En la película, podemos interpretar, que se refiere a cometer cualquier atrocidad, con tal de estar en el poder y por sobre todas las cosas que el PRI fuera la única opción política.

 

La cinta predomina en sepia, la cuál nos da la impresión de estar en un lugar viejo, que nos ubica en la época del fin de la Revolución, además, representa una situación arcaica, anticuada, rancia, en donde perece sepultada esa “modernidad y justicia social” de la que tanto se hablaba.

Se satiriza constantemente el gobierno de Miguel Alemán, no sólo con los planos de su retrato y la cantidad de veces que se menciona el nombre del presidente y el lema de la política desarrollista que defendió el presidente.

 

Sorpresivamente, el director no solo satiriza a un gobierno, Luis Estrada se burla de la ideología pos revolucionaria que se exhibía en películas de la época del cine de oro mexicano.

La temática del cine mexicano hasta entonces, sólo exponía obras con contenido nacionalista y patriótico. Susan Denver dice; «Mitos de una nación y sus ciudadanos fluían en alternancia entre la gente y sus condiciones históricas, produciendo un cine de ideología muralista y retórica nacionalista.” [5]

 

En esa época se educaba al pueblo por medio del cine, contando los sucesos más importantes de la historia mexicana, haciendo uso de los símbolos de la nación y el discurso de los gobernantes. Sermones patrióticos que debían de hacer sentir al pueblo orgulloso de su país.

Según el escritor Carlos Monsivaís; “Fue  a través de las películas, y de una pantalla que actuaba como espejo, como el pueblo aprendió a vivir en la ciudad y a reconocer el nuevo orden social al cual se tenía que enfrentar.” [6]

 

La película tiene similitudes tanto en temática y aspectos cinematográficos que nos remiten al cine de oro. La Ley de Herodes se opone completamente a la visión nacionalista y positiva de la Revolución. Se muestra la corrupción que se ejerció y que se ejerce bajo el título de actos revolucionarios.

En La Ley de Herodes, Luis Estrada utiliza referencias del cine de la época de oro de manera irónica, hace énfasis en el uso de planos y aspectos cinematográficos que nos remiten al cine del director Emilio Fernández.

En la época de oro, Emilio Fernández y el cinematógrafo Gabriel Figueroa hacían uso de planos en donde se mostraban hermosos paisajes de la provincia mexicana.

Liz Consuelo Rangel dice; «Las insignias fílmicas de la época de oro, son las nubes de Figueroa que causan tanto impacto en el espectador […] Las tomas de Figueroa consistieron en utilizar un ángulo contra picado que revela el terreno con énfasis en los cielos y las nubes esponjosas.” [7]

 

Estrada reproduce estas imágenes mostrando las nubes y los grandes paisajes, pero a diferencia de Figueroa y Fernández, que muestran la majestuosidad de las provincias mexicanas, se puede interpretar que Estrada pretende mostrar la grandeza del poder sobre el pueblo, como se observa en las escenas de Vargas arribando a “San Pedro de los Saguaros” y cuando el cura se presenta con Vargas.

 

Luis Estrada imita esta estética burlándose del dúo del cine de oro, sin mostrar a los indígenas y el campo con el mismo idealismo e ingenuidad con el que lo hacía Emilio Fernández.

 

La escena que hace más obvia que Luis Estrada utiliza referencias del dúo del cine de oro, es en la escena en que a Vargas se le descompone el auto y es auxiliado por el gringo Smith , el cual le pide dinero por la reparación; en ese momento Vargas miente al dar su nombre y dice llamarse «Emilio Gabriel Fernández Figueroa» (los nombres combinados de Emilio Fernández y Gabriel Figueroa). Liz Consuelo Rangel comenta; “Luis Estrada logra evocar el referente que ha ido refutando a lo largo de la producción- el idealismo que se plasmó en las películas de Fernández.” [8]

 

