Habitación en Roma (Julio Medem,2010)

Reseña de Verónica Rodríguez

Una habitación de hotel en el centro de la metrópoli romana es el escenario que parece haber estado esperando siempre, con la emoción de la historia incrustada en sus viejas paredes, a dos mujeres que se acaban de conocer. Todo transcurre en una noche y en las primeras horas de la mañana del primer día del verano, antes de que Roma lance a cada una de ellas al lugar al que pertenecen. Alba (Elena Anaya) es una mujer española enamoradiza, con las ideas claras, que siente la necesidad de guardarse sus pensamientos para sí misma pese a su carácter pasional. Una mujer joven e inocente a la que poco le importa su pasado y menos aún su futuro, que vive el día a día, y que necesita encontrarse a sí misma. Natasha (Natasha Yarovenko) es una mujer rusa, fría, misteriosa y nostálgica. Una joven racional, que antepone la lógica a los sentimientos y que  siente la inminente necesidad de contar todo aquello que la corroe y la oscurece por dentro.

Inmerso en la preparación del guión de lo que iba a ser su próxima película, Pericles y Aspasia [1], el productor Álvaro Longoria ofreció a Julio Medem la realización de un remake basado en la película de Matías Bize En la cama (2005) que cuenta la historia, casi a tiempo real, del breve e intenso romance que surge durante una noche entre un hombre y una mujer [2]. El cineasta se negó a hacer una revisión de una película que le parece «buenísima» y decidió finalmente «cambiarlo todo», “por eso no he incluido una pareja de mujer y hombre« [3]. Con un planteamiento base similar entre las dos películas Medem realizó en 2010 una versión de ésta cambiando radicalmente los personajes y la trama huyendo de la densidad narrativa, de los flashbacks y las elipsis temporales [4], para mostrarnos una historia donde lo que vemos es lo que hay. La película habla de amores fugaces e imposibles limitados por el espacio y el tiempo, lo cual ha sido todo un reto de realización para el director que afirma que “pese a que es una pieza muy sencilla, en cuanto a personajes, tramas y localizaciones, el rodaje ha sido muy complicado[5).

El cine de Medem propone siempre un viaje apasionante: un continuo ir y venir entre la realidad y el sueno, entre lo real y lo imaginario, entre la vida y la muerte. La sustancia fundamental de sus historias gira entorno al mundo de las emociones y de los sentimientos a través del intimismo de sus personajes y de los elementos intangibles que determinan su existencia: el amor, el destino, el sexo, la identidad  y la huida, siempre desde un lenguaje cinematográfico propio, lo que muchos llaman “el universo Medem”. Entre todos estos ingredientes encontramos el punto fundamental y la fuerza de Habitación en Roma que radica en la atracción entre dos mujeres, por un lado como algo a priori físico y finalmente como una emoción indomable fruto del azar, otro de los recursos habituales del realizador vasco. Como él mismo afirma: “me gusta crear una situación en la que quepan varios mundos a la vez, contar como hay otros lugares muy parecidos al que vivimos pero desde los cuales la vida tiene otro significado y una emoción también diferente que nos llega a tocar zonas especiales, ocultas pero que es bueno que saquemos[6].

 

Medem plantea en esta película una visión íntima entre dos cuerpos, una aventura entre cuatro paredes sobre la seducción, el magnetismo, las máscaras, la necesidad que tenemos de mentir y de confesarnos, y la posibilidad de que de la pasión surja el romance. El director se arriesga en esta ocasión con la temática lésbica para reflejar, desde una perspectiva natural, la realidad del sexo, la pasión y la dulzura entre dos mujeres audaces y valientes pero a la vez muy frágiles. Es aquí donde reside el principal reto de la película: no quedarse en la simple imagen de dos mujeres desnudas durante casi todo el film sino ir más allá, descubrir que tras esa aparente desnudez superficial la película se va vistiendo minuto a minuto con pequeñas historias de dramas, complejos, mentiras y pasión. Medem sabía desde el principio que corría el riesgo de recibir duras criticas por mostrar una desnudez tan atrevida y permanente, “Me apetecía mucho naturalizar la reacción de cualquiera que viera la película, ya sea hombre o mujer. Y que vieran que, en lo profundo, se trata de la historia de dos personas que se atraen. Ya se trivializó desde el principio. Muchos daban a entender que yo me aprovechaba del sexo para vender. Lo que está claro es que la película no juega con la baza del escándalo ni del morbo. Creo que es un filme para gozar. Y no únicamente desde el sentido sensual, sino que creo que la historia te puede llegar a tocar la piel”[7]. Ante la posibilidad de que la película llamase la atención únicamente por las escenas de sexo entre dos mujeres Medem dejó claro que “es ante todo una historia de amor contada para que la gente vea lo preciosa que es la atracción que se produce entre ambas. Ya sé lo que es tener miedo a que haya quien la reduzca sólo al sexo antes de verla, ya me pasó con Lucía y el sexo”.

