«Nueve reinas» (Fabián Bielinsky, 2000)

Reseña de José Antonio Muñoz Serrano:

“Están ahí, pero no los ves. De eso se trata. Están, pero no están. Así que cuidá el maletín, la valija, la puerta, la ventana, el auto. Cuidá los ahorros, cuidá el culo. Porque están ahí, van a estar siempre ahí. Chorros. No, no, eso es para la gilada. Son descuidistas, culateros, abanicadores, gallos ciegos, biromistas, mecheras, garfios, pungas, boqueteros, escruchantes, arrebatadores, mostaceros, lanzas, bagalleros, pesqueros, filos.[[1]]

“Nueve reinas” es una película argentina estrenada en el año 2000,  dirigida por Fabián Bielinsky y protagonizada por Gastón Pauls y Ricardo Darín. Tras su estreno fue nominada a veintinueve premios internacionales, de los cuales ganó veintiuno, entre ellos: Cóndor de Plata a: mejor película, mejor director; Fabián Bielinsky, mejor actor; Ricardo Darín, mejor actriz de reparto; Elsa Berenguer, mejor guion; Fabián Bielinsky, mejor fotografía; Marcelo Camorino y mejor montaje Sergio Zottola.

La trama narra la historia de dos timadores de poca monta que se conocen mientras hacían de las suyas en Buenos Aires, en el seno de la crisis financiera derivada del llamado “Efecto Tequila”, año 2000. Comienzan a trabajar juntos y crean una singular relación maestro-canalla (Darín) – aprendiz-pudoroso (Pauls). Descubren un posible negocio que les podría hacer multimillonarios: las “Nueve reinas”, una colección de sellos de incalculable valor. A partir de ahí comienza una especie de partido de tenis, en el que los dos timadores intentan mantener una relación profesional dentro de su condición, esto es, sin que uno ‘cague’ -en jerga- al otro y viceversa.

El guión de este largometraje resultó ganador  del concurso argentino  “Nuevos Talentos Cinematográficos” en la edición de 1998. Su trama se encuadra dentro de ese grupo de películas que los aficionados denominan popularmente “cine de robos, ladrones, timadores o estafas”. Como el resto de filmes de este género, “Nueve reinas” comparte la característica más reconocible del mismo: la tremenda importancia del guión y los giros y complejidad del mismo, ya que, como diría Cousodon: “un género se caracteriza por la especialización de su contenido narrativo”[[2]]. Esto es así porque si bien otras grandes obras del séptimo arte han destacado, y lo seguirán haciendo, por su belleza estética, su gran montaje o la calidad de su banda sonora, este tipo de películas, al no poseer gran nivel técnico, se apoyan en una sucesión de los hechos original e inesperada. Sin embargo, creo que al igual que comparte ese rasgo con las demás de su grupo, existe una disconformidad que hacen de esta película, como mínimo, un film diferente. Me refiero a que al visionarla por primera vez, uno se queda embelesado por el talento de Bielinsky, que crea una trama muy compleja y que posee una puesta en escena fluida y enérgica. Pero al hacerlo una segunda, no es difícil ser testigo de que este argumento posee ciertas situaciones o circunstancias demasiado “azarosas”, es decir, dependen de demasiadas casualidades, por llamarlo así. Por ello, me planteé si, a pesar de la brillantez del guión, el director no debería rellenado mejor ciertas lagunas a lo largo de la película para evitar levantar dudas entre los espectadores y conseguir así la excelencia.

En general, el film de Bielinsky tuvo una buena acogida por la mayor parte de la crítica, las valoraciones positivas se sucedieron, como afirma Carlos Boyero: «Nueve reinas es ingeniosa, cínica, y un pelín tramposa. Sirve, entre otras cosas, para que descubramos al extraordinario Ricardo Darín»[[3]] o María Casanova: «Premiadísima película sobre timadores de poca monta (…) Sencillamente impresionante[[4]]. Opiniones basadas sobre todo en aspectos como “habilísimos giros de guión, (…) renuncia a cualquier tipo de artificio (…) y desarrollo de la acción en escenarios naturales”[[5]].

Además, otro sector de la crítica avaló también que “a pesar de un film de ingenio, con trazas de argentinismo para exportar (…) no deja de tener su lado crítico y moralista, al que no llegaremos hasta la resolución, porque en el transcurso, sólo veremos pequeñas escenas donde la ética apenas se delinea para finalizar en una relectura, debido al final inesperado que, después de tanta trampa, podría soslayarse”[[6]].

