Perros callejeros (1977, José Antonio de la Loma)

 

Reseña de Carlos Moreno Gil:

“Todo lo que se cuenta en esta película sucedió en la realidad”

Con este rótulo comienza, posiblemente, la obra más polémica y exitosa de José Antonio de la Loma, Perros Callejeros. Inicialmente, una voz en off nos advierte del problema de la delincuencia juvenil que sufren las grandes ciudades fruto de una sociedad que busca la vida fácil, el lujo y el exhibicionismo y en el que todos estamos implicados y somos culpables.

Todo el film pretende mostrarnos con realismo y objetividad[1] una ciudad, en este caso Barcelona, centrado en la actividad delictiva de un grupo de jóvenes como “El Torete”, “El Corneta” o “El Pijo”; de un barrio, cuyo nombre no es mencionado durante la narración pero que es reconocido, llamado La Mina[2], al que algunos han calificado como barranquismo vertical caracterizado por la multitud de familias numerosas con bajos ingresos procedente de otras regiones en busca de trabajo[3]; cuya historia se desarrolla en un momento determinado, 1977, y no es casualidad, pues se trata de un año en el que España se encontraba en uno de los puntos más débiles de la transición, con 900.000 personas en el paro de las cuales cobraban subsidio únicamente la mitad[4], además del gran porcentaje de analfabetismo imperante en la sociedad que agravaba la situación. Este desfavorable contexto es el que envuelve esas “conductas desviadas” como medio de supervivencia frente a la agresión social que sufren tanto a nivel individual como a nivel colectivo la población en general que habita en dichos barrios[5].

Toda la investigación previa a la producción del film conduce a De la Loma a relatar los hechos de una realidad casi cotidiana, no por ello menos desoladora, impregnada de una gran crudeza, hasta construir una historia coherente, palpitante y viva, al margen de toda fantasía[6]. El sistema de trabajo se basó en la consulta de diferentes fuentes policiales como la Guardia Civil de Tráfico, la Policía Municipal y la gubernativa por barrios, también se consultó a jueces y reformatorios, todos ellos se extrajo información de numerosos ficheros.

Para conocer el otro lado de la historia, el director, pudo entrevistar a los jóvenes protagonistas de los distintos altercados, algunas veces de forma clandestina ya que estaban perseguidos, quienes relataban con gran detalle lo que había ocurrido en cada caso[7]. De la Loma convierte con valor, y también astucia, a los propios protagonistas de las historias en los actores de la película, unos muchachos que hasta el momento, y pese a su extrema juventud, habían sido, antes que nada, carne de correccional, cuando no de presidio[8], lo cual da a la película su tono de autenticidad[9]. No sólo eran malos actores, sino que resultaban, en muchos momentos, más convincentes que los profesionales[10]. Para hacer esto posible, tuvieron que firmar con los chicos un contrato para que la Policía no les detuviera, lo que salvó a uno de ellos de no ser detenido durante el rodaje[11].

De la Loma, aportó un dato muy significativo en una de sus entrevistas y es que durante el rodaje de la película bajó considerablemente la delincuencia en Barcelona, lo que el director achaca al hecho de que estaban ocupados, ilusionados, trabajando y tratados con afecto[12]. Se habló, incluso, de la película como de la milagrosa terapéutica que había salvado a sus jóvenes protagonistas, aunque luego más de uno de ellos volvería a caer en la delincuencia[13].

