Los amantes del círculo polar (1998, Julio Medem)
Reseña escrita por Abel Sinisterra Meliz:
En una dura etapa de la vida personal de Julio Medem, nace los amantes del círculo polar, su cuarto largometraje.
Los amantes del círculo polar nos cuenta la historia de amor secreta de Otto y Ana, desde que tienen ocho años hasta los veinticinco. Se conocen al salir del colegio, cuando, por distintos motivos, echan a correr. El azar les llevará a encontrarse, y su historia se cerrará diecisiete años después en el borde del círculo polar.
Medem nos propone una historia con la que nos hará sentir y descubrir los entresijos del amor de un Otto y una Ana con mucha personalidad.
Su gran facilidad para plasmar y hablar de lo que quiere y como quiere, hace que el tema sexual esté presente en todas sus películas de forma muy explícita, formando parte de la historia. Y sexo con un extremo amor es lo que nos muestra en esta obra, que vivirán sus personajes de forma tensa y complicada.
Una historia contada en un gran flashback y de una forma psicológicamente controvertida, dando un resultado impactante y poco convencional. Una historia circular, capicúa, como el nombre de sus protagonistas.
“Los amantes del Círculo Polar además está contada por cada uno de sus protagonistas, así que parece que se podría partir por la mitad. Lo que no se puede es separar sus partes. Ana y Otto se hallan estrechamente conmovidos por la presencia en sus vidas del otro, y a los dos les sobra el resto del mundo.
La película está dedicada a proteger y recubrir las obsesiones de sus protagonistas.”[1]
Así, en una historia que gira casi exclusivamente en torno a Otto y Ana, veremos la evolución de estos a lo largo de esos diecisiete años, envueltos en una secreta y complicada relación de amor, que se verá golpeada por las casualidades de la vida.
Medem nos mostrará, por primera vez en su carrera y de forma muy evidente, un dominio perfecto del tiempo-espacio, con el que juega constantemente y que es, sin duda, lo que le hace tan especial. Como expresa Celia Valenciano en su tesis La estética de la obra cinematográfica de Julio Medem:
“En un cine de sentimientos como es el de Medem, el montaje es fundamental para crear la atmósfera emotiva que desea, de ahí que en todas sus películas se ha decantado por un montaje expresivo y complejo que juega con el tiempo, el espacio y la asociación de ideas.”[2]
Acompañando a esa importancia de montaje aparece el uso de los encuadres, destacando los subjetivos, con los que consigue transmitir puntos de vista, sensaciones y expresiones muy personales a lo largo del film:
“El encuadre es muy importante para mí. En él se dirimen cuestiones que afectan al espacio, los fondos, las simetrías, los primeros términos, el off…etcétera…” [3]
“Se puede decir que el encuadre y los planos determinan su forma de expresión…”[4]
Por último, la música, que acompaña la historia como un elemento expresivo muy fuerte, hará que Alberto Iglesias reciba el Goya a la mejor música que, junto al Goya al Mejor Montaje, forma parte de un total de nueve premios, concedidos a Los amantes de círculo polar.
Se habla de un “universo de Medem”, lleno de simbolismos, leitmotivs, referencias personales…, que hará que los amantes del círculo polar se convierta en una de las más destacadas películas del cine español. Impecable Medem.
Abel Sinisterra Meliz, diciembre 2011.
BIBLIOGRAFÍA:
STONE, Rob. Julio Medem, Manchester and New York: Manchester University Press, 2007.
VALENCIANO BONO, Celia. La estética de la obra cinematográfica de Julio Medem.
Dirección: Dr. Manuel Palacio Arranz. Universidad Complutense de Madrid, 2004.
WEBGRAFÍA
[1] Medem, Julio. Los amantes del círculo polar, memoria. 1998> www.juliomedem.org
[2] Valenciano Bono, Celia. La estética de la obra cinematográfica de Julio Medem. 2004. Página 36.
[3] Valenciano Bono, Celia. La estética de la obra cinematográfica de Julio Medem. 2004. Página 43.
(Cita textual de Valenciano)> Heredero, 1997:565-6.
[4] Valenciano Bono, Celia. La estética de la obra cinematográfica de Julio Medem. 2004. Página 42.