Habitación en Roma no es sino la historia de dos personas que se acaban de conocer y que se entregan la una a la otra de tal manera que empiezan a ver en peligro las vidas que han llevado hasta ese momento. A través de las imágenes sentimos como Alba y Natasha, pese a sus miedos toman las riendas ante sus impulsos y deciden disfrutar al máximo las pocas horas de que disponen, con sus momentos de placer y de sufrimiento, sabiendo desde el principio lo que ocurrirá con sus respectivas vidas por la mañana. Medem logra que las escenas de sexo y la continua exhibición de los cuerpos desnudos de las dos protagonistas no se coman la historia que quiere contar gracias a los planos muy cercanos a la piel de las jóvenes en los momentos más íntimos y a la manera de retratar la fusión entre la habitación y sus cuerpos que son, al fin y al cabo, el paisaje de toda la película.  Por todo ello se deduce que un buen espectador asiste en Habitación en Roma, más allá del desnudo físico, al desnudo emocional de Alba y Natasha.

La película comienza con un hermoso plano secuencia que muestra a las desconocidas al fondo de una calle, las recoge frente al hotel, y subiendo la cámara, las vuelve a mostrar ya dentro de esa habitación que no abandonarán hasta la mañana siguiente. A través de las protagonistas y de esa enigmática habitación Julio Medem nos hace pensar en la vida, en todo aquello que es posible y en lo que no, en que el ser humano no siempre toma el camino que desea sino que por el contrario muchas veces elije lo fácil, lo previsto o lo “moralmente correcto”.

Desde ese primer plano secuencia las 4 paredes [8] se transforman en una cápsula fugaz en la que ambas se aíslan del resto del mundo, le dan la espalda y comienzan a abrirse a un terreno inexplorado que termina por marcar sus vidas. En esta habitación descubrimos el amor más intenso y la profunda sexualidad como un intercambio de vivencias que se hace más sincero a cada minuto.  Los dos personajes tratan de esconderse y de protegerse la una ante la otra para preservar su identidad, pero Medem nos habla alegóricamente de abandonar esa identidad, de fugarse de uno mismo perdiéndose en el que a priori parece el lugar menos indicado para huir y dejas atrás una vida y un pasado, un lugar tan hermético y asfixiante como una habitación.

Siguiendo con su obsesión por las vías de escape Julio Medem destaca la fuga como máxima idealización y como él mismo expresa “el amor es la fuga máxima[9]. Dejándose llevar por la noche romana y el paso al día, propicio por otro lado para que pueda pasar algo muy intenso entre ellas, previo tanteo al terreno movedizo que las separa terminan por cerrar los ojos y entregarse a un nivel de pasión y enamoramiento que es capaz de volverlas la vida al revés pero que acaba por formar parte de su pasado una vez que amanece. Cada una de ellas inicia su huida con una coquetería inocente casi sin darse cuenta de lo que van a hacer. Al principio ninguna de las dos quiere enamorarse pero la atracción se antoja de una manera tan profunda que el amor acaba naciendo a las pocas horas. Como bien describe su director “el amor es el mejor refugio donde esconderse” y cuando uno experimenta un sentimiento tan intenso es capaz de tomar decisiones radicales con su vida” [10] y de llegar a desear, como les ocurre a las protagonistas de esta película, cortar de raíz con su pasado e iniciar una vida diferente, junto a otra persona y en cualquier lugar del mundo, en nuestro caso en Roma. La sinceridad que une a ambas mujeres empieza a surgir de las mentiras que se cuentan hasta llegar un momento en que cada una es la mejor persona posible para escuchar las historias de la otra. Cada personaje va dibujándose con sus propias vivencias y tragedias y a la vez parece que el simple hecho de desnudarse emocionalmente ante una completa desconocida les libera y les abre las puertas hacía esa huida personal.

Tanto Alba como Natasha arrastran y traen consigo la cultura de su país a Roma donde la lejanía que tiene cada una de ellas con sus respectivas vidas hace que se sientan cada vez más cerca,  y cuanto más se acercan toman a la vez más lejanía, lo que fragua una relación muy especial, casi de exclusividad que surge en muy poco tiempo en el que cada instante es importantísimo. Lo que de verdad interesa a este director vasco es llegar más allá, ahondar en esa intimidad, en lo no buscado, lo imprevisible, en esa primera atracción y como ante lo desconocido pero por otra parte inquietante y excitante empiezan a ocurrir cosas profundas y como enseguida puede aparecer un camino ante la vida inesperado que deja paso a la expansión personal y a una libertad tan absoluta que el ser humano puede aprovechar o no para refugiarse o para evadirse de lo que le acompaña a diario en su vida cotidiana.