Pero más allá de la respuesta de los especialistas en el celuloide, personalmente he de romper una lanza a favor de esta cinta ya que creo que se adapta a los cánones que manda este tipo de cine y que la posible falta  de cimentación en diversos momentos de la trama podría encuadrarse dentro del conjunto de rasgos que caracterizan este género ya que, por lo menos para mí, existen situaciones parecidas en películas que tratan este tipo de argumentos, por ejemplo, la primera y segunda película entrega de la trilogía Oceans, donde creo que se hace difícil hilar alguna parte del largometraje con el final del mismo.

A pesar de todo esto, y de la buena aceptación general del film, también surgió un grupo de espectadores que compartían mi pensamiento: “Si te gustan las películas con un final tan inesperado que sientes que tienes que volver a verla para quedarte con todos los detalles (y de paso, descubrir sus fallos y virtudes), Nueve Reinas es una buena candidata para incluir en tu lista. Sin embargo, cuando la ves por segunda vez te das cuenta de que hay demasiadas dependencias y casualidades”[[7]].

Las razones que sustentan mi duda de si existe o no esa falta de conexión o si carece de la cohesión entre situaciones que requiere la trama, son bastante sólidas y presentan gran validez. Como preámbulo citaré “hay escritores que, en plena borrachera creativa, se olvidan de atar  un cabo  suelto (…) Por lo general, las dificultades se dan porque los problemas no están bien definidos ni analizados…”[[8]]

Esos problemas, técnicamente reciben el nombre de “plot point” y “es un incidente, episodio o  acontecimiento que se “engancha” a la acción y la hace tomar otra dirección, entendiendo por  “dirección” una “línea de desarrollo”. Un plot point puede ser cualquier cosa: un plano, unas palabras, una escena, una secuencia una acción, cualquier cosa que haga avanzar la historia”[[9]]. Para simplificar la exposición y facilitar la compresión de la idea, utilizaré como ejemplo diversas secuencias de la película:

– Al comienzo de la obra, vemos como, casualmente, en la gasolinera donde Juan finge ser un temerario estafador (condición indispensable para que Marcos “lo adopte”), hay un cambio de turno de cajeras.

– Más adelante, cuando Juan intenta convencer a Marcos para seguir juntos, en la secuencia del ascensor, depende de que justo en ese momento, y no cinco minutos más tarde (en los que Marcos ya se habría ido) apareciera una señora confiada con un bolso a punto de entrar en un ascensor con sistema de parada.

– Otras situaciones de este tipo son, por ejemplo, que Marcos no investigue para saber si el sello original realmente existió o que consigan quitarle el maletín los tipos de la moto en el momento exacto en que lo hacen (el maletín lo agarra Juan pero, ¿en caso de que lo sujetara Marcos?).

– Por último, al final del relato, es casualidad como poco que para comprar los sellos verdaderos han de reunir justo el dinero que ambos tienen, y coincidencia que cuando Juan manda al carajo a Marcos (fingidamente), y luego vuelve horas después, Marcos todavía no ha sido capaz de reunir todo el dinero.

A modo de resumen, creo que es el carácter aleatorio de Marcos y las experiencias que vive durante la cinta,  lo que hace tan improbable el éxito de este plan por el hecho de que la complejidad del mismo exige una actitud de credulidad total por parte del espectador. En este tipo de relatos, el director tiene que demostrar ser más astuto que el espectador. Sería como una especie de pulso mental en el que el director no puede utilizar sus privilegios (información, montaje, ser el guionista) para ganarnos, sino que ha de ser honesto, es decir, hacernos ver y dejarnos claras todas las situaciones una vez que hayamos visto la película y no conociéramos nada de antemano.

Tras  lo expuesto anteriormente y haber realizado un exhaustivo análisis de la película, puedo asegurar que si bien es cierto, como ha quedado claro, que el film contiene ciertas “lagunas argumentativas” respecto a secuencias que quedan poco justificadas, también lo es, como la crítica ha puesto de manifiesto, que cuenta con todo lo bueno de este tipo de películas: guión (trepidante, pese a lo ya comentado), puesta en escena (no espectacular pero si efectiva) e interpretación (buena en general, sublime en el caso de Ricardo Darín). Por todo ello, y como fanático de este actor argentino y de este tipo de cine, he de reconocer que Nueve reinas aúna el complejo entramado de las grandes estafas, la sencillez estética y una cierto grado de representación y crítica a la Argentina de ese periodo.