Ángel Fernández Franco alias “El Trompetilla”[14] es el protagonista de la película, interpretando la figura de “El Torete”, nombre en honor a “El Vaquilla” que no pudo interpretarse así mismo por estar perseguido por la justicia[15]. Daba un perfil de autenticidad al tema por haberlo vivido en carne propia:[16] robos de coches, tirones, enfrentamientos con la ley, mala ubicación en la Protección de Menores[17]… tanto es así que tenía dos balazos en el cuerpo, en una pierna y un brazo[18] fruto de distintas persecuciones. Este personaje es proyectado sin heroísmo, sin tratamiento mítico, mostrando su ansiedad, su ingenuidad, su violencia o su hastío[19] aspectos que potencian el realismo del film, la cercanía del personaje e incluso la identificación por parte del espectador. Dejando a un lado las críticas que pudo recibir por su interpretación, también es cierto que algunas personas supieron encontrarle su encanto, esto se plasma en el hecho de que fuera reclamado para interpretar una de las películas que De la Loma iba a realizar en los Estados Unidos[20]. A pesar de la vía de escape de la mala vida que suponía el cine para Ángel Fernández, murió a la edad de 31 años, bastante más adulto que muchos de los que fueron sus compañeros, a causa del Sida, contraído posiblemente en una de las jeringuillas que empleaba por su adicción a la heroína[21].

Por otra parte, la producción de este film pudo y fue interpretado de dos maneras: como una crítica social o como el oportunismo de un director. Desde la primera perspectiva, encontramos una visión más que desfavorable sobre una serie de instituciones[22] como la administración y el sistema judicial español. Esto se trata a través de la figura del cura del reformatorio, en el que meten a uno de los protagonistas, cuando denuncia la falta de recursos para llevar a cabo su labor, pues cuentan con un presupuesto de diez pesetas por ingresado que deben de servir para su manutención, educación, formación…[23] Esto refleja la escasa posibilidad de recuperación de estos chicos en la Protección de Menores[24], la ineficacia del sistema judicial que utiliza los reformatorios como cárceles con la función de mantener recluido a los jóvenes para que no cometan delitos y no como un lugar donde ofrecerles una educación y una oportunidad de cambio y reinserción, pues los chicos que ingresan en estos reformatorios necesitan de profesores especiales, de cuidados especiales, y no hay dinero para ello[25]. De la Loma afirmó “no tienen ni maestros, ni psicólogos, ni psiquiatras aptos para tratar a tales muchachos. El tipo de terapia que se lleva a cabo en estos centros es mala, muy mala… el muchacho sale a la calle y vuelve a encontrarse sin alicientes, sin nada que le haga acatar las normas establecidas por la sociedad…”[26]

Otra entidad que se ve afectada en este film es la policía y la Guardia Civil. Como antagonistas, son los que persiguen a los jóvenes e intentan frenar su actividad delictiva, pero, tal como se muestra en la película, sus formas no son siempre las más adecuadas o éticas, pues el uso de la fuerza es habitual, cuando ello está prohibido y sobretodo en menores. Esto se contrarresta con la aparente “humanidad” de uno de los Guardia Civiles[27], interpretado por Victor Petit, que refleja esa otra parte de la policía que se preocupa por los jóvenes, que les protege y, a su vez, ellos respetan[28]. Esta crítica no sentó bien a las fuerzas del orden público por lo que se eliminaron una serie de escenas[29] donde se omiten las palizas, por parte de estos, a los menores [30]además de esto, otros fragmentos e incluso la voz en off que fueron manipuladas[31]. Incluye el director que estuvo a punto de perder la distribución de la película, ya que el Ministerio recibió una montaña de recursos y cartas en contra[32].

A pesar de esto, la crítica no solo se centra en el Estado y sus entidades, si no que un aspecto importante de la película es que refleja a los protagonistas como malhechores, pues no se olvida el daño que ellos hacen de una manera consciente, pero a su vez son víctimas marginadas, muchas veces bajo el control de una serie de personas que les manipulan y se aprovechan de ellos y su minoría de edad para que acometan los crímenes y beneficiarse a su costa[33]. Estas personas se ejemplifican en la película en la figura de “La Casi” y “El Esquinao”.