Quizás a menudo, las más intensas historias de amor surgen de lo imprevisto o se guardan para siempre bajo llave entre cuatro paredes. Amores y encuentros entre extraños que se cruzan por la magia del destino con el que Medem juega en esta película apuntando en la dirección de una energía  que de algún modo marca y guía los pasos de Alba y Natasha, que desde el trance amoroso que experimentan sienten que en sus destinos estaba escrito que debían conocerse e iniciar un camino juntas, algo que según Medem está “idealizado y subjetivizado pero que es precioso y necesario para dar aliento al amor”. Jugando a lo imposible, a crear en poco tiempo un amor de cuento en el que puedes mentir e inventarte un yo porque todo es nuevo, porque la otra persona no te conoce o porque tiene miedo a que te conozca, se puede llegar a huir de uno mismo o dejarse llevar, como finalmente les ocurre a las dos protagonistas, y revelar la verdad escondida de uno mismo que estaba tan profundamente guaradada que ni uno se creía capaz de admitirla ante si mismo.

 
1.- Aspasia, amante de Atenas comenzó siendo un ambicioso guión, pero la falta de recursos económicos hizó que el director lo transformara en una novela.

2.- Articulo de Archivo, El País, 18 Abril 2010

3.- Artículo de entrevista a Julio Medem por Critobal G. Montilla para ElMundo.es, 24/04/2009

4.- La película está rodada practicamente en continuidad, abandonando ese sello tan característico de Julio Medem de viajar a traves de las historias mediante recursos como los flashbacks o las elipsis temporales. En Habitación en Roma solo se sale de las 4 pareces en algunas breves escenas que utilizan el ordenador o el movil para mostrar la realidad que existe al otro lado.

5.- Entrevista a Julio Medem por Jesús Zotano para Laopiniondemalaga.com.

6.- Entrevista por Guillermo Ortiz para notodo.com, 24/04/2010

7.- Entrevista a Julio Medem por Jesús Zotano para Laopiniondemalaga.com

8.- Con Roma como telón de fondo, ciudad según el director “con una emoción añadida por el paso del tiempo y la historia”.

9.- Entrevista Miércoles, 5 de Mayo de 2010 a Julio Medem por Mateo Sancho Cardiel para www.noticiasdegipuzkoa.com

10.- Esto ocurría en Los amantes del círculo polar en la que se citaba el círculo polar como lugar de máxima idealización de fuga amorosa.

 

4    FUENTES DOCUMENTALES

  • EGAÑA, Ibon. Tesis: La memria como identidad en el cine de Julio Medem
  • VERA, Cecilia. BADARIOTTI, Silvia. CASTRO, Debora. Cómo hacer cine – 3. Ed. Fundamentos. Madrdi 2003.
  • F. HEREDERO, Carlos. 20 nuevos directores del cine español. Alianza Editorial S.A. Madrid 1999.
  • AGUILAR, Pilar. Mujer amor sexo en el cine español de los 90. Ed. Fundamentos. Barcelona 1998.
  • BIZE, Matias. En la cama
  • Documental Creadores de hoy: Julio Medem, TVE 1994. http://www.youtube.com/watch?v=mNwz214AByY
  • Video entrevista a Julio Medem, LaFabricaTV, 2010. http://www.notodotv.com/videos/actualidad/cine
  • Programa Planeta Cine, Rodaje Habitación en Roma. http://www.youtube.com/watch?v=2Rza0guLep4
  • Video rueda de prensa,  Habitación en Roma, Hotel Oscar, 21 Enero 2009. http://www.youtube.com/watch?v=ELcRvvr1464
  • Video Rueda de prensa presentación Habitación en Roma, Cines Ideal, Madrid 4 Mayo 2010. http://www.youtube.com/watch?v=CGcFuPvTVtU
  • 25 FOTOGRAMAS, Video entrevista a Julio Medem. http://www.youtube.com/watch?v=xkXn9OrWmTk
  • Video entrevista a Natasha Yarovenko, Cinema Paradiso, 2010. http://www.youtube.com/watch?v=TnnoR2talDY
  • www.juliomedem.org
  • www.cadenaser.com/cultura
  • www.notodo.com
  • www.laopiniondemalaga.com
  • www.elmundo.es
  • www.noticiasdegipuzkoa.com
  • www.criticalia.com

 

Verónica Rodríguez, 2012.

 

 

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