Por último, es importante analizar el uso del lenguaje que utiliza Luis Estrada en la película, desde el título de ésta “La ley de Herodes: o te chingas o te jodes” nos hace referencia a las expresiones populares mexicanas que hacen que el pueblo se identifique con facilidad. Carlos Bonfil dice; “Nada más fácil para un censor que descalificar esta cinta por sus insuficiencias formales, por el trazo muy rápido de sus personajes o por el recurso fácil a las “malas palabras”, anzuelo infalible para un público complaciente. Pero si la película resulta eficaz […] es porque instaura el choteo político (la caricatura mordaz) en paradigmas que el público identifica con facilidad.”[9]

 

En conclusión, La ley de Herodes forma parte de nuestra historia mexicana, pues es una película que marcó el inicio de un nuevo gobierno y para muchos la esperanza de un cambio. Así es “la ley de Herodes”, una tragicomedia tan real y tan nuestra como lo puede ser para gran parte de Latinoamérica, o hasta adquirir un tono universal tanto en la crítica a la corrupción y violencia,  como el funcionamiento de las instituciones del Estado al servicio de unos cuantos.

En Ley de Herodes se ridiculiza el idealismo de la época de oro, se refleja una realidad tan cruel que resulta catártico reírse de la situación como si nos fuera ajena.

Desgraciadamente no es ajena, es muy nuestra y hasta resulta irónico que una película como lo fue La ley de Herodes, que hace diez años pudo haber influido en el cambio de gobierno, doce años después el mismo partido tricolor en el 2013 ha regresado al poder y probablemente el mensaje de la película podría seguir vigente.

 

Carla de la Parra 2013

[1] Moreno Santiago, José J. Marginados, Disidientes y Olvidados en la Historia. España: Universidad de Cádiz. 2006. Pág. 351

 

[2] José María Leiva. El Mero Chingón. México: La Tribuna. Recuperado el 22 agosto de 2012. (online)

 

[3] Moreno Santiago, José J. Marginados, Disidientes y olvidados en la Historia. España: Universidad de Cádiz. 2006. Pág. 351

 

[4]Paul Andre. El mundo judío en tiempos de Jesús: Historia Política. Madrid. Desclée. 1982. Pág. 54

 

[5]Dever, Susan. Celluloid Nationalism and Other Melodramas. Albany: Suny Press. 2003. Pág. 23

 

[6]Monsiváis, Carlos y Carlos Bonfil. A través del espejo: El cine mexicano y su público. México: Ediciones El Milagro-IMCINE. 1994. Pág. 127

 

[7]Rángel, Liz Consuelo. La desmitificación del triunfo de la Revolución Mexicana. Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios. Vol. 4, 2006. Pág. 65

 

[8] Rángel, Liz Consuelo. La desmitificación del triunfo de la Revolución Mexicana. Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios. Vol. 4, 2006. Pág. 66

 

[9] Bonfil, Carlos. La ley de herodes, impugnación al autoritarismo. La jornada. Recuperado 8 de febrero de 2000. (online)

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Monsiváis, Carlos y Carlos Bonfil. A través del espejo. El cine y su público. México: Ediciones El Milagro IMCINE, 1994.

 

Paz, Octavio. El laberinto de la soledad: Posdata, Vuelta Al Laberinto de La Soledad. México: Fondo de Cultura Económica. 2000

 

Puik, Carla. Diccionario de directores del cine mexicano. México: CONACULTA, 2000.

 

Camp, Roderic Ai. La política en México: el declive del autoritarismo. México: Siglo XXI, 2000.

 

 

WEBGRAFÍA

La ley de Herodes http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/la-ley-de-herodes

 

Fábula del neoliberal y el mendigo http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/fabula-del-neoliberal-y-el-mendigo

 

Herod’s Law http://www.imdb.com/title/tt0221344/

 

Recordando a Gabriel Figueroa http://www.gatopardo.com/detalleBlog.php?id=290

 

Films on the indigenous peoples of Mexico  http://www.nativeamericanfilms.org/

mexico2.html

 

Carla de la Parra, 2013.

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