Amanece, que no es poco (José Luis Cuerda, 1989)

Reseña de Cristina Pulido:

          Amanece, que no es poco es una película de 1989 dirigida por José Luís Cuerda. Su especial realización está caracterizada por la zona de rodaje, en las localidades albaceteñas de Molinicos, Aýna, y Liétor, muy cercanos a la infancia del director. La participación de sus habitantes de forma activa en la película (en cuyo carácter popular se basa su línea argumental), junto con el humor de Cuerda, convierten esta obra en una película de culto.

Se trata, según su director, de una película contra la pereza mental, aunque el crítico Antonio Castro asegura que no obtiene esos resultados en los espectadores, ya que no sabe plasmar su forma de pensar en escena, y el espectador es incapaz de compartir su razonamiento. No tiene protagonista, sino que el hilo se mantiene únicamente por el carácter coral de la película. Su estructura se asemeja en cierta forma a la de un western, en el sentido en el que los protagonistas son dos forasteros que están de paso por un pueblo, conocen a sus gentes y se marchan. Se podría clasificar fácilmente como un largometraje aparentemente surrealista y de humor absurdo, pero el propio Cuerda desmiente esto. El film forma parte de una trilogía, junto con Total (1985) y Así en el cielo como en la tierra (1995), cuya relación fundamental se basa en la aparición de personajes hilarantes, su idiosincrasia [1] popular característica y  en el humor esperpéntico y, no surrealista, sino “sub-ruralista”. El director Gianni Toti comentó esto sobre la primera película de las tres: “Nunca me había reído tanto en el cine desde los Hermanos Marx, y esta película no es sub-realista, sino sub-ruralista”. Cuerda matizó su comentario, diciendo que su obra: “Estaba, según él, por debajo del ruralismo, de la manera de vivir, hoy en día más elemental del ser humano. Su poética, por decirlo así, era subyacente a esa manera de vivir.” [2] A pesar de esto hay gente que lo clasifica, de forma muy burda, como una muestra “marciana”, que aprovecha cierto realismo fantástico rural. Además, también es destacable un marcado anticlericalismo presente en toda su obra. El origen de la subversión de sus cintas se remonta posiblemente a su infancia, cuando realizó sus primeros estudios en el Colegio de los Padres Escolapios de su ciudad natal, y, más tarde, probaría suerte en el seminario de Hellín, que abandonó a los tres años.

Con un estilo semejante al de los famosos cortometrajes de Miguel Mihura y Eduardo García, crea un guión repleto de sorpresas jocosas que plantean radicalmente, pero con humor, cuestiones sobre el futuro de la humanidad y la condición humana. Otros directores notables que le han influido en la creación de estas tres cintas han sido Berlanga y Azcona, a pesar de que durante el rodaje del film dijese que el hablaría más bien de un “neorrealismo” que enlaza, más que con Berlanga o Buñuel, con la picaresca, e incluso, con Quevedo.  También hay que tener en cuenta la relación con varias películas de comedia como Sopa de ganso (Duck Soup, Leo McCarey, 1933), Vive como quieras (You Can’t Take It With You, Frank Capra,  1938), La fiera de mi niña (Bringing up Baby, Howard Hawks, 1939), Ser o no ser (To be or not to be, Ernst Lubitsch, 1942) o Con faldas a lo loco ( Some like it hot, Billy wilder, 1959).

La historia transcurre de la siguiente manera: un ingeniero español llamado Teodoro (Antonio Resines) que da clases en la Universidad de Oklahoma, vuelve a España para disfrutar de un año sabático con su padre, Jimmy (Luis Ciges). Ambos llegan a un pueblo de montaña en el que todos los habitantes se encuentran en la iglesia, celebrando la misa, como el resto de la semana. Pasan un par de días en el lugar, observando las actividades tan particulares y excéntricas de estos pueblerinos. Mientras se nos presenta la ajetreada y disparatada vida de estos personajes, Teodoro y Jimmy son acogidos por una madre cuya hija le dobla la edad, a cambio de una conversación sobre Dostoievski. Conocen gente de lo más particular, empezando por el pastor Nge Ndomo, que es minoría étnica y siempre camina en zigzag, el borracho del pueblo, que se desdobla sin quererlo, un suicida que nunca logra quitarse la vida, labradores intelectuales, inmigrantes que unos días huelen a lomo de ángel y otros van en bicicleta, un profesor rural cuyo método de enseñanza se caracteriza impartir sus clases mediante cánticos góspel, un grupo de estudiantes universitarios norteamericanos, unos meteorólogos belgas e incluso un grupo de invasores del pueblo vecino. Además, son testigos de las elecciones que se celebran para designar desde el próximo alcalde, hasta la puta del pueblo. Y cuando ya se marchan rumbo a Francia y, como recuerdo, se disponen a ver el amanecer, éste decide salir por el lado contrario.