Estos puntos reflejarían la parte más crítica que presenta el film, por otra parte, la otra visión o interpretación que han realizado muchos autores sobre la película ha sido la del oportunismo del director. Algunos críticos, han definido a Jose Antonio de la Loma como un “habitual del más descarado cine comercial[34]” o un “director oportunista que coge temas puntuales que están en alza en la sociedad”[35], afirmación que en el caso que nos corresponde podría considerarse como cierta, pues la delincuencia juvenil era un problema real del momento: En 1978 la policía detuvo a 16.898 menores de veintiún años, de los que casi la mitad no habían cumplido aún los dieciséis años[36]. “La historia que se nos cuenta tiene un aire a falseado novelesco y cuajado de oportunismos <<a la moda>> de efectismos tópicos y con una ridícula excusa moralista carente de toda verosimilitud y de la necesaria convicción[37]”, estas declaraciones reflejan el rechazo por parte de algunos sectores sobre el film de De la Loma, que llegaron incluso a criticar la utilización de actores no profesionales para la realización de la película afinando en la idea de que el director busca en ellos únicamente ahorrar dinero afirmando que “resulta mucho más barato darles un dinero a estos muchachos capaces de todo por conseguirlo que pagar a un profesional en paro de tantos como hay en estos momentos en nuestro cine…”[38]. Desde los sectores más conservadores, el periódico Arriba, órgano periodístico oficial de la Falange Española[39], calificaba la película de un “oportunismo estúpido”, “folletón”, “sermón laico”, “denuncia terrible y frustrada” “arrebatadoramente mala” , lo que puede ilustrar perfectamente como, aun con el fin de la censura, las críticas al Estado y sus instituciones, en especial a la Guardia Civil, no eran bien recibidas y como se llevaba a cabo toda una campaña de desprestigio al cine o a las películas que ponían en evidencia lo que en el pasado era incuestionable.

Otro tipo de críticas que recibió, se centraban en la superficialidad con el que se trata la delincuencia juvenil, la falta de análisis de las motivaciones profundas que inducen a muchos niños a ser delincuentes y la lejanía aún mayor por parte del director de plantear una posible solución[40], así como la “falta de mensaje”, sobre lo que algún autor escribió “su único <<mensaje>> consiste en el aluvión de traseros femeninos –y masculinos- con el que sin duda tratan de compensarnos”[41]. Sobre todo ello, De la Loma se defendió afirmando que él no era ningún mensajista, únicamente exponía hechos[42]. Por otra parte, cabe destacar que el director en ningún momento oculta sus intenciones en taquilla, pues en una de sus entrevistas declaró el deseo de que Perros Callejeros fuese su película más comercial[43], entre otras, estas pretensiones o intenciones pudieron ser la motivación de la producción de las 2 secuelas posteriores del film, Perros Callejeros II: Busca y captura y Perros Callejeros III: Los últimos golpes del Torete.

Un crítico dijo que era excesivamente fantasiosa[44], menospreciando en cierta manera el problema de la delincuencia juvenil. Algo que contrasta en gran manera y de forma muy curiosa con la anécdota de que cuando TVE ofreció esta película en el espacio Sábado cine, se registraron un incremento notable en el robo de vehículos por parte de jóvenes, según fuentes policiales[45]. Esta supuesta “contribución” a la delincuencia y  a la creación de modelos de identificación entre niños y preadolescentes[46] de la que acusaban algunos sectores a Perros Callejeros, llegó incluso, algo que podemos considerar disparatado, a una denuncia del presidente del gremio de joyeros de Barcelona sobre la presunta relación de la emisión de dicho filme por TVE y el asesinato de un joyero en la mañana del día siguiente, afirmando que desde dicha emisión han aumentado los atracos y asalto cuando en la película no aparece ningún atraco a una joyería ni, según el director, “nada que se le parezca”[47].

Polémicas a parte, hay una cosa que está clara y es que “Perros Callejeros” fue una de las películas más populares en sus años, siendo la segunda película más taquillera del 1977[48], situándose durante muchos años como una de las 10 más taquilleras de la historia del cine español[49]. Es sin duda el film que inicia todo un ciclo temático conocido como el cine quinqui, que daría lugar a numerosas producciones que tratarían el problema de la delincuencia juvenil, las drogas y la marginación.