José Antonio Muñoz Serrano, 2013.

 BIBLIOGRAFÍA:

 

SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis: Obras maestras del cine negro, Ediciones Mensajero S.A, 2009.

SEGER, Linda: Cómo convertir un buen guión en un guión excelente, Rialp, 2001.

FIELD, Syd: El manual del guionista: ejercicios e instrucciones para escribir un buen guión, Pilot Ediciones, 1996.

PENA, Jaume: HISTORIAS EXTRAORDINARIAS: EL NUEVO CINE ARGENTINO (1999-2008), T &  B Editores, 2009.

BATLLE, Diego y LERER, Diego: Una década de cine argentino (2000 – 2009), Fipresci, 2010.

 WEBGRAFÍA:

http://www.filmaffinity.com/es/film572514.html (Última consulta: 08/05/2013)

http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2003/03/671/ (Última consulta: 07/05/2013)

http://www.elespectadorimaginario.com/pages/marzo-2010/criticas/nueve-reinas.php (Última consulta: 07/05/2013)

http://www.utpa.edu/dept/modlang/hipertexto/docs/Hiper17Zalba.pdf (Última consulta: 06/05/2013)

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/blog/docentes/trabajos/5694_14214.pdf (Última consulta: 07/05/2013)

http://es.scribd.com/doc/37598469/Como-convertir-un-buen-guion-en-un-guion-excelente (Última consulta: 05/05/2013)

[1] Fragmento de un diálogo de Marcos (Ricardo Darín), del guión escrito por Fabián Bielinsky.

[2] SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis: Obras maestras del cine negro, Ediciones Mensajero S.A, 2009.

[3] BOYERO, Carlos, crítica para el diario El Mundo, 27 de Marzo de 2003.

[4] CASANOVA, María, crítica para la revista Cinemanía, 2001.

[5] PULIDO, Francisco Javier: Ladrones como nosotros,  crítica para Cinestrenos.com, 2003.

[6] SÁEZ, Liliana: Postal porteña, crítica para El espectador imaginario, publicación de AulaCrítica, Marzo de 2010.

[7] Jess (@jessikafka): Nueve Reinas (2000), timos con acento argentino, crítica para el blog Crónicas de Valhalla, 11 de Junio de 2012. 

[8] SEGER, Linda: Cómo convertir un buen guión en un guión excelente, Rialp, 2001.

[9] FIELD, Syd: El manual del guionista: ejercicios e instrucciones para escribir un buen guión, Pilot Ediciones, 1996.



[1] Fragmento de un diálogo de Marcos (Ricardo Darín), del guión escrito por Fabián Bielinsky.

 

[2] SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis: Obras maestras del cine negro, Ediciones Mensajero S.A, 2009.

[3] BOYERO, Carlos, crítica para el diario El Mundo, 27 de Marzo de 2003.

[4] CASANOVA, María, crítica para la revista Cinemanía, 2001.

[5] PULIDO, Francisco Javier: Ladrones como nosotros,  crítica para Cinestrenos.com, 2003.

[6] SÁEZ, Liliana: Postal porteña, crítica para El espectador imaginario, publicación de AulaCrítica, Marzo de 2010.

[7] Jess (@jessikafka): Nueve Reinas (2000), timos con acento argentino, crítica para el blog Crónicas de Valhalla, 11 de Junio de 2012.

[8] SEGER, Linda: Cómo convertir un buen guión en un guión excelente, Rialp, 2001.

[9] FIELD, Syd: El manual del guionista: ejercicios e instrucciones para escribir un buen guión, Pilot Ediciones, 1996.

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Un comentario

  1. Las criticas de tantas casualidades dentro del argumento podrían ser desventuradas de manera tal que los que hemos tenido la oportunidad de estudiar la psicologia y la teoría de la negociación a fondo sabemos que ciertas lagunas no lo son ya que el sustento real de los personajes dicta que nada esta por casualidad pero si así fuera la agilidad de mente de esos genios estafadores tendría la posibilidad de improvisar. Cosas que realmente existen y personas que también están. La manipulación es una capacidad humana, característica de unos cuantos genios que andan por ahí.

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