A pesar de que, durante toda la película, ninguno está por encima de los otros en cuanto a su importancia, (salvo, quizás, Teodoro y Jimmy),  entre el amplio elenco de personajes disparatados hay uno de ellos que puede considerarse, en cierta manera, el más absurdo de todos. Me refiero a Cascales, un individuo que se pasea por el pueblo en ropa interior y con aire frustrado, buscando desesperadamente que alguno de sus vecinos le cambie su papel.  Al fijarme en este personaje me posiciono en contra del propio director, que en una entrevista con Alberto Úbeda, confirma la relación de sus personajes con la Picaresca, y añade: “¿Tu los ves a estos haciendo algo que valga la pena; es decir, algo de lo que el mundo considera que vale la pena? Es una historia más de marginales. Marginales hasta de los criterios de la crítica. No merecen consideración por parte de los analistas del cine.”[3] Yo considero que Cascales sí merece, como mínimo, una mirada especial. A la hora de contradecir las afirmaciones del propio director de la película, voy a basarme tanto en explicaciones contradictorias que da el mismo Cuerda, como en opiniones de otros acerca de la importancia los elementos banales en la comedia, que me instigan a estar atenta a aquello que se supone que no tiene importancia, ya que mucha gente podría considerar el papel de este personaje como una simple broma sin sentido. Por ejemplo, uno de los actores de Amanece, que no es poco, Antonio Resines, opina sobre la comedia que: “Una de sus leyes es mirar las cosas más trascendentales como si no tuvieran importancia, y las más insignificantes como si fueran absolutamente trascendentales.” [4] Y para ser más concretos, según Fernando Méndez-Leite, las bromas de Cuerda no han de tomarse a la ligera: “Su humor es condenadamente realista, obstinadamente ideológico. En sus películas de risa nunca hallaréis un chiste que no cumpla una finalidad narrativa.” [5]

 

¿Cuál es pues, la relevancia de Casales o su interés en el film? O, dicho de una manera más adecuada (teniendo en cuenta al ambiente caótico en el que lo encontramos), ¿tiene algún significado especial o es un simple esperpento más entre el resto?  Respecto al significado de sus personajes, encuentro en el director ciertas contradicciones a la hora de definirlos. Cuerda asegura que sus personajes no son símbolos ideológicos ni tienen un trasfondo complejo, como dice en la entrevista de Úbeda: “Creo que, en cualquier caso, no soy un director que haga cine “de ideas”, sino que intento encontrar unos personajes que sean seres humanos, no portadores de banderas o mensajes. “ [6] Sin embargo, al explicar el fenómeno de que los hombres broten de la tierra, dice que tampoco son aleatorios, sino que, por decirlo de alguna manera, son herramientas que por sí mismas contienen la esencia de sus propias vivencias y pensamientos: “El porqué los hombres nacen de la tierra, que es una pregunta que siempre me hacen sobre esta película, es algo que he tenido muy presente cada vez que he hablado de alguien muy enraizado en su tierra. La imagen física de eso es una persona sembrada. Todas estas cosas, como lo decía de Total, tienen una lógica. Nunca aceptaré que películas de este tipo sean surrealistas. No son automáticas. Me gustaría pensar que en ellas no hay nada pretencioso, pero sí que todo es muy pretendido. (…) Busco, entonces, personajes y acciones que “quintaesencien” lo que pienso y siento…”[7]

Lo primero que podemos observar al analizar a Cascales es que provoca rechazo hacia la mayoría de los personajes con los que trata de intercambiarse. Esto lo encontramos, por ejemplo, cuando se lo propone al catecúmeno Nge:

-¡Psst! ¡Nge! Te cambio el personaje.

-Sois lo más bajo y miserable que hay en la tierra ¡Las serpientes os harían sombra! Si ni siquiera eres negro, ¡cómo vas a ser mi personaje!…”

De modo que, como vemos, no es que simplemente sea un personaje marginado y rehuido por el resto, sino que provoca en ellos verdadero desprecio. Después de recibir la reprimenda, Cascales demuestra una actitud avergonzada, agachando la cabeza con arrepentimiento, pero también con un atisbo de cierto enfado pueril al no haber logrado su objetivo,  de la misma manera que reacciona un niño cuando se le regaña por ser pesado. ¿Qué refleja entonces el personaje sin papel de Quique San Francisco? Sabemos que tiene un carácter envidioso, y el hecho de que vaya a  todas partes en ropa interior hace que su imagen física esté, en relación con el resto de vecinos, mucho más en concordancia con su función como personaje. Y eso es, precisamente, porque carece de ella. No posee una identidad concreta, y no parece que ningún habitante del pueblo sepa sobre él nada, más que su insana obsesión e insistencia por ser otro. Es un personaje cuyo papel es no tener papel.  El profesor Nacho Jarne Esparcia explica, en un artículo de la revista Making off, que una de las mejores cosas del humor de Cuerda es que consigue retratar, de forma burlesca y esperpéntica, la evidencia de lo que somos y como pensamos, y lograr que nos riamos de nosotros mismos, y añade “Eso sí, tiene la inteligencia y la decencia de cubrir nuestras vergüenzas con los ropajes de la irrealidad y el absurdo.” [8] Sin embargo nuestro sujeto de estudio es un ente desnudo y despersonalizado, lo que podría llevarnos a pensar que encierra un trasfondo más grande del que aparenta, que quizá podamos relacionar con el existencialismo. Esta es una visión que parecen haber adoptado varios intelectuales tras ver el filme, como demuestra el homenaje que le escribe el poeta Raúl Quintero:

CASCALES

“Esto que veis es nadie.

Yo no soy, pues el yo
es una sílaba que estalla
de tanto que contiene. Yo es fiebre,
memoria, universo, un armario
abierto al mundo con el mundo dentro,
en fin, lo que es la vida.
Lo que es el ser
y no sólo el estar.

Pero estoy.

Y si tengo que ser seré deseo,
deseo de ser tú,
de ser alguien,
con su sílaba exacta, y ya no
una cáscara, una sombra blanca,
un esbozo de hombre,
un vacío con hambre,

este que ves y es nadie.”[9]

          José Luis Martí, profesor de The Lawrencevilla School, le otorga también importancia a la presencia de Cascales. En el documental de Amanece, que no es poco (que sirvió como promoción de los pueblos de rodaje del film como ruta turística), nos cuenta que se trata del personaje clave para entender mejor la película pues no le gusta el papel que le han impuesto y trata de cambiarlo, y, según Martí:“Ahora ya estamos en un nuevo gran teatro del mundo en que los hombres libres eligen su destino.”[10]

También se puede relacionar con el existencialismo en la literatura. Tanto Unamuno, en su novela Niebla (1914), en la que el autor centra en el carácter revelador de su personaje, que se niega a la muerte que su creador trata de imponerle, como Pirandello con Seis personajes en busca de autor (1925), recuerdan levemente al caso de Casales, con su rebeldía e inconformismo en relación a su papel en la película. Los personajes de Pirandello son conscientes de alguna manera de la realidad más allá de la obra, y descubren su naturaleza como seres inexplicables. También Alberto Úbeda hace mención a este carácter de rebeldía cuando nos habla de Amanece, que no es poco : “Es la protesta caníbal y excéntrica del que tiene hambre; de la misma forma que Quique San Francisco en la película de Cuerda tiene el derecho a tratar de cambiar su personaje.” [11]En la novela de Pirandello, la figura del padre hace reflexionar sobre muchas de estas cuestiones y es el que más se plantea su papel y se aproxima a su misión como personaje.

Pero podemos interpretarlo de otra forma si consideramos que su decidida intención de intercambiarse con alguien es un elemento metalépsico inteligentemente introducido por el personaje mediante el humor absurdo. Y esto, bajo mi punto de vista, aleja a Cascales de ser un elemento puramente existencial, y lo acerca más, como dice Nacho Jarne y Cuerda confirma (como veremos a continuación), a un reflejo burlesco de la naturaleza envidiosa del ser humano, desde un punto de vista autocrítico y con mucho humor. Es precisamente otro de los puntos que refuerzan mi interés hacia él, el que incluso José Luís Cuerda, pese a lo que ya hemos visto que opina sobre sus personajes,  lo ve de una manera distinta y nos cuenta que, en cierto modo, se trata de un gesto de sinceridad consigo mismo el hecho de dotarle de unas características tan especiales: “Me gusta también mucho la idea del suicida permanente que nunca consigue morir o la del pobre hombre que anda por ahí en calzoncillos, buscando que alguien le cambie su personaje. La introducción de cosas como éstas creo que es un intento de honradez por mi parte, un germen de autocrítica sembrado en medio de la película: un personaje busca meterse en otros personajes porque su papel no le gusta. Al principio lo intenta con Resines; después con el catecúmeno mulato, y finalmente, con el suicida. Los espectadores a quienes no les guste lo que están viendo, podrían encontrar en este personaje a un representante a través del cual entrar en la película.”[12]  Es cierto que, sobre todo a aquellos espectadores que no logran conectar con el film, que son incapaces de “casarse” con ninguno de los personajes de un pueblo tan enloquecido, ni de entenderlos, les puede resultar más fácil empatizar con el personaje que más puede parecerse a ellos, el que no está conforme con lo que le han impuesto, que no está contento con su lugar en la película y se rebela.