Para acabar, hago referencia a una de las afirmaciones que realizó Jose Antonio de la Loma sobre la película “Me pueden decir todo lo que quieran, pero nunca que no es cierto”[50].

 

Reseña de Carlos Moreno Gil, mayo 2012.

 


[1] “Qué es la delincuencia para Jose Antonio de la Loma” Los Marginados, Febrero, 1978

[2] “Crítica a <<Perros Callejeros>>” MundoDiario, 24 Diciembre, 1977

[3] “Qué es la delincuencia para Jose Antonio de la Loma” Los Marginados, Febrero, 1978.

[5] “Qué es la delincuencia para Jose Antonio de la Loma” Los Marginados, Febrero, 1978

[6] PALACIO, Fermina “Perros Callejeros” La Vanguardia Española, 16 Noviembre, 1977

[7] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[8] C.S.F ““Perros Callejeros”: Crónica negra de la delincuencia juvenil.” Super Tele, 9 Noviembre, 1984

[9] TRUEBA, Fernando “Las buenas intenciones” El País, 11 Noviembre, 1977

[10] C.S.F ““Perros Callejeros”: Crónica negra de la delincuencia juvenil.” Super Tele, 9 Noviembre, 1984

[11] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[12] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[13] C.S.F ““Perros Callejeros”: Crónica negra de la delincuencia juvenil.” Super Tele, 9 Noviembre, 1984

[15] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[16] PALACIO, Fermina “Perros Callejeros” La Vanguardia Española, 16 Noviembre, 1977

[17] MASO, Ángeles “De nuevo, una crónica negra sobre la juventud” La Vanguardia, 30 Septiembre, 1979

[18] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[19] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[20] “La delincuencia juvenil al cine” Diario de Barcelona, 14 Agosto, 1979

[22] M. AJ “Delincuencia juvenil” Arriba 30 Noviembre, 1977

[23] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[24] MASO, Ángeles “De nuevo, una crónica negra sobre la juventud” La Vanguardia, 30 Septiembre, 1979

[25] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[26] “Al final de la muerte” El imparcial 25 Enero, 1980

[27] “Qué es la delincuencia para Jose Antonio de la Loma” Los Marginados, Febrero, 1978

[28] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[29] TORRES, Toni, Ultima Hora, 3 Abril, 1978

[30] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[31] GALÁN, Diego “Perros Callejeros” Triunfo, 22 Octubre, 1977

[32] TORRES, Toni, Ultima Hora, 3 Abril, 1978

[33] Baleares, 4 Abril, 1978

[34] TRUEBA, Fernando “Las buenas intenciones” El País, 11 Noviembre, 1977

[35] P.T “Un ex miembro de un grupo armado vasco, protagonista de <<Goma-2>>” Diario de Barcelona, 16 Noviembre, 1983.

[36] CAMB16, 4 Noviembre, 1979

[37] P.C, ABC, 18 Octubre, 1977

[38] Pueblo, 8 Febrero, 1980

[40] “Crítica a <<Perros Callejeros>>” MundoDiario, 24 Diciembre, 1977

[41] Cuello 2 Diciembre, 1978

[42] TORRES, Toni, Ultima Hora, 3 Abril, 1978

[43] Baleares, 4 Abril, 1978

[44] TORRES, Toni, Ultima Hora, 3 Abril, 1978

[45] “De la Loma pone faldas y humor a sus nuevos <<Perros Callejeros>>” El Periódico 14 Diciembre, 1984

[46] “Crítica a <<Perros Callejeros>>” MundoDiario, 24 Diciembre, 1977

[47] “Jose Antonio de la Loma se defiende de la denuncia del gremio de joyeros” ABC 8 Noviembre, 1984

[48] Recorte de noticia en el que no se identifica ni la publicación ni el año.

[50] TORRES, Toni, Ultima Hora, 3 Abril, 1978

 

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