Texto: Ana Escamilla

 

 “España invocará la tradición para salvar sus fiestas de fuego. Una directiva europea sobre pirotecnia amenaza las Fallas y otras celebraciones”. Leo esta noticia en el periódico El País  (20/02/09) y no hace más que acrecentar mi indignación frente a la incoherente actitud de los gobiernos para decidir por qué apuestan y por qué no.  Me parece muy positivo que los estados defiendan sus tradiciones siempre y cuando éstas sean respetables, esto es, que no vayan en contra de los derechos fundamentales. Creo que es algo necesario para reconocernos aunque sólo sea un poquito, en este mundo globalizado, para reconocer esa parte de nuestra propia identidad en esta época de innovación y cambio acelerado en la que todos andamos un poco perdidos. Lo que no me parece tan adecuado es que se prioricen el ocio y la tradición frente a la cultura.

El ministro de industria incide en que la defensa del patrimonio cultural es una prioridad del Gobierno y que ninguna fiesta tradicional asociada al fuego saldrá perjudicada. Pero ¿por qué se lucha tan encarnizadamente contra esta directiva (ocio + cultura) y no se hace absolutamente nada contra otras directivas europeas que amenazan y atentan directamente contra algunos de los derechos fundamentales de la democracia, como son el derecho de acceso a la información, a la cultura y a la participación? Éstas son las bases sobre las que se asientan los principios democráticos y cualquier norma que trate de limitar o de restringir estos derechos, estará favoreciendo la constitución de democracias débiles y de ciudadanos sin ninguna capacidad crítica.

No todo lo que llega de Europa es positivo y directivas como la que conmina a los estados a establecer un canon por el préstamo en las bibliotecas públicas (cultura + ocio) es sencillamente aberrante y va en contra de los ciudadanos que se ven abocados a tener un sistema público “previo pago”. La biblioteca pública, como garante principal del derecho de acceso a la información y la cultura, se convierte también en garante de los principios fundamentales de la democracia y actualmente, existe una directiva europea que atenta directamente contra sus principios básicos.

Desgraciadamente, parece que nuestros políticos todavía no son conscientes de que invertir en cultura, en cultura para todos y no sólo en tradiciones, es necesario para garantizar la salud democrática del país, y que apostar por la biblioteca pública es apostar por el desarrollo de una sociedad más libre y madura.

Si apreciamos y defendemos nuestro patrimonio cultural, debemos apostar por la biblioteca pública. ¡No al préstamo de pago en bibliotecas públicas!

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2 comentarios

  1. Sí señor (perdón señora). Ya va siendo hora de que nos plantemos

    contra algunas normas o directivas injustas que, amparadas en el

    "Vienen de la Unión Europea", sólo (sic) sirven para alejar al pueblo de la cultura.

    Está bien el pueblo (el que quiera) que pague los toros, los fuegos artificiales etc., pero las bibliotecas y los museos públicos: gratis.

    Ah, y que no se les ocurra privatizar ni los fondos ni la gestión.

  2. Enhorabuena Ana tu rapidez mental te ha llevado a asociar la oposición por parte del gobierno a la directiva europea que habla sobre la normativa de las fiestas tradicional asociada al fuego con la normativa europea del canon en bibliotecas y la falta de compromiso en este caso por parte del mismo (el gobierno).

    También es verdad y creo recordar que el artículo del País hablaba de una concentración en un pueblo X de ¿10.000 personas? en contra de la normativa que atenta contra lo que ellos consideran sus tradiciones… Mi sensación es que no todo el mundo está tan concienciado como tu en cuanto a la noción de biblioteca como derecho y recurso formativo básico.

    El día en que en el pueblo X, 10.000 personas salgan a la calle considerando como atropello por parte de los organismos el canon de las biblioteca, la de su pueblo que sienten como patrimonio de su cultura, ese día algo habrá cambiado y debemos pensar que hacer cada uno de los que estamos en esto para que ese cambio se produzca.

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