Para terminar, pese a que la trilogía sub-ruralista de Cuerda es la que mejor define su estilo en cuanto a la comedia, si nos fijamos en el resto de su filmografía, podemos observar que tras el éxito de Amanece, experimenta en busca de otro tipo de películas, como La viuda del Capitán Estrada (1991), con la que trata de crear un drama de pasión y poder sexual. Más tarde vuelve al ambiente rural con La marrana (1992) y después de publicar la última de la trilogía (Así en el cielo como en la tierra), y pese a su gran capacidad como escritor de guiones, se enfoca en la creación de las Producciones del Escorpión, y además con una película ajena. Estos vaivenes en su trayectoria los encontramos también antes de que comenzase a encaminarse por el absurdo de Pares y nones (1982) y El bosque animado (película que le dio la fama en 1987), con Mala racha, en 1977, con la que apuesta por un tema crudo y una historia sobre boxeo. Es posible, por lo tanto, que Cuerda, al igual que su personaje, quisiera también “cambiar su papel” en busca de una nueva identidad en el mundo del cine.

Llegamos pues a la conclusión de que Cascales es un elemento que no puede dejar indiferente a nadie que vea Amanece, que no es poco, debido a todas las interpretaciones que encierra su papel: envidia, existencialismo, inconformismo y rebeldía…, las cuales le dan un brillo especial a este personaje, ya sea como objeto de análisis de profundas reflexiones, o como reflejo del ansia del director por encontrar una trayectoria adecuada en su carrera. Pese a las breves apariciones que tiene en el film, llama la atención tanto de aquellos interesados en analizar a los “marginados de la crítica” de Cuerda, como de los que no logran encontrar en la obra nada más que la posible empatía que ofrece la figura más despersonalizada de la película.

Bibliografía

ARANDA, Francisco: El surrealismo español. Editorial LUMEN, Barcelona, 1981.

 

AA.VV.: La comedia en el cine español. Editorial DICREFILM,  Madrid, 1989.

 

CASARES, Emilio (Ed.): Diccionario del cine iberoamericano. España, Portugal y América, Vol. III. Fundación Autor, 2011.

 

CASARES, Emilio (Ed.): Diccionario del cine iberoamericano. Antología de películas (A-I). Fundación Autor, 2012.

 

GONZÁLEZ, Fernando: Cine español. Una historia por autonomías, Vol. I. PPU, Barcelona, 1996.

 

PÉREZ, Julio Pérez (Ed.): Antología crítica del cine español 1906-1995: flor en la sombra. Cátedra, Madrid, 1997

 

TEJERO, Juan (Ed.): Diccionario de películas. La comedia. T&B EDITORES, Madrid, 2006.

 

ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001

 

 

Hemeroteca

 

ABC, Hemeroteca: Estrenos. 13 de enero 1989.Pág 63

http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1989/01/13/063.html

 

Castro:Amanece, que no es poco. Cuando pretensiones y resultados no coinciden”. Revista Dirigido, ENE; 1989 (Número 165). Pág. 62-65

 

 

Referencias

 

http://www.youtube.com/watch?v=i6LVSWYjy3Y

 

 

Webgrafía

 

http://asesioncontinua.blogspot.com.es/2012/11/amanece-que-no-es-poco.html (última consulta, 13-4-2013).

http://www.centrocp.com/amanece-que-no-es-poco/ (última consulta, 14-4-2013).

http://raulquinto.blogspot.com.es/2009/07/cascales-raul-quinto-y-el-final-de-esa.html (última consulta, 30-4-2013).
http://www.latribunadealbacete.es/noticia.cfm/Vivir/20100821/gabriela/marti/trabajo/es/celebracion/pelicula/cuerda/906B78E7-E7D9-A942-B21FA76C084C9B7B (última consulta, 7-5-2013).
http://seispersonajesenbuscadeunautor.blogspot.com.es/ (última consulta, 7-5-2013).
http://elpais.com/diario/1989/01/20/cultura/601254004_850215.html (última consulta, 12-5-2012).

 

 

Cristina Pulido, 2013.



[1] f. Rasgos y carácter propios y distintivos de un individuo o de una colectividad

[2] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 94.

 

[3] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 144.

 

[4] AA.VV.: La comedia en el cine español. Editorial DICREFILM,  Madrid, 1989. Pág. 106.

 

[5] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 13.

 

[6] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 93.

 

[7] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 140.

 

[8] Nacho Jarne Esparcia es profesor de Tecnología Educativa de la Universidad de Barcelona (UB). Artículo incluido en el número 72 de Making Off

[10] http://www.youtube.com/watch?v=i6LVSWYjy3Y

[11] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 132.

 

[12] ÚBEDA-PORTUGÉS, Alberto: José Luis Cuerda: ética de un corredor de fondo. Fundación

Autor, Madrid, 2001. Pág. 144.

 

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